Título original: Oku no Hozomichi (奥の細道)
Traducción: Antonio Cabezas
Año de publicación: 1702
Valoración: Muy recomendable (Imprescindible para interesados)
¡Templo de luz!
Cada día, una nueva reseña
Título original: Oku no Hozomichi (奥の細道)
Traducción: Antonio Cabezas
Año de publicación: 1702
Valoración: Muy recomendable (Imprescindible para interesados)
Título original: Widok z ziarnkiem piasku
Año de publicación: en diversos volúmenes, entre 1957 y 1993. Como antología, 1995.
Traducción: Jerzy Sławomirski y Ana María Moix
Valoración: muy recomendable (por no decir imprescindible)
Primera antología -de cien poemas- publicada en castellano de la poeta (lo de "poetisa" ya no se lleva, me parece) polaca Wisława Szymborska, que recibiría el premio Nobel al año siguiente, en 1996. Esto, lo del premio, no tendría demasiada importancia aparte de que, hasta donde yo sé, todo el mundo coincide en que esa vez estuvo muy bien concedido... Como cabe deducir, los libros de los que se han extraído los poemas para esta selección son anteriores a la obtención del premio y en concreto se trata de Llamando al Yeti (1957), Sal (1962), ¡Qué monada! (1967), Acaso (1972), El gran número (1976), Hombres en el puente (1986) y Fin y principio (1993). Como en este blog ya han sido reseñados otros tres libros de poemas de esta autora, posteriores a esta fecha, creo que podemos considerar que, en conjunto, estamos mostrando un panorama suficientemente completo de su obra.
Imposible innovar a estas alturas sobre la maravilla que es la poesía de esta autora (si cesta reseña consigue, en todo caso, descubrírsela a quien no la conozca, me doy por más que satisfecho); en todas las críticas, reseñas y semblanzas que leáis sobre ella se destacan ciertos aspectos de su obra que no puedo sino corroborar: la atención a las pequeñas cosas -incluso humildes-: una piedra, un escarabajo muerto, una cebolla, una gota de lluvia, el prospecto de un medicamento... a los acontecimientos colaterales de aquéllos que se suele tener más en cuenta o a aspectos insólitos de la realidad -o la irrealidad- en los que no solemos pensar; el destino final de un currículum, lo que se dice en un entierro; lo que piensa un gato cuando muere su dueño, los milagros corrientes de cada día... También, que se centra en el individuo/a como eje de la experiencia con la que apreciar el mundo, pero no con una perspectiva egoísta o egocéntrica, sino profundamente humanista, como en Fin y principio o La realidad exige -sobre quien paga las consecuencias de las guerras-, o las más metafísicas Nada es regalo, Una versión de los acontecimientos, Es una gran suerte... Por último, el rasgo más distintivo de la obra de esta gran poeta: la ironía -y el humor en su más amplia acepción-, que impregna toda su poesía, desde los poemas donde se aprecia más claramente, como en Primera fotografía de Hitler -huelga cualquier explicación-, la superpoblación del Hades en A orillas del Estigio, el gusto de los ángeles en Gags o la sorprendente Thomas Mann hasta otros en que aparece de forma más sutil (casi todas). En fin, cualquiera de los poemas recogidos en esta antología puede ser leído bajo alguna de estos prismas y todos denotan una calidad sobresaliente, aunque yo, personalmente, prefiero los escritos a partir de 1973, los que aparecen en Acaso, El gran número, Hombres en el puente y Fin y principio.
En todo caso, no es Szymborska una poeta hermética, cuyas crípticas metáforas haga falta descifrar al cabo de un aprendizaje iniciático. Al contrario y quizás ésta sea su mayor cualidad, resulta de una tremenda cercanía, de forma que si alguna de sus imágenes o referencias no nos resulta entendible, es simplemente porque no conocemos la referencia, ya sea ésta un cuadro de Brueghel o de Hiroshige Utagawa o algún escritor polaco del que por aquí no tenemos mucha idea (pero en Polonia, obviamente, sí). Su lírica, incluso en los casos en que prima la forma sobre el contenido, que también podemos encontrar alguno, se nos presenta como algo familiar, natural, reconocible como reflejo de nuestra propia experiencia y, sobre todo, de una gracia y una belleza cautivadoras. Lo mejor, sin embargo, es que os decidáis a leerla, quien no lo hay hecho antes y lo comprobéis por vosotros/as mismas.
