martes, 30 de enero de 2024

Montserrat Huguet: Breve historia de la guerra de la independencia de los Estados Unidos

Idioma original: castellano

Año de publicación: 2017

Valoración: Se deja leer


Supongo que es bastante obvio por qué alguien lee un libro de Historia. Claro, para conocer más sobre el asunto del que trata, y en esa tarea es fundamental no sólo el rigor y un volumen suficiente de información, sino también un cierto equilibrio en el que la claridad expositiva puede ser el factor clave. Queremos saber qué ocurrió en un periodo determinado, conocer los hechos fundamentales, sus antecedentes, los personajes decisivos, el entorno, el desarrollo y desenlace, las consecuencias. Desde luego no debe ser tarea fácil, no basta con que el autor domine la materia con la solvencia que se presupone, tiene que saber sintetizar, estructurar y, lo más importante, transmitir. 

Desgraciadamente, no es el caso. Si me acerqué a este libro fue porque me interesaba conocer algo más, o algo a secas, sobre la guerra de independencia estadounidense, por qué y cómo aquellos trece Estados rompieron con la metrópoli inglesa a finales del siglo XVIII. Elegí este libro, y me he quedado no diré con las ganas, pero sí a medias. Posiblemente el proceso es de por sí algo confuso, con una Declaración de independencia que no desencadena efectos inmediatos y radicales, multitud de batallas que son más bien encontronazos poco decisivos, y un desarrollo que tampoco se ajusta a la evolución territorial de otros conflictos. Imagino que eso dificulta una exposición cronológica diáfana, pero ahí debe estar la pericia del autor.

Desde luego no dudo de los conocimientos de Montserrat Huguet, de hecho la profusión de datos que exhibe el libro demuestra que maneja mucha información, incluso que hace el esfuerzo por sintetizarla. Pero el resultado está lejos de ser gratificante. Parece claro que los deseos de liberarse del poder inglés responden casi exclusivamente a motivos económicos, los colonos se ven perjudicados por las limitaciones al comercio con otras naciones (limitaciones derivadas de las disputas de Londres con franceses y españoles), y se rebelan contra los impuestos aprobados desde el otro lado del océano. 

Pero cuando la situación avanza hacia un conflicto abierto, el texto se sumerge en la confusión. Reconociendo la dificultad de describir un proceso atomizado y poco lineal, la autora no parece capaz de poner orden y luz. Se multiplican las batallas, las declaraciones, los incidentes, desfilan decenas de nombres a los que no es fácil ubicar y menos jerarquizar, porque la autora no lo hace. El orden cronológico queda desdibujado, cuando no directamente desbaratado, con incursiones  en aspectos puntuales (el comercio, la esclavitud, la posición de los indígenas) que desorientan al profano, y la importancia real de los personajes clave (Washington, Jefferson, Franklin, Adam, Madison) no termina de quedar claramente determinada en muchos casos. Solo la semblanza de varios de ellos que se incluye en la parte final (la más interesante) permite reconocerlos con más nitidez.

Bueno, pues ante los desaires de la metrópoli y el perjuicio del que los colonos empezaron a sentirse víctimas, se generó un movimiento de rebeldía, que en alguna medida era también un sentimiento de oposición frente a la estratificación social de la vieja Europa y en favor de una incipiente y nebulosa conciencia democrática, o más bien de una aspiración de igualdad. Esto cristalizó en la unión de las trece colonias (unión cuyo formato fue siempre discutido, hasta desembocar más tarde en una Guerra civil) y en la Declaración de independencia de 1776, a la que en principio Londres no dio excesiva importancia. A partir de aquí se fue fortaleciendo la idea de crear un Estado nuevo, desarrollándose una guerra a base de enfrentamientos puntuales y dispersos, Lexington, Saratoga, Yorktown y todos esos nombres que pueden sonarnos familiares. Lo veo como algo distinto de una guerra de frentes, es más bien una revuelta que va ganando peso con la progresiva organización del ejército de colonos, que acosan a los casacas rojas al mismo tiempo que a los civiles legitimistas. En la contienda intervienen de forma directa o indirecta nativos americanos (casi siempre del lado inglés), franceses y españoles y es, desde el punto de vista internacional, un pulso entre otros varios por el dominio de los mares y del comercio mundial, aunque obviamente para los angloamericanos rebeldes es sobre todo una creciente aspiración al autogobierno.

Son las ideas básicas que uno puede extraer de la lectura, aunque la forma de exponerlas resulta, como apuntaba antes, bastante deficiente, confusa, desordenada y poco atractiva para el lector no iniciado en el asunto. Es la asignatura que le queda pendiente a la autora, al menos en lo que respecta a este libro: ser capaz de transmitir, tratándose de un texto claramente divulgativo, el interés de unos episodios que han tenido sin duda una enorme importancia en la Historia, pero que contados sin chispa y más bien con poca claridad se quedan en algo que tiende sin remedio a lo plomizo y aburrido. 

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