¿No suena todo esto un poco borgiano? Vale, ya sé que yo veo a Borges por todas partes pero es que Mi muerte tiene un puntito muy del rollo de Jorgito.
Y eso que el comienzo nos habla de una escritora de mediana edad en plena crisis vital y creativa que decide, fruto de una especie de revelación proustiana, escribir la biografía de Helen Ralston, escritora, modelo y amante de un más o menos conocido pintor de principios de siglo.
Lo que inicialmente parece otra puñetera novela sobre el bloqueo del escritor o una simple "investigación literaria" gira, gracias a casualidades, espejos, paralelismos y desdoblamientos, en una novela de misterio que por momentos se acerca a la ciencia ficción para terminar convirtiéndose en una reflexión sobre el género y la identidad, sobre el sexo, sobre el arte y el papel de la mujer en el mismo a lo largo de la Historia, sobre renacimientos y bucles que han de romperse.
Tres son los aspectos que destacaría por encima de todo en la novela:
- La evolución de la atmósfera de la misma, desde el casi inicial (y ultrabritish) té con pastas hasta una segunda mitad que roza lo onírico, lo gótico y lo tenebroso.
- El manejo de lo simbólico.
- La exploración de la autora en la relación narradora / Helen y cómo la misma se mueve entre la fascinación y la intimidación, entre el sobrecogimiento y el "asco".
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