lunes, 29 de abril de 2024

Lucía Lijtmaer: Casi nada que ponerte


Idioma original:
español

Año de publicación: 2023 (reedición de un primer texto publicado en 2016)
Valoración:bastante recomendable

Lucía Lijtmaer (esta introducción empieza a ser algo repetitiva) es una presencia frecuente en los medios. Como crítica, como algo entre una tertuliana en ciertos circuitos alternativos, como agitadora cultural. Por supuesto, en sus artículos y sus libros, alguno de los cuales ya ha sido tratado aquí con una contundente opinión por parte de Beatriz: lectura obligada. Yo no voy a llegar tan lejos con esta, su primera obra publicada (oportunamente rescatada por Anagrama), pero he de decir que la sorpresa ha sido muy agradable. Lejos de encontrarme con una prosa condescendiente y proclive a la exhibición, se trata de un ejercicio honesto, casi osado para una primera obra, que abarca varios estilos.

Para empezar, podríamos emparentar Casi nada que ponerte con cierta corriente literaria que tiene que ver con la búsqueda de orígenes por parte de aquellos que viven lejos de sus lugares de procedencia. Lijtmaer se autodenomina catalana nacida en Argentina con apellido polaco (y judío, añade) y aunque el tono político no es el centro del relato, digamos que es una presencia subliminal constante y decidida por cuanto el relato se sitúa referencialmente en las consecuencias de las sucesivas oleadas provocadas por la inestabilidad en Argentina: la de las dictaduras, la del corralito. Lijtmaer regresa a su país de nacimiento para reportar la historia de Simón y Jorge, una pareja de empresarios del mundo de la moda que ya están en la fase de decadencia de su negocio y a los que, junto a otras personas (modelos, clientes) toma testimonio no solo de la evolución de la tienda en la que lo instalaron sino del propio itinerario de un país tan rico y atractivo como proclive a las convulsiones. El reportaje, básicamente constituído por entrevistas y diálogos, se articula en torno a las vicisitudes de la escritora en su regreso, año 2008, las evocaciones de las circunstancias que condujeron a que la familia se trasladara a Barcelona, no solo la suya sino la de otras familias argentinas, que salpimentan la narración y, paulatinamente, justifican una cierta paradoja: que el origen puede pesar en el corazón, pero la razón pesa lo suyo: Lijtmaer evoca esa Argentina en la que no ha vivido pero se reafirma en su decisión de mantenerse como está, que es lejos de ella en lo físico. Esos colosales trece mil kilómetros son mencionados en varias ocasiones.

Todo ello en casi doscientas páginas que se leen con interés, en las que Lijtmaer sortea hábilmente la inflamación, manteniendo un ritmo vivo y preciso, cuidando las formas de forma escrupulosa, lo cual descarta cualquier atisbo de oportunismo mediático. Estamos ante una narradora sincera, segura y sólida, cuya actitud se percibe claramente entre líneas, y este libro es cualquier cosa menos frívolo y ligero, al contrario, es un pretexto para un análisis particularmente acertado de esa nacionalidad, la argentina, que parece imprimir un cierto carácter.


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