lunes, 6 de febrero de 2023

Jennifer Otter Bickerdike: You are Beautiful and you are Alone. La biografía de Nico



Idioma original: inglés

Título original: You are beautiful and you are alone. The biography of Nico.

Año de publicación: 2022

Traducción: Gabriel Cereceda

Valoración: bastante recomendable

El tránsito por la fama de Nico es breve pero intenso: es una de las voces solistas en el disco de debut de The Velvet Underground, a la postre uno de los discos más influyentes de la historia, objeto de culto tanto en lo estético como en lo musical. No sin grandes reticencias por parte de los otros miembros del grupo, en especial Lou Reed, líder visible y uno de los compositores al que, por cierto, este libro no deja muy bien parado. 

Este libro, producto del exhaustivo resultado de la investigación de Jennifer Otter, periodista musical con alguna otra obra que habrá que indagar - es decir, esperar que se traduzca - reporta su breve (fallece a los 49 años) pero intermitentemente intensa existencia. Lo hace sin pronunciamiento moral alguno, ni siquiera enfatiza en exceso la multitud de elementos que integraron su mito, más bien los narra en secuencia temporal, con lo que sus cuatrocientas páginas se convierten en un recorrido de difícil definición. Prácticamente desde la mitad del libro avistamos el precipicio al que nos dirigimos. Pero no es una montaña rusa. Es un lento descenso hacia el valle donde vemos que vamos a parar sin necesidad de usar el freno. 

Nico nace en 1938 en la Alemania del nazismo, vive en el Berlín que ve pasar los convoyes hacia los campos de concentración, se refugia en los túneles durante los bombardeos, es víctima de la sed de venganza de las tropas aliadas cuando se hacen cargo de la ciudad. El libro aporta los detalles de hechos tan remotos y no juega con la especulación. Ya adolescente, su imponente planta física llama la atención de forma poderosa. Es una mujer rubia de ojos claros, mide 1,80 m. y tiene una capacidad innata de atraer las miradas. Aparece fugazmente en películas, se convierte en modelo y aparece en portadas. En sus viajes por el mundo recala en NY y es inmediato objeto de deseo de la Factory de Andy Warhol. Penetra en ese mundo que combina glamour y sordidez, se convierte en una especie de complemento estético al que se le ofrece poca opción en lo artístico. Pero está ahí, en el centro del universo creativo, donde se está definiendo la corriente dominante, en primera línea. Aunque se siente un elemento poco apreciado, o apreciado lo justo por su elemento estético, sin intervención relevante en lo creativo y limitada en lo interpretativo. 

Pero sería injusto delimitar este libro a lo esencialmente testimonial. You are beautiful and you are alone no es una biografía de una mujer que toca el cielo de la esencia del rock y traza una decadencia. No es una anécdota, no podría serlo, pero tampoco es el elemento central del libro. Nos alejamos, por tanto, de cierto esquema basado en las anécdotas de los procesos de grabación de las obras maestras de la música, de las coartadas narrativas basadas en aspectos técnicos. Este libro, sin apelar más de lo necesario a lo crítico (podría, hay que expresar alto y claro que el universo del rock no fue ajeno para nada al machismo recalcitrante propio de la época) muestra el sórdido recorrido de la artista, desde su falso estrellato como mujer objeto en el mundo de la moda hasta su intento de reivindicar su talento en el mundo de la música, condicionado éste por su nula formación musical o vocal, todo ello acompañado trágicamente por un acompañante omnipresente: sus adicciones, especialmente a la heroína, que penetraron en su día a día de forma progresiva e irreversible, que condicionaron su existencia y que provocaron que acabara renunciando a una vida cómoda y desahogada para arrastrarse por tugurios de mala muerte siempre emparejándose con personajes lastrados por sus mismos problemas Eso sí, antes fue pareja estable u ocasional de lo más granado: Brian Jones (Stones, fallecido a los 27), Jim Morrison (The Doors, ídem), Bob Dylan...

Lo realmente notable, aparte del profuso trabajo documental, es cómo Jennifer Otter se abstiene del juicio de valor, se limita a reivindicar su derecho a pelear por sacar adelante su talento en un mundo que la había estereotipado por su espectacular e intimidatoria belleza. Más de una vez sugiere que el final de su existencia (casi veinte años que terminan con su muerte en Ibiza en un accidente de bicicleta que parece bastante estúpido) fue un lento tránsito huyendo de ser una mujer guapa. Y lejos de ofrecer esta biografía como ejemplo de nada en lo personal, lo convierte en un rotundo testimonio de lo cruel que puede ser determinado círculo con los juguetes con que deja de divertirse.

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