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domingo, 31 de diciembre de 2023

Jesús Cañadas: Dientes rojos

Idioma: español

Año de publicación: 2021

Valoración: Muy recomendable

Hay libros (no sólo novelas, pero es más habitual que ocurra con algunas novelas) que te agarran, te muerden, se aferran a ti y no te sueltan, como la barracuda al brazo del buceador demasiado curioso o el perro de tu vecino cuando se aferra a tu pierna para... bueno, dejémoslo. El caso es que, como digo, hay libros que no te sueltan ni echándoles agua caliente o, mejor dicho, que uno es incapaz de soltar ya desde un principio y no se puede hacer otra cosa sino leerlos hasta que acaban. Sí, es cierto que existen fórmulas, trucos de escritor para conseguirlo y de eso se alimentan los escritores de best-sellers o, más aún, quienes publican libros sobre como escribir un best-seller, pero los escritores con auténtico talento, pese a que pueden utilizar todos esos trucos, en realidad no los necesitan o les salen solos, los traen ya aprendidos de serie. Esto, por supuesto, no se limita a los thrillers o, más en general, a las obras de género, como es el caso que nos ocupa, y se me ocurre un buen puñado de autores/as, no sólo de ficción, que saben cómo atrapar a los lectores y no soltarnos hasta que llegamos, exhaustos y a veces estremecidos e incluso emocionados, al final del libro. En ese grupo, a partir de ahora (y espero que sea algo que ratifiquen próximas lecturas) incluyo, sin la menor duda, a Jesús Cañadas.

Resumen resumido: en un Berlín pre-invernal, el agente de la Brigada Criminal del distrito de Neukölln Lukas Kocaj es asignado al caso de la desaparición, en preocupantes circunstancias, de Rebecca Lilienthal, una adolescente interna en un colegio católico. Su compañero es el veterano sargento Otto Ritter, alias Tenaza, una mala bestia de la antigua escuela, poco dado en contemplaciones con los sospechosos, sobre todo cuando lo son de violencia contra las mujeres. Juntos, aunque no siempre bien avenidos, tratarán de seguir la pista de la chica y de un enigmático y ominoso Rey, que parece acechar detrás de todo el asunto. Para ello tendrán que visitar el Incendio y el Hoyo, en busca de la misteriosa Zona de Fumadores, donde parece haber acabado Rebecca...

Como se ve, la novela discurre , en su primera mitad, por los caminos más o menos habituales del thriller policiaco, echando mano su autor, incluso, de algunos de los consabidos tópicos del género (poli novato frente a poli veterano, problemas personales de los mismos, etc.), aunque con la suficiente habilidad para integrarlos dentro de una historia que, por momentos, se va volviendo más extraña, hasta convertirse, ya definitivamente, en una historia de terror fantástico, aunque con el trasfondo, por desgracia más que real, de la violencia de distinta intensidad, pero inequívoca, que sufren tantas mujeres, no importa la edad... Cañadas mueve a sus personajes por un escenario inequívocamente urbano, un Berlín bastante alejado de los que suelen conocer los turistas  e incluso, en más de una ocasión, de lo que conocen los propios berlineses, de una ciudad al parecer especialmente plagada de recovecos y grietas, donde se ocultan realidades cuando menos inquietantes; sin embargo, se diría que, junto a elementos arraigados tanto en la propia religión cristiana como en la mitología clásica  (se podría decir que la novela es, en cierto modo, una traslación moderna del mito de Orfeo y Eurídice en la que ambos tuvieran un descenso al Hades y vuelta de allí, aún mucho más complicado) o la tradición de la narrativa de terror, se diría que también echa mano del imaginario propio de los cuentos tradicionales, de los hermanos Grimm, sin ir más lejos: encontramos con un caballero que trata de salvar a una princesa, con ogros y otros monstruos varios, con una bruja... (En realidad, mi teoría va un poco más allá y me atrevería a sugerir que la historia puede verse como una versión oscura y siniestra de un episodio de Hora de aventuras, con Kocaj haciendo de Finn el Humano, Ritter de Jake el Perro, Rebecca sería la Princesa Chicle y el Rey... pues el Rey Hielo, claro.

Digo que me atrevería a sugerirlo pero no me atrevo, porque si aún tengo miedo, desde que escribí que Nuestra parte de noche venía a ser una versión adulta de las aventuras de Harry Potter, de que la Reina Mariana le pida a San La Muerte que me haga algún trabajito, no voy a ahora a provocar que Jesús Cañadas contrate a unos sicarios del este de Europa para darme una paliza. Así que paz, ¿eh, Jesús, bro?. Buen rollito).

Vale, no voy a seguir por ahí, que luego se me queja el respetable y, además, quedan varias cosas importantes que decir acerca de esta novela:

1- El arco narrativo o incluso la transformación de los principales personajes. Y no sólo es que cambien, es que ya desde un principio (o de lo que parece en un principio, mejor dicho) todos ellos son más que complejos...

2-  La frecuente aparición de momentos muy violentos, tanto en el plano real como en el fantástico, llegando a extremos bastante gore... Es necesario avisar de esto porque tampoco es ésta una novela apta para espíritus y estómagos delicados. No es una violencia, empero, gratuita, porque cierta violencia es, precisamente, el tema central de la novela.

3- La creación de ambientes y personajes -no me refiero sólo a los protagonistas, que también- absolutamente fascinantes, opresivos a la par que magnéticos, espeluznantes pero verosímiles. Quien viva o visite Berlín no podrá veer ciertas partes de la ciudad de la misma forma de la misma forma ni cruzarse con sus habitantes sin preguntaarse por los secretos que esconderán, sospecho... (hay que explicar, que el autor también vive allí, al parecer).

4- Y ya acabo: lo bien que escribe Cañadas y no sólo por su innegable sentido del ritmo, con el que sabe llevarte en andas toda la novela sin que te des cuenta, sino también su dominio de todos los recursos narrativos, que sabe manejar con destreza según las necesidades de cada momento, ya se trate de una escena de acción, una descripción, un interludio erótico o una mirada de frente al horror como la que encontramos, y en más de una y de dos ocasiones, en esta estupenda novela. ¿Que es una novela de género? Sí, carajo, y ojalá fueran todas así, en intensidad, honestidad y excelencia, ya se trate de terror, género negro o novelas "de tacitas". Y ojalá alguien se decidiera a hacer una peli o una serie basada en este libro, respetando todo lo posible sus muchas cualidades porque, creedme, lo íbamos a flipar...

sábado, 30 de diciembre de 2023

Betty Mahmoody: No sin mi hija

Idioma original: inglés
Título original: Not Without My Daughter
Traducción: Rosa María Bassols Camarasa
Año de publicación: 1990
Valoración: Se deja leer

Hay libros que no pasarán a la historia de la literatura, entre otras razones porque no es su función: en este caso, la misión que cumple esta novela es muy simple, pero también necesaria: la de contarnos las terribles peripecias que tuvieron que sufrir Betty Mahmoody y su hija Mahtob para huir de las garras de su respectivo marido y padre, un hombre iraní, inmigrante en los EEUU, que al volver a su país con su recién formada familia nos muestra su verdadera cara.

Basada en hechos reales, hubo una segunda parte, película, etc. que no me meteré a analizar aquí (entre otras razones, principalmente porque no me interesan) y me limitaré a la novela que he leído.

Como digo, no es una gran muestra de literatura, pues, a pesar de haber contado con un escritor de apoyo (William Hoffer), el libro no intenta dejar un poso de calidad artística, sino que funciona más bien como el terrible testimonio de estas dos valientes mujeres. 

El argumento es muy sencillo de comprender: Betty y su hija viajan con su marido a su país de origen, Irán, y allí se encuentran un absoluto infierno para las mujeres para el que Betty no está en absoluto preparada. Su marido (un sujeto del que no me interesa recordar el nombre), un lobo con piel de cordero, intenta que la estadounidense se comporte como una mujer nacida y criada en territorio musulmán, con todo lo que ello conlleva, entre otras cosas la absoluta falta de libertad para una mujer acostumbrada a moverse libremente. De ciudadana a esclava.

Betty ve limitada sus interacciones humanas a las mujeres de la familia de su marido, con las que choca inevitablemente. Se han criado en dos culturas muy diferentes y, entre ellas, resulta inconcebible la concepción del mundo de las otras.

