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lunes, 31 de enero de 2011

John Verdon: Sé lo que estás pensando

Idioma original: inglés
Título original: Think of a number
Año de publicación: 2010
Valoración: Recomendable, con matices


Bueno, lo primero, aclarar eso de "recomendable, con matices". He valorado este libro como recomendable porque es un thriller muy entretenido, y a mí me gustan mucho los thrillers entretenidos, y supongo que basta con echar un ojo a la portada o a la contra para darse cuenta de que es un thriller, ni más ni menos.

¿Habéis visto alguna vez una serie que se llama Mentes criminales? En ella, un grupo de detectives y especialistas en trazar perfiles de criminales investigan casos de asesinato generalmente truculentos. Pues algo así es este libro: caso truculento; investigación intensa; hallazgos sorprendentes; perfil del criminal; resolución. Punto. No hay florituras, ni grandes descripciones, ni atmósferas pintadas con precisión, ni pasajes "literarios". Solo un caso difícil y un policía terco.

La premisa: un tipo recibe una carta donde le dicen que piense en un número y luego abra otro sobre. Lo piensa. Abre el otro sobre. El número que había pensado está ahí, escrito, anunciado. El tipo se acojona y sigue recibiendo cartas, bastante amenazadoras. Como diría Gila: alguien es un asesi-nooooo... Alguien va a mori-iiiiiiir...

El protagonista: Dave Gurney, policía retirado (un clásico. ¿Cuántos miles de novelas tienen como protagonista a un investigador retirado?). Muy inteligente, minucioso, obsesionado por desentrañar misterios, analítico, medio zen, nada violento. Casado con una mujer especial, intuitiva, con la que tiene problemas debido a su trabajo policial (otro clásico). Resulta que conoce al tipo que ha recibido la carta y decide ayudarle con ese problemilla de acoso epistolar.

El desarrollo: la cosa se lía. Las cartas aumentan. La cosa se lía más. Las pistas no tienen sentido. Todo parece imposible. Gurney investiga con pasión, descubre cosas, resuelve misterios. Etc. Hasta aquí puedo leer. (Y otro clásico: Gurney dice varias veces eso de "Está jugando con nosotros, humm...")

Es la primera novela de John Verdon y la verdad es que a mí me resultó tremendamente adictiva, porque, como he señalado al principio, el autor no se detiene a hacer "literatura" (con perdón), sino a plantearnos un misterio y acompañarnos en la investigación que lleva a cabo el protagonista. Sin tregua. No hay apenas pasajes evocativos, ni descriptivos, ni de introspección. Todo el libro es una aventura: una pista por aquí, una deducción por allá, otra pista, una pieza extraña en el puzzle, una reunión con varios policías, una llamada de teléfono, otra pista, un descubrimiento, una sorpresa. Y así hasta la página 430, en la que acaba el libro, casi sin dejarte respirar.

Que nadie se lleve a engaño: es un libro ideal para descongestionar la cabeza, para leer entre libros, como suele decirse. La narración es suficientemente "alegre" como para que el lector pueda pensar al mismo tiempo que los personajes y trate de resolver el crimen por su cuenta. Las pistas están repartidas a lo largo del libro y la mujer de Gurney, que para mí es una especie de "acompañante del lector", se encarga de ponernos en la dirección correcta y recordarnos pequeños datos importantes que se nos habían escapado. Sin trampa ni cartón. Y además, el final no deja de ser curioso, satisfactorio. Yo me lo pasé pipa.

¡Y dura más que un capítulo de Mentes criminales!

domingo, 30 de enero de 2011

Philip Roth: Indignación

Idioma original: inglés
Título original: Indignation
Año de publicación: 2008
Valoración: Se deja leer

Está claro que nadie puede ser genial en todo momento (hay un adagio clásico que dice que "también Homero se duerme algunas veces"), y ya había leído, hace poco además, que últimamente Philip Roth estaba publicando demasiado. Yo me resistía a creerlo, porque casi todo lo que había leído de él (Me casé con un comunista, La mancha humana, Everyman o incluso la desternillante El lamento de Portnoy) me había gustado; la única excepción, hasta ahora, era Sale el espectro, que me pareció muy irregular. Bueno, pues Indignación hace que me una a quienes dicen que, efectivamente, Roth ha publicado novelas muy por debajo de su mejor nivel; y esta es, definitivamente, una de ellas.

Y eso que en el centro de la novela hay una imagen, o mejor dicho, una metáfora, con mucha fuerza: el personaje protagonista es hijo de un carnicero kosher (recordemos que según el rito kosher los animales deben desangrarse completamente antes de morir) que en su segundo año de universidad conoce a una chica con una llamativa cicatriz en su muñeca (una relación metafórica entre suicidio y carnicería que el narrador hace explícita hacia la mitad del texto). Añádase a esta imagen un contexto histórico (la Guerra de Corea), algo de sexualidad explícita (una buena parte de la novela gira en torno a una mamada) y algunos conflictos familiares bastante estereotípicos, y ya está, ya se tiene una idea de los ingredientes básicos de este libro.

Como novela, Indignación es bastante aburrida, y lo que es peor, sin asomo de la profundidad de las obras maestras de Roth. Pero donde más patina es en la parte final: si las penurias familiares, eróticas y universitarias del protagonista no son ni divertidas ni originales ni profundas, las pocas escenas en que se describe un primer chispazo de revolución sexual en el campus (¿será un paralelismo con el despertar sexual del propio protagonista? Oh, Philip, Philip, qué cosas se te ocurren a veces), resultan totalmente incongruentes. Y por si fuera poco, la novela termina poco después, de manera brusca, truncada, incomprensible, dando la impresión de que el autor se cansó de ella y decidió meterle lo que en argot taurino se denomina un "bajonazo".

En fin, si esta fuera la primera novela de un autor desconocido a lo mejor no habría sido tan crítico con ella; viniendo de un autor que es ya un eterno candidato al Nobel, es desde luego una buena decepción.

También de Philip Roth en ULAD: El animal moribundo, La conjura contra AméricaElegíaLa mancha humanaNémesisPastoral americanaEl lamento de PortnoyEngañoLa humillaciónGoodbye, Columbus

sábado, 29 de enero de 2011

Bohumil Hrabal: Anuncio una casa donde ya no quiero vivir



Idioma original: checo
Título original: Inzerát na dům, ve kterém už nechci bydlet
Año de publicación: 1965
Valoración: Recomendable

Como ya sabéis, Bohumil Hrabal es uno de mis autores favoritos (no en vano he reseñado ya dos de sus obras). Hace poco descubrí en una librería Anuncio una casa donde ya no quiero vivir, un libro de relatos de cuya existencia no tenía noticia y, aunque lo que he leído de este autor siempre ha sido novela, no pude resistirme a comprarlo y descubrir qué tal se le daba el relato. Y la verdad es que no me arrepiento.

Los siete relatos que componen esta obra fueron escritos cuando Checoslovaquia (que aún era un solo país) vivía bajo el yugo comunista y tres años antes de que Hrabal fuera censurado, y eso es algo que queda patente en todo momento. A pesar de que los relatos tienen argumentos muy diferentes y en apariencia no hay nada que los relacione entre sí, durante la lectura se llega a vislumbrar un deseo velado de libertad, de dejar a un lado la opresión y la censura constantes a la que todo se ve continuamente sometido.

Siempre en clave de humor y con un lenguaje directo y ameno, Hrabal nos muestra en estos relatos a gente común que se descubre extraña, a artistas que buscan crear algo nuevo, a oficiales con un "relajado" sentido del deber... personajes, en definitiva, que nos dan una clara pista de cómo el autor veía el mundo. Y que, cómo no, nos ofrecen una muestra de su gran talento literario.



También de Bohumil Hrabal: Yo que he servido al rey de Inglaterra, Una soledad demasiado ruidosaClases de baile para mayoresLas desventuras del viejo WertherBodas en casaLa pequeña ciudad donde se detuvo el tiempo

viernes, 28 de enero de 2011

Enrique Jardiel Poncela: La «tournée» de Dios

Año de publicación: 1932
Idioma original: español
Valoración: decepcionante

Juro que espera encontrarme con otra cosa. Porqué del autor de «Eloísa está debajo de un almendro» esperaba más, mucho más.

Jardiel Poncela siempre se destacó por sus obras de teatro, obras cargadas de un humor inteligente y ácido que criticaban duramente a la sociedad en la que vivía. Esto durante el franquismo y a pesar de ser más de derechas que el propio Franco. Nunca tuvo el mismo éxito con las novelas y esta fue la última que publicó. Y visto lo visto, no me extraña.

La novela trata de que un día a Dios le da la ventolera y se le aparece al Papa para anunciarle que se va a dar una vueltecita por su finca aquí abajo. Pero la situación se desmanda y los resultados son insospechados. Con esta trama, se esperaría uno una buena cantidad de risas a costa del gremio religioso. Pero no. Nada más empezar, con profusión de tipos gigantes, dibujos del autor y otros, se nos deja claro que no es un libro contra la iglesia ni contra las derechas, hacedme el favor de notar el año de publicación, que voy a aclarar que es el de la instauración de la segunda República Española en beneficio de quienes nos leen y no son de España, ni falta que les hace.

