viernes, 18 de agosto de 2023

Los jóvenes no leen (en cambio, Hitler leía un montón) e Internet es un invento de Satanás

"Los jóvenes no leen porque el móvil es una forma de ocio mucho más asequible". Este es el titular de un reciente artículo de El País en el que un Doctor en Literatura Comparada (y profesor de Literatura) asegura estar convencido de que en un mundo tan agresivo y con tantos elementos de dispersión resulta casi una proeza que los adolescentes ―fieles lectores de pequeños― no abandonen la lectura. No seremos nosotros quienes enmendemos la plana a todo un Doctor, pero nos da la sensación de que el tema de los jóvenes y la lectura es un debate que viene de lejos y que da la impresión de estar más ligado a demonizaciones absurdas y nostalgias mal entendidas que a datos comprobados. Porque en estas últimas décadas seguro que el cine, la TV, los tebeos, los recreativos, la Gameboy (la XBox viejuna), Netflix, el fútbol o el mismísimo Perro Sanxe iban a terminar con la lectura. Y ahí siguen lectores y libros!


Con esto no queremos decir que la aparición de nuevas tecnologías hayan modificado los hábitos de lectura de jóvenes y adultos. Sí que da la impresión de que ahora nos cuesta más leer libros "tochos" o que el mercado parece demandar ahora libros de 150-200 páginas (aunque ahí tenemos a Cartarescu, Vollmann, Foster Wallace o los mainstream Aramburu, Falcones y compañía), pero de ahí a decir que se lee menos...

Pero vayamos a los datos, al menos a datos en España. Según el barómetro de lectura publicado en febrero de 2023:
  • El porcentaje de lectores de libros, que experimentó un importante incremento en 2020 y se consolidó en 2021, siguió creciendo en 2022, más significativamente entre los jóvenes
  • Los menores con edades comprendidas entre 10 y 14 años y entre 15 y 18 registran los mayores porcentajes de lectores frecuentes del total de la población.
  • Aumenta el uso de bibliotecas 
  • Los lectores frecuentes han aumentado en 5 puntos en los últimos 10 años
También hay puntos no tan favorables, relacionados en especial con las descargas, pero los datos parecen desmentir el mantra de que "los jóvenes no leen" o que "los jóvenes cada vez leen menos".

Además de los datos, conversaciones con editores que aseguran el tirón de las editoriales de infantil y juvenil o la reciente explosión del manga parecen incidir en lo que apuntan los datos.

Otro tema (y mucho más importante) es analizar los motivos y buscar soluciones para tratar de paliar el importante descenso que se observa en los índices de lectura una vez terminada la adolescencia. Porque los datos sí que indican una caída importante pasados los 18 años. Y aquí seguro que hay factores "externos" (vida laboral, pareja, obligaciones, etc) pero no me cabe duda de que algo falla en la etapa anterior para que se produzca ese vacío. Y aquí surgen las preguntas:
  • ¿Puede que la obligatoriedad de lecturas tan "antiguas" (aunque sea en versiones adaptadas) sea contraproducente?
  • ¿Qué es más importante en esa etapa formativa: un conocimiento general sobre los clásicos o la inculcación de hábitos lectores? Y, en caso de elegir la segunda opción, ¿qué lecturas son las más apropiadas?
  • ¿Son realmente las nuevas tecnologías un obstáculo o una oportunidad?
Como ya hemos comentado antes, al libro le han salido competidores por todos lados desde el primer momento. Pero pocos del calado y la asequibilidad de Internet y los Smartphones. Porque eso tan socorrido del infinito en tu bolsillo ya está aquí hace años. Se han acabado (o han empezado) los ratos muertos. Si llevas uno de esos cacharritos en el bolsillo sólo vas a aburrirte si esa es tu intención. Y si ya eres de una generación que ha dispuesto de ello como primera opción, el problema es mayor: los libros apenas cuentan. Los tortazos para disponer de tu tiempo libre (y colarte anuncios y promoción y ofertas de productos según tu perfil) hace tiempo que empezaron. Y adivinad quién va perdiendo.

