jueves, 16 de abril de 2020

Ray Russell: Juicio a Satán

Idioma original: Inglés
Título original: The Case Againts Satan
Traducción: Íñigo F. Lomana
Año de publicación: 1962
Valoración: Recomendable (con matices)

El padre Sargent se enfrenta a un caso de «histeria sexual»: una muchacha de dieciséis años, «encantadora, formal y educada», ha empezado a repudiar la parroquia local y a decir obscenidades. También se desnudó frente al predecesor de Sargent e intentó estrangularlo. El obispo Crimmings piensa que está poseída (no en balde, el contacto de un crucifijo la quemó) y ordena un exorcismo. Sargent, por otro lado, titubea.

Menuda sorpresa me he llevado con Juicio a Satán, de Ray Russell. Teniendo en cuenta que esta novela inspiró El exorcista de William Peter Blatty (y, por tanto, a toda la literatura de posesiones demoníacas en general), esperaba encontrar en ella una historia de terror convencional. Sin embargo, mis expectativas han sido completamente subvertidas.

En primer lugar, porque terror hay poco en estas páginas. Esto no me molesta especialmente, ya que el exorcismo es una mera excusa a través de la cual Russell reflexiona sobre la fe y la existencia del Diablo. Además, porque la intención principal de esta obra no es asustar al lector. Si acaso, pretende entregarle un estudio de personaje. Uno que versa sobre un sacerdote y las dudas que le atormentan.

A favor de Juicio a Satán debo señalar que:

  • Tiene un mensaje bastante nítido. ¿Será cierto que, como sugirió Baudelaire, «el engaño más ingenioso del Diablo consiste en persuadirnos de que no existe»?
  • Le da un arco a su protagonista.
  • La escena en que la chica poseída intenta seducir al predecesor de Sargent es cojonuda. 
  • La prosa de Russell es amena, pero también deja entrever el vasto conocimiento del autor acerca del catolicismo, y aloja citas puntuales a Shakespeare. Lo cual, admirablemente, no empaña a la obra con una capa de pretenciosidad.  

A continuación, destaquemos los defectillos que lastran Juicio a Satán:

  • Su confrontación entre religión y ciencia está poco lograda. El conflicto debería ser bidireccional, pero los personajes (e incluso el autor entre líneas) favorecen demasiado a la primera en detrimento de la segunda. 
  • Tampoco está muy lograda la narración omnisciente que emplea. Hay pasajes en los que el punto de vista se traslada del padre de la joven poseída, el cura o el obispo, a la ama de casa de la iglesia por espacio de unos párrafos, lo cual resulta excesivamente confuso, dado que las aportaciones de ésta última son, además de escasas, meramente testimoniales. 
  • El exorcismo en su conjunto se antoja anti-climático. Aunque insisto en que esto es perdonable, pues esta ficción no pretende ser una historia de terror al uso.
  • Su giro final es extremadamente previsible, y la labor semi-detectivesca que lleva a él podría haberse pulido un poco.
  • Es innegable que no ha envejecido del todo bien. Su intención transgresora, por ejemplo. Hay cosas que se enfocan como si fueran tabúes (y en la época y contexto en que fue escrita la novela lo eran), pero se tocan apenas de puntillas, con cobardía, y por tanto no impresionarán a los lectores contemporáneos. Asimismo, es difícil creerse ciertas reacciones de los habitantes del pueblo en que transcurren los hechos, pues en la casa parroquial se oyen gritos y aún así nadie interviene de forma contundente. Los norteamericanos tienen (o tenían entonces) una fe ciega en los representantes de Dios, por lo que veo. Algo estremecedor, si te paras a pensarlo.

A la postre, Juicio a Satán es una novela influyente que ayudó a cimentar los clichés que hoy en día abundan en el subgénero de posesiones: curas que dudan, posesiones que quizás no lo son, exorcismos... Entretenida y bien escrita, cuenta con alguna reflexión memorable y desarrolla a su protagonista. Sin duda, la recomiendo a los amantes de este tipo de narrativa. Eso sí, aviso que mucho miedo no da. Quizás si eres católico te inquietará un poco. Y bueno, a los que no somos creyentes nos perturbará por plasmar involuntariamente cómo una población entera se puede paralizar ante sus representantes celestiales. Que en este caso ellos sean los buenos de la película es harina de otro costal.   

6 comentarios:

Lupita dijo...