Después del shock inicial y la posterior depresión, Betty trata de convertirse en una buena mujer musulmana: comienza a interesarse en la religión musulmana, estudia el Corán y se dedica a la cocina y al cuidado del hogar. Su marido ve esto con buenos ojos y, paulativamente, le va concediendo un mayor grado de libertad. Gracias a una red de amigos que consigue conocer (buena gente hay en todo el mundo), Betty consigue finalmente huir para contarlo a través de un calvario que no lo quisiera yo para mí.

Si algo me ha aportado esta novela (y no es poco), es conseguir adentrarme un poco más en la forma de pensar y comportarse de una mujer maltratada que no abandona a su marido – bueno, vale, en este caso porque aunque quiera directamente no puede, pero se me entiende - y comprenderlo; sucede muy a menudo que uno ve terribles casos de malos tratos y no comprende cómo una persona puede vivir así y prolongar la situación en un éxtasis de agonía que nunca lleva a ningún lado.

Betty Mahmoody me ha enseñado cómo, a “saltitos”, por ratos, el marido deja ver un poco la zanahoria para posteriormente emplear el palo y mantener así a la mujer en un estado de falsa esperanza en el cambio de actitud de aquel. Este estado puede prolongarse más o menos indefinidamente hasta que todo acaba – inevitablemente – estallando. 

Es importante reaccionar cuanto antes, la estrategia se ve muy clara desde fuera, pero desde dentro la perspectiva de la relación está tan distorsionada que, lo que a nosotros, espectadores ajenos, nos parece obvio, sea imposible de ver para una mujer inmersa en una relación tan tóxica.

Quizá todo esto sea muy obvio para potenciales lectores, pero esta experiencia tan brutal sin duda me ha aportado un mejor conocimiento del comportamiento humano, que, como digo antes, no es poco. 

Y para ser un libro “de paso”, destinado a ser un puente entre novelas de mayor enjundia, considero que este ha sido un enorme aporte. Por ello no puedo menos que recomendarlo para todo aquel con un mínimo de empatía y preocupado por una de las grandes lacras a las que nos toca enfrentarnos a día de hoy.

viernes, 29 de diciembre de 2023

Vasil Bykaŭ: Ir y no volver

Idioma original: Ruso
Título original: Пойти и не вернуться
Año de publicación: 1978
Traducción: Ángeles Maestro Martín / Svetlana Yaskova Yaskov
Valoración: Entre recomendable y está bien

Esta sería la sinopsis de Ir y no volver: Zosya, una joven partisana, emprende a solas una peligrosa misión en la Bielorrusia ocupada por los nazis. Antón, camarada de unos treinta años, se le une, pese a que ello pueda considerarse deserción. Ambos vivirán, en apenas unos días, una intensa historia de supervivencia, amor, desengaño y traición; ambos serán puestos a prueba a nivel físico por los elementos (el frío, el viento...), el hambre, el cansancio y los alemanes, y a nivel moral por la incompatibilidad de sus propios intereses y convicciones.

La novela, de Vasil Bykaŭ, se lee de una sentada, derrocha oficio y conmueve dada su extraordinaria sensibilidad. No hallaréis en ella una aventura épica y grandilocuente; más bien estamos frente a un drama intimista cuyo foco principal son sus dos protagonistas, así como las reacciones de los mismos ante la situación en la que se ven sumergidos; un drama que versa sobre la inclemencia de la naturaleza, el horror de la guerra y las miserias del egoísmo humano. 

Zosya y Antón son de esa clase de personajes literarios deliberadamente sencillos que han sido bien perfilados por el autor y resultan verosímiles al lector. Ella, antigua profesora de escuela, carece de experiencia vital y está llena de ideales. Él es un hombre atractivo, resolutivo y dispuesto a hacer lo que sea con tal de salvar su pellejo. 

La relación romántica que ambos desarrollan se siente orgánica y tiene las suficientes sombras como para que no se antoje edulcorada. Además, muta en función del argumento, hasta convertirse en una dinámica bastante menos ingenua, lineal y previsible de lo que hubiera podido ser en manos de un escritor poco hábil.

El ritmo de Ir y no volver nunca decae. Ni siquiera en los dos tercios iniciales de la novela, en los que apenas hay acción. Vasil sabe cómo imbuir a la trama de belleza formal a través de una prosa simple pero eficaz, y cómo volver interesantes a sus personajes obligándolos a friccionar, chocar o redimirse. Asimismo, Vasil no depende de escenas intrínsecamente tensas (conflictos, persecuciones, tiroteos...) para que la angustia nos atenace la garganta. Al contrario: logra que una pincelada atmosférica aquí, un pasaje introspectivo allá, nos mantenga en alerta, deseando que nada rompa la falsa calma.

Dos grandes lecciones se pueden aprender tras la lectura de este texto. La primera: que el enemigo no es necesariamente el invasor, sino también el aliado capaz de traicionarte cuando los vientos dejan de ser favorables. La segunda (y esta reflexión la verbaliza el propio autor en un emotivo epílogo): que no basta con apreciar la paz, sino que debemos defenderla.

Hay un par de apartados menos conseguidos, aunque tampoco se podría decir que lastren significativamente al conjunto. A nivel temático y argumental, creo que la caracterización de Antón le hace un flaco favor. Personalmente, prefería la apariencia que el personaje, salvo en el clímax, mantiene a lo largo del relato: la de alguien no necesariamente malvado, pero dispuesto a todo con tal de sobrevivir. Y es que desde el principio actúa de forma harto cuestionable en varias ocasiones, y sus reflexiones evidencian un lado oscuro, pero achacamos que todo esto se debe a un egoísmo que, admitámoslo, es hasta razonable en una situación límite. Sin embargo, Antón acaba revelándose abruptamente como un auténtico sociópata; lo cual, entendámonos, no le resta un ápice de complejidad, pero sí que dinamita, al menos en parte, ese mensaje que yo extraía de la obra sobre que los aliados pueden apuñalar por la espalda cuando les conviene. 

Otro defecto menor de Ir y no volver es que, a mi modo de ver, resulta poco convincente que Antón sea capturado por los partisanos tan fácilmente. ¿No había anticipado, con lo calculador que es, que el granjero podría traicionarle? ¿Por qué no trata de buscar excusas con más ahínco antes de dejarse maniatar?

Por último, aunque la edición de txalaparta cumple holgadamente su cometido, le he encontrado un par de defectos, los cuales querría remarcar a modo de crítica constructiva. El primero: que la sinospis que ofrece no se ajusta demasiado al argumento de la novela. El segundo: que la traducción, a cargo de Ángeles Maestro Martín y Svetlana Yaskova Yaskov, abusa de la repetición de palabras sin que medie razón estilística aparente, y emplea ocasionalmente fórmulas algo rebuscadas; por ejemplo, «En ello estaba su salvación» (¿estribaba?, ¿radicaba?) o «En casa les esperaba la casa limpia».

Resumiendo: Ir y no volver es una interesantísima aportación a la literatura bélica que prioriza la exploración de la psique humana y la oblicuidad de las relaciones interpersonales al contexto en que se desarrolla. Dada la calidad de su factura, la sensibilidad de su mensaje y la efectividad de sus personajes y trama, queda claro que Bykaŭ es un autor sumamente talentoso.

jueves, 28 de diciembre de 2023

UL-AI-D reseña: Javier Ceballos: Sombras Textuales


Idioma original
: español
Año de publicación: 2023
Valoración: nauseabundo
 
En la obra "magistral" Sombras Textuales del autor Javier Ceballos, se despliega una narrativa descarnada que expone la dolorosa realidad de la falta de integridad en la búsqueda del reconocimiento. Este relato autobiográfico sumerge al lector en un mundo turbio, donde los límites entre lo ético y lo inmoral se desdibujan en la vorágine de la ambición desmedida. O sea, Ceballos roba sin reparo ni control, pero a veces por las noches no concilia bien el sueño, o más bien tarda un ratito.

La trama se adentra en la vida de un individuo cuya determinación por alcanzar el éxito lo lleva a sumergirse en prácticas moralmente ambiguas y deshonestas. Ceballos, con una prosa cruda y sin concesiones, presenta un protagonista en busca del reconocimiento a cualquier costo, revelando sus acciones más cuestionables y sus decisiones egoístas que socavan los valores éticos más básicos. Eso sí, su estilo es variado, dependiendo de a quién copia ese día.

