Valoración: Bastante recomendable
Hace unos días hablábamos de Céline y de la separación entre obra y autor. Y hoy toca hablar de Michel Houellebecq, quien podría, hasta cierto punto, ser considerado una especie de "heredero" de Céline, tanto en lo literario como en la polémica que rodea su enjuta figura y su obra. Como sucede con Céline (y con muchos otros), creo que en el caso de Houellebecq hay que poner el foco en la obra y dejar de lado declaraciones más o menos "altisonantes". ¡Ya sabemos cómo se las gastan nuestros vecinos del norte con eso de escandalizar, epatar a la burguesía, los enfant terribles y esas cosillas!
El caso es que con su Michel Houellebecq. La corrosión de lo humano, Breto se centra en lo literario y desgrana las nueve novelas (y algo de El mundo como supermercado) publicadas hasta la fecha por el francés a través de las influencias, los temas y las obsesiones que las recorren.
Y aunque el propio autor nos avise de que este este es un libro triste que habla de libros tristes con personajes tristes, creo que el análisis (quizá un pelín reiterativo en algunos momentos) que hace Breto de la obra de Houellebecq es asequible tanto para fans irredentos como para no iniciados. Porque... ¿a quién lo le puede interesar el análisis de la obra que mejor refleja en final del siglo XX y el comienzo del XXI, que mejor habla de la soledad de la existencia, de la decadencia, del despojamiento, de la reformulación del ser humano? ¡Sí, Juan, sí, es lo que hay!
Digo que se trata de un análisis asequible porque las referencias o influencias que encontramos en Houellebecq son perfectamente reconocibles (Albert Camus y su Meursault, Kafka y mucha de su obra, Perter Handke y su Bloch) y porque cualquier hombre blanco, europeo, de entre 30-60 años y medianamente heterosexual podrá identificar algunas, muchas o todas de las obsesiones y temas que recorren las novelas: vacío existencial, amargura, alienación y desesperación, melancolía, esperanzas frustradas, etc. Por eso quizá hay gente a la que resulta tan "desagradable" su lectura, porque no hace otra cosa que ponernos frente a un espejo para que veamos en el nuestros "lujos y miserias".
Lo anterior nos lleva a plantearnos si no será Michel Houellebecq el escritor existencialista de nuestra época (si Michel lee esto, igual nos mata) o el último humanista en un mundo deshumanizado. Es posible, aunque yo le veo más como esos escritores centroeuropeos del período de entreguerras o como los rusos de mediados y finales del XIX, escritores que retrataron como pocos al ser humano y el final de una época, esa que les tocó vivir y sufrir. De ahí su vigencia y su universalidad, la que esperemos tenga Houellebecq en el futuro.
No me enrollo más. No hablaré aquí de las 3 etapas que Breto distingue en la obra novelesca de Houellebecq, su carácter más o menos visionario, etc. De eso hablamos en la charla que mantuvimos con él y que enlazamos a continuación. Así que bajad a pillar algo de comida envasada a Carrefour y a ver el vídeo!!!
P.S.: Me parece "indignante" que este libro no lleve en cubierta una foto de Michel Houellebecq. ¡Espero que la segunda edición del libro la incluya!
También de Rodrigo Breto en ULAD: Nuevo kafkarama
5 comentarios:
Hola:
No voy a decir nada sobre este escritor del que usted me habla ni sobre el sorprendente fandom que genera. Lo único que me gustaría es que alguien, en algún momento y aunque sea sólo de forma fortuita, pronunciara bien el apellido Houellebecq. Os dejo un par de muestras:
https://www.tiktok.com/@librosdelore/video/7301755718175116550?is_from_webapp=1&sender_device=pc
https://youtu.be/zz8YdYaDmQ0
Yo sé que se dice Güelbeck, pero digo Joulebek para no parecer el repelente niño Vicente (más aún). ¡Y no es su apellido, él se llama Michel Thomas!
Vamos, como quien dice, el hijo de la Tomasa...
Chúpate esa, Juan!
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