sábado, 9 de diciembre de 2017

Bret Easton Ellis: Lunar Park


Idioma original: Inglés
Título original: Lunar Park  
Traducción: Juiz Rodríguez Cruz
Año de publicación: 2005
Valoración: Repugnante 

Me encanta American Psycho, de Bret Easton Ellis. Tengo veintidós años y ya he leído esta novela cuatro veces. Pienso que su factura es perfecta (aunque, ciertamente, algo inaccesible); es un libro con un inusual paralelismo entre lo que quiere comunicar y los aspectos formales. También he leído Menos que cero, la primera novela de Ellis. Ha envejecido mal, no lo niego, pero no es un auténtico despropósito. Lo tercero que he abordado del autor es Lunar Park, y me ha parecido un insulto. Mira que tenía todos los ingredientes para que me gustara: una mezcla de realidad y ficción, a Patrick Bateman (el protagonista de American Psycho) y sucesos de apariencia sobrenatural. ¿Cómo ha podido naufragar de tal manera una historia tan prometedora?

Creo que a Ellis le ocurre como a Palahniuk. Ambos autores lograban escandalizar al principio. Ahora, sin embargo, no lo consiguen con la misma efectividad. Pese a sus constantes esfuerzos. Y, para colmo, esta insistencia les vuelve machacones. La polémica no es ya un medio para ellos, sino un fin absurdo y gratuito. Ya cansa que recurran a ella una y otra vez, irreflexivamente. 

Lunar Park parecía haberse dado cuenta de esto. Al empezarla, pensé que Ellis se estaba redimiendo, que iba a cambiar de modus operandi; una lástima que no fuera así. El escritor vuelve al shock que en su momento le funcionó, y que ahora no es más que un recurso barato: sexo pornográfico, violencia extrema y drogas duras. Bret Easton Ellis cae de nuevo en la provocación. Lo peor es que no por inercia, sino que para vacilarnos, pero ya llegaremos a esto. 

La premisa de la novela no es muy original. Ellis es perseguido por una de sus creaciones. El adversario del escritor es una confusa mezcla entre Bateman y su padre ya difunto (quien fue, de hecho, su principal inspiración a la hora de concebir al asesino de American Psycho). Metaliteratura a punta pala, vamos. Ellis es el protagonista del duelo al que ya tantos otros se han enfrentado: pienso en Frankestein, de Shelley, o en Beaumont, de King. 

El protagonista de Lunar Park está lleno de defectos. Lo sabe y hasta lo reconoce. Esta es una buena decisión. Al fin y al cabo, ya no estamos frente a los desubicados adolescentes de Menos que cero, ya no hablamos del psicópata completamente ido de American Psycho. No, el protagonista no es otro que el propio Ellis, autor de los anteriormente citados libros. Este enfant terrible que escandalizó al panorama literario en el pasado parece haber madurado: se arrepiente de sus errores. ¿Pues por qué sigue cometiéndolos? No para. Drogas, alcohol, mujeres. Y no tengo ni idea de por qué narices le aguanta su cabreada esposa (añadido ficticio, por cierto). 

Ellis, en una entrevista, aseguró que escribiendo esta novela se estaba mofando de la visión que la gente se había formado sobre él. Pues bien, esto me parece una pataleta infantil. Al principio de su carrera, esa intención me hubiera parecido justificada. Ya sabes, por lo de indignar a un público hipócritamente remilgado, que se lo tiene bien merecido. Pero a estas alturas no lo veo necesario. Creo, incluso, que está fuera de lugar. Los lectores ya no son igual de impresionables que antaño. Ya no tienes que escandalizarlos para reírte de ellos. Por eso no veo por qué nos tiene que tomar el pelo. En Lunar Park no buscamos la redención de Ellis por morbo. Él nos la ofrece en bandeja de plata al iniciar este libro, y cuando nos ha dado una falsa impresión, nos la quita delante de nuestras narices. ¿Qué recibimos a cambio de nuestra credulidad? Que en su novela nos haga pensar que se está flagelando para después acabar riéndose en nuestra cara. 

