domingo, 3 de diciembre de 2017

Mercè Rodoreda: La plaça del Diamant

Idioma original: catalán
Año de publicación: 1962
Valoración: imprescindible

Sintiéndolo mucho, no voy a traducir un título tan obvio.

Para cierta generación, esta ha sido una lectura obligatoria en estudios secundarios. Cuestión que suele resultar algo espinosa cuando (y el visionado de la serie televisiva en que se basó el libro podría confirmarlo) uno tendía a pensar, leída a tierna edad, que esta era una novela sobre una mujer que se casa con un hombre que luego muere en la Guerra Civil, y que ahí quedaba la cosa, como ejemplificando la desgracia y la injusticia. Por eso, cuando lo he leído otra vez, décadas más tarde, no he podido evitar caer rendido ante todo lo que esta extraordinaria novela contiene al margen de este sencillo planteamiento, todo lo que la enriquece y la hace tan fascinante como merecedora no solo del mito que la rodea sino de, por sí sola, elevar a Rodoreda a un nivel al alcance de bien pocos.
La plaça del Diamant es la historia de Natàlia, bautizada por su marido Quimet para la posteridad como Colometa. Joven dependienta de una pastelería en el barrio barcelonés de Gràcia, pequeño microcosmos ya en los años 30 cuando el crecimiento de la metrópolis lo había absorbido (y bullidero social en la actualidad, con cerca de cuarenta librerías y cientos de restaurantes escondidos en sus viejas y laberínticas calles). Joven de carácter tibio cuya narración en primera persona nos va demostrando. El escenario es el de los años 30, con el trasfondo de una guerra civil que, Rodoreda es una descomunal maestra de las elipsis, sabemos, los hechos nos lo van apuntando, que se desarrolla sin que sepamos muy bien cuándo exactamente empieza. La vida de Natàlia fluye como un río que traza meandros y atraviesa cascadas. La prosa de Rodoreda es simplemente perfecta, y nos muestra a una Natàlia tan voluble y frágil en sus decisiones como contundente y determinada en sus reflexiones. Natàlia es una trabajadora más, una persona humilde en medio de una sociedad que es como un microcosmos. Se casará, sin que su voluntad parezca intervenir, con Quimet, ebanista de oscuro carácter que simplemente demuestra más aplomo que otros a la hora de dirigirse a ella. Tendrá dos hijos. Tendrá un terrado invadido por las palomas (en catalán, coloms). Su marido irá al frente con el bando republicano y morirá. Pasará hambre junto a sus hijos en una Barcelona asediada y bombardeada por las tropas franquistas y la aviación colaboracionista de Mussolini. Servirá en casas de ricos que la señalarán por la ideología de su marido. Olerá: a las palomas, a los dulces, a los hules de la tienda ante la que se detiene, a sus hijos, a la sangre que le recuerda a la muerte, a salfumán. Y tendrá un golpe de suerte, un leve cambio de inflexión que le hará reconsiderar un siniestro plan que urde.
Una novela mágica que es una crónica social y política y a la vez un alegato feminista  (extraordinario el efecto del paso generacional que Rodoreda regala a Rita, hija que ya no cede al convencionalismo social y toma sus propias decisiones) recubierto por capas y capas de prosa magnífica, expresiva y matizada, a la vez que transparente y directa, donde cualquier frase y cualquier expresión es (y perdonad que alardee del privilegio de haberlo leído en su idioma original) digna de mención, cuestión que me ha impedido sucumbir a la tentación de transcribir párrafos, porque es imposible extraer uno en detrimento del otro y lo que hay que decir hay que decirlo ya y hay que decirlo claro: leed esta novela, bajo el pretexto que sea.

18 comentarios:

Mara dijo...

Es una novela imprescindible, exacto, y como tal debería figurar en las lecturas obligatorias de todos los colegios del país, junto con "Nada", de Carmen Laforet, junto con la que comparte bastantes similitudes. Es incomprensible, de hecho, que en los planes de estudio (al menos fuera de Cataluña) no consten estas lecturas como esenciales.

Cities: Moving dijo...

Pues precisamente yo venía a decir que leí 'La plaza del diamente' con 15 años porque era una de las lecturas obligatorias en la asignatura de Lengua y Literatura en el antiguo 2º de BUP. No recuerdo gran cosa de la trama pero sí que me dejó buen recuerdo. Por eso no lo dudé ni un instante cuando hace menos años 'Espejo roto' cayó en mis manos, porque vaya novelón también.

Anónimo dijo...

Es una novela que he leido hace muchos años y ya es hora de una relectura. El problema es que es tanto el material pe diente que no puedo saber cuando le tocará.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con la valoración. La leí hace mucho tiempo y me gustó mucho. Recuerdo especialmente la presencia continua de palomas de todo tipo, afición del malogrado marido. ToniLV.

Rebeca dijo...

De Rodoreda, recomiendo "Aloma", creo que su primera novela y llena de guiños autobiográficos. Sus cuentos también son una delicia.

Beatriz Garza dijo...

Mercé Rodoreda es una autora indispensable desde mi punto de vista. Tanto esta obra como "Aloma" como "Mirall trencat" son auténticas maravillas. Muy buena reseña, Francesc, espero que con ella hayas convencido a muchos lectores.

Beatriz

Anónimo dijo...

Para cuando la reseña de El cuaderno gris de Josep Pla?

Gracias ULAD.

pipo dijo...