Mmm, ULAD reseña "Mein Kampf", a ver qué dicen
¿O alguno de esos youtubers que tanto fascinan tiene estanterías repletas de libros como fondo en sus contenidos? No, eso ha quedado relegado para los señores que quieren dárselas de intelectuales. Va, diles a los de la generación X que su plan para esta tarde es "sofá, mantita y libro". Sí. Se lee, pero no libros. Apenas hay opción de citar a los clásicos, porque pertenecen a épocas que les son ajenas. Es el negocio, amigos. Las editoriales no van a ejercer la autocrítica, pues eso es un disparo al pie. Muchas de ellas pertenecen a enormes grupos de comunicación que ya cubren sus objetivos con prensa, emisoras de radio o de televisión. El lector radical no les interesa. Saben que es una especie en extinción y un mercado al que no hace falta mimar, porque sale a la cacería de lo que necesita. Más bien asisten a la progresiva desaparición del soporte o a su confinamiento en una especie de minoría elitista cuya incierta renovación generacional se la trae al pairo.
 
Y no olvidemos a los autores,  ¿alguien recuerda con nitidez algún personaje literario reciente, de ficción, que pueda alinearse con la rabiosa actualización tecnológica de los tiempos que corren? No, los autores empiezan a tomar, como colectivo, una actitud de regodeo en su pureza y desdeñan una actualización sincera. Eso sería venderse. Quizás hay un futuro mejor en la no ficción.

Tampoco nos distanciemos quienes contemplamos esto desde la visión crítica, por cierto. Aunque si todas las intentonas de adaptar la literatura a las nuevas vías comunicativas van a ser como Tao Lin, virgencita, virgencita que me quede como estoy.

En fin. Algún que otro estereotipo, datos que parecen contradecirlos y muchas preguntas sobre el tema. Abiertos están los comentarios para que nos deis vuestra opinión! Y, ya que estamos, agradeceremos que cualquier comentario incluya la edad de su autor, su último libro leído y la fecha de finalización de dicha lectura. Os lo agradeceremos (y la base de datos de Google, aún más).

P.S.: Otro día ya hablaremos del diferencial entre mujeres y hombres, que deja a los machitos en muy mal lugar. 

18 comentarios:

Diego dijo...

Hola. Muy buena entrada.
Me llamo Diego Cantero y tengo 44 años. El último libro que leí fue "viejas y nuevas guerras" de Herfried Münkler. Finalizado el día viernes pasado (a falta de apuntar notas y referencias). Desde el sábado estoy con Ubik, de K. Dick. Y en las hermosas playas de Alicante.

Mis hijo Fausto tiene 17 años y mi hija Anush tiene 13. Durante toda su infancia tuvieron libros, y con ambos sentí la sensación de que valoraban y querían el tiempo conmigo, la lectura compartida, más que el libro como artefacto final. Pocas veces los veía coger el libro por si solos. Aún así, siempre presentaron con orgullo en el cole sus listas de libros leídos en el año y, en eso, iban sobrados.
El móvil y la pubertad de ambos cambió todo. Vaya por delante que uno ya no se tiraba en la cama a leer con ellos. Aún así, a pesar de que día si y día también tengo crisis y discusión con ellos por lo "aislados" de la realidad que viven por las tecnologías, la lectura sigue siendo parte de ellos.
En el caso de Fausto: el Manga es lo que lo ha mantenido leyendo estos últimos 5 años. Su habitación es una cama con estanterías llenas de Mangas. (Desde acá mi agradecimiento a los japos).
Anush no presenta mayor interés por el manga pero continúa leyendo gracias a la "novela gráfica" Leñadoras, Bone (gracias a la hija de Koldo), Cool Nata, Nimona etc.

Espero mi comentario sirva como dato. Mi hijo no suelta el móvil pero gran parte de su tiempo es invertido en escribir historias fantásticas en "no sé qué" aplicación. Mi hija lee todas las novelas gráficas que le busco y comenta, pregunta y las piensa por sí misma. Supongo que el hecho de que siempre vieran libros en casa influyó.

Aún así no los veo encarando un libro sin imágenes. Soy depresivo y lei "Homo videns" por lo cual soy un poco negativo en cuanto al futuro del vocabulario por sí mismo.

Saludos. Gracias por vuestro trabajo.

Mònica Flores dijo...

Hola, ayer terminé "La marcha Radetzky" de Joseph Roth (que maravilla de prosa y de historia). Tengo 53 años.

Carlos Andia dijo...

