viernes, 19 de enero de 2024

Colaboración: Salto mortal, de Kenzaburo Oé

Idioma original: japonés

Título original: Chuugaeri (宙返り)

Traducción: Fernando Rodríguez-Izquierdo

Año de publicación: 1999

Valoración: recomendable

En marzo del año pasado falleció el premio Nobel Kenzaburo Oe, y yo, ni enterado, a pesar de vivir en Japón. Me sorprendió ver en las librerías una nueva edición de sus obras completas, y… ya. Por lo que no se me pasó por la cabeza que fuese en honor a su muerte. Si hubiese sido Murakami (Haruki, no el otro) el fallecido, no dudo que se habría armado un gran alboroto. Supongo que esta reacción discreta hacia Oe se debe a ciertas posturas que él mantenía, las cuales podrían no ser muy celebradas en la sociedad japonesa: su negación a reconocer la autoridad del emperador, su antagonismo hacia la presencia del ejercito estadounidense en territorio japonés, y (lo más imperdonable) los chismes sobre sus vínculos con líderes chinos. Una vez superado el desconcierto por el fallecimiento de Oe, me alegró ver reeditada en tapa dura la primera novela que escribió después de recibir el Nobel (creo importante mencionar este detalle debido a lo feas que suelen ser las obras al periodo inmediato post-Nobel), "Salto Mortal".

Publicado originalmente en 1999, en una época marcada por la paranoia tras los ataques al metro de Tokio por la secta Aum Shinrikyo (un evento que llegó a alterar aspectos tan cotidianos como la eliminación de botes de basura de las estaciones), "Salto Mortal" ofrece una perspectiva diferente sobre el auge y la radicalización de los movimientos religiosos en el Japón de finales del siglo XX. Oe pretende entrelazar lo personal con lo político, creando una narrativa donde la figura del líder carismático se convierte en el eje central. "Salto Mortal" gira en torno a dos líderes religiosos, Patrón y Guiador (Salvador y Profeta, para los fans) que, después de abjurar de su propia doctrina y de una década de silencio, deciden reconstruir su movimiento. Estos personajes ejercen una influencia intensa sobre sus seguidores, resonando con la dinámica de Aum Shinrikyo bajo Shoko Asahara, que, por cierto, fue ejecutado después de pasar casi 20 años en prisión.

A pesar de los evidentes paralelismos, "Salto Mortal" trasciende una mera representación de Aum Shinrikyo. En contraste con otras obras sobre el tema que condenan abiertamente a estas sectas, como "Underground" de Murakami, Oe utiliza la ficción para indagar en temas de fe, moralidad y además, nos da una visión sobre la organización y los métodos utilizados por este tipo de cultos para aumentar una grey, como el sutil lavado de cerebro. En ocasiones, la novela desafía al lector a discernir entre la ironía y una aparente apología de este fanatismo, especialmente al adentrarse en la crisis de fe y los conflictos internos que motivan a los seguidores, principalmente jóvenes desencantados y sin un futuro prometedor, a unirse al culto apocalíptico de moda. La complejidad de "Salto Mortal" radica en su capacidad para entrelazar estos elementos en una narrativa que es tanto provocativa como introspectiva.

La mayor crítica hacia la novela es su ritmo lento, con menos énfasis en la acción y más en la introspección y el desarrollo de personajes. Muy fiel a su estilo, Oe a menudo presenta situaciones y dilemas morales sin soluciones claras o definidas. La reiteración de ideas sin profundizar del todo sobre ellas puede hacer tediosa la lectura. Se requiere un poco de paciencia para disfrutar de esta novela, un tanto escondida entre diálogos que muchos podrían calificar de innecesarios.

Este libro es particularmente recomendable para los admiradores de la obra de Kenzaburo Oe y, en un sentido más amplio, para aquellos que aprecian la narrativa japonesa moderna, la cual se distingue por la exploración de la psicología y las emociones de los personajes, transmitida mediante un estilo minimalista y haciendo énfasis en la sutileza y la insinuación. Para aquellos que no, "Salto Mortal" puede llegar a resultar aburrida y redundante. 

Firmado: Alain Ríos

Otras obras de Kenzaburo Oé reseñadas en ULADaquí


1 comentario:

Yai dijo...

Jo, yo tampoco sabía que se había muerto Oe. Definitivamente, se acabó el siglo XX :-/