Sombras Textuales es un relato profundamente introspectivo que desentraña los motivos detrás de las elecciones inmorales del protagonista, explorando la complejidad psicológica de una mente obsesionada con el logro a expensas de la moralidad. Sin embargo, la ausencia de un mensaje redentor o de una reflexión moral significativa en el personaje principal deja al lector en un abismo ético, sin una clara resolución o aprendizaje que pueda enmendar las acciones pasadas. Dicho en lenguaje llano, el tipejo este tiene un morro que se lo pisa. La mala conciencia por monetizar el esfuerzo ajeno le dura lo justo, hasta que el timbre suena y llega el repartidor de Ali Express, con el pedido que financian nuestros esfuerzos.

A lo largo de sus páginas, el libro desafía al lector a confrontar la realidad de las elecciones moralmente ambiguas que a menudo enfrentan aquellos que buscan el éxito a cualquier costo. Sombras Textuales provoca un cuestionamiento incómodo sobre la naturaleza humana y la falta de integridad en la persecución de los objetivos personales. No leáis estas porquerías. Ni siquiera días como este.
¿Recordáis aquel tío que parasita impunemente nuestro trabajo? Hablo del tal Javier Ceballos (si es que ese es su verdadero nombre). 


miércoles, 27 de diciembre de 2023

Ignacio Jáuregui: Rituales. Un viaje por el hilo que nos une: de Jerusalén a Benarés

Idioma original: Español 

Año de publicación: 2023

Valoración: Bastante recomendable

Ya en el prólogo del texto el autor nos avisa: este no es un texto de carácter antropológico ni un ensayo sobre religión. Se trata, simple y llanamente (aunque de simple tenga más bien poco), de un cuaderno de viaje, de una observación atenta e indisciplinada que tiene como centro, en su más amplio sentido, los rituales, entendiendo estos como maneras de hacer codificadas, con un componente impráctico, que perduran en el tiempo transmitidas a través de generaciones y que sirven, en último término, como vínculos de pertenencia. 

Así, este Rituales de Ignacio Jáuregui se aleja del tratado erudito con profusión de datos y fechas y pone el foco en las pequeñas cosas, en chispazos de belleza efímera, en episodios abarcables que favorecen la obtención de una impresión general.

Dividido en tres partes (Entre creyentes, Presencias y Ceremonias), el texto desmenuza usos y costumbres que hablan del paso del tiempo a la vez que de la innegable capacidad adaptativa del ser humano, de vivencias que hemos de situar por encima de la creencia, de procedimientos que tendemos a vilipendiar (y yo el primero, ojo) pero que nos definen y nos otorgan asideros más o menos inestables.

Y aunque no sea intención del autor que la Historia o la Religión sean centrales en el texto, es inevitable que ambos se cuelen por la gran mayoría de ellos y nos lleven a reflexionar sobre intolerancias e influencias, sobre tradiciones trasplantadas, sobre ritos y negocio, sobre lo absurdo de nuestro eurocentrismo muchas veces simplificador.

Más allá de lo anterior, de esa vertiente que seguro disfrutan los amantes de la Historia, el texto destaca por otros motivos:

  • su evidente voluntad de estilo, especialmente lograda en metáforas e imágenes.
  • su potencia visual y sensorial. Esta claro que el material trae esa potencia "de serie" (la India, Irán, Jerusalén, Etiopia, etc), pero luego hay que ponerla negro sobre blanco.
  • su mirada / enfoque. Por una parte, el viajero se echa a un lado y actúa más de "medium" entre escenario y lector; por otro, se muestra profundamente respetuoso con aquello que ve, lo que no impide que la aparente objetividad de las descripciones añada sutiles toques de ironía y humor.
  • su amor por el detalle, por las pequeñas cosas de la vida (una joven ante un altar dorado en una iglesia ortodoxa, unos niños que se remojan en la plaza de Isfahan, el vestido verde de una de las amigas de una novia etíope, etc), por esos rasgos de humanidad compartida más allá del espacio y el tiempo
En el haber solo puedo mencionar alguna pequeña reiteración que hacen que se haga, más en la parte final del libro, un pelín largo.

Por lo demás, lectura más que recomendable la de estos cuadernos de viaje que esperamos sean actualizados en un futuro próximo. Estaremos atentos

martes, 26 de diciembre de 2023

Karl Ove Knausgård: La importancia de la novela

Idioma original: noruego
Título original: Hvorfor romanen er viktig
Traducción: Kirsti Baggethun y Asunción Lorenzo para Anagrama
Año de publicación: 2022
Valoración: muy recomendable

Creo que es innecesario, a estas alturas, reconocer mi admiración por Karl Ove Knausgård; un autor que, pese a sus múltiples detractores (entre los cuáles varios de ellos se encuentran en ULAD) también tiene muchísimos admiradores tras el fenómeno editorial, pero también lector, que supuso la publicación de «Mi lucha», una autobiografía novelada de más de tres mil páginas de alguien que, precisamente antes de esa publicación, era alguien desconocido con una vida bastante común. La cuestión es que su estilo, su contundencia y la radicalidad de su desnudez estilística supusieron un cambio abismal en la narración del yo.

En la breve obra que nos ocupa, basada en un discurso pronunciado por el autor en Londres en 2022, Knausgård afronta la compleja pregunta que supone, no la cuantificación, sino la cualificación de la importancia de la novela en nuestro mundo. De esta manera, el autor noruego, ávido lector y narrador desde la subjetividad de los hechos que nos rodean, empieza este brevísimo ensayo de apenas cincuenta páginas parafraseando a Rainer Maria Rilke quien dijo que «la música podía elevarlo —lo que en sí no tiene nada de especial—, antes de añadir: “Y bajarme a otro lugar”». Para Knausgård, la literatura provoca el mismo efecto, «esa extraña sensación que te invade cuando acaba de leer» y eso es algo que «ocurre con todas las novelas buenas: pueden llenarme por completo, pero solo en el momento; al acabar la lectura, la vivencia se desvanece». Cabe decir que en este aspecto no estoy de acuerdo con él, o al menos no enteramente; su afirmación es algo que me produce cierta inquietud pues para mí la buena literatura deja un poso, una sensación, que perdura mucho tiempo después de terminar la lectura, quizá no con la misma intensidad o la misma emoción compartida entre autor y lector, pero sí que nos cambia en parte y no de manera meramente puntual sino de forma sostenida.

Afirma el autor que «la lectura es cercanía, es acercarse a algo» en el sentido en el que cuando leemos contemplamos de manera atenta, buscando el detalle, los detalles que conforman el relato, porque «la novela mete cualquier idea abstracta sobre la vida, sea de carácter político, filosófico o científico, dentro de la esfera de lo humano, donde ya no está sola, sino que de golpea contra una miríada de impresiones, pensamientos y actos». Y ahí es donde radica su fuerza, en que esos pequeños detalles y reflexiones que van construyendo la narración son los que nos aproximan a ella; son ellos los que hacen que entremos de lleno en la historia y por esta razón menciona a Joyce y Proust destacando que ellos en sus obras «se meten debajo del relato para expandir el breve tiempo que dura. ¿Por qué? Porque es ahí donde vivimos». Del mismo modo, destaca también «Orfanato» de Zhadan (una lectura que tengo anotada desde hace tiempo), la cual «describe un suceso, una guerra, antes de que se haya convertido en historia, o, en otras palabras, mientas aún es realidad», porque la realidad de una guerra es mejor si es contada mientras ocurre, cuando los protagonistas aun no son ni conscientes de lo que implica lo que les está sucediendo, no ya a nivel global, sino en sus propias vidas. Ese es el verdadero suceso, el que conforman todos y cada uno de los cambios en la cotidianidad de muchas vidas sometidas a un futuro que siempre es incierto hasta que el resultado es tan nítidamente palpable que entonces sí, y solo entonces, se puede observar el impacto y la catástrofe a la que se han ido encaminando sin llegar a ser conscientes de ello plenamente. Es por ello que el autor afirma que «solo una novela es capaz de plantear los conflictos más importantes con los que nos encontramos sin encerrarlos en definiciones, sino dejándolos abiertos a sentimientos y experiencias»; ahí está el verdadero impacto y su realidad.

Knausgård es coherente con su obra, pues precisamente en «Mi lucha» lo que hace es justamente eso: llenar la narración de detalles cotidianos, momentos del día a día, acercándose a su propia vida para que, a partir de ella, podamos expandirla y quizá asimilarla con la nuestra propia. Y esa es justamente la importancia de su obra, en que siendo un libro muy extenso no lo empequeñece con innecesarios detalles sino que es, justamente y a partir de ellos, que su novela se ensancha y se abre a cada uno de los mundos que los lectores compartimos durante los momentos de su lectura porque «la novela da voz a esa experiencia, que así consigue un lugar. Ese lugar no existe en ningún otro sitio (…) ese lugar, ese mundo visto desde el interior y que se deja abierto, solo existe en la novela (…) La misión de la novela es encontrar el camino hacia ese lugar».