Hola, Oriol:
No conocía esta novela ni he leído El exorcista (lo dejé a medias) El tema es que vi la película con 12 años o así y tuve pesadillas casi dos años. Miedo sí daba, pero era más lo que removía por dentro, un ambiente muy perturbador.

La religión en nuestra sociedad es algo casi residual, pero es un libro de hace casi sesenta años, y hemos cambiado mucho desde entonces. La desaparición de la religión también ha hecho perder parte de las ganas de transgredir sus dogmas; por eso mismo las historias de posesiones o satanismo dan menos miedo o atraen menos. El morbo por pasar la línea prohibida de lo que no se podía hacer/pensar/decir en cuestiones religiosas casi ha desaparecido. Sin embargo, aún en mi infancia se vivía ese ambiente de veneración a los símbolos y ritos religiosos, y nada había que diese más miedo que aquello que rompía con lo sagrado.
Ahora se entiende menos.

Saludos

1984 dijo...

Gracias mil Oriol por esta reseña tan buena y trabajada. No tenía ni idea de la existencia de esta novela. Para mí es todo un descubrimiento. A ver cuándo me la puedo agenciar y leer. De posesiones diabólicas y curas que dudan de la fe está, claro, "El exorcista" de William Peter Blatty. La película de 1973 es buena de verdad. Un clásico. La novela, bueno, se deja leer, pero tiene un tonillo integrista y de denuncia airada de un mundo materialista y descreído que tira para atrás. Además, estaba llena de disquisiciones filosóficas y teológicas muy pretenciosas, que creo que sobran porque entorpecen la lectura, son como un bache en una carretera. Por tu reseña, Russell también aprovecha su novela para dar doctrina, sentando el precedente que luego seguirá Blatty. Otra novela de Blatty sobre posesión diabólica es "Legión", que tampoco está mal, pero abusa de lo mismo: discursos alambicados sobre la fe que a algunos ni fu ni fa. Quien no mete teología en su novela y acertó de pleno fue Ira Levin con "La semilla del diablo." Enfocó el asunto con ironía y ambigüedad y le salió una novela redonda.

Oriol dijo...

Estoy de acuerdo contigo, Lupita, en que hay que entender "Juicio a Satán" (especialmente esos pasajes en que aborda la religión) ateniéndonos a su contexto histórico. Por eso, le perdono algunas cosillas que, en otras circunstancias, me hubieran chirriado mucho más. Pero es innegable que, para la sensibilidad contemporánea, los temas tocados por esta novela se antojan poco transgresores.

Y todo lo referente a la interacción de la pequeña comunidad en que transcurren los hechos con la parroquia local y sus habitantes resulta inverosímil visto desde la actualidad. Hay una escena en que se denuncian los gritos que se oyen en el edificio a un policía. Y el tío va y suda de todo porque 1) su interlocutor es ateo y 2) confía en los hombres de Dios, a pesar de que el padre Sargent es un recién llegado con el que apenas ha tratado.

1984, has dado en el clavo. Como intenté comunicar al decir que "Juicio a Satán" no es ecuánime al confrontar ciencia y religión, mundo material y espiritualidad, me refiero a que (como sucede, según cuentas, en "El exorcista"), hay una reivindicación de la doctrina bastante manipuladora. El argumento, los personajes e incluso el autor entre líneas tiran todos en esta dirección. Aunque debo decir que, integrada en el conjunto, esta doctrina no acaba de volverse todo lo indignante que podría haber sido.

Anónimo dijo...

Gracias por la reseña Oriol mayor Thompson

Narayani dijo...

La verdad es que esta historia nunca me ha llamado la atención, ni el libro ni la película, así que no me lo apunto. Eso sí, la reseña me ha gustado mucho y me quedo con muchas ganas/curiosidad de leer la escena de la seducción que comentas.

Besos!

Oriol dijo...

Narayani, supongo que el libro y la película a los que te refieres es "El exorcista", y no a "Juicio a Satán", pues hasta donde yo sé no existe adaptación cinematográfica de esta última historia.

En cuanto a la escena de seducción, decirte que es intensa y, al mismo tiempo, oscuramente divertida. Hay una ilustración con un estilo muy pulp hecha para la cubierta de una edición de bolsillo en inglés de esta novela que la resume a la perfección. Puedes verla en el siguiente enlace: https://www.amazon.es/case-against-Satan-Ray-Russell/dp/B0000CLNR0