Para finalizar la reseña, permitidme que transcriba algunos fragmentos de un poema de doña Wisława titulado El odio, que, en verdad, no es el mejor de los suyos, pero sí parece hecho ex profeso para los tiempos que vivimos (igual que lo estaba para 1993, cuando se publicó):
Ved cuán activo está
y qué bien se conserva
el odio en nuestro siglo.
Con qué ligereza salva obstáculos, y qué fácil le resulta saltar sobre su
presa...
No es como los otros sentimientos.
Más viejo y, a la vez, más joven.
Por sí mismo genera la causa
de su despertar a la vida.
Duerme a veces, pero jamás con un
sueño eterno.
Y el insomnio no le resta fuerzas, se las
da.
(...)
¡Qué anemia y apatía
la de los otros sentimientos!
¿Desde cuándo la fraternidad
arrastra multitudes?
¿Ha llegado alguna vez la compasión
primera a la meta?
¿A cuántos voluntarios seduce la duda?
El odio sí seduce, ¡y cómo!, es perro
viejo.
(...)
Siempre dispuesto a nuevas tareas.
Si es necesario esperar, espera.
Dicen que es ciego. ¿Ciego?
Tiene los ojos de lince del francotirador
y mira el futuro con denuedo.
Él, sólo él.
Más libros de la gran Wisława Szymborska reseñados en este incomparable blog: Dos puntos, Aquí, Hasta aquí, Correo literario
Año de publicación: 2000
Valoración: Recomendable
101 + 19 = 120 poemas es una antología, publicada por Visor allá por el año 2000, en la que se recoge una muestra de los 10 poemarios publicados hasta ese momento por el ovetense Ángel González, a los que se añaden una serie de poemas inéditos, algunos de los cuales, por cierto, verían la luz en forma de libro años después.
Lo anterior supone, por tanto, un recorrido simplificado a través de más de 40 años y hace que esta reseña y la valoración que la encabeza sean, a su vez, la simplificación de una simplificación, pero allá vamos y que sea lo que Dios quiera.
Perteneciente a la generación del 50, Ángel González se caracteriza por el empleo de un lenguaje cercano a lo coloquial, por el tono conversacional e irónico y por situar sus poemas a medio camino entre la experiencia personal y la experiencia colectiva. Entre los temas que predominan en su obra cabe citar los "problemas metafísico - existenciales", las reflexiones sobre la poesía y sus mecanismos, lo político - social, el amor o el paso del tiempo.
En su primera etapa (desde Áspero mundo (1956) hasta Tratado de urbanismo (1967)), en la que se observa una clara vinculación con otros poetas de su quinta o ligeramente más mayores, como Blas de Otero, ocupan un lugar central los temas existenciales y políticos, si bien en ellos asoman ya el humor y las "torceduras" de la realidad (un ejemplo se puede observar en Ayer). Es la de esta época una poesía de la derrota y de esperanza oscura en la que el existencialismo de corte más individual da paso progresivamente a preocupaciones políticas y sociales.
Personalmente, esta es la etapa que más me interesa del autor, por la potencia y la fuerza de su imaginería, por su mayor conexión con inquietudes y preocupaciones atemporales, así como por una mayor musicalidad general en los poemas.
En la segunda etapa (desde Breves acotaciones... (1969) hasta Deixis en fantasma (1992)), ganan peso las rupturas de la lógica, la ironía y los motivos más "anecdóticos", hasta el punto de acercarse en ocasiones a lo meramente aforístico. Unido a esto, el paso del tiempo y la melancolía y el desencanto cobran mayor protagonismo, en especial en Muestra corregida... (1976). En este sentido, es revelador el poema Contra-orden (Poética por la que me pronuncio ciertos días), en el que dice...
de pan y jengibre.
El pan, metáfora omnipresente en esta primera sección, simboliza también los cuerpos, metáfora tal vez de origen religioso, aunque no solo (Ahora mi cuerpo / tiene que ser el pan). Por otra parte, las "conversaciones después del desayuno" parecen introducir ya una cierta disonancia, dentro de aquella tradición poética de la "albada" o "alborada" en la que la llegada del nuevo día significa la separación de los amantes: Me gustaría darle la oportunidad a nuestro / amor de acabarse por cansancio, pero te tienes que marchar.
Volver a casa sola volvera casa arrastrando los pies
como una gata arrastrando
el lomo por el sol.
