lunes, 23 de octubre de 2017

Cees Nooteboom: El desvío a Santiago



Idioma original: Holandés
Título original: De omweg naar Santiago
Año de publicación: 1992
Traducción: Julio Grande
Valoración: Muy recomendable



“España es brutal, anárquica, egocéntrica, cruel; España está dispuesta a ponerse la soga al cuello por disparates, es caótica, sueña, es irracional”. La afirmación está en las páginas iniciales de Desvío a Santiago, una recopilación de artículos escritos hace tres décadas por el ensayista, poeta y novelista holandés Cees Nooteboom (La Haya, 1933) que es el inventario literario de los motivos por los que este país paradójico y grotesco le fascina y mantiene en un estado de absoluta seducción. Y prosigue: “¿Qué se puede hacer con un país así? Odiarlo o amarlo, y creo que es por esa misma tendencia absurda y caótica de mi propio carácter por lo que he elegido lo último, y por eso estoy aquí a la hora equivocada…”, explica el escritor mientras se da de narices con la puerta de la catedral de una capital de provincia cualquiera, cerrada hasta dentro de tres o cuatro horas, hasta que la reabran después de comer, por la tarde.

En estos casi treinta artículos, Cees Nooteboom deambula especialmente por las montañas y mesetas interiores de ese país vacío y desolado, desviándose una y otra vez de las rutas principales para disfrutar de una ermita románica, de un paisaje solemne, de la silueta de un monte recortado frente al cielo rotundo, o de una perspectiva profunda bajo la luz inmisericorde. “Quizás sean las comarcas que yo visito. Por que es esto lo que quiero, lentitud, y sea cual fuera la ley que aquí gobierna, encuentro lo que busco. En un paisaje en el que un único árbol se ve a kilómetros de distancia, el tiempo se mide de otra manera. Por esa medida vengo aquí.” 

Llegados a este punto del trayecto, dejen que este precario reseñador –parido y criado en una playa mediterránea entre hordas de enrojecidos guiris en chanclas oliendo a aceite de coco, cuyo máximo interés por la cultura del país es ponerse tibios de sangría en la japiauar- les exponga su propia fascinación por la mirada fascinada del escritor holandés. Porque cuando acompañado de mis prejuicios paro en uno de esos pueblos varados junto a la carretera nacional y entro en el bar del Casino –a por alivio, refresco, café…- me parece caer de bruces en los versos de Antonio Machado, en la España que ora y bosteza, que ora y embiste. Cees Nooteboom nos brinda el retrato de un país de hace tres décadas y quizás las cosas hayan cambiado algo, quizás no demasiado, y esta distancia le da al relato un atractivo añadido por lo que nos permite de comparación. En los casinos de pueblo, desde luego, sigue hoy el mismo camarero aburrido y mal encarado, las moscas incansables, las noticias de TVE a volumen atronador… Aunque sí ha mejorado ostensiblemente la oferta gastronómica y hostelera, y ahora hay algo más que paradores, menús de incierta digestión y jarras de vino con la textura del cemento. Perdón por la dispersión, pues no se trata de eso: Desvío a Santiago no va para nada de exaltación turístico gastronómica.

En estas crónicas apenas hay diálogo con las personas que se van cruzando con el viajero. Sí en cambio una honda conversación interior sobre sus propias creencias, dudas, diferencias culturales, prejuicios morales y políticos, pasiones estéticas e inclinaciones metafísicas, místicas, espirituales. Convertidas en  excelente literatura. Todo ello sugerido, contrastado, detonado por las humildes iglesias que van apareciendo en los caminos solitarios, apenas dibujados en los mapas turísticos. Por los cuadros de Velázquez, Goya, Zurbarán o el Greco que suponen un aldabonazo a la sensibilidad humana y al ejercicio del pensamiento. Pasear por las calles arremolinadas de las ciudades medievales para sentirse inmerso en una corriente de tiempo que fluye con melancólica quietud, o dejar volar la imaginación con la lectura de Cervantes, Lorca, Santa Teresa o cualquier erudito local ensalzando las virtudes de la propia provincia. O contemplar complacido cómo un grupo de enfermeras de la Cruz Roja se lanzan alegremente a bailar sevillanas en el Rocío. Cees Nooteboom nos explica que se siente atraído por la belleza de estos paisajes, por la tradición artística de este complejo país, por el extremismo vital de sus paisanos, “porque creo que yo soy así por dentro”.

También de Cees Nooteboom en ULAD:  El día de todas las almasLuz por todas partes

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas

Cual sería el mejor libro de Nooteboom?

Anónimo dijo...

?

carlos ciprés dijo...

Honestamente, no soy capaz de contestar a la pregunta de cúal sería el mejor libro de este autor, puesto que tiene mucha obra publicada y bastante traducida al castellano que no he leído.
De la media docena de libros suyos que sí han caído, de ficción destacaría una novela no demasiada extensa llamada "En las montañas de Holanda", que ya puedes imaginar dónde las sitúa el autor...
Y de los ensayos, también otro breve: "Cómo ser europeos". También "Los zorros vienen de noche". Todos tienen su estilo característico, delicado, espiritual y minuciosos.
Por favor, ¿quién se anima a completar la lista?