Una vez dejado bien claro esto, que no es que hiciera mucha falta porque en cuanto llevas unas páginas ya es evidente, el autor dedica medio libro a dar rienda suelta a su misoginia, poniendo a las mujeres a caer de un burro y, ya de paso, al matrimonio. También aprovecha para darle caña a los homosexuales, aunque sin hacer tanta sangre, quizás porque en su época (y en esta) ya se daba por sentado que ser homosexual era algo contra natura y que en el pecado llevaban el castigo.

Y la otra mitad la dedica a la misantropía directamente, aprovechando los hechos y pocos milagros de la llegada de Dios. Por cierto, Dios-Dios, el autentico y genuino Yavhé del antiguo testamento, no el Hijo, con quien dice llevarse mal. Y aprovechándose de la trama, el bestia del autor, en connivencia con el bestia de personaje bíblico, se despacha a gusto contra la izquierda y la derecha, y aprovecha para darle una puñaladita trapera a los judíos, al clero y a la sociedad. Y a la competencia. Ya que su tesis es que Dios creó el mundo para que suframos, ya sabéis: «...en este valle de lágrimas...»

Y claro, cuando se leen estos polvos, uno no se extraña tanto de los lodos de 1936.

El libro tiene detalles simpáticos, como los tipos gigantes, dibujos explicativos y recomendaciones de lectura dentro del mismo texto. O la numeración de los capítulos para dar lugar a dos formas de lectura, posteriormente imitado por Cortazar en Rayuela. Esta cosas lo convierten en un libro original, aunque la trama podría haber dado mucho más de si. De hecho, lo ha dado en otra novelas, obras de teatro y comics posteriores, no hace mucho se comentaba uno de ellos en estas mismas páginas.

«Y una noche lo llevaron a su casa, un palacio inmenso con treinta y seis criados y doscientos cuadros del Greco (tres más de los que el Greco había pintado en toda su vida.)»

jueves, 27 de enero de 2011

Javier Marías: Los dominios del lobo

Idioma original: español
Fecha de publicación: 1971
Valoración: Recomendable

Merece la pena leer el prólogo que Javier Marías hace a su propio libro, Los dominios del lobo, porque en él el autor explica cómo gestó la que fue su primera novela, cuando aún era un adolescente.

Al parecer, el joven Marías escribió esta amenísima obra durante el verano que pasó en París, alojado en la lujosa vivienda que tenía en el centro de la ciudad su tío, el célebre y controvertido director de cine (cine pornográfico y de terror) Jesús Jess Franco. Y no pasaría mucho tiempo hasta que el precoz escritor viera su primera novela en las librerías: se la publicaron cuando apenas contaba con diecinueve años.

Hacía tiempo que tenían ganas de hacerme con este libro, ya que admiro mucho a Javier Marías por su prosa cuidada, su asombroso bagaje cultural e intelectual, y su visión del mundo, que plasma como ninguno en sus artículos en cierto suplemento dominical. Y tras leer Los dominios del lobo me ha quedado tan agradable sensación que recomiendo su lectura a todo aquel que no recele irracionalmente de los primeros pasos literarios de un autor que debutó tan temprano.
La novela es un rico atrevimiento si consideramos la época en la se gestó, ya que sus argumentos (son varias historias, en parte, entrecruzadas), sus escenarios (comprendidos en un eje temporal que va desde la guerra de secesión a los melancólicos años 30) y sus personajes (mafiosos, femmes fatales, ricos terratenientes, esclavos rebeldes, detectives de moral dudosa, princesas sureñas, ex presidiarios...), son puramente estadounidenses, algo insólito en la España de los 70.

Tomando como tronco central de la ramificada trama la caída en picado al Desastre de una adinerada familia de Pennsylvania, los Taeger, Marías teje un divertido patchwork de género cien por cien americano: un logrado homenaje literario a las películas del cine dorado de Hollywood. Como punto oscuro, diré que da la sensación de que el escritor deja a algunos de sus personajes algo descolgados; no hubiera estado mal que perfilara mejor las circunstancias en las que los deja, dando pistas de lo que va a pasar con ellos, pero quizás ese "descuido" fuera cuidadosamente calculado por Marías.

Así pues, recomiendo esta novela que se lee con interés de una tirada, sin pretensiones estilísticas ni reflexiones atosigantes. Es, sencillamente, la obra de un jovencito espabilado y brillante que escribía en la casa de su tío maldito en un París de postal y que acabaría siendo considerado años después uno de los grandes escritores de su país.

Otros libros de Javier Marías reseñados en Un Libro Al Día: Los enamoramientosMientras ellas duermenTodas las almasVidas escritasCorazón tan blanco

miércoles, 26 de enero de 2011

Colaboración: Francisco José Martínez Morán: Peligro de vida

Idioma original: español
Año de publicación: 2010
Valoración: Muy recomendable

El nuevo libro publicado por El Gaviero de Francisco José Martínez Morán, ganador del Premio Hiperión de Poesía en 2009 por su poemario Tras la puerta tapiada, sorprende al lector por tratarse de un excelente libro de relatos pero, sobre todo, por el brutal cambio de temática. Si algo se puede señalar del libro es que no se trata de literatura complaciente. El lector se verá asediado por cada uno de los sistemas de dominación humana que han existido a lo largo de la historia. Martínez Morán es muy consciente que nuestra naturaleza se formó con un potente factor cainita que lejos de haber desaparecido cobra fortaleza con su normalización en, por ejemplo, los medios de comunicación y las relaciones geopolíticas.

Sin embargo, no es un libro de denuncia social al uso. Se elude la localización de los horrores descritos (pedofilia, maltrato, violación, vejaciones, guerra) para mostrarnos la universalización de verdugos y víctimas. Es el propio lector el que establece las relaciones temporales y locales en un recorrido interior por su propio bagaje en relación con la crueldad y la violencia. Cada uno de los breves relatos (algunos de ellos no abandonan el carácter epigramático de la poesía del autor) es una bofetada en la conciencia, aun más letal por lo irreversible del año, la vulnerabilidad de las víctimas y la impúdica actitud de los verdugos.

La fortaleza del texto reside en la minuciosidad del lenguaje, una descripción pulcra y detallista, con el que nos muestra la tortura y la muerte en una verdadera explosión estética, una exaltación de lo sádico, al más puro estilo Tarantino, aspecto innegable, que choca con la intención de dignificar a la víctima y su martirio, así como, desacreditar al verdugo con una dosis de corrosiva ironía. En palabras del autor Peligro de vida nos muestra "Sólo lo más despreciable de nosotros, como un trozo de vida sin cocer".

Firma invitada: Paz Cornejo

martes, 25 de enero de 2011

Samuel Beckett: Fin de partida

Idioma original: francés
Título original: Fin de partie
Año de publicación: 1957
Valoración: Imprescindible

¿Dónde? En un bunker aparentemente post-apocalíptico. ¿Cuándo? No se sabe: en un tiempo sin tiempo, en el final de todo, en el último día de los últimos seres humanos (¿seres humanos?) sobre la faz de la tierra. ¿Quiénes? Cuatro personajes: Hamm, anciano postrado en una silla de ruedas; Clov, su criado, acompañante, esclavo, que amenaza con abandonarlo pero no lo hace; Nagg y Nell, los padres de Hamm, tullidos y confinados en sendos cubos de basura. ¿Y qué? Pues que el mundo se acaba, que estamos al final de todos los finales, y que las personas son lobos para las personas.

Como en Esperando a Godot, la otra obra maestra teatral de Beckett, Fin de partida se construye a través de los silencios, los diálogos que no lo son, los juegos en el límite de lo absurdo, la crueldad entre personajes, los sobrentendidos y los vacíos que el espectador debe intentar llenar. Al igual que en aquella, las posibles significaciones son muchas, porque el autor se cuida mucho de ofrecer respuestas ("¿No estaremos a punto de significar algo?", se pregunta un personaje); y en efecto, todo lo que vemos (ese horizonte vacío, esas relaciones de odio e interdependencia, esas historias que se entreven, y que quizás se refieran, o quizás no, a los propios personajes) pueden estar hablando del fin de la Humanidad, literalmente; o del fin de su humanidad, después de la 2ª Guerra Mundial y el Holocausto; de un mundo sin dioses ni verdades ni valores. O de otra cosa completamente diferente.

Los diálogos, o monólogos entrelazados, podríamos decir, son brillantes, a veces descorazonadores, otras divertidos, irónicos, crueles. Los personajes repiten una y otra vez las mismas frases, con o sin modificaciones ("Te dejo. Tengo trabajo", "¿Es ya la hora de mi calmante?", "Algo sigue su curso"), cumplen con rituales que parecen tenerlos atrapados (el perro de trapo, el catalejo, las historias repetidas una y otra vez). ¿Es el desenlace final equiparable al portazo de Nora en Casa de muñecas, o una rutina más que se repetirá al día siguiente? ¿Es este un día como cualquier otro, o verdaderamente asistimos al "final de la partida"?