Ellis también confirmó que el protagonista de la novela está basado un 60% en él. ¿Dónde empieza realmente, pues, esa versión que el lector se ha fabricado sobre Ellis si él mismo confiesa haberse inspirado mayoritariamente en sí mismo?

En definitiva: mientras que Lunar Park arranca con un agradable sabor a autocrítica (personal y literaria), acaba por recurrir a los tropos de siempre. Lo que parecía una especie de autobiografía no autorizada, la confesión avergonzada y a regañadientes de una persona que ha cambiado, da paso a una dispersa sucesión de momentos que buscan ser polémicos y que acaban contradiciendo el que se nos hizo creer (a traición) que era el mensaje inicial. Dichos momentos, por cierto, opacan la supuesta historia principal de la novela, aquélla en la que el escritor se ve inmerso en una persecución metaliteraria. 

Mejor paro, que sueno a ex pareja despechada, a moralista barato. ¿Soy un exagerado? ¿Soy injusto al reclamar algo a una obra, algo que creía que el autor me estaba ofreciendo? Al fin y al cabo, hay muchas reseñas celebrando aquello que yo critico. Ni idea. Va, Ellis, riéte de mí, si quieres; felicidades, has conseguido indignarme. Lo único que tengo claro es que es poco probable que relea tu Lunar Park. Para ver a Bateman ya tengo suficiente con American Psycho o la excepcional encarnación de Christian Bale. 


También de Bret Easton Ellis en ULAD: American PsychoMenos que cero, Suites Imperiales 

22 comentarios:

Interlunio dijo...

Nunca leí a este tipo. Tengo el psicópata americano adornando la biblioteca y, si acaso no hubiese visto la película y no conociera la historia, quizá, ya lo hubiese leído. Pero del resto de su obra, por reseñas como esta, tengo el prejuicio de que no se merecen ni el espacio en la biblioteca.
Mi edad arterial, la verdadera, debe rondar los cincuenta y mis pulmones posiblemente merezcan la jubilación desde hace una década, sin embargo, el DNI calcula 38, y soy capaz de creérmelo alguna vez. Pero jamás me creo tan joven como para darle crédito a estos escritores que van con la bandera de la transgresión a esta altura de la literatura.

Siempre pienso de que es una suerte para el mundo que yo sea un don nadie y carezca de mayor poder, porque si lo tuviera, sería un dictador de cuidado. Para empezar, mandaría a todos estos grandes transgresores a leer. Leer durante varios meses, clásicos y no tanto, para que después escriban los mismos libros que escriben -si así lo quieren- pero con la consideración de saber que no están inventando nada. Creo que les haría un favor.
A lo que voy, y por citar a uno moderno y que conocemos todos:

"Hoy a muerto mi madre. O fue ayer. No lo sé..."

Yo soy de los que piensan que Camus transgrede más con esas pocas palabras que páginas y páginas de violencia y droga o nuevas "nivulas".

Un saludo.

Koldo CF dijo...

Coincido totalmente con tu opinión, Oriol. Hablando en plata: una mierda de libro. En mi caso, primer (y último) Easton Ellis.

Santi dijo...

Estoy de acuerdo en casi todo con Oriol. Creo que Bret Easton Ellis ha envejecido mal, en general; probablemente la obra que mejor se salve sea American Psycho, que es la más fresca y la que menos se toma en serio a sí misma. Menos que cero es posible que represente a una cierta juventud de Los Angeles de aquella época, pero vista desde fuera, lo único que apetece es darles unas buenas bofetadas a todos esos niñatos.

Lunar Park también me pareció un experimento fallido, aunque yo sería un poco menos duro con ella. Con un "Decepcionante" o "Se deja leer" lo ventilaba. Me parece que hay en la novela un intento de aproximarse al estilo Stephen King (que creo que aparece mencionado en la novela, y si no es en la novela es en alguna entrevista que dio Easton Ellis), sin conseguir ofrecer nada realmente original en relación con el modelo. Pero vamos, a mí no me repugnó, simplemente no me pareció la repanocha.

Oriol dijo...

Hola a los tres y muchas gracias por vuestras aportaciones.

