martes, 9 de junio de 2020

Lisa Thompson: El imprevisto caso del chico en la pecera

Idioma original: inglés
Título original: The Goldfish Boy
Año de publicación: 2017
Traducción: Isabel Murillo Fort
Valoración: está bien

Matthew Corbin, el protagonista de esta novela vive en una situación, que, si no fuera porque sabemos que es ficción, no dudaríamos de considerar como absurda e increíble: se ve obligado a permanecer encerrado en su casa por miedo a los microbios causantes de enfermedad que proliferan en el exterior, a extremar la higiene lavándose las manos varias veces al día, llegando a usar guantes de látex y vigilando sobremanera la asepsia de cualquier alimento u objeto que le llegue de fuera... vamos, que ya digo que no hay quien se lo crea, como si alguien pudiese vivir así...

Aunque lo que le pasa a Matthew no es, claro está, que viva en medio de una epidemia por coronavirus (el libro es de 2017, sino que es un chaval de 12 años con un Transtorno Obsesivo Compulsivo y una acusada misofobia o germofobia, que es la que le impulsa a quedarse en casa lavándose una y otra vez con agua caliente y jabón -no sólo las manos, pero sobre todo- y contemplando el mundo exterior a través de la relativa seguridad de la ventana de su habitación; mundo exterior que, en su caso, se limita a Chestnut Close, una de esasa calles de chalecitos, típicas de los suburbios británicos de clase media. de esta forma, por aburrimiento y también obsesión, tiene controlados hasta el último movimiento de sus vecinos, aunque no tanto como para percibir lo que le ha pasado a Teddy, el nieto pequeño del señor Charles, que se aloja junto a su hermana en casa de su abuelo mientras su muy ocupada madre viaja a Nueva York y que una tarde, desaparece del jardín. Matthew no puede evitar verse implicado en la búsqueda -entre otras cosas porque es el último testigo que vio al chiquillo antes de desaparecer- e inicia su propia investigación, con la ayuda de otra vecina y compañera del cole, Melody (también un poco rarita, para qué lo vamos a negar). Y con la improbable coñaboración de su ex-amigo Jake Bishop, que completa el trío de pre-adolescentes marginados...

Cono es fácil de suponer, historia y personaje remiten a ese éxito que fue, hace algunos años El curioso incidente del perro a medianoche; incluso se diría que su editorial en España haya querido resaltar esa similitud con la traducción, algo fantasiosa, del título. Pero el parecido es menor de lo que cabría esperar; por de pronto, Matthew Corbin padecerá un TOC, pero es bastante más soportable como protagonista que el del otro libro (sí, lo sé, soy una mala persona, pero aquel chaval me ponía de los nervios...). Una influencia para mí más evidente, aunque no de manera directa (y salvando todas las distancias , en todos los sentidos) sería la de las novelas de Agatha Christie, al menos las que tenían como investigadora a la señorita Marple en las que, además de resolver un misterio, se hacía toda una disección costumbrista de la sociedad de una pequeña localidad del sur de Inglaterra. Y como referencia cinematográfica, mucho más evidente, está la estupenda película de Hitchcock La ventana indiscreta, aunque aquí el protagonista no tiene a una glamurosa Grace Kelly para ayudarle en sus pesquisas, sino a una niña de doce años con verrugas en el pie y aficionada a pasear por el cementerio (y aunque esta novela juvenil no tenga mucho que v)er, yo no he podido dejar de acordarme de otra que yo leí cuando tenía esa edad: El diario secreto de Adrian Mole... ¡Madre, que jartá de reir!).

En todo caso, y sin necesidad de irnos por las ramas, es este libro una lectura entretenida e incluso recomendable para lectores (y lectoras, se entiende) de la edad de los protagonistas. Más adelante, quizás sea preferible algo de un poco más enjundia, pero entretanto, me parece que está perfectamente bien. Incluso más que bien...

5 comentarios:

Lupita dijo...

A mí me gustó bastante, y es un libro recomendable por entretenido y bien escrito, justo para esa edad en la que empiezan a dejar de leer.

Lo de poco creíble, pues, por un lado, es ficción y, por otro, lo poco creíble para mí es que unos padres dejen a un crío quedarse en casa por eso, las rarezas a esa edad no me asombran nada.
Saludos

Juan G. B. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Juan G. B. dijo...

Hola Lupita:
Tienes razón; yo, por ejemplo, era muy raro a esaedad...Y ahora también; escribo reseñas de libros y así...

Anónimo dijo...

Interesante me parece.. Kempes

Anónimo dijo...

Estupenda reseña. Mayor Thompson