Fin de partida está ahora de gira, en un magnífico montaje del Teatro de la Abadía, con José Luis Gómez en el papel de Hamm. Parece que Lisboa es el último punto de la gira; pero si no lo es, si siguen representándola y os queda cerca, no perdáis la oportunidad: es una experiencia teatral extraordinaria...

Otras obras de Samuel Beckett en ULAD: Esperando a Godot

lunes, 24 de enero de 2011

Luis Antonio de Villena: La inteligencia y el hacha (Un panorama de la Generación poética de 2000)


Idioma original: español
Fecha de publicación: 2010
Valoración: Está bien

Quien sea aficionado a la poesía conocerá, sin duda, a Luis Antonio de Villena, como autor (algo de lo que no voy a hablar porque no es el caso que nos ocupa) y como antólogo. En los últimos años ha publicado varias antologías que pretenden presentar a los nuevos valores de la poesía escrita en castellano y ésta que hoy reseño es el último ejemplo de ello.

(Los autores incluidos en este libro son: Juan Antonio González Iglesias, Balbina Prior, Isabel Pérez Montalbán, Jorge Gimeno, Álvaro García, Lorenzo Plana, Luis Muñoz, José Luis Piquero, Lorenzo Oliván, Javier Rodríguez Marcos, Rafael-José Díaz, Mariano Peyrou, Pablo García Casado, José Luis Rey, Andrés Navarro, Juan Carlos Abril, José Manuel Romero, Antonio Lucas, Carlos Pardo, Rafael Espejo, Joaquín Pérez Azaústre, Alberto Santamaría, Juan Antonio Bernier, Josep Maria Rodríguez, Andrés Neuman, Ana Gorría, José Daniel García, Juan Andrés García Román, Javier Vela, Fruela Fernández, Elena Medel y David Leo García)

Villena comienza el prólogo acusando el desprestigio en el que ha caído el "método de las generaciones" (entendida como tal la forma de agrupar cierto número de autores que comparten una corriente artística en determinado lapso de tiempo) y defiende que sí, que las generaciones existen y pasa a explicar cómo se suceden a lo largo de los años (algo absolutamente prescindible, en mi opinión), lo que le sirve de punto de partida para contar cómo ha llegado a la "Generación poética de 2000" y en qué consiste. Afirma que La inteligencia y el hacha pretende trazar el panorama de una generación "que ha roto claramente muchos de los nexos que la unían con la anterior" (como si no lo hicieran todas, en teoría) y que "ha querido valorar los factores que llevarían a una poesía inteligente". Es decir, que los autores recogidos en esta compilación "poetas pensadores", pues "quieren que el poema sea (...) mejor que el resultado de la emoción, el de la inteligencia".

Quiere Villena mostrar un grupo de autores que supongan un "corte radical" con la poesía que los precede (en especial, con la Generación del 80) y, en mi opinión, fracasa. Y no porque los autores antologados carezcan de calidad. Ocurre que el mayor de estos autores (Juan Antonio González Iglesias) nació en 1964 y el más joven (David Leo García) lo hizo en 1988. Es decir, que algunos de los poemas que aparecen en este libro fueron originalmente publicados en los años 80-90 y otros no han salido a la luz hasta muy pasado el año 2000. No veo, pues, que este libro presente ese salto poético o ruptura radical que defiende Villena. Considero, más bien, que ofrece una visión general de la evolución de la poesía de los últimos treinta años. Sí es cierto que los poetas más jóvenes (los nacidos a partir de 1980), en general, tienden más hacia el minimalismo, hacia unos versos más fragmentados... que sus predecesores, pero, al meterlos a todos en el mismo saco, no se percibe un "romper con todo lo anterior", sino una evolución lógica.

Sobre los autores antologados, diré que conocía a algunos antes de que este libro llegara a mis manos y que gracias a él he descubierto a otros. Y que me ha ocurrido con esta antología lo que me suele ocurrir con la mayoría: que me parece que sobran algunos autores y que faltan otros. Pero eso es normal. Es imposible que nos gusten todos los autores que se antologan, sea quien sea el antólogo y los criterios en los que se base. Aunque no estén todos los que son ni sean todos los que están, considero, en resumen, que es un buen libro para ver cómo está el panorama poético en lengua española hoy en día. Pero no hay que hacer demasiado caso a las explicaciones de Villena. Mejor saltarse el prólogo y dedicarse a leer los poemas.

domingo, 23 de enero de 2011

Dennis Lehane: Cualquier otro día

Idioma original: inglés
Título original: The given day
Año de publicación: 2008
Valoración: Muy recomendable

Ya adelanto que, como me ha gustado mucho este libro, mi reseña quizá suene exageradamente positiva. Sobre ella he leído y oído comentarios de todo tipo, buenos y malos. Pero es que no había disfrutado tanto con una novela desde El poder del perro, de Don Winslow: de esas veces en las que leo "a poquitos" para que dure más.

Dennis Lehane es un espléndido escritor nacido en Dorchester, Massachussets, en 1966. Tiene bastantes novelas, casi todas decentes, algunas realmente buenas: Un trago antes de la guerra; Desapareció una noche; Shutter Island; Mystic River... También ha escrito cosas para televisión, como algunos capítulos de The wire. Un tío interesante, que por lo visto no para.

Cualquier otro día es una novela histórica, por resumirlo de forma pueril, ambientada en los Estados Unidos del final de la I Guerra Mundial. Lehane nos dibuja con precisión un "estado de ánimo" civil, político y económico que fue cargándose de razones hasta explotar en una serie de cambios profundos en la sociedad norteamericana. Graves problemas económicos, segregación racial, falta de trabajo, miles de soldados regresando de Europa, el terrorismo anarquista, los movimientos sindicales, las primeras huelgas del béisbol y la policía, la gravísima epidemia de gripe del 19, el miedo al otro, lo bolchevique como antítesis de lo americano, las mafias irlandesas e italianas... Un mosaico terrible con el que el autor elabora una reconstrucción histórica minuciosa, anotando cada detalle y llevándolo a una reflexión general sobre la conciencia democrática norteamericana de principios del siglo XX. A mi juicio, además, con un enorme talento narrativo y una gran capacidad de inventar, a partir de personajes rigurosamente presentados, un tejido de intrigas, tensiones y pequeños misterios.

El hilo conductor son, principalmente, dos personajes: Danny Coughlin, policía e hijo del capitán de la policía de Boston, blanco, de buena familia, interesado por los sindicatos, preocupado por sus compañeros, ambicioso; y Luther Laurence, pobre, negro, de mala vida, incapaz de aceptar que alguien como él, en esos tiempos y en ese lugar, solo puede ser poco más que un botones, un criado, un ascensorista. A partir de ellos, y del jugador de béisbol Babe Ruth, personaje también fundamental, un buen número de secundarios extraordinarios, entre los que figuran personas reales, desfilarán por las páginas de un libro intenso, lleno de pasiones, honor, lealtad, traiciones y crímenes. Pura épica.

Ciertamente, a más de uno le puede pasar que la ingente cantidad de acontecimientos contados "emborronen" la posible historia que se cuenta detrás. Pero parece que Lehane lo tiene claro, y que prefiere armar un puzzle de datos, formas de vida, olores, sabores, barrios, clases sociales, antes que ceñirse, propiamente, a esa historia. Y en eso el autor es muy bueno: creando atmósferas, dibujando paisajes humanos, mostrando los cabos sueltos de las relaciones personales. Creo que Lehane, con este libro, no estaba interesado en la anécdota, sino en llamarnos a un sueño del pasado, en escuchar el sonido de su propia voz enumerando cada una de las cosas que sucedieron y que tal vez ayudan a entender lo que es hoy Estados Unidos. Puedo entender que no sea una lectura para todos los públicos, y que no logre cautivar a muchos. Eso sí, lo consigue conmigo.

También de Dennis Lehane en ULAD: Shutter IslandVivir de noche

sábado, 22 de enero de 2011

John Nichols: Rebelión en Milagro

Idioma original: inglés
Título original: The Milagro Beanfield War
Fecha de publicación: 1974
Valoración: muy recomendable

Esto de las traducciones es lo que tiene, que se copian las malas costumbres del cine a la literatura y los títulos se cambian con total tranquilidad. Así que "la guerra del campo de frijoles de Milagro" se quedo en una simple rebelión en la edición española.

Y la verdad es que es una pena, porque es una verdadera guerra la que nos cuentan en este delicioso libro. La presentación ya da inmediatamente el tono del tema, magia incrustada en la realidad sin ningún esfuerzo. En el escenario de las montañas de Nuevo México. Con los descendientes de colonizadores españoles que aun hoy día mantienen litigios con el gobierno federal de los EE.UU. por la propiedad de las tierras, basados en un cédula de Carlos IV. Y con todas las tradiciones importadas por estos, sumadas a las de mexicanos llegados del sur y a las de los anglos de la zona, dueños efectivos de las tierras y de la economía estatal.

