Título original: The Pole
Año de publicación: 2022 (primero se edita en castellano por movidas de Coetzee)
Traducción: Mariana Dimópulos
Valoración: Está bastante bien
Valoración: Está bastante bien
El Polaco (no confundir nunca con el cantante de cumbia argentino) es, probablemente, la última novela de Coetzee, considerando que ya tiene 85 años. Tengo para mí que hubiera sido inmejorable cerrar su trayectoria con la trilogía de Jesús, una gran sorpresa cuando la leí hace varios años; me costaba creer que a cierta edad uno pudiera producir, aún, novelas que estuvieran perfectamente a la par de sus mejores obras (léase Desgracia, La edad de hierro, etc). Pero el buen hombre habrá sentido que le faltaba por decir algo más, y decidió encarar sus temores y obsesiones por el lado de reversionar la historia de Dante y Beatriz (esto tomado con pinzas, incluso el propio libro discute el mito y lo equipara a otros como el de Orfeo y Eurídice, pero es lo que subrayan casi todas las demás reseñas).
La figura de Dante la encontramos en Witold (que a mí me suena a nombre bastante común, pero quizás sea por pensar en Witold Gombrowicz), un polaco "que ronda los setenta, unos setenta vigorosos, es un pianista conocido como intérprete de Chopin, pero un intérprete controvertido". Es un hombre al principio frío, pero luego, cuando conoce a su Beatriz (una catalana que organiza ciclos y recitales en honor a distintos intérpretes de música clásica) en uno de los conciertos que brinda, le vuelve la pasión en su vida e intenta, por todos los medios y de una forma entre compasiva y lastimera, acercarse a ella, que lo rechaza varias veces y a la vez piensa en el rol que juega en esa extraña relación, la de no querer un nuevo amor (ya tiene una familia armada) y la necesidad de experimentar algo que la saque de esa rutina sin trastocar toda su vida.
Se menciona la originalidad (o al menos que no es costumbre elegirlo) del punto de vista no del que ama, en este caso el pianista Witold, sino de la amada Beatriz (y su nombre es literal). Para mí no es un punto a destacar en el sentido formal de la innovación/estructura, sobre todo cuando la trama es la que he descrito en el anterior párrafo. Es más inusual, pero eso no implica que signifique un descubrimiento acerca de lo que uno piensa y siente cuando otra persona se empecina en acercarse y conocerte. Si acaso, destaco la construcción de la novela en breves notas, como si fuera el diario de un escritor que se plantea cómo escribir esa historia (de hecho, las primeras notas contienen descripciones de ambos y los esbozos de lo que será la trama), y luego la misma cobra impulso y el autor (¿o narrador?) se deja llevar.
Hasta ahí, puede parecer la típica historia de "vos me amás, yo pienso que exagéras, pero mantengamos una especie de contrato donde ninguno salga herido emocionalmente" (que no suele funcionar), pero la historia da un giro con cierto suceso, a lo cual Beatriz se replantea toda su relación y empieza a hacer gestos que uno ve como desesperados e irracionales, y que ella misma los ve así y no sabe por qué los hace (ella se considera una "persona inteligente, pero no reflexiva"), y a raíz de eso el libro profundiza mucho más en las miserias del amor no correspondido, en la incomodidad de la carga que a uno le significa ser amado, verse representado en un altar a los ojos de otra persona, haber participado, aunque un papel mínimo, en esa construcción, y no sentirte correspondido en ese ideal, no saber cómo destruirlo, no tener ni el tiempo ni las ganas de que esa visión se solidifique o derive en algo más profundo.
Es hasta cierto punto divertido leer las justificaciones de un personaje que se considera civilizado y acoplado a todas las normas sociales (y para quien los ideales y los sentimientos son una cosa en la que creer pero no experimentar) y observar cómo se va derrumbando de a poco ese sistema de ideas, no hasta el absoluto, pero lo suficiente para experimentar una transformación. Que de eso se trata el amor, parece decirnos Coetzee (y se suma a la larga nota de pie de los herederos del verdadero romance), de recibir una herida por exponerte y que no puedas permanecer como el mismo de antes.
Más obras de Coetzee acá:
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