martes, 22 de enero de 2019

Neil Gaiman: Coraline


Idioma original: Inglés
Título original: Coraline
Año de publicación: 2002
Traducción: Raquel Vázquez Ramil
Valoración: Recomendable (muy para jóvenes)

La literatura juvenil contemporánea apesta. Al menos, los máximos exponentes de la misma. Ya sabéis, me refiero a esas historias fan-fiction que se vuelven fenómenos editoriales de la noche a la mañana, a absurdas trilogías distópicas, a libros escritos por influencers que no han leído en su vida, a vacuos panfletos sobre el valor de la amistad... Mirad si están mal las cosas que una saga tan mediocre como Harry Potter ha sido elevada a la categoría de obra maestra. ¡Ja!

Afortunadamente, todavía se pueden encontrar joyitas en semejante panorama. Coraline vendría a ser una de ellas. Y aunque esta novela de fantasía oscura es tan maravillosa que la pueden disfrutar jóvenes y adultos por igual, cedámosla a los primeros. Al fin y al cabo, es de los pocos productos de literatura juvenil reciente que he leído que no subestima a los lectores que pertenecen a esa demografía. Además, les da algunas lecciones de lo más enriquecedoras, como que el mundo perfecto no existe, o que hay que ser valiente por asustado que estés. Ya lo digo: calidad.

Coraline es una niña de doce años que, tras mudarse a una nueva casa, descubre un pasillo secreto que conduce a una realidad similar a la suya, aunque mucho más divertida. Allí tiene todos los juguetes que quiere y puede hacer lo que le plazca. Además, los adultos le hacen caso, y nadie se equivoca al pronunciar su nombre. No tardará en darse cuenta, pero, de que los habitantes de ese extraño microcosmos, su otra madre, su otro padre, sus otros vecinos (todos ellos con relucientes botones en lugar de ojos), quieren tentarla, al principio, a que se quede con ellos para siempre, y retenerla a la fuerza después.

La factura de esta novela es impecable. Gaiman narra con sobriedad y elegancia una historia sencilla pero no exenta de algún que otro simbolismo ocasional. Los elementos fantásticos y terroríficos están bien balanceados con el tono y el mensaje realista del libro. Y su protagonista es inspiracional, nada que ver con tu Mary Sue promedio, tan en boga a día de hoy: tiene defectos a los que debe sobreponerse, y no le será fácil conseguirlo.

También existe una película animada sobre Coraline, debut del prometedor estudio Laika. Se toma ciertas licencias con respecto al material original, pero captura su esencia de forma indiscutible. Otra adaptación, para mi gusto mucho menos lograda, es el cómic surgido de la colaboración entre Gaiman y P. Craig Russell.


Otros títulos de Neil Gaiman reseñados en ULAD: Aquí 

19 comentarios:

lupita dijo...

Hola, Oriol:
Madre mía, qué negativo. Lo siento, pero es la impresión que me ha dado, un cierto tono a "antes todo era mejor"
Tengo que darte la razón en que la mayoría de los títulos destinados a "público juvenil" son una patochada, y, en el caso de los libros de youtubers directamente un atentado contra la palabra escrita, pero no todo es así.
Da la casualidad de que intento estar al día en lo que se publica en el sector infanto/juvenil, y este adolece de lo mismo que toda la sociedad: rapidez, digestión fácil, y que no haga pensar mucho. Pero también hay obras muy interesantes, cuidadosas y bien escritas.

¿Cuáles son los problemas?
Primero, los niños han cambiado. Los libros antiguos ya no les gustan, y hay que hacer textos más ágiles.
Segundo, llegados a los 14 años, más o menos, el índice de lectura cae asombrosamente, ya que el tiempo de ocio es destinado a otros..ejem..menesteres. Entonces, salen libros para ellos escritos, supuestamente, por personajes de su agrado. Los que son muy lectores, siguen a lo suyo, pero los que no, se quedan en estos y no pasan de ahí. Vamos, como quien sólo lee el Marca o el Cuore..
Como siempre, gana lo comercial.