La novela cuenta la que se lía en el pueblecito de Milagro, cuando Joe Mondragón tiene la idea de regar un campo que había pertenecido a su padre, terco campesino que había sido el único que se había negado a vender al cacique anglo del lugar. Los terrenos del lado de allá de la acequia principal habían perdido convenientemente sus derechos de agua (que bien se lo hubieran pasado por aquí los del Tribunal de las Aguas de Valencia) y habían sido adquiridos a bajo precio, al objeto de convertirlos en una urbanización de lujo para yankis, para lo cual serían convenientemente recalificados en cuanto estuvieran en manos de Ladd Devine, heredero del imperio familiar que controla la vida de la ciudad. Con lo que la acción lo deja al descubierto, y en connivencia con el gobernador del Estado deciden seguir la máxima que rige la vida pueblerina: esperemos y veamos que pasa.

Y pasa de todo y a todos. Las relaciones de poder, que nunca habían sido muy fuertes entre los hispanos, se empiezan a desmoronar poco a poco, para estupefacción del sheriff Bernabé Montoya y del resto de hombres y mujeres del pueblo, de los animales y hasta de los ángeles coyote que se paran a charlar de vez en cuando con Amarante Cordova, centenario ex sheriff y actualmente inmortal borracho oficial del pueblo; de Ruby Archuleta, atractiva empresaria varias veces viuda y cabeza de un pequeño clan; de Charlie Bloom, abogado anglo escapado a la vida rural y lleno de complejos; de un estudiante que cae por allí en un programa de voluntariado que le servía para escapar de la guerra de Vietnam y hasta de la cerda de Pacheco, gigantesco animal que campa por todo el pueblo.

Salpicada por frases en castellano en toda su extensión, es divertidisima de leer por su gran número de personajes secundarios admirablemente retratados y a los que echamos de menos en cuanto cerramos el libro. Si es que se puede.

Posteriormente a este libro, Nichols completó una trilogía de Nuevo Méjico con las novelas The Magic Journey y The Nirvana Blues, de las que desconozco traducción española, pero a las que me gustaría echar el guante.

«No digo ni que sí, ni que no. Esperemos y veamos que pasa.»

viernes, 21 de enero de 2011

Alessandro Baricco: Novecento. La leyenda del pianista en el océano


Título original: Novecento
Idioma original: italiano
Fecha de publicación: 1994
Valoración: Está bien

Alessandro Baricco escribe en Novecento la historia del mejor pianista del mundo, un músico con una sensibilidad extraordinaria, capaz de sacar del piano las más exquisitas notas. Además, se da la curiosidad de que Novecento ha nacido en un barco, el Virginian, un trasatlántico que recorre la ruta entre Europa y América, y nunca se ha bajado de ese barco. Todo aquel que lo escucha queda maravillado. Incluso llega a medirse con Jelly Roll Morton, uno de los inventores del jazz.

Acostumbrado a leer novelas de Baricco, lo primero que sorprende es que Novecento se trata de un texto teatral, en concreto, un monólogo teatral. Tal y como él mismo explica: "Escribí este texto para un actor, Eugenio Allegri, y un director, Gabriele Vacis." Sin embargo, pese a tratarse de un monólogo teatral, su estructura y su argumento tienen un carácter fundamentalmente narrativo. En definitiva, se cuenta una historia: la curiosa y enigmática vida de Novecento.

Pero si hay algo que caracteriza a Baricco es su lirismo, un lirismo que está muy presente en este monólogo. Puestos a asemejarlo a dos de sus novelas más conocidas, Novecento recuerda a Seda, en lo que a la parte lírica se refiere, y a Tierras de Cristal, en cuanto a personajes enigmáticos y cargados de poesía. En definitiva, Novecento es un libro interesante de Baricco, aunque no el mejor y, desde luego, nunca la mejor opción para empezar a conocer a este escritor.

Reseñas de este mismo autor: Aquí

jueves, 20 de enero de 2011

VV.AA.: Wikinovela

Idioma original: Español, euskera, inglés
Año de publicación: 2006
Valoración: Doctores tiene la iglesia...
Dirección: http://wikinovela.org/

Bueno, sí, esta entrada es hasta cierto punto ombliguismo, porque trata de un proyecto que desarrollamos una compañera de la Universidad de Deusto, Patricia Fernández Carrelo, y yo mismo, en 2006, y por eso no le he puesto valoración, porque creo que no quedaría elegante que valorase algo en lo que estuve tan implicado... Y al mismo tiempo, me parece que el proyecto, en su momento, fue innovador, y los resultados quedaron bastante interesantes, así que cedo a la tentación de recomendar, por lo menos, echarle un vistazo...

La idea era relativamente sencilla: crear una novela de escritura verdaderamente colectiva, sin filtros ni moderaciones, utilizando el formato wiki, y en tres lenguas: español, euskera e inglés. Para el desarrollo informático contamos con Alianzo, que nos hizo una instalación personalizada de MediaWiki; el dinero (no fue mucho, que conste) lo puso el Banco Santander a través de Universia, y la difusión del proyecto se hizo fundamentalmente a través del periódico El Correo. Para que el proyecto tuviera más "gancho", conseguimos que tres escritores consagrados nos escribieran tres principios, uno para cada lengua: Juan José Millás, para el español; Espido Freire para el inglés; Jon Arretxe para el euskera. El proyecto se abrió a la participación el 24 de abril de 2006, y se cerró tres meses después. (Aunque todavía está accesible, ya no se puede modificar).

La verdad es que no teníamos ni idea de cómo podía resultar el experimento, y en cuanto a su funcionamiento, resultó muy bien. La gente colaboró de manera positiva (hubo muchos menos trolls de lo esperado) y, sobre todo gracias a la colaboración de dos o tres usuarios muy activos y muy creativos, la novela pronto empezó a multiplicar sus personajes, sus ramificaciones, sus juegos metaficcionales. La mayor parte de las contribuciones (como ya esperábamos, en realidad) fueron en español, hasta el punto de que el texto inicial de Juan José Millás quedó casi irreconocible debajo del aluvión de enlaces y continuaciones. Curiosamente, la única queja que recibimos (que yo recuerde) fue que a la gente no le gustó que algunos enlaces llevasen a páginas en lenguas distintas: una página en español a una en inglés o en euskera, o viceversa.

Y en cuanto al resultado literario: bueno, está claro que no creamos un nuevo Quijote, pero creo que quedó una cosa bastante digna: bien escrita (claro que los administradores del sitio estuvimos atentos a que así fuera, pero tampoco tuvimos excesivo trabajo), con mucho sentido del humor y mucha, mucha metaliteratura. Y es verdad que después han salido varios proyectos más de este tipo (A million penguins, por ejemplo, que ya no está accesible, o más recientemente "To be continued"), pero nosotros fuimos antes; y en tres lenguas. En fin, creo que lo mejor sería que los lectores de ULAD os dierais un paseíto por la Wikinovela, y pusierais vosotros la valoración que os parezca...

miércoles, 19 de enero de 2011

Venedikt Erofeev: Moscú-Petushkí


Idioma original: ruso
Título original: Москва-Петушки
Año de publicación: 1969
Valoración: Está bien


El protagonista de este libro es Venedikt Eroféiev (sí, sí, se llama igual que el autor del libro), un trabajador del tendido de cables que ha sido despedido de su trabajo por mostrar a sus superiores unos informes en los que relacionaba la productividad de sus compañeros y su consumo de alcohol. Sin trabajo ni objetivos y abandonado en una borrachera continua, decide huir de Moscú y dirigirse a Petushkí, donde le espera, entre otras cosas, "la más amada de las rameras". Es este viaje el que da título al libro y sintetiza su argumento, que arranca en el momento en que el protagonista sube al tren en Moscú y finaliza cuando da sus primeros pasos en la estación de Petushkí.

Este "largo poema en prosa", como lo califican algunos (aunque yo discrepo y lo califico como novela) es una interesante disertación alcohólica que realiza el protagonista a medida que se relaciona con los pasajeros que lo acompañan en su viaje y en la que tienen cabida la política, el amor, el alcohol y el mundo en general. No hay estamento social, costumbre o ideología que no sea objeto del análisis etílico (y, sin embargo, lúcido) del protagonista, que nos ofrece una visión realista y fría de la Rusia de entonces.

Poético, humorístico y profundamente crítico con la sociedad rusa de la época, este libro escrito en 1969 fue censurado en Rusia y condenado a distribuirse, de forma clandestina, en copias mecanografiadas. No fue hasta 1989 cuando consiguió publicarse en su país, aunque en el extranjero ya gozaba de gran prestigio desde su publicación en Jerusalén en 1973. Si estáis interesados en meter la cabeza en la literatura rusa y no sabéis por dónde empezar, creo que ésta es una obra adecuada para hacerlo. Sobre todo, para conocer un poco cómo era ese no-tan-lejano país hace no-tanto-tiempo.

martes, 18 de enero de 2011

Real Academia: Ortografía de la lengua española

Idioma original: español
Año de publicación: 2010
Valoración: Imprescindible

Quede claro que esto no es una reseña, sino más bien un comentario alegre. En primer lugar, porque evidentemente no me he leído el azulado tocho de casi 750 páginas; y en segundo, porque a estas alturas de la cena prácticamente todo el mundo ya conoce las novedades que aporta en el uso diario de la lengua este curioso artefacto.