En esta sección gana peso, de hecho, la figura protectora y primordial de la madre, que parece surgir para lamer las heridas de la voz poética (también las que le inflige ese "topo interior" qua la consume, sobre todo en los momentos de soledad); una madre que es interlocutora y consejera, refugio y sustento, pero que también aparece, en algunos momentos del poemario, se siente lejana y ausente, una lejanía próxima (o idéntica quizás) a la muerte: El ombligo por el que una vez chupé la comida del cuerpo de mi madre es ahora la fosa en la que se pudre mi madre. Dos poemas consecutivos ("Le explicas a tu madre la relación con tu nuevo novio" y "Le explicas a tu madre la ruptura con tu nuevo novio") parecen condensar los temas y las dinámicas de esta sección, y del libro: esperanza, distancia, ternura, separación.
Sobre el fruto: la boca lo reconoce en el latir. Puede estar tras el pulmón o podría esconderse debajo de la piel de las manos y la boca lo buscaría siguiendo su latido. La boca se arrastraría recorrería el cuerpo todas las pieles y mordería la carne entera escarbando en busca de su fruto oculto.
Ahora que está oscuro y,
enredados en el sofá,
yo podría ser cualquier otra mi mano
podría ser otra mano
puedo cambiar la respiración
a una respiración cualquiera y el ruido de mi estómago es
[lo único que me da nombre
quédate esta noche y prepararemos la cena
Año de publicación: 2025
Valoración: muy recomendable
Lo confieso: ¿me propuse leer este libro sólo por lo mucho que me moló su cubierta? Pues sí, no me escondo (pero es que miradla: no me digáis que no es una genialidad conceptual. Se entiende todo el libro de un vistazo... aparte de llamar la atención, que es de lo que se trata). A ver, también el tema me interesaba, lo reconozco, pero dudo que me hubiese planteado leer de inmediato el libro si hubiese venido envuelto de otra manera; probablemente lo habría dejado en el tsundoku hasta tener tiempo de echarle un vistazo (que no hubiera sucedido nunca).
Dicho esto, la decisión de leerlo ha resultado realmente satisfactoria. El libro, que en principio no es sino una crónica periodística sobre un suceso ocurrido hace más de cuatro décadas, se lee, además, como un thriller policíaco y político, amén del retrato de una época y unas circunstancias que nos pueden parecer ya lejanas, pero, a la vez, indefectiblemente cercanas. O viceversa... Ahora bien, ¿de qué va, ya con más concreción? El subtítulo del libro lo explica a la perfección: De cómo ETA secuestro al rey de los helados (suena un poco a una exploitation de la peli de Willy Wonka, lo sé); es decir, y para ser más exactos, de cómo ETA político-militar secuestró en enero de 1981 al empresario valenciano Luis Suñer, propietario, entre otras cosas, de la fábrica de helados Avidesa, marca hoy desaparecida, pero que quizá nuestros lectores/as de mediana edad (aunque jóvenes de espíritu) recordarán con cariño. Tres meses le tuvo retenido un insólito comando valenciano de ETA-pm -o medio valenciano, en todo caso-, para al cabo liberarlo tras cobrar un rescate de más de trescientos millones de pesetas de la época -los que llamaron "suñerdólares"-; con ellos se financió la disolución de esta banda armada (continuaría la llamada ETA militar, aclaro a quienes nos lean fuera de España), amén de alguna otra y sorprendente inversión, que conocerá quien lea el libro.
La historia resulta pinturera no sólo por los sorprendentes elementos del caso, sino por el carácter o idiosincrasia de sus protagonistas. Por la parte de sus secuestradores, ya digo que se trataba de un comando medio valenciano, aunque sería más preciso decir medio valenciano-madrileño -además de medio vasco, como es de suponer-, pero es que el secuestrado, Luis Suñer, también era un personaje peculiar: se trataba de un empresario de gran éxito hecho a sí mismo (pero de verdad, no como los que ahora presumen de ello), de cuyas empresas dependía buena parte de la economía de la ciudad de Alzira, donde era considerado no ya un prohombre o un benefactor, sino una especie de padre o de padrino... Este tipo de empresariado paternalista, que se preocupaba ,a demás deganar de dinero, del bienestar de sus trabajadores -siempre que no se atreviesen a llevarle la contraria, claro- era bastante propio o, al menos promocionado, en la época franquista y era algo bastante típico, creo, en el País Valenciano. Sobre Suñer, particularmente, basta decir que era un empresario que presumía de ser el que más impuestos pagaba en España -y, de hecho, colaboraba con campañas publicitarias del Ministerio de Hacienda-, que lo mismo financiaba las fallas de su localidad que prometía enviarles helados a la cárcel a sus secuestradores.
