jueves, 13 de agosto de 2020

Reseña + Entrevista: Sobre la terra impura de Melcior Comes

Idioma original: catalán
Título original: Sobre la terra impura
Año de publicación: 2018
(edición en castellano: noviembre 2020)
Traducción: Carlos Mayor
Valoración: Recomendable





Sobre la terra impura se publicó en 2018 y fue objeto de varios galardones: Premi Creixells, Premi de la Crítica Serra d’Or, Premi Núvol y figuró entre las tres obras finalistas del Premi Òmnium. El éxito de este thriller a la mallorquina, entre críticos y lectores, ha suscitado su inminente edición en castellano con Navona Editorial. 

Resumen resumido: un escritor mallorquín afincado en Barcelona, con escasas perspectivas de éxito, recibe un encargo inesperadamente lucrativo: la biografía de una polémica actriz recién fallecida (Dora Bonnín), también madre de Leo Verdera, su mejor amigo de la infancia. Los secretos ocultos en los dietarios íntimos de Dora y el reencuentro con el excéntrico Leo, conformará el epicentro de una explosión en ciernes que revolucionará la vida del protagonista y pondrá en serio peligro el imperio de los Verdera, una de las familias más poderosas de las islas. 

Todos hemos leído alguna novela que retrata los claroscuros de una poderosa familia que adopta dinámicas propias de las organizaciones criminales. Son historias que, amparadas en el principio de conservación del clan, basculan entre el poder, el sexo y la muerte; le sumas una trama sólida e intrigante y un estilo solvente y ya tienes, como poco, un thriller que funciona. No es el caso de Sobre la terra impura, donde se traspasa el patrón clásico y los meros estándares del género. 

La crónica de los Verdera abarca desde que Nofre (el abuelo falangista) funda la primera fábrica de zapatos tras la guerra, hasta la actual expansión de la marca Belper en el mercado internacional. Pero la historia adquiere su verdadera esencia o sello gracias a la singularidad de los elementos que la integran: 
  • El territorio mallorquín como telón de fondo y atmósfera que envuelve a los personajes. Las descripciones de algunos lugares son como verdaderas fotos fijas que se proyectan sobre la mente del lector. La isla como ámbito familiar supuestamente protector que funciona a su vez como cerco confinante (y asfixiante). 
  • El lenguaje y el estilo se funden sólidamente en una narración fluida y (solo en apariencia) sencilla y espontánea. La inserción de expresiones genuinamente mallorquinas, lenguaje coloquial, tacos, etc… contribuye a la naturalización de las situaciones. Destacan los diálogos, muy depurados y a la vez expresivos y verosímiles, y el humor un poco cáustico que impregna toda la narración. 
  • La galería de personajes es muy amplia y variada. En el clan Verdera se percibe cierto destello de elementos ya vistos en una familia poderosa aunque cada personaje adquiere una consistencia propia. Solo hay uno que está más desdibujado al principio de la novela y que luego juega un papel esencial en la trama por lo que, en mi opinión, sus motivaciones no quedan tan justificadas. Sin embargo la constelación familiar del protagonista me parece verdaderamente genuina, tanto por sus personalidades como por los conflictos que se apuntan.
  • El argumento subyacente que, para mí, le da sentido a toda la historia: la relación entre el protagonista y Leo Verdera; dos tarambanas, cada cual a su manera, que se adoran y se pelean como si aún tuvieran doce años y cuya amistad es lo que está de verdad en juego. Ambos están muy bien retratados y los vaivenes de su relación fluctúa con naturalidad entre lo conmovedor y lo ridículo. 
La cuestión de si uno encaja o no en la familia que le ha tocado y si eso tiene o no solución, diría que es algo presente en toda novela. Por eso la relación entre Leo y el protagonista es central para la trama; ellos se entienden mejor entre sí que con sus respectivas familias y eso es motivo de fricción continua y, por tanto, un motor para la acción. 

Pero si hay algo verdaderamente destacable en Sobre la terra impura es la vuelta de tuerca en cuanto a factura literaria. Llega un momento, a media novela, en que el narrador y protagonista empieza a intervenir abiertamente en la construcción del relato frente a los ojos del lector, en la línea de la voz juguetona que ya ha esgrimido hasta entonces. Este recurso, 
(1) nos indica una inflexión en el protagonista, cuyo arco narrativo escapa de cualquier previsión pero sin faltar a la coherencia ni traicionar su esencia, 
(2) es un guiño al oficio de narrar en el que se muestran deliberadamente los mimbres de la historia propiciando espacios para el humor 
(3) nos confirma la condición de narrador no fiable y nos hace replantearnos el rigor u objetividad de sus percepciones, 
(4) abre la puerta a nuevos sentidos de la historia que se explica y
(5) desactiva cualquier intento de sugerir que los hechos o los personajes sean reales. 