Por si algún lector ha estado viviendo en Marte últimamente y no se ha enterado de la misa, podríamos resumir rápidamente algunos puntos fundamentales, así, a botepronto: la "ch" y la "ll" dejan de ser letras; todos los monosílabos con diptongo ortográfico pierden la tilde (guion, truhan, etc.); la combinación "hue" a comienzo de palabra pasa a ser "güe" (güeso, güevo); los pronombres demostrativos y el adverbio "solo" pasan a escribirse "recomendablemente" sin tilde; los cargos institucionales (presidente, rey, papa) van en minúsculas; la "o" entre números, sin tilde y con diéresis ("10 ö 12"); se recomienda eliminar la letra "q" cuando equivale al fonema "k" (cuorum, Catar); y más cosas...

Quien desee meterse más profundamente en harina, además de comprar el libro, puede consultar en los cientos de páginas web que haban del tema; basta con teclear en google "nueva ortografía". Pero recomiendo comprar el libro, especialmente para aquellas personas que tienen un trabajo vinculado, como es mi caso, al uso y disfrute de la palabra escrita. A fin de cuentas, para la elaboración del hermoso tocho se han juntado las 22 Academias de la Lengua Española durante ocho años de intenso trabajo, y eso tiene su mérito. Solo con mirar las varias páginas de créditos ya me agobio. El índice, con la friolera de 24, es directamente criminal. Se lo lees a un niño y pierde la consciencia en unos minutos. Mano de santo para cuando se te acaba el valium. Probadlo.

Lo realmente genial de este libro es, y hablo por experiencia, ponerlo sobre una mesa a la hora de los patxaranes y abrirlo directamente por alguno de los "puntos calientes". A nada que haya un par de personas animadas ya se ha montado el follón: protestas, desacuerdos, injusticias... Mi cuñado todavía grita "¡para mí es bisílabaaaaa!" cuando ve el volumen en una librería. Lo de quitarle la tilde a "guion", por ejemplo, tiene su miga, porque uno, que es de letras, se ha pasado la vida estudiando, escribiendo meticulosamente cada letra en correcto español, incluso enseñando a extranjeros cómo deben escribirse determinadas palabras, y ahora resulta que muchos de esos conocimientos deben reciclarse: no solo estás corrupto tú, sino que has propagado la enfermedad. Y es que, si bien la campaña promocional que se emitió en España tuvo bastante gracia, con ese niño rechoncho al que le pegaban librazos mientras Víctor García de la Concha rapeaba, de fondo, las normas de acentuación, tampoco es sencillo de entender: mi cuñado, que se llama Raúl, inmediatamente pensó que, al eliminar la tilde de "guion", la siguiente en caer sería la de su nombre. Y no. Pero explícale que "guion" es monosílaba con dos patxaranes a un grupo de gente de ciencias, y ya verás cómo te miran cuando empieces a hablar de átonas, tónicas y gincases. El libro sale volando. Tú, salvo que invites, vas detrás.

Lo dicho: es una compañía estupenda para animar cualquier reunión social. El texto es tan estrictamente correcto que la mitad de la gente será incapaz de entenderlo, pero los ejemplos son tan específicos que todo dios se mosqueará. Basta con recordar la que se montó cuando quisieron cambiar la "i griega" por "ye": manifestaciones multitudinarias, universidades ardiendo, dos exministros de cultura echados al pilón... La revolución. El Gobierno, a mi juicio, no estuvo acertado con esa iniciativa de
grandes contenedores rojos en los que ponía "Recicle un filólogo", pero algunos intelectuales se han mostrado de acuerdo. ¿Era necesario ofrecer un descuento en librerías por cada filólogo echado dentro? Algunos pensábamos, como finalmente sucedió, que mucha gente de ciencias con problemas económicos no tardaría en echar sociólogos, en lugar de filólogos, y que eso supondría el fin. Pero ese no es el tema ahora. Vosotros compradlo, marcad tres o cuatro capítulos y sacadlo de repente en la comida de los domingos con la familia. Discusión asegurada. Grabadlo con el móvil, que lo colgamos en el blog.

lunes, 17 de enero de 2011

Alice Munro: Las lunas de Júpiter

Idioma original: inglés
Título original: The Moons of Jupiter
Año de publicación: 1982
Valoración: Muy recomendable

Siempre se habla del carácter cambiante y omnívoro de la novela, capaz de asumirlo todo, de adoptar todas las formas, de resistirse a la definición o a los límites. Pero el relato, su hermano (o primo) pequeño, tampoco se queda corto: estamos hablando de un género que incluye los cuentos de Poe, los de Maupassant o Chejov, los experimentos de Borges o de Cortázar, las humoradas de Monterroso, el realismo brutal de Bukowski... o los delicados, sugerentes y a veces crueles relatos de Alice Munro, considerada una de las maestras de la narración breve contemporánea.

Me veo en la obligación de aconsejar al lector que tenga paciencia con este libro, si decide leerlo: entrar en el universo y en el modo de narrar de Munro exige tiempo, y sobre todo una actitud lectora especial, apreciativa de los detalles y de la sutileza más que de las grandes explosiones narrativas o los giros sorprendentes. En los relatos de Munro no pasa casi nada: los hay que son casi puramente estáticos, descriptivos, dedicados a pintar un mundo más o menos cerrado. Incluso en aquellos en los que sí pasan cosas, no suelen ser muertes, accidentes, desastres, sino más bien tensiones, sentimientos, decepciones, muchas veces más sugeridos por la acción que propiamente descritos y analizados. Se podría decir que son relatos chejovianos, aunque con menos dramatismo o teatralidad.

Algunos de los relatos son verdaderamente magistrales, aunque casi siempre dejan un cierto aire de tristeza: "Alga marina roja", "La temporada del pavo", "Accidente", "El autobús de Bardon" o "Prue", tratan de las relaciones amorosas, siempre complejas y siempre (esa es la impresión que queda después de leerlos) engañosas o escurridizas; "La señora Cross y la señora Kidd", "Historias desafortunadas", "Visitas" o "Las lunas de Júpiter" se refieren a otro tipo de relaciones humanas, entre ellas las familiares, cargadas de matices y de sobreentendidos. El primer relato (doble) que inicia el volumen, tiene un aire rural a lo Willa Cather (a la que se menciona en otro cuento) pero es quizás el menos original de todos.

En fin, Las lunas de Júpiter y, sospecho, cualquiera de los otros escritos por Munro, es un libro para leer sin prisa, no saltándose ni una línea, apreciando los matices que esconde.

También de Alice Munro en ULAD: Demasiada felicidadMi vida querida

domingo, 16 de enero de 2011

Per Olov Enquist: El ángel caído


Idioma original: sueco
Título original: Nedstörtad ängel
Año de publicación: 1985
Valoración: Recomendable


Creo que, con ésta, son cinco las veces que he empezado a escribir esta reseña. Si se tratara de otro libro, lo tendría más fácil, claro. Contaría su argumento, si está bien escrito o no (siempre en mi humilde opinión, por supuesto) y si, finalmente, considero que es un libro cuya lectura puedo recomendar a los demás o si, por el contrario, es mejor dejar que se llene de polvo en alguna estantería. Pero claro, el problema es que no se trata de otro libro. El problema es que no sé cómo comenzar esta reseña y menos cómo continuarla. Y mucho menos, cuál es el verdicto final.

Porque, vamos a ver, el argumento del libro es el siguiente: un monstruo de feria de dos cabezas que hablan telepáticamente entre sí. Muy bien. Hasta ahí, todo claro. El problema es que no cuenta nada más. Mejor dicho, sí que lo cuenta, pero no hay una historia propiamente dicha. Es decir, no hay introducción, nudo y desenlace, como a mí me enseñaron que tenía que tener toda historia. ¿Qué se cuenta en esta obra, entonces? Buf. Je. Anda que... vaya pregunta. Digamos que es una especie de monólogo o de conversación entre las dos cabezas (claro, si las dos cabezas pertenecen a la misma persona, ¿de qué estamos hablando: de una conversación o de un monólogo? ¿Estamos ante dos personas o una?) en la que se tratan una serie de temas que podemos considerar universales: el amor, la compasión, la naturaleza humana... Claro que tampoco es una conversación o monólogo al uso y tampoco se llega a ninguna conclusión (¿Acaso hemos de llegar a alguna? Qué sé yo).

