martes, 19 de diciembre de 2017

Chimamanda Ngozi Adichie: Americanah

Idioma original: inglés
Título original: Americanah
Año de publicación: 2013
Valoración: recomendable

«No sabía que era negra hasta que fui a Estados Unidos»

Esta declaración de la propia autora, que tiende a realizar en numerosas entrevistas, es la síntesis de lo que nos ofrece "Americanah": un libro con la raza como centro nuclear de la historia. Orbitando en torno a ella, Chimamanda Ngozi nos ofrece un mosaico de situaciones donde el color de la piel siempre está presente.

Con esta idea principal, las líneas maestras sobre las que se dibuja la novela vienen dadas por las posibles circunstancias que surgen cuando alguien debe abandonar sus propios orígenes. De esta manera, además de los evidentes obstáculos surgidos por los problemas de integración de una persona en una sociedad completamente distinta de la perteneciente a su tierra natal (en relación a las costumbres, forma de ser, pensamientos, etc.), se añade también la dificultad de dejar atrás la propia tierra, a causa de esas raíces que una persona alberga en su interior; el alejamiento supone el reto de superar el obstáculo que supone la distancia en las relaciones familiares y sentimentales; no únicamente una distancia, como alejamiento físico, sino también emocional. En estas circunstancias, la búsqueda de la personalidad que uno alberga dentro de sí es necesaria y vital cuando uno sale de su entorno, de aquello que le es familiar. Y, del mismo modo, la lejanía también fuerza y obliga la búsqueda del nuevo yo, del yo que se integre en la sociedad de acogida y que acabará formando parte, también, de uno mismo.

El libro expone, de forma evidente, las dificultades existentes para salir adelante cuando no se tiene nada más que a uno mismo, y donde la salida que uno encuentra para lograr sobrevivir es aceptando trabajos lamentables, incluso con permisos falsos; lo necesario para ganar un día más de posibilidades, un día más de futuro, un día más de esperanza. La autora nos hace partícipes de la soledad propia del que está lejos de su casa, de su hogar, de su familia y de su entorno; el libro nos retrata la desolación y el desespero de aquellos inmigrantes que buscan un futuro en una sociedad aparentemente llena de oportunidades, aunque la realidad con la que se encuentran les fuerza a revisar la factibilidad en la consecución de sus sueños.

De esta manera, Chimamanda Ngozi utiliza su experiencia para narrar la vida de una joven nigeriana en Estados Unidos y lo hace de forma que, más allá de contarnos las propias vivencias, esboza un marco donde desplegar un conjunto de reflexiones sobre las dificultades y experiencias de alguien que decide abandonar la vida en su país africano y entrar en la sociedad estadounidense, poniendo de relieve sus diferencias, sus desigualdades, su racismo latente y también su clasicismo. Así, no solo las experiencias de la protagonista sirven para explicar situaciones donde estos sucesos tienen cabida, sino que, a través de los artículos publicados por la protagonista en su blog, expone situaciones y reflexiones sobre anécdotas vividas, que sirven de ejemplo para denunciar comportamientos que la sorprendieron; este recurso, además de amenizar la lectura, le es útil para criticar situaciones acontecidas, siempre con las desigualdades de clase o raza como telón de fondo.

Dejando de lado argumentos y motivaciones de la autora, y más allá de interesantes reflexiones, la historia que nos cuenta podría encontrarse en múltiples novelas: idas y venidas en la relación amorosa de la protagonista no especialmente interesantes ya que no aportan nada nuevo, más allá de servir de vehículo para poner de manifiesto el racismo existente en diferentes países y hacerlo desde la visión de un hombre y una mujer. Además, hay quien podría indicar que la extensión de la novela es excesiva, y que las intrahistorias o relatos cotidianos no aportan demasiado contenido a un libro destacado especialmente por la voluntad de exponer una realidad injusta; personalmente, no quitaría razón a los que lo creen, aunque desde mi punto de vista estas historias facilitan la empatía hacia la protagonista, al ponernos en contextos fácilmente identificables y en el que nos podríamos situar mentalmente sin demasiado esfuerzo. Quizá éste sea también uno de los méritos del libro, crear un relato con una carga de denuncia evidente y hacerla accesible a un gran público.

En síntesis, a pesar de sus altibajos en el ritmo, el libro nos deja un conjunto interesante de reflexiones y análisis que nos permiten tomar consciencia de una situación de desigualdad aún existente en muchos países por causa de la raza o etnia de los individuos. Ése es el mensaje con el que nos deberíamos quedar de la novela más que de la historia en sí, pues cuando uno termina el libro, la idea que alberga la narración es lo que enriquece al lector, más que el propio entretenimiento que aporta su lectura.

También de Chimamanda Ngozi Adichie en ULAD: Todos deberíamos ser feministas, Medio sol amarillo, La flor púrpura

6 comentarios:

Javier Ventura dijo...

A mí me defraudó bastante. Creo que la novela está repleta de clichés y no le falta ninguno de los topicazos propios del tema que trata, y que hemos visto o leído tantas veces antes. Y efectivamente, la extensión y simpleza de la trama, no ayudan mucho. Yo le puse un “decepcionante” en mi cabeza.

Marc Peig dijo...

Hola, Javier, hacía días que no te veía por aquí ;-)
Sí, hay cierto abuso de clichés y coincidimos en que hay partes donde no trata nada nuevo. Alguna parte me interesó más, pero es cierto que la trama no sorprende. Entiendo tu decepcionante, pues las expectativas de la novela eran altas (al menos en mi caso, pero en general me quedo con un buen recuerdo del,libro aunque no es el librazo que en teoría esperaba.
Saludos, ¡y gracias por comentar!
Marc

Sol Elarien dijo...

Es uno de los que tengo pendiente, me da pereza, pero veo que va a seguir pendiente un poco más. Muchos besos.

Marc Peig dijo...

Hola, Sol. A mí también me costó algo atreverme con él; entiendo tus recelos, aunque leyéndolo, la lectura es muy ágil.
Si finalmente te atreves, ¡ya nos contarás!
Gracias por comentar la entrada.
Besos
Marc

Sir Robin dijo...

Hola Marc, coincido en que quizás no sea una novela genial, ni la GAN, pero me gusto cuando la leí hace un año, lectura ligera pero llena de frescura, y divertida. Saludos.

Marc Peig dijo...

Hola, Sir Robin. Es probable que las expectativas que tenía hicieran que la novela no me aportase lo que esperaba, aunque coincido contigo en que es una novela fresca y ligera, probablemte interesante para conocer el tema del racismo desde una aproximación accesible.
Saludos
Marc