Pues yo voy a discrepar de casi todo lo que se dice, ya lo siento. Por mi experiencia personal y directa puedo decir que los adolescentes no leen, probablemente desde que tienen en sus manos los primeros móviles. Tiene razón el doctor ese que citáis: es mucho más cómodo el móvil, ahí tienen a sus amigos, películas, noticias, compras, redes, todo lo que les interesa, y entonces dejan de atraerles lo que les interesaba de más pequeños, incluidos los libros. ¿Para qué enredarse en otro cachivache, aburrido y propio de raritos, cuando tengo en la mano todo lo que necesito? Hay muy pocas excepciones, entre las que contamos los otakus enganchados al manga. El resto no leen más que los rótulos de Tiktok o las instrucciones del juego de la play. Las estadisticas también dicen que mucha gente ve los documentales de la 2, pero lo cierto es que hasta una cierta edad, ya más o menos madura, los adolescentes y los jóvenes no leen nada.
Y yo creo que esto, que sin duda tendrá otras ventajas, es malo para su desarrollo, para su capacidad de comprensión y para acceder a formas de razonamiento más complejas. Sé que esto suena a pataleta de quien ha vivido siempre con unos medios de comunicación, y que se debe replegar ante los nuevo que viene. Algo parecido pasó con la TV, la caja tonta, que quizá no tuvo consecuencias tan nefastas como algunos vaticinaban. Quizá, ojalá, las nuevas tecnologías tampoco las tengan, pero lo que de momento tenemos a la vista no pinta demasiado bien.

Marina dijo...

Hola: estoy terminando "Servidumbre humana" de W. Somerset Maugham. Una gran novela. Tengo 62 años y soy lectora desde que tengo memoria.

santi dijo...

Hola, estoy leyendo (¡ya era hora!) "La montaña mágica". Tengo 71 años y soy lector de "lectura diaria" desde que tengo recuerdo. Leo, mayormente, en digital (el caso es leer, digo siempre a quienes me lo afean) y cuando veo mis estanterías repletas de libros acumulados desde hace 55 años, (¡que me han obligado a mi familia y a mi a cambiar tres veces de domicilio) pienso que cuando toque esos libros irán directos a cualquier lugar, pero no a una casa. La entrada de hoy tiene mucho interés. En mi experiencia (11 nietos y sus amplios entornos de amigos y amigas) casi nadie lee casi nada -excepto lo obligatorio por sus estudios-. Volviendo al asunto de la lectura digital, sostengo que nunca mis lecturas han sido tan plenas, pues en unos segundos accedo a la multitud de datos que cada autor escribe y en un par de "clicks" accedo a ese sitio -y lo veo-, o a esa obra o a lo que sea. En fin, soy un convencido de que el paradigma de la lectura está cambiando y para que las personas jóvenes puedan engancharse a tanta belleza hemos de dejar acompañarlos en el cambio. Yo lo hago... ¡ya se vera!. Saludos.

crmar17 dijo...

Hola, tengo 70 años y también soy de lectura diaria desde siempre. Estoy completamente de acuerdo con Carlos Andía; los adolescentes de ahora no leen absolutamente nada y lo digo con conocimiento de causa. Claro que habrá excepciones, pero serán eso, excepciones. Un saludo.

Alberto Ibáñez Navarro dijo...

Buenas, aquí Alberto, 28 años, última lectura Comida de Domingo de Luis Peixoto y a puntito de acabar Evening in Paradise de Lucía Berlín. En parte estoy de acuerdo con lo mencionaís, este fin de semana he tenido la suerte de asistir al Louisiana Literature Festival (Copenhagen) y me fascinó ver que la gran mayoría de asistentes era o joven de entre 17 y 30 años o ya tirando hacia la tercera edad. ¿Quizás el gran reto sea convencer a los jovenes que mantener el hábito de leer en la vida adulta es enriquecedor y no una tarea más en una vida ya llena de responsabilidades? Parece que se lee más en aquellas etapas de la vida donde el tiempo libre es más abundante.
Aún así desafortunadamente y prestando atención a mi entorno, en este cada vez lee menos gente; amigos con los que compartía lecturas de adolescente hace años que no levantan un libro (no teniendo apenas tiempo para ver una serie, es difícil que saquen tiempo para buscar un rato a solas con una lectura) y ultimamente me estoy encontrando con el curioso fenómeno de leer por crear identidad, el lector o mejor dicho consumidor de libros que compra libros por el gusto fetichista de poseerlos, por la idea de ser lector, de sentirse lector y tener libros en su casa como objeto. Desconozco como entra este último consumidor en las estadísticas, pero es un caso que veo cada vez más en mi entorno. Qué desdicha un amigo que tiene a Dostoievski en la estantería pero no puede discutirlo conmigo.
Gracias, de nuevo por vuestro trabajo. Literatura RIP 2666.

pipo dijo...