Es un libro muy bien escrito, eso desde luego. Y muy interesante. E innovador. Y una vez que termina, el lector se queda con las ganas de releerlo, porque se queda con la impresión de que se ha dejado muchas cosas por el camino. Y, a la vez, uno tiene la sensación de que es mejor dejarlo reposar un tiempo, leer otras cosas y luego reemprender su lectura. Porque es una obra densa. No se lee en una tarde y no deja lo que se dice buen cuerpo. Visto así, claro, recomiendo su lectura, porque es difícil encontrar (para bien o para mal) libros que causen este efecto al leerlos. Así que podemos decir que sí, lo recomiendo. Recomiendo que se lea este libro. Pero también aviso: no va a ser plato de todos los gustos. Y no es sencillo. Pero qué demonios. Es un librazo y pienso volver a leerlo dentro de unos meses y corroborar (o no) mi veredicto. He dicho.

También de Enquist en ULAD: La partida de los músicosEl libro de Blanche y Marie

sábado, 15 de enero de 2011

Ana Gorría: Araña

Idioma original: español
Año de publicación: 2005
Valoración: recomendable

Pues esta vez traigo un libro de poesía y de una autora contemporánea. Es también crítica literaria, de la competencia, y wikipedista tímida, tanto que pocos saben de ello, pero me voy a chivar aquí para ver si se nos prodiga más, ventajas de haber sido biblio en el mayor esfuerzo colaborativo de internet.

Y a ver si se pudiera prodigar más en sus poemarios, porqué este que reseño es una delicia. La autora forma una madeja de simbolismos que va creciendo a lo largo de su lectura, como la tela de araña que da sentido al título. Y remata con un pequeño ensayo sobre la hilandera Aracne, la tejedora primigenia que estiraba sus redes en el tiempo y a quien Atenea condenó por envidia.

Los poemas son en su mayor parte cortos, contundentes, como una herida abierta, que se va tejiendo a lo largo de la obra hasta que nos envuelven en su universo de simbologías. Siempre se dice que el arte nace del sufrimiento, en estos versos hay mucho sufrimiento. Y mucho arte.

A su vez, la poesía de Ana Gorría inspiró la música de Juan Gómez Espinosa, cuyas partituras completan el libro.

También voy a aprovechar para dejar claro, por si no lo era ya, que siempre en cualquiera de mis modestas reseñas, la Wikipedia ha tenido alguna parte. ¿Os comenté que se celebran los diez años de la wiki y que la edición en español ha llegado a los 700.000 artículos?

«A medias, sin hacer, la noche
pende del hilo del silencio»

viernes, 14 de enero de 2011

Juan José Millás: Dos mujeres en Praga

Idioma original: español
Fecha de publicación: 2002
Valoración: Se deja leer

Con Dos mujeres en Praga, Juan José Millás ganó el VI Premio Primavera de Novela aunque las críticas que recibió el libro fueron, en general, poco benignas. Y pese a que quien firma esta reseña admira profundamente al Millás periodista/analista social y el peculiar mundo literario que le envuelve, en este caso no puedo por menos de etiquetar a esta obra suya con un simple "Se deja leer".

El libro narra la historia, o, más bien, las historias de cuatro personajes cuanto menos peculiares: Luz Acaso, una misteriosa dama solitaria que acude a un taller literario para que un escritor profesional le escriba una biografía; Álvaro Abril, escritor obsesionado con que es adoptado y encargado de escribir la vida de Luz; María José, una creativa chica que decide fingir ser tuerta del ojo derecho para verlo todo desde su lado "siniestro", y el propio narrador de la historia, el encargado de instalar los pilares maestros de una intrigante, surrealista y algo mareante trama más Millás que nunca.

Los defensores de esta novela acusan a sus detractores de no saber apreciar la magia sui generis de su escritor, uno de los más peculiares de este país, pero no creo que sea este el problema que hace que Dos mujeres en Praga no pueda considerarse una novela redonda. Sus personajes, pese a ser gente fuera de lo común, en mi opinión deberían haber sido armados con más cuidado para que el lector se los crea, algo que en esta ocasión no sucede. En cambio, en otras deliciosas paranoias de Millás, sí, como puede ser en El orden alfabético, que a mí, personalmente, me fascinó.

Dos mujeres en Praga me resultó una novela un tanto fría, demasiado enrevesada y poco creíble, como he dicho, y para que un libro sea considerado bueno, debe lograr coherencia y credibilidad para sus seres y para sus historias pese a que todos ellos sean poco menos que alienígenas.

También de Juan José Millás en ULAD: Hay algo que no es como me dicen. El caso de Nevenka Fernández contra la realidadArticuentos completosLa mujer locaLaura y Julio

jueves, 13 de enero de 2011

Colaboración: Raymond Carver: ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?


Idioma original: inglés
Título original: Will You Please Be Quiet, Please?
Año de publicación: 1976
Valoración: Muy recomendable

Cuentan que una vez le preguntaron a Raymond Carver si sus cuentos eran minimalistas, y su respuesta fue: "Yo no sé qué es eso del minimalismo. Yo sólo quería escribir como Chéjov". A pesar que su obra no tiene comparativa con la de Chéjov, parece que esta particular forma de ver (y crear) el relato breve fuera parte de su sello como escritor.

Prolífico autor de varios cuentos y poemas, Raymond Carver, uno de los referentes indiscutidos del denominado "realismo sucio", tardó muchos años en escribir su primer conjunto de relatos: ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor? Cuando empezamos a leerlos, podemos darnos cuenta de que sus palabras están escritas con una armonía especial, que nos obliga a adoptar un cierto ritmo de lectura, para después, sentarnos a disfrutar la tirada de páginas que siguen. Porque Carver tuvo esa pericia de usar pocas y precisas palabras para describir una situación, dejando que el contexto hablara por sí sólo y permitiera adentrarnos en el nudo de sus historias. ¿Son acaso extravagantes, violentas o espectaculares? No. Son la vida misma de la sociedad norteamericana, según cómo la vio Carver.

Son 22 historias que revelan con ironía y con mucha frialdad cierta clase de prejuicios y valoraciones de aquella época. Sin ir más lejos, podemos ver algo de ello en el relato "Vecinos": para una pareja de novios, cuidar la casa de sus vecinos amigos mientras estos se van de vacaciones es la excusa perfecta para satisfacer sus deseos, de todo tipo, en casa ajena. Porque siempre van a gozar mejor su vida de pareja de la misma forma que lo hacen sus vecinos que a su manera. Por eso, la novia señala: "Me gustaría que fuéramos nosotros quienes saliéramos de viaje". O en el relato "No son tu marido": un hombre se empeña en hacer que su mujer luzca más esbelta a los ojos de cualquier hombre, para luego hacerse pasar por otro y decirles: "¿Qué le parece la chica? ¿No le parece una preciosidad?"

En general, a lo largo de este conjunto de relatos, Carver utiliza historias aparentemente triviales para dar a conocer (muchas veces a través del plano psicológico) particulares perspectivas de vida, de relaciones con la familia o con la sociedad misma, que escritas con una prosa muy lacónica y fragmentaria, una vez que las agarras, no las puedes soltar.

Otras obras de Raymond Carver en ULAD: De qué hablamos cuando hablamos de amorCatedral

Firma invitada: Ismael

miércoles, 12 de enero de 2011

Benito Pérez Galdós: Nazarín


Idioma original: español
Año de publicación: 1895
Valoración: Recomendable

Este último año y medio ha sido el de mi reconciliación con Galdós, sobre todo gracias a Fortunata y Jacinta, ese culebrón magistral. Y hacía tiempo que tenía ganas de leer algo de su última etapa, la que llaman "espiritual(ista)", en la que renuncia a la exactitud del retrato psicológico, histórico y social para concentrarse en los problemas filosóficos, religiosos o éticos que afligen al hombre de cualquier época y condición. Nazarín es la más conocida de esta época (entre otras cosas, gracias a la adaptación de Buñuel) y bueno, me ha gustado, pero no tanto como Fortunata y Jacinta.

El protagonista de esta novela ha sido descrito como una mezcla de Don Quijote y Jesucristo. Del primero tiene su idealismo, su nomadismo y su incapacidad (o resistencia voluntaria) para adaptarse a la realidad; del segundo, su misticismo, su pacifismo, su entrega al prójimo e incluso un cierto mesianismo (una de las escenas más divertidas de la novela es aquella en que Pedro Belmonte cree ver en Nazarín al obispo armenio Esrou-Esdras redivivo). Además, en su vagar por las afueras de Madrid lo acompañan Ándara y Beatriz (que tienen con él una relación verdaderamente entrañable, muy bonita y muy bien construida por Galdós), que tanto pueden ser la Marta y María evangélicas, como nuevas Sancho-Panzas andrajosas y malhabladas.

La acción de la novela, bastante escasa, por cierto, es la típica de una novela de viaje, o mejor, de vagabundeo (como es, precisamente, el Quijote): los personajes andan por los caminos, se encuentran con gente, hablan, les pasan cosas. El hilo conductor es el protagonista, que con su actitud y su personalidad mística y desprendida provoca admiración, respeto, desprecio o burla en quienes lo conocen.

