domingo, 20 de agosto de 2017

Erri De Luca: Adelfa, Arco iris

Idioma original: italiano
Título original: Aceto, arcobaleno
Año de publicación: 1992
Valoración: se deja leer

Me costó bastante trabajo dar con este libro, probablemente uno de los más desconocidos del autor, escrito en el comienzo de su vida literaria. Una vez leído, uno entiende que no sea fácil encontrarlo y que esté descatalogado. No se trata de uno de los mejores libros del autor, aunque tratándose de Erri de Luca, siempre se pueden encontrar pasajes que contengan la belleza a la que nos tiene acostumbrados.

En esta novela, el autor nos narra los recuerdos de un hombre mayor, ya retirado, que pasa sus últimos días en su cabaña. Sin esperar nada más que contemplar el paso del tiempo y llegar a un final que se le antoja cercano, nos cuenta los recuerdos de lo que ha sido su vida; así, rememora su infancia, cuando empezaba a mostrar su carácter de persona discreta, sin querer destacar por encima de los demás, rehuyendo las peleas propias de una infancia combativa y la competitividad típica de la edad. Nos cuenta los inicios en esos primeros años de juventud y adolescencia, que forjaron un carácter duro y obstinado, cuando sin rechistar cargaba piedras trabajando en la construcción como peón de carga. Un carácter mantenido a lo largo de su vida adulta, que luego adaptó al paso del tiempo y a los movimientos sociales, con actos de desobediencia pacífica defendiendo causas sociales en actos públicos.

De esta manera, en una continua revisión de su vida, nos va contando sus memorias de su pasado a través de las visitas que recibe por parte de antiguos amigos, que le sirven para recordar tiempos lejanos. En revisión de lo que ha sido su vida, la visita de uno de los amigos que tuvo en esa época le devuelve a los tiempos de lucha social, de saqueos, de protesta, de justicia vista únicamente según una de las partes. Asimismo, la visita le revela la evolución de la vida del que fue su amigo, con recuerdos de tiempos pasados, pasando de una vida de vida combatiente en guerrilla civil para acabar abandonando el camino de la lucha por unos ideales y convertirse en un asesino, hasta el punto de traficar con drogas cuando ser asesino perdió su sentido, cuando ha dejado de "vivir", de sentir. En otra de las visitas recibidas, esta vez a cargo de un amigo de la infancia, le explica que ha abandonado la ciudad natal para hacerse misionero debido a la necesidad de ayudar, de irse lejos de su Italia para ofrecer su colaboración en África, allí donde la recompensa por intentar hacer uno primeros pasos en lengua local son recibidos con una sonrisa («reír es su mejor cortesía»). De esta manera nos hace testigos de la dificultad de ser un misionero por todo aquello que abandonas («es una tierra exigente, te necesita entero. Si se mantiene una reserva, una nostalgia, allí pone los huevos y fermenta la derrota»). La admiración hacia su amigo, los recuerdos de su infancia donde ya se estaba formando un carácter fuerte y seguro, que finalmente se convertía en un posterior liderazgo en aquellas causas donde estaba inmerso.

Por los temas expuestos, este libro es un canto a la amistad, que las visitas de sus amigos a causa de su enfermedad hacen que renazca en forma de recuerdos, donde la vida ya en camino de disolución renace en sentimientos. Claramente es un libro menor dentro de la extensa obra publicada de Erri de Luca, pero las características de su obra son perfectamente identificables, manteniendo siempre una delicada elección de las palabras, así como los temas tratados, a menudo en torno a la defensa de las libertades y la justicia social.

También de Erri de Luca en ULAD: aquí

4 comentarios:

Sol Elarien dijo...

Mis favoritos: Montedidio (su frase "Lo que siento no es nostalgia, sino presencia" me emociona) y El peso de la mariposa (en el que se nota la afición de su autor por la escalada y transmite su amor por las montañas). No he leído este, supongo que no lo encontré porque durante un tiempo busqué sus obras y me hice con las que pude, pero aunque casi todas tienen frases muy bonitas, no me pareció que estuvieran a la altura de esas dos).
Besos.

Marc Peig dijo...

Hola Sol. Me apunto los dos que mencionas pues no los he leído aún y si los recomiendas, es motivo suficiente para leerlos. De los que he leído, me quedo con «Los peces no abren los ojos» y «El crimen del soldado».
Gracias por el apunte.
Besos
Marc

Sol Elarien dijo...

Montedidio lo tenéis reseñado en ULAD, el personaje del zapatero es maravilloso (aunque suene algo cursi, pero creo que es el mejor adjetivo). En El peso de la mariposa la naturaleza es casi un personaje más, y eso con el lenguaje poético de Erri de Luca se traduce en que puedes oír las piedras. He leído los dos que comentas y sigo quedándome con los míos.
Aprovecho que ayer terminé El testamento francés de Andrei Makine para dejar una cita (creo que muy adecuada para este blog): "Y la auténtica literatura era esa magia merced a la cual una palabra, un verso, una estrofa, nos transportaban a un eterno instante de belleza".
Besos.

Marc Peig dijo...

Gracias por la cita, Sol. Es preciosa.
Por otra parte, está claro que la calidad de Era de Luca es muy buena, y cada uno tiene sus favoritos por algun motivo (a veces, sin saber por qué), pero todos sus libros tienen algo destacable.
Gracias por comentar, y por la cita.
Besos
Marc