jueves, 31 de agosto de 2017

Juan Gómez Bárcena: Kanada

Idioma original: español
Año de publicación: 2017
Valoración: Muy recomendable

Hace tres años, Juan Gómez Bárcena causó bastante revuelo (en el sentido positivo) con su novela El cielo de Lima, una simpática e inspirada recreación de un episodio histórico-literario hispánico; con ella ganó el Premio Ojo Crítico y el reconocimiento casi unánime de los lectores. Es lógico por lo tanto que Kanada, su siguiente novela, se lea con expectación y con curiosidad, para ver si ha conseguido mantener el mismo nivel. Y ya adelanto mi conclusión: lo ha conseguido, aunque probablemente no ganará tantos premios ni tantas ventas con esta nueva novela, que es mucho menos simpática y bastante más oscura.

Hay que reconocerle, de entrada, a Juan Gómez Bárcena un  mérito: el de haber arriesgado con un tema duro (y ya bastante transitado por grandes escritores). La novela comienza con un hombre que vuelve a casa deshecho y ensimismado; su único recuerdo es haber pasado los últimos años en Kanada; su único contacto con la realidad y con la vida es el Vecino, que le trae comida y agua y trata, inicialmente, de sus asuntos. Solo a medida que la novela se despliega descubrimos qué es Kanada, y de qué forma este hombre enloquecido es una víctima y un profundo de la historia del siglo XX en su manifestación más terrible.

Confieso que me costó un poco entrar en la novela. En primer lugar, no soy muy fan de la segunda persona en la que está escrita: "Tu casa sigue en pie. Tenías la esperanza de que se hubiera venido abajo", etc.: este uso del "tú" me parece que se presta a una profundidad artificiosa y a un estilo ampuloso. Será porque Gómez Bárcena consigue evitar esos peligros, o porque yo me acostumbré, pero esta técnica dejó de resultarme incómoda con el paso de las páginas. El estilo de Gómez Bárcena, preciso y poético (aunque no tan leve como en El cielo de Lima, por motivos obvios) también ayuda a que la lectura sea un placer en sí misma.

La otra razón de que me costase entrar en la novela es que, creo, a la propia novela le cuesta entrar en sí misma. Las primeras 70 páginas son una narrativa del aislamiento (al estilo de El niño que robó el caballo de Atila de Iván Repila) muy bien ejecutada y elegantemente escrita, pero que podría haber llegado a agotarse si no hubiera pasado de ahí. Pero en la página 71, precisamente, se introduce uno de los elementos fundamentales del relato: la idea de la cinta de Moebius, la anulación del tiempo, la repetición constante de la historia, idea que en sí misma no es original pero que sí está elegantemente encarnada en este texto.

Porque para mostrar este concepto Gómez Bárcena elige un lugar y un momento claves de la historia del siglo XX: Hungría, Budapest (perdón por este pequeño spoiler), que primero sufrió el nazismo y después el stalinismo, con tan mala suerte que muchas víctimas lo fueron de los dos regímenes, y muchos victimarios también se las arreglaron para "cambiarse de chaqueta" y salir siempre en la parte alta de la rueda. Así, la desorientación y la confusión del protagonista de la novela sirven para unir el tiempo de Kanada (y de lo que lo llevó allí) con el tiempo de la Revolución húngara de 1956, brutalmente aplastada por el ejército soviético ante la pasividad de las potencias occidentales.

Como decía al principio, esta época, estos temas, ocupan un lugar central en la narrativa europea del siglo XX y XXI; volver a ellos es un riesgo y un reto, del que Juan Gómez Bárcena sale ileso o airoso, como se prefiera, sin que el peso de la reconstrucción histórica ahogue el alma de su personaje y de su universo. No sé si consigue añadir algo esencialmente nuevo a la biblioteca de los horrores históricos del siglo XX, pero sí consigue crear un texto que profundiza en su planteamiento sin concesiones, y que mejora con el paso de las páginas y con el progreso de la lectura. Sobre todo, a partir de esa página 71, que personalmente me habría gustado que llegase un poquito antes.


También de Juan Gómez Bárcena: El cielo de Lima

6 comentarios:

Preste Juan dijo...

Pequeña corrección: "vuelve a casa desHecho"

Santi dijo...

O "vuelve a casa hecho un desecho" :)
Muchas gracias por la corrección, ya lo he cambiado.

Sol Elarien dijo...

Descubrí a Gómez Bárcena con una de las ofertas de Kindle y su libro de relatos "A los que duermen", me encantaron el estilo (impecable) y las historias así que seguí con El cielo de Lima, otro hallazgo que he regalado unas cuantas veces, y siempre ha gustado. No sabía de la existencia de este Kanada, pero ya está en mi biblioteca, creo que llegará mañana.
Besos.

Sir Robin dijo...

Buena reseña Santi, concisa y clara. Respecto a la obra parece muy interesante, no conocía a ese autor pero creo que de acercarme al mismo quizás lo haga primero con la otra que mencionas y que Sol también señala como un hallazgo. Saludos.

Sol Elarien dijo...

Acabo de terminarla. Es muy dura, muy triste, pero es magnífica. La segunda persona de la narración me parece muy bien escogida para reflejar la alienación del protagonista. Es un víctima, es inocente y culpable, para sobrevivir ha olvidado su identidad y no puede recuperar su pasado, lo ha perdido, solo queda la abulia, ni siquiera los recuerdos, porque recordar es no olvidar. Habla con ese yo que es otro, porque él sigue en Kanadá, donde el tiempo no existe. En la página 177, ese primer párrafo del capítulo que empieza "Tras el ruido viene el silencio" es sobrecogedor.
Besos.

ToniLV dijo...

Totalmente de acuerdo con la reseña. Aunque tema trillado, tiene su punto original. No me ha costado entrar en el libro, me gusta que me den los datos poco a poco, mascarlos y meditar las situaciones. He disfrutado con algunos planteamientos, es un decir, porque los hechos son dramáticos, y con el rebobinado final. Me ha traído a la memoria la novela "El Kapo"
, de A. Tisma, otra buena novela.