¿Es preferible leerla en catalá?.Estoy comenzando a aprender el idioma, mayormente porque me gusta mucho, por leer a Espinás y sus a peu per..., que me encantan y me voy defendiendo con la traducción.Poco a poco.Soy canario, aunque mi bisabuela era catalana, creo, y mi abuelo, su hijo, pues se asentó en estas tierras, empujado por las riadas de la vida.Nos dejó, el pobre, bien poco.Sólo el apellido.Lleó.

Rochester dijo...

Lo extraño es que a estas alturas de Ulad, todavía no se hubiese reseñado a Mercè Rodoreda, y no solo por La Plaza del Diamante. Los estudiantes del antiguo BUP, la descubrimos en las lecturas recomendadas de nuestros libros de Literatura Española, donde se nos ofrecía un capítulo en su lengua original, en catalán. Lo recuerdo como un acontecimiento. Mágico. Escribía como si casi no supiera lo que llevaba dentro, que era mucho; su biografía no tiene desperdicio. Les hablo de mis 18 años, en 1979, desde la provincia de Burgos. Cómo han cambiado las cosas...Leer a la Rodoreda significa identificarse, por su manera de ver las cosas, y contarlas, más que por la historia de los hechos en sí. Una fascinación. Relean y encuentren.

Francesc Bon dijo...

Gracias por los comentarios, que resultan ser bastante unánimes. Una novela grandiosa.

Perdonad el desorden pero voy contestando lo planteado.

Sí habíamos reseñado a Rodoreda en ULAD. Hace algún tiempo lo hizo Paula aquí: aquí.
Yo seguiré leyendo a Rodoreda, por supuesto, y reseñándola.
Sobre lo del libro de Pla, apuntado queda.
Pues Pipo, leer a cualquier escritor en su idioma original es un esfuerzo que merece la pena pues ahí la transmisión es directa. Valdrá la pena el esfuerzo, aunque confío en que las traducciones al español (dada la condición bilingüe de un muy elevado porcentaje de catalanes) sean muy precisas. Algún término y alguna expresión será más difícil de traducir, pero ya lo dejo a tu elección.
Y lo de leerlo en 1979 en Burgos, en catalán. Planteáselo hoy a cualquier político de los que sacan votos sobre el odio a lo minoritario.

Rochester dijo...

No, Francesc. No planteo nada a nadie, y menos a un político. Sobre el odio a lo minoritario...Preguntas me sobran. Leímos a Rodoreda en catalán, un capítulo,y bajo su hechizo, me la compré en castellano, editorial Edhasa.A continuación, llegaron casi todas sus obras, hasta "La muerte y la primavera". No, Francesc. Hablamos de literatura, una verdadera causa política. En España puedes leer en cualquier idioma, todavía. Acabo de ver la película de Isabel Coixet, "La librería", a mi parecer superior al texto de Penélope Fitgerald. No necesito comentar más.

yesenia dijo...

También resulta esencial subrayar la necesidad crítica de prestar un apoyo adicional y oportuno a las iniciativas nacionales de reintegración, ya que con esto estaremos ayudando a prender y entender mejor ...

Anónimo dijo...

Me pareció una novela muy bonita.

Francesc Bon dijo...

Yesenia: solamente intento transmitir mis sensaciones sobre la lectura del libro. Los efectos colaterales que cada uno los interprete a su manera.
Anónimo: no sé si diría que es bonita. Es una historia con muchos mensajes ocultos

Anónimo dijo...

Francesc Bon, comenté que me pareció bonita pues en la medida en que hubo momentos que me parecieron muy... bonitos. Me explico:

Quizá mi lectura del libro no es lo más profunda (no me considero alguien erudito o algo así), pero sí coincido con usted en que algunos elementos del libro son problemáticos e incluso pueden suscitar desacuerdos o coraje. La vida de Natalia en muchas partes del libro no fue buena o la mejor, y de hecho me parece que en gran parte de la historia es como si los sucesos y personajes pasaran como un viento y la protagonista simplemente se dirigiera en la dirección que marcaban, como si no tuviera margen de decisión o como conciencia. Pero precisamente luego surge algo bonito cuando ella empieza a tomar con más fuerza y decisión los rumbos y el estado de su vida, y empieza ya a incidir por ejemplo en la casa.

Es decir, en suma, considero lo bonito del texto desde una mirada global. Hay partes que me parecieron muy interesantes porque me transmiten la idea de que el ser humano no es igual desde el comienzo hasta el final, y que éste o ésta va construyéndose, aprendiendo, y que así mismo puede ir haciéndose más sabio(a) o sosegado y maduro con el transcurso del tiempo y la adversidad.

Me gustaría hacerte la pregunta por los mensajes ocultos del libro, pero temo que ello implique hacer spoilers a quien se quiera acercar a la novela.

Saludos.

Francesc Bon dijo...

Gracias por el comentario, no creo que se trate de spoilers si hablamos del repentino volantazo con el el que Natàlia toma las riendas de su existencia ni del trasfondo de una guerra cruel e injusta.

Traveler dijo...

Al final no estaba tan mal el BUP, parece. Acabo de adquirir el libro y creo que va a subir mucho en mi particular lista de Pendientes, en parte gracias a esta reseña. Muchas gracias.

Anónimo dijo...

No te lo recomiendo, yo siendo valenciano había una gran infinidad de palabras, las cuales muchas ya no se utilizan, que no entendía y provocaban que tuviera que volver a leer los párrafos para entender lo que decía, y la lectura se hacía bastante pesada.