Yo he encontrado en los últimos años libros muy interesantes, destacando siempre, por encima de todos, a Jordi Sierra i Fabra, o los libros de David Walliams, que son divertidísimos. Los cómic también me suelen gustar mucho..y eso que no digo mi edad. XD XD

No he leído Coraline, así que no puedo opinar. Sí recuerdo que empezamos a ver la película en una proyección y me tuve que llevar a mis hijas, muy pequeñas aún, llorando. La niña con ojos por botones era terrorífica.

En fin, que no todo es tan malo, creo yo. Quizás el vivir y trabajar con niños me hace verlo mas cercano a ellos.

Saludos, y perdón por la reprimenda


La nostalgia tampoco es mala en sí misma, pero no deja de ser un "burdo pasatiempo" Si analizamos algunos de los títulos clásicos de la literatura juvenil que han sido consagrados, igual no son para tanto.

Antonieta dijo...

Hola pues Oriol!! Bueno, decir que para mí Harry Potter es más que mediocre, debo confesarlo. En la práctica, me mantuvo de lo más enganchada su lectura y la disfruté muchísimo, que en mi caso no es para nada algo menor. Claro, elevarlo a nivel de obra maestra, también pienso que no. De Coraline, he visto solo la peli por ahora.

Bretanho dijo...

Decir que Harry Potter es mediocre suena un tanto displicente. En fin, yo no fui al cine a ver Indiana Jones porque en esa época me gustaba Fassbinder, y bien que me arrepiento.

Anónimo dijo...

Hola Oriol,

Gaiman es buen narrador. Ahora mismo estoy leyendo “Humo y espejos” (relatos) y me ha sorprendido gratamente. Respecto del tono negativo de la reseña me parece que está debidamente fundamentado. Harry Potter no cambió la hisude la literatura pero creo que ha fascinado a muchos adultos y niños lo cual debería ser motivo de análisis.

Saludos

Gabriel

lupita dijo...

Jo, me estoy sintiendo super mal..Pobre Oriol. No sirvo para hater

Anónimo dijo...

Creo que Oriol no se lo merecía Lupita :p

Gabriel

Oriol dijo...

Hola a todos y muchas gracias por los comentarios. Contesto por orden.

Lupita, no te tienes que sentir mal, ¡faltaría más! Jamás me hubiera imaginado que tu reprimenda fuera nada más que eso, una reprimenda. Merecida, seguramente :P

En realidad, tienes toda la razón del mundo: en el primer párrafo me he montado un hombre de paja y he generalizado a lo bestia. Simplemente no sabía cómo incorporar los matices necesarios sin extenderme. También sé que mi acritud está algo fuera de lugar. Por eso he etiquetado esta reseña como "reseñas con las que me juego el cuello". Pero tenía que decirlo. Trabajo en una librería, y he estado haciendo prácticas en una biblioteca, y lo que leen la mayoría de adolescentes es basura. Aunque no creas, en el fondo sé que hay calidad en la literatura juvenil contemporánea; sin embargo, apenas la veo entre lo que yo considero como "los máximos exponentes de la misma". Por otro lado, que sepas que me apunto a los autores que recomiendas. En tema de cómics, deja que te proponga yo un título: "Solos", de Gazzotti y Vehlmann. En la biblioteca lo petaba, y me gustó el concepto, bastante maduro.

Coincido contigo en que los clásicos no son intocables. Hay algo de Jack London o Julio Verne, por ejemplo, que ha envejecido fatal. Incluso a "Momo" (¡con lo que me gusta esta novela!) le sobran, para mi gusto, casi todas las páginas de los tres primeros capítulos.