Estoy de acuerdo contigo, Interlunio, en que la transgresión no tiene por qué llegar de mano de drogas, alcohol y sexo. Yo creo que es una posibilidad, pero no la única. Quizás, tampoco la más efectiva. Mi problema con cierta tendencia contemporánea no es que haya obras que aspiren a la transgresión, sino que la hayan convertido en un fin, y no en un medio, como digo en la reseña. Por ello, tenemos a gente que escribe sobre sexo, drogas y todo lo que se les ocurra sin realmente pretender nada más que buscar el factor shock. Y, como también apunto en la reseña, creo que a los lectores estas cosas ya no nos impresionan lo más mínimo, menos nos van a gustar por sí solas. Recuerdo un micro-relato de Hemingway ("Baby shoes, never worn") cuyas implicaciones tienen mayor calado y crudeza que no una fiesta en un garaje donde hay gente esnifando coca, o una escena de sexo duro. Por cierto, no conocía la cita que has mencionado, pero también tiene una gran efectividad, sin duda alguna.

En cuanto a ti, Koldo, creo que American Psycho, como apunta Santi, es bastante rescatable. Sobretodo en los aspectos formales. Obviando la trama y su intención provocativa, que tampoco me disgustó, la considero de una factura realmente inteligente. Pero bueno, que si tuviste la desgracia de leer este libro primero, no me extraña que le tengas alergia al autor, la verdad. ;P

Por último, Santi. No se me escapó el regusto a King que mencionas, pero, como dices, es tan descafeinado... Y sobre la valoración de la reseña, es cierto que puede parecer algo excesiva: la novela es bastante correctiva a nivel de redacción y tiene una historia que, sin ser memorable, tampoco se te atraganta. Pero si le he puesto un repugnante es, quizás, por englobarla a esta tendencia literaria del shock barato del que hablo, y por las motivaciones que Ellis dijo que le impelieron a escribir Lunar Park.

Un fuerte abrazo para todos.

Marc Peig dijo...

Hola a todos! Creo que, en mi caso, leí casi todo de este autor, aunque hace ya mucho tiempo. Como se apunta por aquí rescataría American Psycho, Menos que cero y Glamourama. Las leyes de la atracción ya me pareció algo más forzado. Puede que me deje alguno por el camino (que por algún motivo habré olvidado) pero está claro que es un autor que actualmente ya no me atrae.
Gran reseña, Oriol, muy elaborada.
Saludos
Marc

Gabriel Diz dijo...

Hoy ha muerto mi madre. O fue ayer. No lo sé...
La ortografía es importante aún para los dictadores!
Saludos

Interlunio dijo...

Sí, mi ortografía también es muy mala, Gabriel. Que a nadie se le escape eso.

Tengo una lista pegada en la nevera, justo arriba de la plantilla de tareas de los niños. Ahí puse: "Los errores que me señala Gabriel."
Agrego a la lista la mala ortografía, y te agradezco que no le permitas a mi vergüenza que se vaya de rositas.

Anónimo dijo...

No entiendo como, lo que a unos les parece repugnante, a otros les parece una jodida obra maestra. A mí me lo pareció cuando la leí hace unos años, en una mala época en la que mis ojos se abrían a las 5 de la mañana, cuando aún quedaban horas para que sonara el despertador. Quizás me atraía el aire de pesadilla de la novela, o quizás lo que me despertaba era el ansia de seguir leyendo, no sé.
Oriol, ¿de verdad has leído "American Psycho" cuatro veces? ¿Ya te lo has hecho mirar? A lo mejor tu problema con la novela es ese: la íntima relación que pareces tener con Patrick Bateman y con Bret Easton Ellis. Yo me compré en su momento "American Psycho", la hojeé y me pareció repugnante, no me decidí a leerla. Se la regalé a un amigo del que, por cierto, no he vuelto a saber nada.
Saludos,
Barón Rampante.

Oriol dijo...

Buenas noches, Marc. Ahora que lo mencionas, también me suena haber leído "Glamourama". Quizás había atribuido esta novela a Palahniuk y por eso ni la mencioné en la reseña, no sé. No me acuerdo del todo del argumento, pero me suena que me dejó mejor sabor de boca que el libro que hoy nos ocupa.

