Año de publicación: 1999
Valoración: recomendable
Lo que más me gusta de Arriaga es que es un muy buen ejemplo del proceso de maduración de un escritor. Empezó fuerte, con novelas como «El escuadrón guillotina» o «Un dulce olor a muerte» (claro, no podemos dejar de lado lo que hizo en películas como «Amores perros» o «Babel»), pero si las comparamos con las más recientes «Salvar el fuego» o «Extrañas», se puede notar cómo ha dejado atrás ciertos clichés y ha ido refinando su estilo. «El búfalo de la noche» me parece que se encuentra a medio camino. Aún se nota a un Arriaga joven, altamente influenciado por otros escritores (me dio un poco de cringe que el libro abra con dos epígrafes de Bukowski), así como temas con los cuales me cuesta mucho identificarme (esto puede deberse a que ya me estoy haciendo viejo).
La vida de un grupo de amigos/amantes (al más puro estilo de Dawson’s Creek) se trastorna por el suicidio de Gregorio, un joven con problemas psiquiátricos pero con una personalidad magnética. Su mejor amigo, Manuel, el protagonista de la novela, además de tener que lidiar con la pérdida de su amigo, se ve envuelto en un plan maquiavélico tramado por Gregorio para vengarse de aquellos que le agraviaron en vida (claro, según su trastornada mente).
He aquí donde la temática del libro se me escapa: jóvenes de clase media-alta, apasionados y atormentados, alternando su jornada entre la universidad, secretos, traiciones y mucho sexo. La novela intenta mostrarnos la vida adolescente en un mundo violento del México de inicios del siglo XXI. Jóvenes desesperanzados, egoístas, nihilistas, etc., personas que viven sus vidas al extremo y sumidos en su micromundo, saltando de problema en problema (tal vez sea que mi vida es demasiado aburrida).
Por otra parte, algo innegable es que Arriaga es un maestro en crear personajes complejos. Además, la manera en que avanza la trama, empujando a sus personajes a enfrentar constantemente sus propios conflictos. Este flujo continuo mantiene la narrativa dinámica, permitiendo que cada evento desencadene nuevas reacciones y decisiones en los protagonistas, contribuyendo a desarrollar una tensión constante. Arriaga maneja magistralmente los giros narrativos, asegurando que cada escena no solo avance la historia, sino que también profundice en la psicología de los personajes.
En conclusión, el búfalo de la noche es una obra que muestra a Guillermo Arriaga en pleno proceso de evolución como escritor. A pesar de algunos aspectos temáticos que me parecen inverosímiles, la novela ofrece una mirada penetrante a la juventud, explorando temas como la amistad, el amor, la pérdida y la búsqueda de identidad. Un autor que nunca decepciona.
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