Concluye el autor afirmando que «la misión de la novela es entrar en el mundo y mantenerlo abierto». Y de ahí su trascendencia, pues gracias a ella podemos llegar a conocernos a partir de los demás, a otras épocas y personajes, porque sus vidas y reflexiones se confrontan con las nuestras, y el diálogo entre ambas se mantiene abierto mientras el recuerdo de la lectura siga vivo en nosotros. 

También de Karl Ove Knausgård en ULAD: La muerte del padre (y su contrareseña aquí), Un hombre enamoradoTiene que llover, Fin

lunes, 25 de diciembre de 2023

Thomas Bernhard: Corrección

Idioma original: alemán

Título original: Korrektur

Traducción: Miguel Sáenz

Año de publicación: 1975

Valoración: Casi imprescindible


Roithamer es una especie de científico que investiga y da clases en Cambridge, y además ha construido para su hermana una vivienda en forma de cono en el centro geométrico de un bosque. El narrador (quizá un trasunto del propio Bernhard) es su amigo de la infancia, y reflexiona sobre Roithamer desde la buhardilla de la casa de Höller, quien también mantiene la relación con ambos desde la época escolar. De manera que Roithamer es, aunque de forma más bien indirecta, el protagonista de este relato localizado en pequeñas poblaciones de la montaña austriaca.

Corrección es un enorme monólogo interior de casi trescientas páginas, aunque mejor le cuadraría el concepto inglés de stream of consciousness, donde el stream tendría más bien la acepción de 'corriente' o, mejor, 'torrente', porque esto es justamente eso, un torrente incontenible de reflexiones, recuerdos, hechos, ideas, cuyo centro es el citado Roithamer, con todas las ramificaciones posibles. El carácter desbocado del monólogo, antes de conocerlo mediante la lectura, lo vemos al abrir cualquier página: todas y cada una forman el rectángulo perfecto, sin un hueco, porque no hallaremos ni un solo punto y aparte, ningún párrafo, apenas algún punto y seguido. Pero si a alguien le intimidan esas páginas de aspecto monolítico, le diré que no hay nada que temer, en unas pocas líneas, apenas dos o tres páginas, estamos inmersos en ese enorme caudal, nos dejamos llevar por él y enseguida empezará a resultar adictivo, hipnótico.

Con igual facilidad se diría que Bernhard coge velocidad y se ve a su vez dominado por esa prosa que cobra vida propia, de forma que las ideas se van enlazando unas con otras con total naturalidad y, aún más importante, con absoluta nitidez. Así que, pese a las impresiones iniciales, el libro para nada resulta difícil de leer. Estamos sin remedio dentro de la cabeza del narrador, siguiendo sus reflexiones siempre en torno al amigo genial, y en ese gran flujo desordenado hay sitio para muchas cosas: los feroces paisajes de sombrías gargantas entre montañas, la obsesiva búsqueda de la perfección en la construcción del Cono, el carácter destructivo de un trabajo intelectual riguroso, las zonas oscuras de la labor del taxidermista o las comidas familiares en silencio absoluto, el recuerdo de las caminatas infantiles hacia la escuela, la aversión hacia la mediocridad y la molicie de la sociedad austriaca y, sobre todo, la profunda toxicidad de la historia familiar, en la que odios difícilmente explicables quedan apenas ocultos tras la aparente normalidad. Roithamer es el hermano raro que nunca quiso adaptarse a la alienante vida en la casa familiar, que siempre intentó huir, física e intelectualmente, de un medio que le era extraño.

Y la corrección, claro. La corrección es aniquilación, y así Roithamer, que acumula miles de escritos dispersos por su estudio, ha redactado un texto voluminoso que a cada corrección va perdiendo páginas, hasta quedar en unas pocas decenas. Pero la corrección es un concepto tan poderoso que no solo es aplicable a ese libro sino también a la vida misma, porque esa búsqueda de la perfección destruye todo lo que la rodea, los seres queridos y la propia obra. El Cono, el libro, la vida, van quedando carcomidos según se avanza intentando conocer a fondo cada detalle y gobernar todos los resortes.

El texto es tan obsesivo, repleto de repeticiones y retrocesos para machacar una y otra vez cada idea hasta un punto que se revela insano, que poco a poco las voces se van superponiendo, quizás fundiendo y, sin abandonar una cadencia casi musical, parecen ir acelerándose, como precipitándose hacia un abismo. Es como una extraña terapia, en la que los tres personajes parecen ser diferentes perspectivas del propio autor, como en una óptica cubista. El pensamiento se deja correr en distintas direcciones para encontrar solo atisbos, síntomas o nuevos interrogantes, nunca respuestas, un narrador sin nombre que parece real aunque puede no serlo, un amigo en perpetuo silencio que es sin embargo capaz de construir desde sus íntimas convicciones, un genio atormentado que protagoniza páginas y más páginas pero que quizá no es más que la personificación de una enorme incomodidad con el mundo.


Otras obras de Thomas Bernhard reseñadas en ULADaquí

domingo, 24 de diciembre de 2023

Marguerite Yourcenar: Opus Nigrum

Idioma original
: francés
Título original: L'oeuvre au noir
Traducción: Emma Calatayud
Año de publicación: 1974
Valoración: Muy recomendable alto

Uf, cómo empezar con esto. Pues directo al grano: como diría Delibes, la sombra del ciprés es alargada, y si tienes la capacidad de haber escrito Memorias de Adriano, lo siento mucho compañera, pero a partir de ahí toda tu obra se medirá por ese rasero; no haber puesto el listón tan alto. Y no es para nada una mala novela, todo lo contrario; para muestra, un precioso símil sacado directamente de la primera página: “la paz […] comenzaba ya a deshilacharse como un traje usado durante mucho tiempo”

Quizá esta reseña hubiera sido distinta si no hubiera leído antes el opus magnum de Yourcenar, pero es que si no existiesen las Memorias quizá yo nunca hubiese leído este libro - la novela histórica no es precisamente mi género favorito -. Además, en mi caso, he leído hace poco Baudolino, de Umberto Eco, una novela con la que se podrían establecer fácilmente paralelismos: los dos son libros protagonizados por personajes medievales inventados ex profeso – cuya historia nos es narrada desde la cuna al cadalso - que recorren la Europa de su época, y, para rematarlo, ambas novelas pasan por ser parte “menor” de la obra de sus autores. Así que la cosa va de comparaciones.

Opus Nigrum trata sobre la vida de Zenón, un polímata – médico, filósofo, teólogo, escritor, alquimista, astrólogo, domina varias lenguas... - del siglo XVI que Yourcenar usa como pretexto para desplegar una enorme erudición y unos vastísimos conocimientos históricos. El protagonista, amalgama de Da Vinci, Servet, Paracelso, Erasmo, Brahe... nace como hijo bastardo en el seno de una familia acaudalada y dedica su vida a recorrer Europa practicando la medicina.

Zenón es el vehículo ideal para que Yourcenar nos muestre las distintas realidades de la Edad Media del siglo XVI: como médico de pasado adinerado, atiende a reyes y reinas y tiene acceso a sus cortes; como personaje huraño y desencantado, actúa de buen samaritano y se dedica a ser el médico de los pobres, gracias a lo cual conocemos las historias de la gente de a pie. Sus conocimientos científicos nos hablan del progreso y del estado de varias ciencias de la época; su habilidad mecánica nos muestra un breve episodio de protoludismo y lo que hoy en día llamaríamos movimiento sindical y conciencia de clase.
Por otro lado, en cuanto a su personalidad, es partidario de un humanismo nihilista (así lo llamaría yo actualmente) que pone de relieve las contradicciones y luchas internas del cristianismo de la época, así como las suyas propias. En un buen conocedor de la naturaleza humana, y su trato con distinto personal eclesiástico – también de distinta clase y rango: frailes, novicios, obispos -, el intercambio de ideas, es de lo mejor de la novela.

Sin embargo, y aquí viene el pero, la comparación inevitable, no se ve una evolución en el personaje: en el primer capítulo de la novela ya hace gala de su carácter y sus convicciones, y estas nunca cambian, ni vacilan ni muestran fisura alguna a lo largo de toda la novela, desde adolescente hasta anciano, a pesar de todas las experiencias vividas. Es un personaje bastante plano con el que, a pesar de ser objetivamente una buena persona en un mundo lleno de bestias, cuesta empatizar. Carece de la profundidad psicológica que Yourcenar se reservó para Adriano; esta novela es más de sucesos que de personajes - existe una ausencia casi total de secundarios, que solo existen a través de la interacción con Zenón (valga la rima) - donde el verdadero protagonismo no recae en el ser humano, sino en la historia de Europa. Esto es algo que me costó bastantes páginas comprender, quizá mis expectativas tiraban más hacia otro lado.