Creo que no me dejo nada, así que paso a Antonieta. Igual que tú, disfruté como un enano con la saga Harry Potter. Al menos, hasta el séptimo volumen, que tuve que abandonar nada más empezarlo, por aburrido. También me gustaron las primeras películas. Pero de ahí a apagar el cerebro e ignorar que el sistema de magia y el "worldbuilding" que se ha montado J. K. Rowling son un desastre hay un buen trecho.

José Luis García Sánchez, entiendo que no hay que ser demasiado exigente con Harry Potter. Pero yo no lo veo como un pasatiempo descerebrado, al contrario que Indiana Jones o cualquier historia (las cuales me encantan, por cierto) de Robert E. Howard. Es por eso que me pongo algo tiquismiquis cuando hablo de los errores que tiene la saga. Insisto: para mí, es algo mediocre. No creo que ese nivel sea malo, tampoco.

Gabriel, coincido totalmente contigo: Gaiman es un narrador excepcional. Uno muy asequible, llano, tipo Stephen King. Y cuando este hombre consigue juntar la forma con un buen fondo, leerlo es una gozada.

Sobre Harry Potter como fenómeno casi sociológico, también a mí me interesa. Algunos individuos del "fandom" me dan repelús, pero es innegable que muchos sienten una devoción extra-literaria con estos libros. Y que a J. K. Rowling le debemos hordas de nuevos lectores. Hay que estudiar esto sí o sí.

¡Un fuerte abrazo!

Oriol dijo...

Ah, me dejaba algo. Para que veáis que no tiro la piedra y escondo la mano, tengo que reconocer que yo también leía cosas bastante cutres en mi adolescencia. Muy, muy cutres, de hecho...

Diego dijo...

Decir que estoy de acuerdo con Oriol en todo. Aunque no me preocupa tanto que la literatura infantil sea infantil y más asquete me da que la literatura para adultos sea infantil.
Lo que pasa, creo, es que cuando uno se convierte en padre vuelve a aprender muchas cosas que creia antes aprendidas, entre ellas, que el propio gusto también es secundario.

Mi hijo mayor tiene Coraline, Momo, La historia interminable y algún Dahl por ahi... A todos los ojeó pero creo que el único libro que ha terminado de estos es la historia interminable y fue más porque lo fuimos leyendo juntos que por la obra en sí. Al mismo tiempo, desde que hace años le regalaron un futbolisimos y uno de esos de Greg, se los ha leído enteros y siempre pide el siguiente número. Asi como con los mangas de Pokémon.
Suelo pensar que estos títulos le invitan a leer y ocupan (en todos los sentidos) un lugar en su habitación y tampoco les pido mas.

Yo llegué tarde a Harry Potter pero al igual que Frodo me parecen personajes insoportables.
En fin, a lo que iba. Mi hijo también hizo solfeo y piano desde los cinco años y recién fue a los diez cuando a su madre y a mi nos indicó directamente que no le gustaba y le aburría enormemente. En mis palabras, en el contexto: que estaba leyendo Momo y no los Futbolisimos porque a su madre y a mi nos gusta Momo.
Y, eso, uno termina entendiendo que si le gusta Momo y el piano puede leersela
y escucharlo mil veces, pero no se puede hacer de los hijos unas copias mejoradas de nosotros mismos. Son personas nuevas.

Si aparece el Puma por aquí los recordará, mis comienzos literarios fueron con Patoruzu e Isidoro Cañones. Leí mil de estas historias y no recuerdo ninguna. Pero nunca olvidaré las tardes que compartía con mi madre en las librerías de compra venta buscando los números nuevos para devorar en el verano.

A lo mejor el libro infantil/juvenil, como tantos otros juguetes, adquiere valor en el tiempo compartido y ahí es donde la calidad realmente hace peso.

Un saludo y gracias a Oriol y Lupita por abrir el debate.

Oriol dijo...

Interesantísima aportación, Diego. Tu perspectiva paterna da que pensar.