Así, el libro, y sin olvidar en ningún momento la tragedia que supuso el terrorismo de ETA en aquellos años y posteriores -más allá de este secuestro y otros secuestros, se nos recuerda tanto la comisión de atentados con víctimas indefensas como las torturas cometidas por las fuerzas de seguridad para combatirla-, transita entre, como he comentado, el reportaje extenso y el thriller, pero sin poder evitar algunos momentos, si no abiertamente humorísticos, digamos que "berlanguianos" (qué otro adjetivo poner, si no...). No obstante, sobre todo, resulta un libro de lo más entretenido y absorbente, que se lee en un suspiro, pero que, al mismo tiempo, hace gala de un rigor del que ya podrían aprender muchos periodistas o ensayistas de más renombre. A partir de una circunstancia casual, como fue el conocimiento de uno de los secuestradores, nunca detenido y ni siquiera identificado, Sergi Moyano llevó a cabo una gran labor de investigación, no sólo por medio del expediente del caso de la hemeroteca de la época, sino entrevistándose con todos los personajes que se vieron involucrados de alguna manera que pudo. Y, además, lo que me resulta más asombroso teniendo en cuenta que se trata de un periodista muy joven, sabiendo transmitir el latido de aquellos años convulsos y la humanidad de quienes los vivieron. El resultado es, en mi opinión, uno de los mejores libros publicados este año, cuando menos es la categoría de no ficción. Aunque, vuelvo a insistir, como narración no tiene desperdicio. Menos aún que la cubierta...
Año de publicación: 2025
Valoración: recomendable / imprescindible para interesados
Quizás la cosa se reduzca a algo tan binario como dirimir si la figura de C. Tangana merece o no respeto en el entorno elitista y poco dao a perdonar deslices que viene a llamarse la crítica. Sí: aquellos que pueden determinar que no ser nada cool puede ser lo más cool y viceversa. Aquellos que te ensalzan por logros insignificantes y te machacan si perciben que lo intentas demasiado. Afortunadamente, hablamos de un libro sobre un músico que publica discos, no de discos en sí: ahí el mínimo desliz te precipita al ostracismo. Pero, hablando de literatura, quizás porque el perfil del lector promedio sea menos caprichoso, más reflexivo que el oyente promedio.
Es curioso que, en varios de los artículos incluidos sea el propio C. Tangana quien se vea, eln alguna década futura (golpe en la línea de flotación, cuando sea ya mayor) como escritor.
Pero el presente del cantante de los mil nombres (demasiados para mencionarlos, aquí le llamaremos C. Tangana) está asociado a la música, y este libro parece ser como una cuarta pieza, una prolongación (tras disco, gira y documental) del colosal éxito de su disco El Madrileño (ese que les gustó a los boomer). O como una repercusión natural, una secuencia de ese proceso que se inició cuando interpretó Un veneno ante una cariacontecida audiencia de ingenuos asistentes a una gala de ese abyecto experimento anti-musical llamado Operación Triunfo. Cuestión que en no pocos artículos se considera un hito: el raperose nos vuelve sensible y sus canciones casi tienen estribillos.
Joan S. Luna y el inquieto José De Monfort recogen en este entretenido volumen desde las andanzas previas del cantante hasta su explosión comercial, hasta todas las reacciones (algunas a destiempo) posteriores. Aquí podemos dar la hipérbole por descontada, no en vano cuando uno pasa a integrar la iconografía pop (pop! gritos de horror) cualquier tonalidad gris queda descartada, desde la apreciación de su obra hasta los detalles más sórdidos han de contar con algún detalle, algún aspecto que llame la atención. Pero también ese ámbito queda equilibrado. Hablamos de un hombre, pasada la treintena, que ha estudiado una carrera de esas con poca salida. Que ha tenido trabajos de mierda, que ni se ha arrastrado por el fango ni ha disfrutado de privilegios de cuna hasta que ha logrado que el mundo (el público y la crítica) reconozcan su talento. Se habla de un músico que aún depende de si un eventual nuevo disco disfrute de una buena o mala acogida para confirmar su status de estrella local o incluso global.
Todos esos artículos de prensa de antes, de mientras, de después. Todas esas semblanzas acerca de personas que han andado por ahí, ese reguero de menciones a influyentes e influidos, a videos en Youtube, a las publicaciones que iban pasando, cada vez, menos desapercibidas. Todo está en este libro.