Bien es cierto que lo mejor de la novela son los largos intercambios que Zenón y sus respectivos contertulios, dispuestos expresamente para ese papel, mantienen: su primo, el prior, su antiguo maestro... es en estos diálogos donde sale a relucir lo mejor del libro, donde Zenón nos habla de su mundo interno, su visión cosmogónica y su filosofía vital, y donde su interpelado funciona como representante de otra teoría, dependiendo del tema a tratar, ya sea vital, humana o teológica. No maneja Zenón la charla banal, no me gustaría coincidir con él en el ascensor. 

Lo que sí me hubiera gustado que estos personajes se desarrollasen más y tuviesen su propia historia, no fuesen solo la consecuencia de la concepción solipsista de la obra. Habría enriquecido el mosaico total.

Cabe decir que, al menos en mi edición, el libro cuenta con una parte final, desligada ya de la narración, en la que la autora nos habla sobre la concepción de la novela y su historia. Por mi parte, agradezco mucho estos anexos que nos hablan sobre la creación literaria y dan explicaciones sobre el contexto histórico, así que punto a favor. Me ayudan a disfrutar más la novela.

No les quiero destripar más de lo necesario sobre este apéndice, pero déjenme mencionar que, según la propia Yourcenar, Memorias de Adriano y Opus Nigrum partían en principio de un origen común, así que hacer una comparación entre las dos quizá no fuera tan mala idea.

En estas hojas finales Yourcenar también nos cuenta que “los temas bosquianos y breughelianos de desorden y horror en el mundo abundan en la obra”: como aficionado a ambos pintores, no puedo estar más de acuerdo.

Una novela, a pesar de todo, muy buena, de la que en unos años tocará relectura, para entonces ya sin ánimo de comparación.

Todos los libros de Marguerite Yourcenar reseñados en la ULAD: Memorias de Adriano

sábado, 23 de diciembre de 2023

Julio Jurado: No espero que me conozcas

Idioma original: Español
Año de publicación: 2023
Valoración: Entre recomendable y está bien (aunque no para todo el mundo)

Acudo a No espero que me conozcas sin conocer de antemano a Julio Jurado, su autor. Me atraen el sugerente título de la novela, la extraña ilustración de la cubierta y la heterodoxa sinopsis ofrecida por la editorial. 

A medida que voy leyendo la obra, soy seducido por su ambición conceptual y los riesgos narrativos que toma. Y la termino satisfecho; quizá no es perfecta, ni ha sido ejecutada con toda la brillantez que su premisa propiciaba, pero valoro su arrojo vanguardista y su capacidad para llevar la historia en direcciones extravagantes.

Llegados a este punto, quiero aclarar que no todo el mundo disfrutará No espero que me conozcas. A fin de cuentas es, antes que una novela convencional, un artefacto literario que mezcla la ficción (en especial el género negro con ribetes fantásticos, absurdos, oníricos y angustiosos) con búsquedas metaliterarias. 

El propio escritor es consciente de que su producto puede llegar a  ser onanista, anárquico, gratuito y repetitivo; incluso admite que está traspasado «por la idiotez supina, cualidad demasiado frecuente y elogiada en el mundillo literario.» (página 166) Por tanto, es lógico que desaliente a más de uno. Así lo remarca constantemente su narrador en primera persona. Por ejemplo, en el siguiente pasaje: «Vaya... Lo siento. En este instante he debido perder otro montón de lectores si todavía queda alguno que haya tolerado de algún modo este relato y que no haya salido corriendo en busca de otro mucho más placentero y, por qué no, mucho mejor cimentado: con profusión de fichas ordenadas sobre la mesa, con un esquema que facilite la arquitectura de la trama, y sobre todo, con documentación que eleve la calidad de las representaciones y sus posibles significantes y significados.» (páginas 238-239)

Personalmente, este nivel de "self-awareness" no sólo me ha parecido entrañable, pues recuerda a aquél de que hace gala Alberto Laiseca, sino que, en general, ha llegado a convencerme. En ningún momento me sentí frustrado por su culpa; tampoco han llegado a violentarme las interrupciones, digresiones o arbitrareidades que el mismo provoca en el tenue relato central.

Por cierto, igual va siendo hora de hablar del mentado relato central. Pues bien, trata sobre la vida de Anselmo Lobo, un escritor en la cincuentena que nos cuenta sus tribulaciones creativas, sus peripecias en tanto que asesino en serie y sus avatares amorosos. De por medio hay, entre otras cosas, desdoblamientos del yo, piernas que tiemblan anticipando la sangre, una verruga que se desplaza o relaciones poliamorosas que involucran amantes fantasmales.

En fin; para ir ordenando ideas, permitid que liste las que, a mi juicio, son las virtudes de No espero que me conozcas:

  • Su, insisto, meritoria ambición y entrañable "self-awareness".
  • Su estructura. Ésta consigue dar sentido al «desorden impuesto» (página 147); asimismo, permite que tanto la ficción y las pinceladas metaliterarias como el pasado y el presente se vayan alternando de forma comprensible y fluida.
  • Ciertas escenas. Han sido muy bien planteadas, ya sea porque logran que su humor funcione acertadamente (pienso en el interrogatorio del inspector Ibáñez narrado en el capítulo XX) o erigen la atmósfera pretendida (aquí me viene a la cabeza la fiesta decadente desplegada en los capítulos IL y L). 
  • Su imaginería. Ciertamente, se antoja más efectista que simbólica o enjundiosa; no obstante, produce un innegable impacto visual. 
  • Varios "leimotiv" (la apelación a la «idiotez supina» o a «lo divino, mágico o literario», las citas a Paparrigópulos...). Dan una ligera consistencia a un conjunto tendente a lo informe y espontáneo.

Por otro lado, estos son los defectos que le encuentro a No espero que me conozcas:

  • Mezcla tantos ingredientes que no todos se desarrollan satisfactoriamente o resuenan con idéntico encanto.
  • Aunque deliberados, su onanismo, repetitividad y falta de respuestas pueden atragantársele a algunos lectores.
  • La prosa, por lo general competente, podría mejorarse. Por ejemplo, ciñéndose todo el tiempo al registro lenguaraz del narrador, repasando la puntuación aquí o allá y solventando un puñado de erratas. 

Resumiendo: No espero que me conozcas es una propuesta interesante que compensa con arrojo y desparpajo sus limitaciones. Aun así, no logrará que el lector "mainstream" sintonice con ella. Y es que no sólo hay que abordarla con cierta predisposición, algo de curiosidad juguetona y paciencia para soportar ciertos excesos; también hay que tener muy claro que esto es mucho más raro que un simple «relato de soberbia personal aderezado con unos cuantos crímenes (...) en el que el chico recupera al final a la chica». (página 273)

viernes, 22 de diciembre de 2023

Percival Everett: Los árboles

Idioma original: inglés

Título original: The Trees

Traducción: Javier Calvo

Año de publicación: 2021

Valoración: tronchante y, por supuesto, recomendable

Durante la inolvidable (y esperemos que irrepetible) presidencia de Trump se producen en el pueblo de Money (sic), estado de Mississippi, unos crímenes particularmente truculentos, con mutilaciones incluidas y que parecen estar relacionados entre sí. Y que, sobre todo, llevan aparejados unas inexplicables apariciones y desapariciones que tienen superadas a las fuerzas del orden locales, comandadas por el sheriff Jetty, por lo que la policía estatal -el MBI, aunque parezca una broma- envía a dos de sus detectives, Ed Morgan y Jim Davis a investigar el caso. Los dos negros, lo cual no tendría mayor importancia si no fuera porque el caso parece tener connotaciones racistas -o las víctimas, más bien- y aquello no deja de ser el muy profundo Sur.

Con estos mimbres muy bien podríamos encontrarnos ante un thriller con conciencia social, al estilo (y ya sé que se trata de una película) de la muy conocida En el calor de la noche, duplicado, en este caso, el detective Tibbs que encarnaba Sidney Poitier (y sobre todo porque el sheriff Red Jetty también recuerda un poco al interpretado por Rod Steiger). La pareja de detectives negros también trae a la memoria, aunque en suave, a los impagables Ataúd Johnson y Sepulturero Jones del gran Chester Himes. Pero el caso es que, según se van sumando los elementos extraños a la trama, ésta va recordando más, y perdón por continuar con las referencias audiovisuales, a un Twin Peaks (1) sureño o incluso un episodio de Expediente X (2). Y aviso que la cosa no ha hecho más que empezar...