En fin, la novela es interesante por su contraste, precisamente, con los periodos anteriores del propio Galdós: qué diferente es el tono, el tema o el tratamiento de los personajes y la acción, si lo comparamos con su etapa más realista o, por ejemplo, con Doña Perfecta: la ambigüedad con la que se presenta a Nazarín (termina la obra y no sabemos si es un santo, un loco o una mezcla de las dos cosas) es, también, puramente cervantina. En todo caso, para mi gusto esta obra es menos perfecta que los mejores novelones realistas del mismo autor.

Ah, por cierto, no he visto la película de Buñuel, ¿qué tal está?

Otros libros de Benito Pérez Galdós en ULADFortunata y JacintaTrafalgar, Torquemada en la hoguera, La sombra

martes, 11 de enero de 2011

Camilla Läckberg: Los gritos del pasado


Idioma original: sueco
Título original: Predikanten
Año de publicación: 2004
Valoración: Se deja leer


Aunque la novela negra es un género cultivado desde el siglo XIX, es innegable que después de éxito de Stieg Larsson y su saga Millenium ha habido un boom de escritores nórdicos que se han dedicado (con mejor o peor suerte) a crear obras basadas en la presentación de un misterio (asesinato, desaparición o ambas cosas; cuanto más truculento, mejor) y su resolución. Entre los nuevos escritores de novela negra pertenecientes a este boom encontramos a Camilla Läckberg, una joven autora que ha creado una saga que comenzó con La princesa de hielo y ha continuado con Los gritos del pasado, Las hijas del frío y Crimen en directo.

Como ocurre con otras sagas, aunque existe una historia de fondo que se desarrolla de libro en libro (en este caso, la relación amorosa entre sus protagonistas, la joven escritora Erica y el detective Patrick), cada uno de ellos plantea un misterio diferente que hace que se puedan leer de forma independiente. Es decir, que, como me ha ocurrido a mí, se puede leer el segundo libro sin haber leído el primero y no tener la sensación de que falte algún dato importante.

En Los gritos del pasado, Erica está embarazada de ocho meses (lo cual, teniendo en cuenta el calor sofocante que hace en Suecia en verano, es algo insoportable y terrible y la pobre sufre mucho, aunque su amante y listo compañero sentimental detective la quiere tanto y la trata tan bien que enseguida se le olvida) y Patrick tiene que investigar un caso de asesinato: una turista alemana ha aparecido muerta con evidentes signos de tortura sobre los esqueletos de dos mujeres jóvenes asesinadas de la misma manera treinta años atrás.

No puedo decir que sea un libro malo, pues está bien escrito y la autora hace un buen uso de los elementos claves de la novela negra (presentación de las piezas del puzzle, de los personajes, subtramas ajenas al misterio principal pero importantes para resolver éste, etc.), pero no acaba de convencerme. Los personajes, en general, son muy tópicos, la estructura es tan clásica que resulta bastante aburrida y la relación de los protagonistas es tan perfecta y tan guay que acabas el libro deseando que se traicionen de la forma más sucia posible o que alguien los mate, aunque sólo sea para darle un poco de emoción.

En fin, resumiendo: el libro no está mal, se lee rápido y entretiene sin pretensiones. Y, si queréis más, hay otros tres esperando en las librerías y la autora ya ha empezado a escribir su siguiente obra. Viva.

lunes, 10 de enero de 2011

Orhan Pamuk: El libro negro


Idioma original: Turco
Título original: Kara Kitap
Año de publicación: 2001 (en España)
Valoración: Recomendable


Me sorprendió tanto encontrar este libro en el apartado Novela Negra de una librería del centro que no me lo pensé dos veces. Acababan de conceder el Nobel a Pamuk, no había leído nada de él y llevaba unos cuantos días pensando por dónde empezar. En la contraportada ponía: Es una novela policíaca, tan espectacular como poco convencional. Me sorprendió pues nunca hubiera imaginado a Pamuk como autor policíaco o de misterio. Y no me equivocaba: si prescindimos del título, la explicación de la contraportada y que el pretexto argumental consiste en la búsqueda de la esposa desaparecida no hay ningún motivo para clasificarlo como novela de género. Me diréis que ya es bastante. Pues no. Esta búsqueda, repito, no es más que una excusa para seguir el rastro de la identidad turca (escindida entre una y otra de las dos grandes mitades del mundo) a través de los recuerdos del protagonista y de su peregrinación por las calles de Estambul con el fin de dar salida a la necesidad que tiene su autor de recrearse en la cultura del país, sus contradicciones y, de paso, en sus obsesiones personales expuestas de forma algo críptica.
A través de una escritura impecable, un estilo ágil y muy personal, mediante dos acciones paralelas – la que vemos por los ojos del protagonista y los escritos de un primo suyo también desaparecido, Cêlal, responsable de infinitos artículos de prensa que van puntuando el núcleo narrativo y en los que Galip cree encontrar valiosas pistas – y sin un verdadero argumento que tampoco es necesario, se atiende tanto a la expulsión de los demonios privados como a la minuciosa observación de ciudad, personas, usos sociales y ambiente. Por si esto fuera poco, encontramos un claro propósito meta-literario y abundantes referencias de índole literaria y política. La distinción entre personajes reales o imaginarios no siempre es fácil, el lector se empeñará en delimitar la confusa frontera entre sueño y realidad hasta que descubra las reglas del juego y se dé por vencido. Tendrá suficiente con dejarse enredar en la simbología, entresijos y divagaciones que propone el protagonista durante sus incansables idas y venidas por las calles e inmuebles de la ciudad. En realidad, los personajes tienen muy poco peso, son casi meras figuras decorativas, están ahí porque tiene que haber alguien y porque, sobre todo al principio, impulsan un poco la (escasa) acción. Luego, cuando la trama ha entrado en su definitivo callejón sin salida, desaparecen hasta esos personajes/estatua y el narrador se queda solo complaciéndose en un eterno bucle que se alimenta de sí mismo una y otra vez. Esto, que se podría haber solucionado acabando la novela mucho antes, es su principal lastre y lo que me convence de que le sobra un buen número de páginas. Según se avanza en la lectura, cuesta cada vez más encajar la inacabable repetición y, finalmente, resulta incluso molesto toparse siempre con la misma escena, pensamientos y recursos. Diríase que el escritor se encontraba tan a gusto con sus hallazgos que quiso mostrarlos el mayor número de veces posible. Y eso le perdió. Llega un momento en que la fórmula ya no da más de sí, las obsesiones lo invaden todo, se hace repetitivo hasta el desánimo y la única razón que encontramos para seguir leyendo, o casi, es la de enterarnos cómo ha conseguido poner, por fin, el punto final a la historia.

También de Orhan Pamuk en ULAD: NieveEl museo de la inocenciaLa casa del silencio

domingo, 9 de enero de 2011

Colaboración: Nicole Krauss: La historia del amor

Idioma original: inglés
Título original: The History of Love
Año de publicación: 2005
Valoración: Muy recomendable

Con un título tan pretencioso, una portada tan horrible y un contexto narrativo tan poco original como el holocausto judío y las andanzas de sus abnegados parientes en Brooklyn, New York (¿sí? ¡no! ¡otra vez!) , uno se sorprende un día con el libro entre las manos y lo que es más grave: ¡con la determinación de empezarlo a leer!

El caso es que, prejuicios a parte, uno comienza y en seguida descubre que los judíos además de hacernos llorar (por méritos propios y ajenos) también saben hacernos reir. Y así , entre risas, emerge el delicioso personaje de Leopold Gursky, anciano residente en Brooklyn, tierno, cómico, creativo, mordaz, protagonista que por momentos alcanza cotas de hilaridad similares a las de Ignatius Reilly en La conjura de los necios. Uno continúa y descubre que los judíos además de hacernos reir siguen haciéndonos llorar (y mucho) por medio de un tal Leopold Gursky, judío polaco, solitario, emigrante, eternamente enamorado y abandonado a la espera de un destino final que se inició y existe hace ya demasiado tiempo. Y siguiendo el cauce de una narración que va recomponiendo las piezas sueltas de un puzzle roto que entristece y alegra a partes iguales, conocemos el verdadero significado del amor de la mano de Alma, espíritu de todas las mujeres: madres, niñas, enamoradas, amantes, amadas o abandonadas. Hasta el punto de terminar pensando que quizás, por desgracia, no haya otro título mejor para la historia que se cuenta, pues de esto y no de otras cosas trata el amor. Éste es también un libro sobre la literatura, o más bien sobre el acto de escribir para sanar o purgar el dolor inflingido a veces por la vida, de manera que el amor y la escritura resultan dos facetas más de la misma realidad que es el existir.

Personalmente el libro has sido una sorpresa muy agradable, por inesperado y por bien ejecutado. Aunque como dice J.M. Coetzee es "Un libro cautivador, tierno y muy original", todas las alarmas deben estar puestas en lo que el término tierno puede acabar significando para algunos.

También de Nicole Krauss en ULAD: La gran casa

Firma invitada: Iñaki

sábado, 8 de enero de 2011

Eduardo Mendoza: El misterio de la cripta embrujada

Idioma original: español
Fecha de publicación: 1978
Valoración: recomendable

Lo primero que leí de Mendoza fue La verdad sobre el caso Savolta y lo segundo Sin noticias de Gurb. Y este es el tercero que tengo el gusto de leer. Si todavía me asoma una sonrisa cada vez que leo el nombre de mi marciano favorito, esta casi está a la altura.