Dicho juego meta literario se solapa con otro fenómeno: en el último tercio de la novela empezamos a conocer hechos del pasado que se superponen sobre el presente mediante la hábil alternancia de los diálogos que nos llevan de un momento a otro sin previo aviso y logrando un efecto multicapa de dos (incluso tres) momentos que orbitan alrededor del mismo secreto que se desvela. Es algo técnicamente muy complejo. Sé que algunos lectores se han quejado precisamente de esta parte porque se perdían; es cierto que quizá no son fragmentos para leer de pie en el metro con un codo ajeno asediando nuestras costillas pero, sin ser yo una lumbrera y basándome en mi propia experiencia, diría que basta con ejercer la lectura atenta. Vale la pena porque esos fragmentos son un festín de pericia e intensidad y nos ofrecen grandes momentos lectores. 

Por todo lo expuesto, Sobre la terra impura es una novela Recomendable, tanto por su vertiente lúdica, de lectura entretenida con bastantes dosis de humor, como por su buena factura y esa ambiciosa apuesta literaria capaz de sumergir al lector en una experiencia tan gratificante como inesperada.

Entrevista a Melcior Comes

Hemos dicho que «la isla» es un factor importante en la novela, pero no es la primera ocasión que tus obras tienen lugar en Mallorca ¿crees que cada vez que abordas literariamente el territorio mallorquín, evoluciona tu visión sobre él? ¿Qué estás explorando en él? 
Mallorca es un lugar maravilloso para escribir sobre él. Es una tierra con contrastes y desigualdades, que ha cambiado terriblemente en escasos años, y donde las fortunas y las aventuras no han dejado de darse desde hace siglos. La prensa local de la isla es una forma de realismo mágico. Con el tiempo he aprendido a ver todo esto. La verdad es que para verlo debes salir de la isla y dejar pasar los años. 

Los Verdera son un imperio de la industria del calzado ¿Qué te llevó a escoger ese negocio y no otro? En la novela el protagonista se fabrica un par de zapatos y el lector presencia el proceso con todo lujo de detalles ¿cómo te documentaste? 
Me crié en Inca, que era la ciudad del calzado. Durante mi infancia y adolescencia, muchos de mis amigos eran chicos y chicas cuyos padres trabajaban en esa industria. Para mí era algo normal. Pasaban por delante de muchas fábricas de pieles o tacones. El olor de la cola me llegaba a casa, igual que el ruido de las sirenas para entrar a trabajar o para salir. Para mí era algo muy cotidiano: algo tan normal que no se hizo presente hasta que desapareció con la crisis de los años ochenta. Entonces hubo huelgas, despidos, todo un mundo desapareció. 

Los juegos meta literarios que propones ¿son algo puntual de esta novela o forman parte de una evolución, de un proceso personal en el que sigues inmerso? ¿qué sentido tienen para ti como escritor? 
Toda novela es un juego con el tiempo y la perspectiva. Eso es lo que hace a la literatura algo apasionante y más divertido que la experiencia pura y simple. Aquí mezclo diversos puntos de vista, planos temporales, escenas que se dan al mismo tiempo en el relato pero que sucedieron en momentos alejados. Además, la novela tiene algo siempre de conjetura: el narrador es un escritor que imagina muchas de las cosas que leemos, porque no sabemos la verdad más que en las conclusiones o en los efectos que nos llegan, años después. Pero nunca en los detalles de cómo pasaron realmente las cosas. A veces la literatura, la imaginación, es el único método de llegar a todo eso. 

El humor y la ironía son un sello presente en toda la novela, ¿es también un sello propio de la escritura de Melcior Comes? ¿Qué alcance tiene el humor que no tiene cualquier otro recurso? 
Me gusta reír, y creo que la buena literatura siempre es capaz de motivarnos emociones profundas. Me gusta porque es difícil, también, abrir los ojos del lector a las cosas más simples y cotidianas, que bajo cierta perspectiva se vuelven únicas y maravillosas, y por tanto, graciosas y conmovedoras. El lector debe gozar con lo que le propones, y tu mirada debe ir acompañada siempre de valores que subviertan y hagan que lo narrado parezca nuevo. La risa nos libera; siempre digo que hay que escribir con una sonrisa, pero al mismo tiempo hay que llevar en la mano un bisturí. 

Ya para terminar, en Un Libro Al Día debatimos a menudo sobre la adecuación o la coherencia de los títulos de las obras. En este caso, ¿de dónde procede «Sobre la terra impura» y en qué sentido refleja la historia de la novela? 
La tierra impura, claro, es Mallorca, pero también cualquier entorno de pasiones y misterios, donde los hombres y las mujeres viven y aman. Es también lo que pisan los zapatos, la tierra sucia que creemos poseer, pero que en el fondo nos posee a nosotros. Son también unos versos muy famosos, de «El pi de Formentor», el célebre poema de Costa y Llobera, una de las cimas de la literatura catalana y un homenaje a un paisaje y a una actitud ante la vida y el destino.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Me encanta llop qué es de Mallorca intentare leer algo de comes

Unknown dijo...

Mayor Thompson

Beatriz Garza dijo...

Mayor Thomson,
esta es la última novela que Comes ha publicado de momento y sale la edición en castellano en noviembre de este año. Si la lees me gustará conocer tu opinión.

Un saludo.