Título original: L'excepcionalitat permanent.
Traducción: el propio autor.
Año de publicación: 2023.
Valoración: recomendable, interesante.
Empiezo poniendo en valor la tarea de Anagrama en su colección Nuevos Cuadernos Anagrama a la que, sin apenas darnos cuenta, estoy (estamos) dando un cierto seguimiento. Primero, por cuestiones objetivas: tratan temas de cierta actualidad, las firmas suelen disponer de cierta reputación, a ello añadamos el eminente aspecto práctico de tratarse de textos de formato no muy extenso que constituyen el sueño húmedo del reseñista algo apurado (subespecie en la que me incluyo sin ningún pudor), cuestión que incluso permite una relectura algo apresurada si, llegado el punto de la reseña, nos damos cuenta que el tema del libro es algo recurrente .
Excepcionalidad permanente parece un oxímoron, pero como título y como concepto que articula el libro es de una exactitud preocupante. Más, cuando se trata de definir un hábito establecido entre la clase dirigente (que no siempre coindice abiertamente con la gobernante) con tal de mantener a la masa - otro concepto a analizar, pero otro día - en una situación que se justifique por sí misma. Rabiosamente actual. A la hora de reseñar este libro hay dos expectativas crecientes a nivel global: una, la reacción, o la envergadura de esta, de Israel ante los ataques de Irán, la otra, la incerteza del resultado de las elecciones USA, que por sí solas podrían dar sentido a una revisión ampliada de este texto. Así que el concepto, enlazado por supuesto con los coletazos de la pandemia (que dio lugar a otro interesante texto de esta colección) y absolutamente trenzado con realidades muy preocupantes con las que estamos encontrándonos en los países denominados como occidentales. Léase, auge de la migración, problemas de convivencia en distintos niveles, inseguridad física y psicológica derivada del sesgo con el que estos problemas se están tratando en medios, en redes sociales, avance lento pero inexorable de ciertas concepciones reaccionarias de la vida, camufladas bajo el manto de cordero de la irreverencia y de cierto romanticismo implícito con la rebeldía. Como si, a falta de fechas que cuadren sufriéramos una tensión pre-milenio inexplicable, una especie de movimiento pendular entre el hedonismo y la trascendencia, todo ello teñido de una capa de intensidad que, curioso, choca con la pereza y la abulia de las que acusamos a las nuevas geberaciones.
Gozalo Salellas, ensayista, docente y colaborador en medios de comunicación, con experiencia vital residiendo en los Estados Unidos, también partícipe de algunas situaciones de tensión más locales, aporta diferentes perspectivas para que pensemos en ellas. Trump, Putin, Bolsonaro y algunas personalidades (que se creen divinidades) de por aquí. Los ejemplos se amontonan y van a más: el autor nos advierte de esa especie de inconsciente colectivo, ese torbellino de ausencia de normalidad en el que, por uno u otro pretexto, los ciudadanos andamos abducidos mientras se nos pide que vivamos una vida normal en condiciones anormales, de restricción de libertades, de situaciones especiales, de suspensión de cotidianidad siempre por algún motivo, siempre por alguna causa.
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