Yo siempre he intentado ser flexible cuando tenía que prescribir literatura, y adaptarme a los gustos / necesidades del otro. En las prácticas de la biblioteca, por ejemplo, llegué a recomendar literatura juvenil o romántica que sé de primera mano que aborrezco. Pero cuando escribo una reseña, lo hago pensando en el valor intrínseco del libro en cuestión (salvo cuando puntualizo que no es así).

lupita dijo...

Hola de nuevo:
Ayer no tuve un buen día..no. Quizás es el hartazgo de esa sensación que me rodea de "todo va mal", acrecentada por el morbo de los mass media, y que nos hace a los padres estar con el miedo constante (lógico, por otra parte)de qué ven/hacen/leen nuestros hijos. Mi posición desde hace tiempo es la de buscar el lado positivo, sin dejar de ser realista, y de acercarme a su mundo con los menores prejuicios posibles. Y es que realmente estoy de acuerdo con Oriol en todo: vacuidad, mínimo esfuerzo, pobreza de vocabulario, argumentos estúpidos.., pero en lugar de prohibir o juzgar continuamente lo que leen mis hijas, las acompaño, leo lo que leen ellas, y, por supuesto, les digo lo que me parece. A cambio, hemos leído todo Rodari, Roald Dahl, leemos poesía, y luego está Harry Potter, que en mi casa es sagrado, intocable y centro de devoción absoluta. A mí no me parece tan mal, sobre todo teniendo en cuenta que, gracias a ello, hemos visto documentales sobre mitos y leyendas, visto películas en versión original y han mejorado mucho en inglés. A todo eso me refiero, a intentar darle la vuelta.

Por otro lado, desde el ámbito laboral y personal, me ha tocado seleccionar material para bibliotecas, y para nuestro club de lectura. Cada curso nos enfrentamos a un mundo muy cambiante, y un mercado que quiere vender, aunque sea basura. A mí me parece que hay dos debates muy interesantes:
- Desde el punto de vista del lector como "consumidor" (odio esta palabra), ¿nos merecemos lo que hay en el mercado por nuestro bajo nivel, o el bajo nivel lo genera el propio material escrito al que accedemos?

- Y desde el fomento de la lectura (al que me dedico en parte): ¿Cómo nos enfrentamos a la "competencia" con otros materiales visuales que son más atrayentes y adictivos? ¿Sigue teniendo sentido la lectura reposada y concentrada de libros?

Ya sé que la respuesta obvia para nosotros a las últimas preguntas es que sí, el problema es cómo llevarlo a cabo, y hacer que la lectura comprensiva sea un pilar básico en el proceso educativo. Los padres y formadores nos equivocamos constantemente, pero no hay que decaer, siempre queda un poso.

Ahora, respondiendo a vuestros comentarios:

Oriol, me encantan las librerías y las bibliotecas. Hacéis un trabajo estupendo, y espero que sea gratificante. Sí, conozco "Solos", que se considera una versión, más o menos, de "El señor de las moscas" Esperé a leer primero la obra original (que no me ha gustado mucho, no sé si por las altas expectativas) y luego se me olvidó. De los mejores cómic juveniles que he leído para mí están "Paper girls" (una saga larguísima), "Leñadoras", "Sonríe", "Poptropica" y "Vampyr"
Yo también he leído cosas super cutres, como Esther (jejeje), que no sabrás ni lo que es, y las sigo leyendo, pero también forma parte de mi trabajo.

Diego, totalmente de acuerdo, los hijos no han de ser una proyección de nuestros gustos, aunque siempre les puede aportar mucho nuestra visión y los conocimientos que tengamos. Sorprendentemente, a mi hija mayor, que de repente todo le parece cursi, le ha gustado "Mujercitas", que es uno de mis libros favoritos.

Gabriel, cierto, un mal día lo tiene cualquiera.

Y a todos, siento el rollazo, este tema me fascina, y le doy muchas vueltas para que la lectura no acabe siendo esa cosa aburrida que nos imponen, sino una fuente de placer y conocimiento infinita. Un refugio al que volver siempre.

