lunes, 3 de julio de 2017

Han Kang: La vegetariana

Idioma original: coreano
Título original:  채식주의자; Chaesikju-uija
Traductora: Sun-me Yoon
Año de publicación: 2016
Valoracíon: Muy recomendable (para lectores con estómago)

¿Qué imagina uno cuando ve una novela titulada La vegetariana? Probablemente, una historia en la que la protagonista deja de comer carne, y este cambio es presentado como un paso hacia la sabiduría y la salud, hacia una mayor calidad de vida. Una apología del veganismo en forma narrativa. 

Lo que encontramos cuando abrimos las páginas de la novela y empezamos a leer es muy diferente.

La vegetariana trata efectivamente de Yeonghye, una mujer que de un día para otro decide dejar de comer cualquier producto animal (carne, pescado, huevos, leche). Pero no lo hace para cuidarse, para adelgazar o por conciencia ecológica; lo hace porque tiene sueños: pesadillas gráficas y violentas llenas de sangre que le roban el sueño y la salud. Y su decisión de dejar de comer carne la enfrenta a todo su entorno familiar, que no comprende ni acepta su decisión, y la conduce a un proceso de completa autodestrucción (o autoconsución).

Con este argumento, da para comprender que La vegetariana no es una novela leve: a medida que pasan las páginas vemos a Yeonghye sumirse en sí misma, renunciando no solo a la carne sino a cualquier tipo de actividad o relación humana. Y nosotros, como lectores, tampoco terminamos de entender las razones de una conducta tan obsesiva (aunque hacia el final se apunta a alguna posible causa); solo podemos observar la degeneración física y mental de la protagonista, tan impotentes como los personajes de la novela.

De hecho, quizás uno de los mayores aciertos de Han Kang sea el presentar la historia a través de tres voces diferentes, ninguna de las cuales es la de Yeonghye. En la primera parte quien habla es su marido, que se casó con ella sin verdadero amor, casi sin verdadero deseo, y que no la comprende ni antes ni después de su giro vegetariano; en la segunda parte es su cuñado (el marido de su hermana) quien se obsesiona con Yeonghye e insiste en hacerla partícipe de sus fantasías artísticas y sexuales; por último, en la tercera sección quien habla es la hermana, quizás la única persona en el mundo que sigue preocupándose por Yeonghye a pesar de todo. 

Aunque la acción de la novela está claramente contextualizada en la sociedad coreana contemporánea, a  lo largo de la lectura de la novela me acordaba de otras dos obras que comparten con ella, creo, algunos temas o motivos. El primero era La mujer comestible, de Margaret Atwood, en la que la protagonista también deja de poder comer a medida que se ve "devorada" por su novio; La vegetariana, leída a través de Atwood, podría transformarse en una novela feminista, sobre las imposiciones a las que las mujeres (no solo coreanas) deben someterse para ser aceptadas. La otra novela es Vida y época de Michael K, en la que el protagonista solo quiere que le dejen en paz, que le dejen hacer su voluntad en relación con su vida y su cuerpo, aunque esto lo lleve a la muerte; de esta forma, La vegetariana también puede tener una lectura más existencial, o incluso política, en relación con el control que los otros ejercen sobre nuestro cuerpo. 

Son algunas lecturas posibles de una novela angustiosa, opresiva, bien construida técnicamente y con un tono general de pesadilla de la que no se consigue despertar a tiempo. No todos los lectores conseguirán disfrutarla, pero en cualquier caso seguro que es mucho mejor que un libro de autoayuda de apología del veganismo.

También de Han Kang en ULAD: Actos humanosBlancoLa clase de griego

5 comentarios:

Margarita dijo...

Curiosamente, han coincidido en el tiempo tu crítica de "La vegetariana" con el fin de la lectura de la misma. Digo curiosamente, porque no era un título a priori "popular", pero me lo voy encontrando en diferentes sitios.
Antes que nada, decir que lo he leído en tres días, absorbida por una lectura que no siempre he entendido pero que me ha enganchado. Me enternece el personaje principal. Y me enfada, me desconcierta.
Hay algunas imágenes muy poderosas, como la de las escenas que comparte con su cuñado (no quiero comentar nada más).
No sé si es una metáfora, no sé nada, pero se me quedará en la memoria.
Gracias, como siempre, por la reseña.
Ahora, por si te animas a reseñar otra "perla rara", ando con "A través de la noche" de Stig Saeterbakken; también la estoy devorando, pero ésta sí que la entiendo; creo que la entiendo demasiado.

Marc Peig dijo...

Hola Margarita, gracias por tu comentario. Dejaré que mi compañero Santi contraste contigo sus impresiones acerca de «La vegetariana» ;-)
Respecto a tu recomendación de Sæterbakken, su libro está reseñado en ULAD desde hace algunas semanas y, ciertamente, también lo devoré! Si te animas a comentarlo cuando lo termines, bienvenida opinión será ;-)
http://unlibroaldia.blogspot.com/2017/04/stig-sterbakken-traves-de-la-noche.html

Marc Peig dijo...

Muy buena reseña, Santi. Acabo le terminar el libro y me ha fascinado. Coincido contigo en el gran acierto que supone presentar a la protagonista a través de voces externas a ella, conformando un calidoscopio idóneo para entender lo que en apariencia parece complejo. La autora es hábil, pues a través de la decisión tomada por la protagonista nos dibuja una imagen sobre la cultura coreana (en una lectura amplia del libro) partiendo de una historia conmovedora y fascinante de un solo individuo. Y, como indica Margarita en el,primer comentario, las escenas compartidas con el cuñado son memorables.
Gran libro, y gran reseña.
Saludos
Marc

Anónimo dijo...

Historia dura, un puñetazo. El título puede despistar. Si buscas algo ligero y ameno, busca otra cosa. Escritura de calidad.

Nur dijo...

Me ha conmocionado -en el buen sentido- el libro. Envolvente y profundo. Coincido en que el cambio de narrador en cada parte es un gran acierto. A mí me ha conmovido la última, el personaje de la hermana. Todos los personajes en esta novela son complejos, ella también. Leí de esta autora 'La clase de griego' y también muy recomendable.