¿Ante qué nos encontramos, pues? ¿Un thriller policiaco? ¿Un whodunit con ínfulas políticas? ¿Una novela de terror bien enraizada en la realidad americana, a lo Stephen King? ¿Una distopía con tintes sobrenaturales? Pues todo y nada de esto, en realidad. Porque si algo caracteriza a esta novela, si Los árboles se puede calificar claramente de alguna forma, desde su primera página, es como una novela de humor. Humor satírico, incluso sarcástico, humor irónico, humor más sutil o más obvio -sin ir más lejos, Everett hace humor con los peculiares nombres de muchos personajes: Junior Junior, Braden Brady, Mamichula de Amarillo, Pick L. Dill, Helvetia Quip, Chester Hobsinger...-, humor cómplice y, sobre todo, humor negro (en todos los sentidos)... negrísimo, de hecho, porque Everett lo utiliza para tratar unos temas de los más espinosos, dramáticos e incluso traumáticos. Las heridas abiertas por el racismo en los Estados Unidos de América, que quienes  elegieron al tipo naranja que ocupaba la Casa Blanca cuando su autor escribía esta novela no parecen muy proclives a cerrar, sino todo lo contrario (la novela también se puede leer como una metáfora del movimiento Black Lives Matter, sobre todo en su tramo final). Sin duda, Everett ha hecho suya la frase del maestro Billy Wilder. "Si quieres decirle la verdad a la gente, sé divertido o te matarán" y a fe mía que consigue ser MUY divertido, incluso tronchante en más de una ocasión, para poder soltar toda la amargura y la tristeza de cómo se construyó su país (y el mundo en el que vivimos, podíamos añadir), de una forma basada en la crueldad, el desprecio y la ignorancia que muchos parecen dispuestos a perpetuar allí, aquí y casi se diría que en todas partes. nos queda, es verdad, el humor como arma defensiva, pero me temo que no sea suficiente. Aunque el buen rato, en este caso, no nos lo quita nadie...

(1) Nota para centennials e incluso algún que otro millenial: Twin Peaks era una serie de principios de los 90 dirigida por David Lynch en la que pasaban cosas muy rarunas en un pueblo en el que se había producido un asesinato, investigado por un agente del FBI.

(2) Nota para centennials e incluso algún que otro millenial: Expediente X era una serie de mediados de los 90 en la que pasaban cosas muy rarunas en muchos sitios, que eran investigadas por una pareja de agentes del FBI. Se ve que la agencia había aumentado de presupuesto.


También de Percival Everett y reseñado en Un Libro Al Día: X


jueves, 21 de diciembre de 2023

Carlos Barciela, ed.: Autarquía y mercado negro

Idioma original: castellano

Año de publicación: 2003

Valoración: Interesante con reparos


A nivel de ciudadanos de a pie, o sea, yo mismo, no es mucho lo que sabemos en realidad del franquismo. Sí, su origen golpista, la represión y la ausencia de libertades, su carácter retrógrado, la moralina casposa, el nacionalcatolicismo. Pero por ejemplo en el terreno de la economía en sentido amplio quizá no tenemos muchos datos a la vista, a lo sumo que se inició con una etapa autárquica e inspirada en los regímenes afines, la estabilización y el desarrollismo de los años 60, la emigración masiva a las ciudades y al extranjero. Así que no está mal aproximarse a la gestión económica del franquismo a partir de las decisiones de sus sucesivos Gobiernos, para observar de una forma lo más desapasionada posible cómo se gestionaron estas áreas.

Así lo hace este libro, en el que Carlos Barciela, catedrático de Historia económica, reúne una serie de trabajos de varios autores sobre distintos aspectos de la política económica de Franco en una etapa muy concreta, desde el final de la Guerra civil hasta el Plan de Estabilización de 1959, que supuso una apertura más o menos decidida u obligada hacia una economía de mercado homologable y la entrada de los llamados tecnócratas en puestos relevantes. Se trata de textos de carácter más bien académico en torno a diversos aspectos directamente relacionados con la economía: la demografía, el capital humano y la política educativa, la gestión agraria, la industrialización, la política fiscal y monetaria, entre otros.

Hay que decir que no estamos ante literatura divulgativa, no son exposiciones destinadas al gran público sino más bien al mundo de los historiadores e investigadores. Teniendo estos en cuenta, hay que decir que la lectura se hace a ratos bastante ardua, y en algunos casos plantea dificultades importantes, aunque depende en gran medida del enfoque de cada artículo y de la capacidad (o voluntad) de cada uno de los autores. Tablas y gráficos, a veces de difícil interpretación para el profano, ilustran las tesis presentadas, reforzando el aspecto técnico de buena parte de las exposiciones. Así que queda advertido el lector de que es un texto para muy interesados en la época y el asunto.

Desde el modesto punto de vista del lector meramente aficionado, podemos no obstante sacar algunas conclusiones generales. La principal es quizá que esa etapa que se analiza supuso un retraso de veinte años en el desarrollo económico de España, un lastre con el que, pese al arreón de los 60, ha habido que cargar hasta las últimas décadas del siglo, cuando comenzamos a converger en tantos aspectos con nuestros vecinos. Finalizada la guerra, incluso antes, la gestión económica (como las demás áreas de gobierno) se ve dominada absolutamente por el componente ideológico: de la mano de falangistas y militares (que ocupan buena parte de los ministerios sin más cualificación que su afección al régimen), y a veces henchidos por el seguidismo de alemanes e italianos, se opta por un modelo autárquico, cerrado al exterior, profundamente intervencionista y con amplia discrecionalidad, siempre en manos de cargos políticos. Esto genera efectos como el desabastecimiento de productos, la fijación de precios artificiales, un tipo de cambio ficticio y sobrevaluado y, consecuencia de todo ello, el nacimiento de un potente mercado negro (el famoso estraperlo), que multiplicará la miseria y las dificultades lógicas derivadas de la reciente guerra.

Todo esto, dicho mal y rápido, porque hay muchos otros aspectos, casi siempre negativos, derivados de esas directrices que vienen directamente de las más altas instancias del Gobierno franquista: la contrarreforma agraria que empobreció las cosechas y perjudicó a los productores más modestos, la desatención a la educación primaria que dejaría décadas de retraso en el sistema, la apuesta irracional por una industrialización sin base tecnológica ni logística, el pago de las deudas de guerra (esa ayuda italiana y sobre todo alemana nunca fue gratis)… Todo un repertorio de decisiones tomadas casi siempre por individuos cuyo mérito no iba mucho más allá de la genuflexión ante los gobernantes, y que generalmente no tenían más fundamento que el fanatismo ideológico. Hubo que esperar a finales de los 50 para que, en una situación ya crítica, con el aterrizaje de la financiación norteamericana, el Plan de Estabilización y la llegada de los primeros tecnócratas, las cosas tomaran un rumbo algo más lógico y empezasen a aproximarse a lo que en el mundo occidental ya era un mercado normalizado.

Ya digo que el libro no es fácil, que explora, a veces mucho y a veces algo menos, en aspectos técnicos que quizá no lleguemos a asimilar del todo. Pero aun así la lectura nos dejará un poso de información que entiendo suficiente y valiosa para entender que el franquismo no solo fue malo en su vertiente política y social, que no solo atentó contra la cultura y las libertades o se empeñó en construir (con éxito afortunadamente solo relativo) una sociedad mojigata, aburrida y atrasada, sino que además gestionó, y gestionó casi siempre mal.

P.S.: Casualmente, hace unos días me enteré de que Carlos Barciela ha publicado otro libro titulado irónicamente Con Franco vivíamos mejor, en el que explica muchos de los aspectos tratados en este, por lo que se comentaba con un tono más didáctico y asequible. Podría ser otra opción para interesados en el tema, que da de sí más de lo que parece.


miércoles, 20 de diciembre de 2023

David Leaf: God only knows: La historia de Brian Wilson, The Beach Boys y el mito de California

Idioma original: Inglés 
Título original: God only knows
Traducción: Ainhoa Segura Alcalde
Año de publicación: 1978 (con actualizaciones en 1985 y 2022)
Valoración: Recomendable 

España es toros, paella, flamenco y sol y The Beach Boys son surf, alegría y el "Surfin´USA". Reduccionismos absurdos que ofrecen una visión idealizada pero que dejan de lado cualquier tipo de análisis, cualquier atisbo de la complejidad que caracteriza a cualquier grupo humano, por pequeño que sea.

