domingo, 30 de julio de 2017

Colaboración: Derecho natural de Ignacio Martínez de Pisón

Idioma original: español
Año de publicación: 2017
Valoración: recomendable

Que la familia es uno de los grandes temas del espectro literario es un hecho. Que no está todo dicho, es otro. Tal vez sea porque la familia es el origen de buena parte de las alegrías y desdichas que nos acontecen a lo largo de la vida (esas sobremesas navideñas…). Debo decir, también, que es un tema que me apasiona.
Y «Derecho natural» de Ignacio Martínez de Pisón pivota alrededor de la familia como ya sucedía en las dos obras anteriores: “El día de mañana” (2011) y “La buena reputación” (2014). Y como no he leído ninguna de las dos, me lo tomo como una oportunidad para valorar la obra en sí misma sin que las comparaciones entelen mi juicio.
Resumen resumido: las vicisitudes, a lo largo de más de veinte años, de una familia de clase “fluctuante media-baja dependiendo de las circunstancias”, con un padre veleta, una madre que vive al borde del ataque de nervios y unos hijos que lo sobrellevan como pueden. La Transición de trasfondo y, como escenarios, Barcelona y después Madrid. O sea: familia, contexto histórico y contexto geográfico en continua transformación y precipitándose hacia un desenlace incierto.
Desde un punto de vista técnico, diría que la novela es impecable y que no se le puede pedir más teniendo en cuenta que no se trata de una apuesta arriesgada ni innovadora (condiciones que no son necesarias para crear una buena novela). 
El narrador en primera persona es una apuesta absolutamente firme y meditada que impregna toda la narración. El que habla es Ángel, el hijo mayor, desde la voz de un hombre adulto que mira hacia atrás con la capacidad de no haber olvidado del todo cuáles eran sus ilusiones infantiles ni qué lo impulsaba a ver las cosas como las veía. El personaje y, por tanto, su voz, se caracteriza por un deseo de ecuanimidad, de equilibrio, de orden en todas las caóticas peripecias familiares que narra, como si al rememorar esos hechos lograra reescribir la historia de su familia de un modo más comprensible pero también más aséptico. Y aquí es donde tengo algún pero: en la necesidad de distancia analítica (del motivo de esa necesidad y sus consecuencias hablaré más adelante).
La estructura temporal es prácticamente cronológica: desde la infancia a la entrada en la vida adulta del protagonista,con algunos saltos puntuales que el autorse encarga de resaltar con oficio y maestría para que el lector sepa siempre dónde se encuentra en relación a los hechos. En general, el texto trata bien al lector, se lo pone fácil para que pueda sumergirse en la historia sin problemas.
Los personajes resultan singulares y mundanos a la vez, con sus pliegues, sus detallitos, esas escenas o esos gestos mínimos que los retratan: «Siempre que surgían problemas o motivos de inquietud, mi madre sufría persistentes ataques de tos. No era una tos que le saliera de dentro sino una tos de garganta, algo forzada. Era su manera de esquivar las preocupaciones, como queriendo decir: Que se encargue alguien de eso. No me podéis pedir que haga nada. ¿No veis que estoy enferma?». Aunque la novela se centra más en el padre, a mi parecer, la madre es la que tiene más capas y va cogiendo más consistencia a medida que la acción avanza. Pero todos están realmente bien. No adelanto nada más para que los vayáis descubriendo vosotros mismos.
La estrategia narrativa gira alrededor de la figura del padre (un Zeus egocéntrico y hedonista) del mismo modo que la vida de esa familia pende del patriarca: incluso cuando este se ausenta o vive separado de ellos, su fuerte carisma jamás los abandona y deja huellas imborrables en todos y cada uno de los miembros de la familia. No es casualidad que la novela acabe y empiece con él y que el narrador no pueda evitar que le despierte un sentimiento ambiguo de admiración y tan solo una (leve) reprobación.
Volvamos a la voz del narrador. Como ya he dicho, hay en ella una necesidad de distancia y de consenso. Es la voz de un niño que al hacerse adulto revisa las idas y venidas indiscriminadas de su padre, las trifulcas entre sus progenitores y las consecuencias sufridas por sus hermanos pequeños y por él mismo. Y sin embargo, siempre mantiene la calma y el pulso de la narración está gobernado por la contención. Tal vez sea por eso que uno puede tener la sensación de que falta emoción en algunos momentos, como si el temple del narrador apaciguara los momentos álgidos de la historia que cuenta. Desde el convencimiento de que se trata de un efecto buscado, me hubiera gustado vibrar un poco más con algunas escenas. 
Por otra parte, la contención del protagonista hacia todo su mundo familiar y emotivo explicaría su curiosa historia de amor con Irene, una chica algo mayor con la que se obsesiona de niño y a la que busca desesperadamente ya de adulto, como si ese amor poderoso y espontáneo que siente por ella fuera la válvula de escape de todas las emociones contenidas. En todo caso, la relación con Irene y su faceta como heroinómana ha sido lo único que no me ha convencido, en mi opinión  bordea el cliché y le falta profundidad. 
No quisiera concluir esta reseña sin hacer mención al título de la novela. Acostumbrados como estamos a tantos que no tienen absolutamente nada que ver con la historia que albergan (y no sólo en las novelas, hay títulos de películas que son de juzgado de guardia), es agradable descubrir, a medida que uno avanza en la lectura, el sentido que “Derecho natural” adquiere dentro del conflicto familiar (y también político) del que se nutre la historia. Bien buscado, bien ligado, propio de buena factura como ya he dicho (y de un editor que no es un psicópata, ya de paso). Ahí lo dejo.

También de Ignacio Martínez de Pisón en ULAD: Enterrar a los muertosLa buena reputación

                                                                                                                             Firmado: Beatriz Garza


2 comentarios:

Bajo un árbol y a la sombra dijo...

Me ha gustado mucho esta entrada. Soy lectora habitual de vuestro blog y en el obtengo muchas recomendaciones interesantes para leer. Este libro ya lo he leído y me ha gustado mucho. Os dejo a continuación el enlace a mi blog en el que está incluida mi reseña del libro.

http://librosvariopintos.blogspot.com.es

Beatriz Garza dijo...

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