Hola, Anónimo. La verdad es que "American Psycho" me gusta a varios niveles. Sin embargo, lo que más me fascina de ese libro es su prosa. Por ejemplo: para hablar de la superficialidad imperante en los yuppies, muchos escritores se quedarían con la ocurrencia de Ellis (bastante aguda, me parece) de personajes que compiten a ver quién la tiene más grande con su tarjeta de presentación. Pero a Ellis no le bastaba eso, y cuando aparece un personaje, tienes al narrador describiéndote su físico y sobretodo su ropa durante varias páginas. Por eso digo que la factura es algo inaccesible (aburrida en ocasiones, seamos honestos), pero al mismo tiempo es brillante. Que mi devoción por esa novela influye en la reseña, ¡por supuesto! Por eso me siento un amante despechado, supongo. Y tienes razón en que me lo tendría que hacer mirar... A veces me releo tantas veces ciertas obras que parezco un obsesionado.

¡Gracias a los dos por vuestros comentarios!

Anónimo dijo...

Si hay algo que me gusta de esta página, que visito cada día, aunque a veces me "cabreen" sus reseñas o sus comentarios, es la buena educación, el buen rollo, la ausencia de odiadores profesionales. Por eso ahora, releído mi comentario, siento que pueda parecer algo irrespetuoso, u ofensivo, por lo que te pido disculpas, Oriol. Muchas gracias por tu amable respuesta. Ya me gustaría a mí tener el talento, o los estudios, o la inteligencia que vosotros tenéis (¡y el entusiasmo necesario para leerse una obra cuatro veces!), para poder escribir una contrareseña ya que, a mi, "Lunar Park", lo único que he leído del autor, me gustó mucho.

Saludos,
Il Barone rampante.

Oriol dijo...

Hola de nuevo, Anónimo.

No te preocupes, no me he sentido ofendido en lo absoluto. La disparidad de gustos es lo que enriquece estos debates. De hecho, me gusta pensar que hay otras lecturas más favorables de ciertas obras que quizás yo he aborrecido. Por cierto, a mí también me atrajo el buen rollo de este blog. ¡Es una pasada!

Y una curiosidad: cotilleando la etiqueta de Repugnante me he encontrado con que las dos últimas reseñas que aparecen son mías. A ver si seré el ogro de ULAD...

A cuidarse.

Lupita dijo...

Hola a todos: en primer lugar, felicidades a Oriol por sus 22 años, edad que recuerdo con mucho cariño por cosas que una dama no cuenta en público. Tirando del hilo de la edad, no voy a decir la mía, pero lo de mi nick en diminutivo se podría tomar como una ironía. Esto es debido a que contra el paso del tiempo el sentido del humor es el mejor aliado, y no tomarse muy en serio a uno mismo, ni casi nada.
Me ha gustado la reseña por cómo argumentas tu repugnancia, algo muy personal, que yo, que me reconozco lectora complaciente, también siento, y por motivos muy viscerales.
No conozco a este autor, ni siquiera me atrae. Ese tipo de literatura de lo "marginal" no me ha tirado nunca, ni siquiera me acaba de convencer. No sé si es algo más femenino, que lo dudo, y además, no soy una mujer escrupulosa. Creo que me hace sentir que el deseo de escandalizar tapa una pobreza narrativa a veces muy evidente.
Por otro lado, hay tantos libros que se podrían haber ahorrado el escribirse.
Para acabar, creo que el libro más repugnante que he leído es una autobiografía de Dani el Rojo. Ah..y Lucía Etxebarria..todo lo de ella.
Un saludo jovenzuelos, portense bien..

Francesc Bon dijo...

Vaya, pues ese libro anda en mis estantes comprado por una miseria en un librero de lance y ahora empiezo a intuir uno de los motivos...
De verdad que me cuesta entender un contexto ajeno a la nostalgia ochentera en el que Easton Ellis vuelva a ser un escritor disfrutable y deje de estar a la sombra de ese delirio que fue American Psycho. A mí "Menos que cero" cada vez me parece más obsoleto y no sé si, salvo sorpresa, volveré a probar con el autor a menos que perciba que sobrevive a su arquetipo y se decide a demostrar madurez.
Gran reseña, Oriol.