Hola.tengo 74 años y soy lector de lectura diaria.Acabo de terminar los hijos de los días de Eduardo Galeano.Un autor imprescindible para los que seguimos el sabio consejo de Manuel Vázquez montalban de cuestionarlo todo.No he visto nunca un adolescente o joven leyendo un libro de papel.Rara avis, la del joven lector.Lo más que he conseguido con mis nietos (4) es que lean cómics.Algo es algo,

Diego dijo...

De acuerdo con todos en que los adolescentes que leen son una excepción. Pero los adultos que leemos también lo somos.

Ramiro Della Mea Guerrero dijo...

Mi última lectura fue 「街と村」(まちとむら), de 「伊藤整」(Sei Itō), una novela ambientada en Otaru 「小樽」
, de la década del 20’, donde el autor proyecta un protagonista que bien podría ser un alter ego del mismo. Una novela que fue traduce al inglés, pero es de las pocas obras que este gran autor han pasado ese filtro. Cómo tutor de japonés, encuentro interesante articular la lectura de la literatura japonesa, como medio para saber más cosas de su cultural, y por lo tanto de su idioma.

Santi López dijo...

Que los adolescentes no leen es un topicazo que la realidad no sostiene. Hasta creo que leen más que antes.

La adolescencia es descubrir miles de cosas de la vida, con mayor o menor éxito según los casos, que evidentemente no están en los libros. Todos hemos sido jóvenes, no creo que haya que dar mayores explicaciones.

Los adolescentes juegan más a las maquinitas que nosotros y "pierden" muchas veces (o no) el tiempo con las infinitas redes sociales. De acuerdo, pero nosotros lo perdíamos (o no) sentados horas y horas en un banco comiendo pipas...

Pero hacen más (y mejor) deporte que nosotros (es cierto que ahora hay muchos mas medios), ven más cine (el cine de su tiempo, exactamente como nosotros), escuchan tanta o más música que en tiempos pretéritos y viajan mucho más (con mayor o menor aprovechamiento) o visitan más museos que antaño (quien no recuerda las visitas a los museos con los compañeros del instituto, donde la atención a lo expuesto no era, en general, ejemplar, se trataba de jugar, de conocerse...).

Ya tendrán tiempo, con el paso de los años, de escoger sus caminos, sus aficiones y afinar y madurar sus gustos lectores...como hemos hecho todos.

Afirmar que los jóvenes son unos incultos y unos irresponsables es tan viejo como el mundo.

Resumiendo: dénse un paseo por las bibliotecas públicas y por las estanterías de cualquier librería.

Dr. Fabián dijo...

Hola.
Soy médico de adolescentes, y me cuesta generalizar. Muchos de mis pacientes leen. No siempre lo que nosotros identificamos como "lectura" deseable, pero en ese caso nos tocará ampliar criterios. No me da la impresión de que mis "pacientes lectores" sean menos que los "padres de mis pacientes lectores ". Ni me parece que sean menos en proporción que mis compañeros lectores en la escuela secundaria, cuarenta años atrás.

Gavo dijo...

Yo no sería tan dramático ni vería en esta supuesta disminución de la lectura un signo del apocalipsis. Tiendo a pensar que siempre han sido pocos los lectores (estadisticamente hablando) y muchos menos los que gozan a diario de buena (o mala) literatura. Antes, la estadística la destruía el analfabetismo, la no-educación de la mayoría, y hoy pueden ser los avances tecnológicos, sí, claro: mucho celular y poca concentración. Pero si salimos de nuestra burbuja e intentamos ver la realidad de lejos, en tiempo y espacio, ¿quién ha tenido nunca tiempo/condiciones para leer? No veo la novedad. Siempre hemos sido pocos los que leemos por gusto y hay que aceptarlo como lo que es. Y no era necesario haber inventado la televisión para alejarnos de los libros, es que nunca estuvimos cerca de ellos, no nos engañemos. La literatura fue, es y será una cosa de algunos. Para las mayorías, el fútbol. Seamos honestos!
Ahora bien, hablo desde mi lugar en un país latinoamericano pobre, quizás en Europa tuvieron tiempos en que la gente prefería quedarse leyendo en casa antes que irse de fiesta y ahora ven con espanto que su juventud no lee, lo dudo mucho, pero, aunque fuera verdad, la estadística no cambiaría demasiado porque Europa es chiquita, los países realmente desarrollados de Europa son menos y el resto del mundo, ¿qué? Se mataban trabajando, sí señor, y los más no sabían leer ni falta que les hacía.