¡Aquí estamos nosotros, sin embargo, para ofreceros algo de luz! Pero no trataremos hoy de disquisiciones sociológicas; tiraremos más por el lado hedonista y hablaremos sobre la banda más importante de la década de los 60 (sí, beatlemaníacos, sí) y sobre su cerebro musical, el gran Brian Wilson. Y lo haremos a través de esta biografía escrita por David Leaf, publicada originalmente en 1978 y actualizada en 1985 y 2022. Ojo que no es para nada gratuita esta separación de fechas ya que la valoración de cada una de ellas diferirá sensiblemente. Al lío.

La versión de 1978 del texto es, con diferencia, la más interesante y la que tiene un tratamiento más adecuado. David Leaf, desde la distancia que le otorga su condición de fan y de periodista, realiza un recorrido cronológico por la vida y obra de Brian y de los Beach Boys, partiendo de ese inesperado y arrollador éxito inicial que condicionó las expectativas que la industria y la familia pusieron en Brian y que provocaron una serie de situaciones que afectaron de manera decisiva a la salud del personaje. Así, intereses económicos, presiones de la industria y de la familia (esa relación tan conflictiva y contradictoria de los hermanos Wilson con su padre, las diferencias entre Brian y su primo Mike Love...) dibujan un cuadro nada extraño en el mundo de la música y provocarán el auge y caída de Brian y la banda. 

Destacan en este primera parte tres aspectos:
  • el recorrido que hace de Wilson un hombre cada vez más atribulado y paranoico, capaz de componer y producir joyas como Pet Sounds y de ser, al cabo de pocos años, vaciado y manipulado sin compasión.
  • la construcción del mito en la cultura popular.
  • el contexto sociopolítico que rodea a la banda y que, en cierta forma, también determina su mayor o menor popularidad.
La actualización de 1985 recorre los altibajos personales y profesionales en el período 1978-1985, período en el que a un relativo resurgimiento de Brian y de los Beach Boys acompañan crisis económicas y crisis personales (drogas, alcohol, matrimonios fracasados, etc) llevarán a Brian a caer nuevamente en manos del psicólogo Eugene Landy, quien controlaría su vida y obra desde 1982 a1992. (A este respecto, me atrevo a recomendaros la película Love & Mercy). Esta actualización se centra más en hechos que en, digamos, sensaciones personales del personaje y deja un sabor agridulce por la escasa profundización en esos primeros años de la relación Landy - Wilson.

Por último, la actualización 2022, que abarca desde esos tumultuosos años con Landy hasta el tardío renacimiento a base de giras, homenajes, LA DEFINITIVA PUBLICACIÓN DE SMiLE, y discos de calidad notable, resulta la más floja. El problema no es tanto que el autor haya pasado de ser aquel joven fan de 1978 a uno de los miembros actuales del séquito de Brian, lo que sin duda hace que pierda "distancia" con el biografiado, sino que muchas veces parece más la propia autobiografía de David Leaf (lo que hizo, lo que no hizo, que si rodé eso, escribí el guion de esto otro...). Vaya, que se le ve demasiado el plumero en este sentido (y en el de su mal rollo con Mike Love, pero ese es otro tema). Creo que esos años de la vida de Wilson, con otro enfoque, dan para mucho más.

En resumen, algo irregular y sesgada pero interesante y completa biografía de uno de los mayores genios de la historia del pop (si no el mayor), quien con sus armonías, sus arreglos y sus composiciones forma parte de la memoria sentimental de todo amante de la música. Y si no, escuchad Pet Sounds o SMiLE y me decís.

martes, 19 de diciembre de 2023

Robert Kolker: Los chicos de Hidden Valley Road

Idioma original: inglés
Título original: .Hidden Valley Road
Traducción: .Julio Hermoso

Año de publicación: 2022
Valoración: muy recomendable

A veces es tentador asimilar frases que figuran en las contratapas de los libros, y esta va a ser una de esas veces: Hidden Valley Road es una crónica que se lee como una novela. Mejor descrito imposible, pero para algo nos pagan, así que no nos vamos a quedar en tal concisión,

Para empezar, porque no sé hasta qué punto definir esta excelente obra como crónica es demasiado restrictivo. Su autor la desarrolló durante una década, los créditos y referencias - algunos de ellos a estudios médicos especializados - son de extenso alcance y la obvia muestra de que el proyecto es ambicioso y relevante y alcanza sus objetivos. El testimonio del devenir de una familia americana - atentos al subtítulo, los Galvin, un matrimonio de clase de media, seis de cuyos doce hijos, en concreto seis de los diez hijos varones, desarrollaron enfermedades mentales compatibles con cuadros de esquizofrenia. Un absoluto desastre familiar que llamó la atención, discontinua pues la investigación médica en Estados Unidos siempre anda supeditada a los intereses comerciales o a la súbita irrupción de mecenas que se sienten apelados, pero gracias al tesón y a la persistencia de algunos científicos, protagonistas en la sombra en esta narración, acabó siendo de gran ayuda para el estudio de la esquizofrenia como enfermedad, en entornos en los que hay firmes sospechas de la intervención del factor hereditario, por contraposición a la tendencia a atribuirlo a la concurrencia de factores externos.

Lo curioso es que, en un libro que uno jamás se tomaría como ficción, Kolker logra edificar un patrón narrativo muy sólido, en el que se elude escrupulosamente el sensacionalismo (algunos hechos descritos darían  para eso, pero la descripción de ellos es escrupulosa y desoladora a la par) y se muestra un respeto absoluto por todos y cada uno de los implicados. Que son bien enfermos, bien familiares de esos enfermos. Y lo que reluce es lo terrible de la enfermedad para todos, a pesar de que la tragedia que se cierne de forma constante, con las reacciones encontradas (o complementarias) de los padres, acaba afectándoles, es que hay un halo de esperanza, un pequeño rincón en el que guarecerse cuando por lo menos los hechos sirven para una investigación profunda (un pequeño handicap serían ciertos pasajes plagados de jerga médica donde los profanos se hallarán perdidos) que permita avanzar en el conocimiento de la enfermedad y sus manifestaciones. Una parte de la trama. Conforme discurren las décadas, a medida que los casos se producen, con su implacable y desgastadora incidencia en la vida familiar, presenciaremos entradas y salidas en instituciones psiquiátricas, comportamientos que uno no sería capaz de aceptar de no existir ese hilo precario y débil de unidad familiar. La historia de los Galvin, la clínica y la narrativa, con sus inevitables intersecciones y sus, supongo, resquicios de una respetuosa y rigurosa libertad creativa, es una crónica, sí, pero resulta evocadora - el subtítulo, el subtítulo - de algunas familias, éstas sí de ficción, se apelliden Glass o transiten en las modernas novelas de Franzen, de Foster Wallace, porque lo que sí que es común es el escenario. Esa compleja y competitiva sociedad que insiste en mostrarnos ser capaz de lo mejor y lo peor.

 

lunes, 18 de diciembre de 2023

2023 en libros. El único veredicto que vale

¡Pues sí, amigos! Llega el día en que todas las listas de "lo mejor de 2023" palidecen, pese al título de la entrada, ante la proverbial independencia, modestia y buen gusto de los reseñistas de ULAD. Porque no estamos ante la lista de los invitados a la boda del crítico de turno (no, Babelia y El Cultural, no estamos diciendo que vosotros hagáis eso) y porque no pretendemos sentar cátedra diciendo qué es lo mejor que se ha publicado en 2023 (¡coño, que hay tropecientas mil novedades y habremos leído un 0,0001%!). Esto solamente es, nada más y nada menos, lo mejor que hemos leído en 2023.

No podemos dar paso a la lista sin antes recordar lo que para nosotros ha sido la peor noticia que nos ha podido dejar este 2023: el fallecimiento, en el mes de agosto, de nuestro compañero Emilio. Las reseñas que dejó programadas y que hemos ido publicando estos últimos meses dan idea de lo que para Emilio fueron sus mejores lecturas del año.