Oriol dijo...

Hola, Lupita. Conincido en que, efectivamente, el escandalizar por escandalizar esconde a menudo una falta de ideas. La incapacidad de un autor por entregar material de calidad le inclina al shock barato. Y es una lástima, porque realmente hay escándalos con cierto encanto y hasta con una razón de ser loable. Pienso en "El amante de lady Chatterley". Nos gustará más o menos, ¡pero lo que removió en su momento, y lo que ha propiciado! O me paso a las artes visuales: ¿La pintura de Manet, "Le déjeuner sur l'herbe"? ¿El urinario de Duchamp? La de vetas que han abierto, aunque en su momento solamente fueran tomados como una provocación.

Francesc, creo que lo has dicho todo con la palabra madurez. Como digo en la reseña, si esta obra la hubiera escrito en sus inicios, tras el boom de "Menos que cero" o "American Psycho", el contexto me habría justificado un pelín este libro y tal vez no me hubiera molestado tanto. ¿Pero es que a estas alturas? ¡Venga ya!

¡Gracias a ambos por comentar!

Gabriel Diz dijo...

Realmente has leído 4 veces American Psycho? Estabas en una isla desierta? Jajaja
Ahora en serio: la reseña me ha hecho pensar cuántos libros he releído y creo que me alcanzan los dedos de las manos para contarlos!
Saludos

Pablo GP dijo...

Hola. Aunque tengo mala memoria, recuerdo que Lunar Park me gustó. Compré el libro después de haber leído el primer capítulo en el diario El País, un aburrido viernes a la tarde cuando navegaba por internet.
También me gustaron Menos que cero y American Psycho (no leí Glamourama), pero aun así, con todo lo que hay que hacer(leer) y el poco tiempo del que dispongo, ni se me ocurriría releerlos.
Saludos.

IsacMG dijo...

De Bret Easton Ellis he leído tres novelas. Lunar Park me la eché hace dos años. A mí me gustó. Aunque no me pareció trascendental me entretuvo mucho, al principio tiene cierta fuerza adictiva. Le rescato las metáforas entre la relación de un padre y un hijo. No es tan malo a la hora de crear elementos sobrenaturales que rocen el suspenso. Yo le doy un seis y medio al libro.

Manuel Benet dijo...

Si es una cita de Camus, entonces el error es mérito de Camus.

(No tengo que aclararlo, ¿no?).

Manuel Benet dijo...

Igual se tomó el libro como una especie de amenaza o advertencia velada, y decidió poner tierra de por medio...

Yo creo que (no) tengo literalmente decenas de libros que una vez presté y (como el "amigo") desaparecieron para siempre, incluida mi memoria, que no es un prodigio.

Manuel Benet dijo...

Fenomenal reseña, Oriol. Como mucha otra gente, de este autor únicamente he leído American Psycho, hace muchos años y en inglés (por lo que debe asumirse ya de antemano que me perdí parte del encanto, porque mi inglés no era para nada -ni lo es ahora- tan bueno). Supongo que mi recuerdo está adulterado por la posterior película, que ha completado los huecos que mi inglés dejó.

Una de las cosas que me gustan del libro (A.S.) es que el protagonista es un auténtico indeseable con el que es imposible -o muy difícil - empatizar, y sin que exista, a diferencia de otros libros con villanos famosos, una contraposición en otro personaje secundario o coprotagonista (o no, que yo recuerde). Y aún así, el autor logra que acompañes al psicópata de Bateman durante todo su delirante camino. Eso ya de por sí me parece una apuesta valiente.

No puedo decir nada de Lunar Park, por desgracia, más que me apunto mentalmente la valoración para cuando me encuentre con intención de comprar un libro.

Anónimo dijo...

totalmente en desacuerdo, este libro es perfecto

Oriol dijo...

Veo que hay una (sana) discrepancia con mi reseña; lo que a mí me pareció una novela inaguantable y hasta banal es muy bien valorada por algunos de vosotros. Aunque, siendo sinceros, a día de hoy cambiaría mi "Repugnante" por un "Se deja leer".

¡En fin, gracias a todos por vuestros comentarios!