domingo, 14 de enero de 2024

Bethany Moreton: Entre Dios y el capital

Idioma original: inglés

Traducción: Cristina Lizarbe Ruiz

Año de publicación: 2022

Valoración: Está bien


Cuando uno ha tenido cierto contacto, desde varios frentes pero casi siempre indirecto, con la Obra, que nos venga a hablar del asunto una autora norteamericana produce un efecto extraño. Porque el Opus Dei (el Opus, para los amigos) parecía algo muy local que yo al menos ubicaba bastante cerca, en la Universidad de Navarra y en los ganchos que pretendían atraer estudiantes aquí y allá, en esos conocidos un poco raritos que saludaban a mis padres con sonrisas e invitaciones sospechosamente generosas, o en esos episodios de la historia del franquismo relacionados con los tecnócratas, los planes de estabilización y esas cosas. Hasta he visto con mis propios ojos, lo juro, un ejemplar de Camino, el libro-guía del factótum del invento, Josemaría (sic) Escrivá. Pero bueno, tampoco es raro que estudiosos extranjeros como nuestra autora de hoy indaguen en nuestras cosas domésticas.

Pero es que además, esa impresión de cercanía resulta ser bastante errónea porque, por ejemplo, en su día Juan Pablo II convirtió a la Obra en una prelatura personal, que aparte de ser una de esas clasificaciones extrañas que saturan el entramado institucional de la Iglesia católica, debe ser algo de cierta importancia (aunque a su vez Francisco ha vuelto a degradarles, en fin). Y, más aún, y sobre esto nos ilustra el libro, parece ser que el Opus adquirió una importancia relevante en Latinoamérica, hasta el punto de influir notablemente en la trayectoria de diversos regímenes autoritarios (el de Pinochet, el más conocido). De modo que sí, que todo esto tenía un alcance mucho más amplio de lo que uno pensaba.

En cuanto a sus señas de identidad, subraya el texto las que quizá son más conocidas:

  • El férreo conservadurismo en materia sexual: los miembros seglares de la secta orden son en principio célibes, para más adelante abrirse el círculo a hombres casados con familias tradicionales (las mujeres encontraron su hueco más tarde gracias a una revelación divina que tuvo Josemaría, y no es broma). Por supuesto, el vínculo sexo/procreación es irrenunciable, por lo que proliferan las familias numerosas
  • La asunción de los métodos de disciplina monástica (siempre bajo la mirada del director espiritual), aplicada tanto en la esfera privada como en la profesional
  • Su carácter elitista. A la Obra solo le interesa captar personas de alto nivel económico o, como mucho, profesionales brillantes o cerebritos que destaquen en distintas materias. Se requieren individuos capaces de liderar distintas áreas para conducirlas por el buen camino
  • Lo más curioso, su vinculación con el mundo de la economía y la empresa. Alguien dice en el libro algo así como ‘tu altar es tu mesa de trabajo’. A través del trabajo se santifica, y siendo uno escrupuloso e impecable se da a conocer la Obra de Dios. De paso, digo yo, se mantiene una buena relación con el capital, que siempre es buena cosa, y con cierto tipo de gobernantes con los que tenemos cosas en común, que también.

Todo esto lo explica el libro, lógicamente profundizando en asuntos colaterales: la doctrina social de la Iglesia procedente del Vaticano II, la teología de la liberación, las relaciones del Opus con ciertas corrientes neoliberales, su contribución al sostenimiento (o al nacimiento) de regímenes autoritarios, la curiosa coincidencia con Harvard en el uso de la casuística tomista… bastantes cuestiones sobre las que Moreton divaga a lo largo de buen número de páginas, y de las que hay que ir extrayendo, sintetizando y organizando los datos.

Porque efectivamente, todavía no lo había dicho, estamos ante un texto un tanto extraño, sin un orden cronológico ni temático con sentido, donde falta información sobre el origen de la Obra y, por ejemplo, sobre su incidencia en la política franquista (dice la autora que ‘muchos lectores españoles  tendrán unos conocimientos mucho mayores’ sobre el tema, vaya hombre), mientras se alarga sin motivo entendible sobre la evolución de la Iglesia incluso desde antes del Vaticano II, o sobre complicados matices del neoliberalismo y su influencia en las escuelas de negocios. Vamos, algo que parece bastante descompensado con lo que se suponía el objeto del trabajo. En realidad, teniendo en cuenta la amplísima bibliografía que se maneja, da la impresión de ser una especie de trabajo preparatorio de algo de mayor envergadura, o una especie de auto-recensión de materiales muy voluminosos o, no sé, un encargo puntual para publicar algo acerca de esta organización.

Algo que, como digo, obliga a reciclar la información y sistematizarla, tarea aún más complicada si tenemos delante, como es el caso, una prosa a veces innecesariamente rebuscada (tendencia muy americana a adornarse con megaconceptos técnicos algo absurdos) y una sintaxis muy cuestionable que la traducción no ha sido capaz de corregir. Es una lástima toda esta serie de obstáculos, que obstaculizan la comprensión de un texto que parece contar con una muy sólida base argumental, pero que por algún motivo, o quizá varios acumulados, no es capaz de transmitir todas esa información de un modo eficaz.


2 comentarios:

Dr. Fabián dijo...

Por mi barrio, también hace lo suyo la Orden... hablando de la mujer, que no todas son para lo mismo...
https://www.revistaanfibia.com/la-escuela-de-mucamas-del-opus-dei/

Carlos Andia dijo...

Interesante, desde luego lo describe muy bien. Gracias por la aportación.