Sin más, aquí tenéis nuestro dictamen

El veredicto de Koldo (por ahora):


La sentencia de Juan:

Palabra de Oriol:

La sentencia de Francesc:
 
      No muy bien habrá ido la cosa cuando he tenido que revisitar mis reseñas para poder componer esta lista. Así que
  • Recuerdos que prevalecen sin excesivo esfuerzo, o sea, MUY BIEN: Material de construcción de Eider Rodríguez, o cómo lidiar bien, literariamente, con la pérdida, y Les voltes del món de Tuli Márquez, a ver si el mundo editorial se entera del talento de este hombre y se le traduce al español.
  • Demasiados ensayos que se han quedado a medias o que me ha dado la impresión de que no conectan profundamente con la realidad, así que no los mencionaré. La realidad no lo pone fácil, cambiando cada dos por tres.
  • Alguna biografía musical que tiene más pulsación narrativa que mucha narrativa, como Bobby Gillespie en Un chaval del barrio o Jarvis Cocker en Buen Pop Mal Pop
  • Extraño reencuentro por partida doble con Houellebecq, del cual Unos meses de mi vida me ha mostrado una sorprendente actitud frágil y victimista. Curioso que su acercamiento a sí mismo le haya hecho desenfocar su aguda visión de la sociedad.
  • Y a ver si las cosas mejoran. O sea, que los tótems atinen o que las eternas promesas se consoliden. Ya, por favor.

El panegírico de Santi

En un año de bastantes pocas lecturas (una vez más), afortunadamente ha habido algunas buenas o muy buenas:

Resolución (recurrible) de Carlos

El dictamen de Marc:
  • Libro del año: «Un caballero en Moscú», de Amor Towles
  • Ensayo del año: «La supervivencia de los más ricos», de Douglas Rushkoff
  • Grandes consolidaciones en narrativa: Xavier Mas Craviotto, por «La pell del món»
  • Descubrimientos del año (autores): Byung-Chul Han con «La expulsión de lo distinto»
  • Caerán más libros de: Clarice Lispector, Siri Hustvedt, Amor Towles, Paul Auster
  • Propósitos para el 2024: más poesía, continuar con más ensayo y reencontrarme con la narrativa tras un año sin grandes lecturas

domingo, 17 de diciembre de 2023

James Leo Herlihy: Cowboy de medianoche

Idioma original: Inglés   
Título original: Midnight Cowboy
Traducción: Ce Santiago
Año de publicación: 1965
Valoración: Recomendable

Cowboy de medianoche, de James Leo Herlihy, derrocha expresividad en su factura y trasfondo. Narra la tragicómica existencia de Joe Buck, un joven atractivo pero algo ingenuo que, buscando hacer dinero y derrotar la soledad, marchará a Nueva York, donde intentará salir adelante como gigoló.

Tres son los apartados en los que este novelón sobresale. En primer lugar, en el trazado de su protagonista. Herlihy dota de profundidad a su psicología, carácter y voz; asimismo, logra que simpaticemos con él en todo momento, especialmente cuando se halla en circunstancias penosas.

Otro aspecto destacable de la obra es la relación que Joe entabla con el joven lisiado apodado Ratso. Las interacciones entre ambos personajes están cargadas de significado, y de forma orgánica derivan en una intimidad tan bonita y conmovedora como frágil y desesperada.

También querría reivindicar una última virtud: la prosa de Herlihy. No sólo transmite con un pulso narrativo envidiable el argumento, sino que imprime a ciertas escenas una sutileza que permite al lector apropiarse de los acontecimientos. 

Queda claro, pues, que Cowboy de medianoche abunda en méritos. Si tuviera que ponerle alguna pega, sería simplemente que ciertos pasajes se antojan algo reiterativos. Por ejemplo, aquellos que demuestran que el nivel intelectual de Joe, su inexperiencia, su naturaleza ingenua y sus ganas de paliar la soledad le convierten en alguien excesivamente confiado, de quien resulta fácil aprovecharse o abusar.

Por todo lo dicho, recomiendo este novelón especialmente a los amantes del realismo sucio, a los sibaritas de la buena literatura psicológica o los entusiastas de las ficciones que desmitifican el sueño americano.

Ah, existe una adaptación cinematográfica de esta obra de 1969 que en su momento ganó un Oscar y a día de hoy se considera de culto. Aunque según tengo entendido es muy buena, no se atreve (o quizá la industria no se lo permitió) a ir tan lejos como el material original.

sábado, 16 de diciembre de 2023

Carlos Spottorno y Guillermo Abril: La falla

Idioma: español

Año de publicación: 2022

Valoración: entre recomendable y está bien

Vale, lo admito, el cuerpo me pedía comenzar la reseña con algún chiste sobre ninots indultats, mascletaes o el célebre caloret faller, pero, como, si sigo así, cualquier día me van a echar del blog  y no es cuestión de perder el sueldazo más dietas y gastos de representación, me contendré... Así pues, comentaré antes que nada que La falla es obra de los mismos autores que La grieta, interesante ensayo gráfico sobre las fronteras de Europa; ensayo un tanto peculiar, e igualmente en lo que respecta a lo de gráfico, puesto que las ilustraciones que aparecen no son dibujos, sino fotografías convenientemente editadas, a modo de "fotoensayo" (para quien recuerde las ya más que vintage fotonovelas). el mismo método es el empleado en La falla, creada a raíz de una exposición que fueron invitados a hacer sus autores en Austria, de donde sacaron la idea de elaborar un libro sobre la realidad de una frontera interior  (hoy en día, que no siempre) de la UE, pero que a los largo de la Historia relativamente reciente ha sido objeto de disputa entre estados, incluso con regímenes ideológicamente afines: la que existe entre Austria e Italia o, si se prefiere, entre ambas partes del Tirol o entre el Tirol del Norte y del Este y el Alto Adigio, como se prefiera... O, visto de otra forma, entre la cultura y la lengua latina y la germánica. Una frontera, además , marcada por un elemento orográfico que proporciona la metáfora perfecta de la situación: la falla alo largo de la cual colisionaron, hace millones de años,  dos placas tectónicas que dieron lugar a los Alpes.

Los autores recorren ambos lados de esa frontera o falla  visitando localidades austríacas e italianas y otras de población mixta   -mezclada, además con numerosos inmigrantes asiáticos y africanos-, hacen un repaso a la Historia de esta(s) región(es) y se detienen a buscar los vestigios que ese pasado ha dejado en esas tierras alpinas, desde la Prehistoria hasta la I Guerra Mundial, que tuvo aquí uno de sus sangrientos escenarios y los años del régimen fascista en Italia. pero, sobre todo, examinan la realidad actual de esta(s) parte(s) de Europa, que oscila(n) entre la cicatrización de las heridas, la prosperidad -gracias, en gran medida, al turismo- y el inevitable cambio que vive el Viejo Continente en muchos aspectos, siendo, quizás, el más evidente el demográfico, pero también en lo que se refiere a la disolución de las fronteras interiores. de hecho, el libro acaba (no creo que se pueda considerar un spoiler, pero lo aviso) con una visita a las obras del túnel de Brennero, de 64 kms. de largo, que conectará Austria e Italia por ferrocarril. En su interior, además, los autores podrán contemplar in situ esa falla, la real, de la que hablan en el libro.
Éste resulta, al cabo, interesante y amenos, pero quizás, después de La grieta, resulte un poco menos llamativo. Pero, no obstante, resulta aconsejable para entender cómo las rayas en un mapa son sólo eso, rayas, pero también  pueden determinar, de una forma u otra, el presente y el futuro de las personas (lo estamos viendo ahora mismo en conflictos que, en verdad, no dejan de ser por dominar unos territorios, pese a toda la parafernalia ideológica e incluso religiosa alrededor.

Me limitaré ya a transcribir algunas frases interesantes, dichas por diferentes personas que aparecen en el libro, sobre esta peculiar zona de frontera, que puede hacerse extensiva a todas:
  • "La frontera es un lugar de comunicación" (Andreas Putzer, arqueólogo)
  • "La frontera ya no se encuentra en la frontera" (Andreas Oberprantacher, filósofo de la universidad de Innsbruck)
  • "Aquí están las fronteras de la patria" (en latín. Arco de la Victoria italiano)
  • "Nadie tiene el derecho a obedecer" (paradoja de Hannah Arendt inscrita sobre un friso fascista)
  • "Las civilizaciones cambian, como ya ocurrió con Grecia y Roma. Probablemente yo sea el último alcalde alemán o italiano. El próximo será indio" /Thomas Klapfer, alcalde de Fortezza)
  • "La paz puede resultar aburrida. Y por eso enganchan discursos e ideas que tratan de dinamitarlas" (los autores del libro)


También de estos autores y reseñado en Un Libro Al Día: La grieta