miércoles, 27 de noviembre de 2019

Dorothy Scarborough: El viento

Idioma original: Inglés
Título original: The Wind
Traducción: Sara Álvarez Pérez
Año de publicación: 1925
Valoración: Recomendable
Nivel de "spoilers" de la reseña: Alto

Publicada originalmente de forma anónima, El viento es una novela sureña de principios de siglo XX a la que hay que reivindicar. En primer lugar, porque es una mezcla de literatura gótica y "western". También porque presenta, desde un enfoque pionero, una suerte de subtexto feminista. Y, sobre todo, porque es una delicia en lo que a fondo y forma respecta. Dicho lo cual, resulta cuanto menos curioso que esta obra de Dorothy Scarborough haya permanecido inédita en España hasta ahora. 

Letty, una joven huérfana obligada a dejar su casa en Virginia, se va a vivir a Texas con su primo. Las penalidades que allí experimentará le arruinarán la infancia. Y el viento... Para Letty, el viento es lo peor. No la pobreza o la soledad. No su vulnerabilidad y su dependencia. No la angustia de saber que, por su culpa, se han enfrentado personas que se conocen desde hace mucho tiempo. No la sequía, el hambre, la arena. No un matrimonio sin amor. El viento. El viento es lo que enloquecerá a nuestra desdichada protagonista.

A mi juicio, estos son los apartados más conseguidos de El viento:

  • Sus temas y la sutileza con que han sido expuestos. 
  • La voz narrativa, capaz de acercarnos íntimamente a la protagonista de la historia sin tener que mimetizarse del todo con ella. 
  • Letty. Queda perfectamente definida su personalidad, así como la transición que experimenta tras su llegada a Texas.
  • La densidad psicológica de varios personajes. Mención especial para Letty y la mujer de su primo, Cora. 
  • Algunas de sus escenas, memorables y capaces de transmitir angustia, tensión o auténtico pavor según se tercie. 
  • Sus pertinentes contrastes. Se superponen constantemente el pasado con el presente, la dureza del paisaje y los elementos del Oeste con la plácida naturaleza de Virginia, las diferencias existentes entre los habitantes de uno y otro lugar... 
  • La crítica social que transmite. A fin de cuentas, Scarborough reprocha la dependencia a la que se condenaba al sexo femenino en su época.
  • El acertado uso del viento como antagonista, transfigurado en un «semental satánico» al que el hombre no puede vencer.
  • Sus reminiscencias a las novelas inglesas decimonónicas (tono agridulce, heroína ingenua, matrimonio prematuro, insinuación de fuerzas sobrenaturales...).

Por otro lado, mis quejas son las siguientes:

  • El desarrollo de Sourdough no me parece orgánico. Su socio se casa con la chica de la que ambos están enamorados y al principio parece que eso le afecta, ¿pero luego se le pasa? Ya puestos, este personaje se ausenta en las últimas páginas de la historia, pues Scarborough es incapaz de cerrar su conflicto. Mal, muy mal.
  • Celebro que el final de El viento sea menos previsible de lo que podría haber sido (logró darle una dimensión inesperada a Wirt Roddy, por ejemplo). Sin embargo, dejó cosas en el aire.  
  • En cuanto a esta edición de errata naturae, destacar que hay tramos en los que la traducción de Sara Álvarez Pérez se siente poco pulida. Especialmente en esos pasajes en los que hay que sobreentender quién dice o hace algo.

No creo que haga falta entrar más en materia. Sólo afirmar que, para mí, esta es una obra recomendable. Pese a sus defectillos, está escrita con una técnica incuestionable, exprime con bastante acierto sus limitados elementos (personajes, escenario y "leimotiv" narrativo) y tiene un trasfondo de crítica social bien encauzado.

El viento fue adaptada por Víctor Sjöström al cine mudo en 1928. El desenlace de la película tuvo que ser cambiado, pues el público lo consideró demasiado trágico. Sin comentarios...

3 comentarios:

Juan G. B. dijo...

Pregunta pedante del día: Por la fecha no pareve pero, ¿este viento tiene algo que ver con la "tormenta negra" del Dust Bowl que tuvo lugar en los años 30?

Unknown dijo...

En tejas viento vacas petróleo.. Saludos mayorthomson

Oriol dijo...

No, Juan, el viento del que se habla en la novela es el habitual en la región. También se mencionan los ciclones, por ejemplo, aunque ninguno transcurre durante la acción.

Ah, según el libro, algo bueno de Texas son sus puestas de sol sobre la llanura. Las describe tan bonitas que a uno le entran ganas de ir a verlas, pese al maldito viento.