Soy Gavo, leo casi a diario, desde niño, porque tuve padres raros. Me hice escritor de los que nadie conoce ni ganan dinero por ello, publiqué mi primera novela (que hoy me avergüenza, como tiene que ser) y estoy escribiendo con mucha paciencia la segunda. Tengo amigos que lo único que han leído desde que salieron de la escuela ha sido mi novela. Es lo que es.

Lo último que terminé de leer fue Dientes blancos de Zadie Smith. Siempre tengo dos o cuatro libros "abiertos" al mismo tiempo, entre comillas porque los tengo en kindle, digamos que el papel ha perdido todo romanticismo y ahora es una molestia.

Anónimo dijo...

Hola, me llamo Paula y tengo 32 años. Leo todos los días, el último libro que he leído es Lo que no tiene nombre de Piedad Bonnett. No sé de dónde viene mi pasión por la lectura, porque mis padres no tienen estudios ni leían cuando yo era pequeña, pero siempre me han fascinado los libros 🤣. Sí que es verdad que mis padres me compraban todos los libros que quería desde que aprendí a leer. Leo todo lo que el trabajo y las obligaciones me permiten, siempre llevo un libro en el bolso. Creo que la gente joven CASI no lee. Ninguno de mis amigos ha compartido mi pasión por la lectura, ni siquiera un poquito. Hace mucho tiempo que voy a clubs de lectura, es la única forma de compartir las lecturas (fuera de las redes).
Sobre internet, soy escéptica en las recomendaciones de libros. Hay muchos bookstagramers, pero NO siempre son fiables las recomendaciones, puesto que muchos hacen publicidad de libros porque así se los regala la editorial etc.

Pablo GP dijo...

Yo creo que no se les puede exigir leer a los jóvenes si los padres tampoco leen y están tan enganchados a los móviles como ellos.
Hay muchos medios de distracción y entretenimiento que hacen difícil que un libro sea atractivo para nadie.
Por otro lado, también han cambiado los hábitos de lectura, al igual que ha ocurrido con la música, se lleva menos el formato libro o disco; es posible que se lea más pero de manera diferente.
Tengo dos niñas que compaginan como pueden los dos mundos. Todo es posible.
Tengo 52 años. He acabado ayer mismo "El talento de Mr. Ripley" de Patricia Highsmith. Una lectura aconsejable y llevadera para estos días tan calurosos.
Saludos

Anónimo dijo...

Los adolescentes aparecen arriba en los índices de lectura gracias al colegio (y sus lecturas obligatorias por supuesto). Aquellos que leen durante su tiempo libre eligen, en general, obras de muy baja calidad. Las librerías están llenas de fantasía prefabricada, novelitas románticas en serie y libros dedicados a los famosos de cartón que pululan por diversos medios masivos (redes sociales especialmente). Esto también explica el gran "bajón" cuando alcanzan los 20/25 años. Los que finalizan sus estudios no vuelven a tocar 1 libro, y los que leían libros malos no están capacitados como lectores para avanzar hacia tipos de lecturas más sofisticadas. Desde ya, existen excepciones. Lo que está desapareciendo es el lector que comenzaba a subir una escalera a sus 10/11 años, quizá con clásicos de aventuras o ciencia ficción, y no se detenía hasta el último suspiro de vida. Los negocios generados a partir de internet son un problema grave, pero también la enorme concentración del mercado en pocas manos grandes y codiciosas. Grupo Planeta y Random House a la cabeza.

Andrés Sánchez dijo...

Mi nombre es Andrés, tengo 44 años, y el último libro leído ha sido "Bajo una estrella cruel" de Heda Margolius Kovály. Una maravilla. Soy profesor de Literatura en Secundaria y estoy completamente de acuerdo con lo expuesto en el artículo. Los adolescentes de hoy en día leen, aunque, por supuesto, la literatura más cercana a ellos y que les interesa. ¿Deberíamos, entonces, dejar de "obligar" a que se lean los clásicos de nuestra Literatura? Es una cuestión difícil de abordar...

Anónimo dijo...

No es la primera que leo comentarios de "naricita respingada" en esta página, esta vez es un: "los adolescentes no leen, pero yo con mis cinco décadas leo el Ulises en una semana" . En serio ¿Qué le pasa a algunos adultos que les enfada ver a jóvenes con otros gustos?. Lo bueno es que hay aquí adultos que si tratan con adolescentes y no generalizan.

Un poquito de humildad les falta a algunos señorones.