Saludos

Montuenga dijo...

Conozco el comic "Esther" (de los 90), prescindible, cursi y lleno de tópicos sexistas. Pero sin pretensiones, sin suscitar adhesiones: no creo que nadie de mas de 13 años lo defienda, ni ahora ni nunca.
Sobre "El señor de las moscas", diré que es un imprescindible absoluto y te recomiendo, Oriol, que le eches un vistazo si no lo conoces. De verdad, merece la pena.

Anónimo dijo...

No te angusties Lupita por haber tenido u mal día....yo he recibido una reprimenda de Juan por un comentario en una reseña y a pesar de que esa noche no pude dormir con el tiempo lo superé :)

Saludos

Gabriel

Antonieta dijo...

La peli de El señor de las moscas vale la pena también, recuerdo que la vi hace algunos años y la encontré bastante buena.

Diego dijo...

Hay esperanzas, Lupita. Yo percibo que aunque la gente no lea mucho o lea porquerias, en el inconsciente colectivo sigue estando ese respeto por la literatura y por el que lee. Y he visto todos estos años cómo se sigue fomentando desde la escuela pública.

Es normal creer que el consumidor tiene la culpa de toda la basura que compra y, está claro que poder, en parte, seguimos teniendo. Pero la verdad es que, como decía un gran sociólogo: dar por sentado que el consumidor es quien decide es igual a creer que al perro lo dirige la cola y no la cabeza.
Desde "arriba" se podría hacer mucho más por culturizar si se pensara en algo más que en el beneficio económico.

A mí nunca me costó encontrar hermosa literatura infantil mientras mis hijos fueron niños pequeños, pero sí es verdad que en cuanto a juvenil se me ha vuelto mucho más complicado.
No sé si es que ésta ha progresado menos que otros medios, pero si la comparo con el cine creo que ha quedado muy retardada. Pienso en el cine infantil de nuestra época y pienso en lo que hoy hace Pixar y creo que los padres de hoy somos dichosos de contar con la gente de Pixar para el entretenimiento de nuestros hijos, y propio.

Me molesta mucho la gente que habla de nuestros hijos asumiendo que hoy son todos más estúpidos de lo que nosotros fuimos. Me molesta la gente que culpa a Bob Esponja y a las consolas de responsabilidades que son nuestras. De consolas que usan ellos para tapar huecos que dejamos nosotros. A eso me refería con el tiempo compartido y su valor.

En lo personal, ya no me atormenta que mi hijo sea un especialista en Minecraft y en cambio no se lea a Ende. Por la relación de ellos con la literatura, sigo regalando libros, y lo que creo aún más importante, sigo leyendo.

Otro saludo.

Oriol dijo...

El libro lo he leído. Me gustó, tiene lecturas muy diversas, aunque el final me pareció bastante conveniente. La película me la apunto, gracias, Antonieta.

Anónimo dijo...

Coraline es un buen libro, sin duda. También a los padres nos da un mensaje: no descuides a tus hijos por ocupado que estés. Buena reseña, Oriol.

Lupita dijo...

Hola, Oriol:
Acabo de leer el libro y me ha gustado mucho. Esa forma de perderse en otra dimensión y el juego de Coraline- Caroline me lleva a pensar que el autor se ha inspirado en Poltergeist, entre otras referencias. Alguien comentó por aquí que la moraleja del libro es que no hay que descuidar a los hijos, pero yo veo mucho más. Caroline es valiente y le dejan tomar decisiones propias; puede que sus padres no sean perfectos, pero ella les quiere como son. Al fin y al cabo, cosas más raras hay en el mundo.
Saludos

Oriol dijo...

Así es, Lupita. Sin desmerecer la moraleja que el Ánonimo de las 12:06 trae a colación, creo que tú has sabido ver el principal mensaje de "Coraline": el mundo no es perfecto, ni falta que hace para que podamos ser felices.

Me alegra que te haya gustado la novela, por cierto.