Porque el protagonista de la novela, sino es marciano, le falta poco. Nuestro hombre en Barcelona es un loco sacado directamente del manicomio para que ayude en la investigación de un crimen. Todo ello con la complicidad del comisario de policía que lo detenía cada dos por tres, seis; del director del mentado frenopático y de la superiora del colegio de señoritas donde ha ocurrido el crimen. Con este plan, el innominado orate es depositado de una patada en el culo, literalmente, en la ciudad catalana, que está en plena transición democrática en ese momento.

Toda la novela es exageradísima en sus planteamientos, desde el propio lenguaje del majara hasta el ambiente marginal en donde transcurre la mayor parte del relato. En realidad la novela entera es una parodia de situaciones y personajes del momento, con partes muy divertidas y una trama más loca que el propio protagonista.

Esta era la segunda novela de Mendoza, que posteriormente utilizo a este personaje en su siguiente libro El laberinto de las aceitunas y cerró una trilogía en 2001 con La aventura del tocador de señoras. Se lee en un minuto, pero te hace reír horas.

''Seguía con los ojos bien abiertos, aunque ya no dirigidos a mí, sino al infinito, y de sus labios caía una baba verdosa. De estos detalles y del hecho de que no respirara, inferí que estaba muerto.''

Otros libros de Eduardo Mendoza en Un Libro Al DíaLa ciudad de los prodigiosTres vidas de santosEl enredo de la bolsa y la vidaSin noticias de GurbEl laberinto de las aceitunasEl año del diluvioUna comedia ligeraLos soldados de Cataluña

viernes, 7 de enero de 2011

Antonio Altarriba y Kim: El arte de volar


Idioma original: castellano
Fecha de publicación: 2009
Valoración: Imprescindible

El 4 de mayo de 2001, Antonio Altarriba se quitó la vida. Tenía 90 años y dejaba un hijo, que no entendió la razón por la que su padre hizo lo que hizo hasta que leyó su diario y encontró entre sus páginas a un hombre que poco o nada tenía que ver con aquel al que creía conocer. El arte de volar es la historia de Antonio Altarriba “padre”, pero también el viaje que realiza Antonio Altarriba “hijo” buscando a su progenitor. Poniéndose en el lugar de su padre, adoptando su voz, el autor narra la existencia del hombre que le dio la vida y, con ella, la de tantos hombres y mujeres a los que les tocó recorrer el mismo camino de frustración y fracaso.

Conoceremos así a un niño que quería volar, a un adolescente que huyó a Zaragoza en busca de una vida mejor, a un soldado, emigrante, marido, trabajador, adúltero, padre… Antonio Altarriba fue uno de esos protagonistas anónimos que sufrió el hambre, la escasez y el exilio, y que tuvo que tragarse su orgullo para poder sacar adelante a su familia, aun a costa de todos sus ideales.

Altarriba realiza un magnífico trabajo al escribir el guión de El arte de volar, pero habría quedado cojo si no hubiera contado con el apoyo del dibujante Joaquin Aubert, Kim, conocido por ser el autor de las historietas de Martínez, el Facha que semanalmente se pueden leer en la revista El Jueves. Kim realiza un trabajo inmejorable, muy expresivo y detallado, que se complementa perfectamente con el fluir de los acontecimientos.

El arte de volar, en resumen, no sólo cuenta la historia –desgarrada, frustrante y dolorosa– de su protagonista, sino que nos escupe a la cara 90 años de historia de un país en el que nacieron miles de hombres y mujeres que no tuvieron ninguna oportunidad de tomar las riendas de su vida y que, llenos de sinsabores y capeando como podían la injusticia, se esforzaron por intentar llegar al día siguiente como buenamente podían. Por todos ellos, leed este libro. No os defraudará.


También de Antonio Altarriba en Un Libro Al Dïa: Yo, asesino

jueves, 6 de enero de 2011

Libros, piratería y ley Sinde (y 2)

En la entrada anterior hablé de los motivos para oponerse a la Ley Sinde en concreto, es decir, en su redacción actual; en la de hoy voy a pasar a otro plano más abstracto: al concepto de "derecho de autor", su lugar en la era de internet y los medios a través de los cuales los creadores deben ser recompensados por su trabajo. Aquí confieso que hay cosas que no tengo del todo claras, así que me permitiréis que plantee el asunto en forma de preguntas:

1.- ¿Deben los autores recibir una compensación económica por su trabajo?
Sí. Evidentemente. Se escucha mucho decir que "los músicos viven de los conciertos" o que "muy pocos escritores viven de sus libros", y en muchos casos esto es así; pero esto no quiere decir que esta sea la situación ideal. Crear (escribir, pintar, hacer películas...) no es -o no debería ser- una actividad que uno haga en sus ratos perdidos, en el tiempo que le dejan las clases, la panadería o la oficina. Los artistas, como cualquier otro sector, tienen derecho a ser profesionales, y para ello es preciso diseñar algún sistema que les asegure una compensación por su trabajo.

2.- ¿Deben mantenerse los derechos de autor igual que hasta ahora?
Creo que no. Es decir, en relación con la pregunta anterior, sí creo que debe existir cierta protección legal para los derechos de autor, y que por supuesto los derechos morales de autoría deben seguir respetándose. Pero el concepto y el sistema legal de derechos de autor actual ha quedado claramente desfasado por la aparición de nuevas formas de creación, de autoría, de difusión, de consumo, de relación entre autor y lector. Nunca he entendido, por ejemplo (y a lo mejor hay alguien que me lo puede explicar) esa ley que protege los derechos de distribución de las obras hasta 80 años (¡80 años!) después de la muerte de los autores. Que todavía no se puedan editar libremente las obras de Lorca o de Unamuno, por ejemplo. Ni que esos derechos puedan ser comprados o vendidos como si fueran un "bien material", de manera que, si no me equivoco, Michael Jackson poseía los derechos de las canciones de los Beatles. ¿En qué sentido protege o propicia esa norma la creación de obras artísticas? Creo, en resumen, que debe mantenerse el concepto de "derecho intelectual" sobre la obra, pero replantearse todo lo demás.

3.- ¿Debe ser gratis la cultura?
No creo que la cultura deba ser gratis (véase el punto 1), pero sí creo que las nuevas tecnologías (internet, los ebooks, Spotify, el iPod, iPad y similares) han creado la posibilidad de que la cultura sea más barata, eliminando buena parte de los intermediarios, que son, recordemos, quienes se llevan ahora mismo el 95% del pastel cultural. Probablemente, los distribuidores tradicionales podrían, si quisieran, diseñar modelos de distribución de productos culturales que les permitieran obtener beneficios con un coste mucho menor para el destinatario final, el consumidor. En el caso de los libros, es totalmente incomprensible que los precios de los eBooks que ofrece Libranda, por ejemplo, no sean muchísimo más baratos que sus equivalentes en papel, teniendo en cuenta el ahorro que supone en materiales, almacenamiento, transporte...

4.- ¿Deberían ser ilegales las páginas de enlaces y las descargas?
No, y de hecho, como decía en la entrada de ayer, según los propios jueces la mayoría no lo son. Lo único que es ilegal es lucrarse con la distribución de obras protegidas por derechos de autor, ya sea a través de la publicidad o cobrando por "cuentas Premium" de pago. Por otra parte, en España se aplica desde hace unos años un "canon digital" que teóricamente, o al menos yo lo entiendo así, da derecho a usar tus CD, discos duros, tarjetas de memoria y similares para hacer copias privadas (ojo, privadas) de obras protegidas. Entre el camino recaudatorio (incluido ese inconcebible "canon por préstamo" aplicado a las bibliotecas) y el punitivo (los piratas, a la cárcel), está claro que el primero es el mal menor; lo que es incomprensible es que se pretendan aplicar los dos simultáneamente.

5.- Y entonces, ¿qué hacemos?
Pues es difícil encontrar una solución que satisfaga a los creadores y a los consumidores simultáneamente, y mucho menos a ciertos intermediarios (sociedades de gestión de derechos como CEDRO o la SGAE) cuya existencia depende de la pervivencia del modelo actual. En todo caso, parece claro que siguiendo como hasta ahora, con insultos y maximalismos por parte de todos, no vamos a ninguna parte. Es necesario que aparezcan (o que se desarrollen, porque aparecer, ya han aparecido) nuevos medios de distribución que por un lado ofrezcan productos baratos y de calidad, y por otro respeten y retribuyan los derechos de los creadores. No estoy pidiendo imposibles: ahí están Spotify, iTunes o la venta de libros electrónicos de Amazon para probarlo. En cambio, intentar mantener las estructuras legales y comerciales del siglo XX (o XIX) a base de descalificaciones, juicios e impuestos no va a ser una solución a medio o largo plazo.

Y vosotros, ¿qué pensáis al respecto?