domingo, 29 de enero de 2023

Laetitia Colombani: La trenza

Idioma original: francés
Título original: La tresse
Traducción: José Antonio Soriano
Año de publicación: 2017
Valoración: se deja leer

Dice la contracubierta que La trenza fue un éxito editorial en Francia y que su autora, multifacética mujer joven, se consagró con esta su primera novela. Bueno, dice ópera prima, que el latín siempre suena muy solemne y el tema requiere solemnidad. La contratapa, como es habitual, añade una breve sinopsis del libro, que suele ser clave para que ciertos lectores tomen la decisión de enfilar la línea de caja.

El pequeño problema con La trenza es que, leída esta sinopsis, sus doscientas páginas no van a aportar gran cosa más, salvo descifrar el misterio insondable que unirá a las tres protagonistas de los tres relatos que se turnan para configurar la novela, cuestión que, cuando esa circunstancia surge, empieza a atisbarse. En resumen, y siendo reduccionista y con algo de mala leche, La trenza podría resumirse en tres frases largas sin perder gran ápice de su substancia, incluyendo el desenlace. Tampoco negaré que hay muchas grandísimas novelas con las que podría hacerse lo mismo. Pero, para mí, La trenza no es una gran novela.

Y su debilidad se manifiesta ahí. Que uno tiene que hacer equilibrios para no estropear el final, no porque este sea espectacular, sino porque incluso el propio título de la novela es determinante y la historia de tres mujeres rebelándose ante su destino en diferentes puntos del globo debería, pero Colombani malogra la oportunidad de ser más crítica, más punzante, estar menos enfocada en esa trágica coincidencia, mera anécdota. Modesta opinión, insisto, la mía, que no me apetece ser crucificado al grito de insensible. ¿Es La trenza una novela de empoderamiento? Una madre de la casta intocable en la India luchando por el futuro de su hija. Una joven italiana intentando reflotar una pequeña industria familiar en decadencia. Una agresiva y exitosa abogada canadiense topándose con un inesperado problema que puede cambiar su vida. Y en vez de atacar el problema de las clases sociales, de las desigualdades, de la enorme hipocresía del Primer Mundo, que parece constituir para la autora el Ejemplo de Todo, ¿optamos por lo que - lo siento, no puedo explicar más - opta Colombani? ¿Por qué, sigo esquivando, ya es algo agotador, estropear la lectura, circunscribir el alcance de lo novela, apelar a lo emocional de un ámbito limitado y no a lo objetivamente injusto de todo un planeta?

Porque el único recurso presente aquí (la prosa es bastante plana, se lee con mucha facilidad) es la hipérbole. Smita, en la India, tiene que acarrear mierda, cosa que la autora restriega y restriega a cada párrafo, y alimentarse de roedores. Para qué hablar de un país idealizado por los ecoyuppies como representación de la espiritualidad. Qué bien nos va su descontrol demográfico para abaratar costes con el dumping de los back office. No. Nada de eso. Giulia, la joven italiana, ama con pasión a su familia y a su oficio. La abogada canadiense tiene un enorme talento y ambición (subtexto: cobra un pastón). Para qué atacar el enriquecimiento usurero de los grandes bufetes legales con sus lujosos despachos en los barrios financieros o pudientes o elegantes -elija la palabra - de las  grandes ciudades. La trenza sacrifica esas posibilidades con azucarillos emocionales, usando una coincidencia epidérmica, aprovechando una marranada de la vida para centrarnos en una circunstancia que , de rebote, acaba con el Tercer Mundo mendigando para saciar los caprichos del Primero. Bah. Una oportunidad perdida.

4 comentarios:

beatrizrodriguezsoto dijo...

Hola, Francesc. Leí esa novela como “deberes”para un club de lectura hace unos meses. No me gustó y no hice comentarios, que es mi manera de ignorar lo leído; la recordé, al ver tu reseña, por el dibujo de su portada. Tú lo dices mucho mejor que yo, es insignificante. Si profundizara en la sicología de sus personajes o en el análisis sociológico de los medios en que se mueven no sería esa novela. No sería una novela de lectura fácil y de escritura fácil también.
Saludos

Dr. Fabián dijo...

No sé si estoy del todo de acuerdo con vos, porque no la terminé. Si no la terminé es que, hasta ahí, estamos de acuerdo.

Carmen dijo...

Leí este libro por recomendación de una persona con cuyos gustos solía coincidir... Y vaya decepción. Seguramente parte de ella se debió a las altas expectativas, pero no solo, y tu reseña, Francesc, describe muy muy bien lo que me pareció este libro. Añado que me parece que es un libro que se aprovecha de las circunstancias de sus protagonistas para tratar de emocionar y trascender, pero se queda en algo superficial. Las historias no me llegan (ni siquiera me interesan) y la conexión entre las protagonistas está muy cogida por los pelos (nunca mejor dicho). Cero ganas de seguir leyendo a esta autora.

Anónimo dijo...

Muy muy floja. El recurso de la trenza como enlace para las tres historias no está mal, pero la novela en sí me parece muy plana. Y el final de la parte de la India de vergüenza ajena.
En cambio, fui a ver la obra de teatro basada en la novela, a regañadientes con expectativas bajísimas, y no me desagradó.

Saludos

Gerónimo