Título original: Elegy for April
Año de publicación: 2010
Valoración: Está bien.
John Banville necesita a Benjamin Black. John Banville es un escritor candidato al Nobel, Benjamin Black, no. Si Benjamin Black no existiera y fuese John Banville quien escribiera en solitario novelas como “En busca de April” –tercer título protagonizado por el forense Quirke-, quizás su candidatura al Nobel sería menos sólida. Por eso, John Banville necesita que Benjamin Black –el cual nunca ganará el Nobel- se apodere de él para escribir estas novelas.
Así que Black le propone un misterio a Banville: April ha desaparecido. Se nos sitúa a la familia de April entre las más importantes de la metrópoli (en la novela negra a los desaparecidos que fueron a colegios públicos no los busca nadie), se entrevista a una anciana matriarca podrida de prejuicios y linaje en mitad de su lujoso salón y a un médico tan ilustre como de áspera moralidad. Por supuesto, las comparecencias de los integrantes del grupo de amigos de April arrojan luz sobre la personalidad de la ausente y sombras sobre su paradero, lo suficiente para entender que lo importante de este recorrido no es averiguar dónde está sino quién fue. Todo esto es cometido de Benjamin Black, que proporciona la materia negra, bastante clásica, infalible en el género noir si se gestiona bien.
Y a partir de aquí, aparece Banville. Cuando se tiene una reputación de estilista que defender no se puede dejar nada al azar, y hasta los pasajes en los que el protagonista se limita a contestar al teléfono deben servirse al lector con esmero. Suyo es el esfuerzo por dotar a cada personaje de entidad propia. Suya es la descripción del nebuloso Dublín de los años cincuenta, con su correlativa metáfora meteorológica de un paisaje moral asfixiante penetrado sin remedio por el catolicismo oficial del Arzobispo McQuaid. Nada se atisba con claridad en medio de la bruma, salvo las fotos en segundo plano de los líderes de la independencia irlandesa de la mano de dignatarios eclesiásticos. En mi opinión, John Banville cumple su misión correctamente, con más solvencia que brillantez, con menos ironía que morosidad, con una calidad de escritura que oscila entre la elegancia y el oficio.
¿Banville y Black se llevan bien? “En busca de April” se lee fácilmente, si bien es cierto que la historia se podía haber resuelto en la mitad de páginas sin sacrificar profundidad de tipos ni descripción de ambientes. En un punto determinado, los personajes ya están gastados, dejan de evolucionar, los giros que Black proporciona los dosifica Banville tanto que empezamos a darnos cuenta que no va a haber mucho más y uno siente la tentación –sofocada, sofocada- de volver a las andadas de lector primerizo: saltarse las descripciones en pos de acortar los plazos que nos separan del desenlace.
Si la Literatura fuese una cuestión de matemática, el dúo Banville/Black debería ser imbatible en el género y leo que hay muchas opiniones en este sentido, lectores autorizados para los que BB ha dotado de una nueva dimensión a la novela negra. ¿Será que no han leído demasiada novela negra? ¿O acaso piensan que no había sido adecuadamente dimensionada hasta que Banville conoció a Black? Esa sí que es una buena historia para una ficción de misterio.
También de Benjamin Black en ULAD: El otro nombre de Laura, El lémur
Como John Banville: Aquí
Firmado: Talibán
4 comentarios:
Me ha mucho gracia tu comentario "los que van a colegios públicos no los busca nadie", y es verdad, tiene que haber alguien dispuesto a pagar, y los de colegio público no tenemos lo suficiente para pagar...
http://leidovividovisto.blogspot.com.es/
Los busca normalmente la Policía, lo que no suele ser suficientemente interesante para muchos escritores de novela negra.
yo creo que la clave está en leer a Black como novela negra, sin esperar más. Es difícil si ya conoces a Banville, pero así no disgusta.
Discrepo. La clave está, a mi entender, en leer novela negra -sea de un autor menor como Black o de un autor mayor como Ellroy- como Literatura, sin esperar más ni menos. Si Banville se disfraza de Black es porque no considera el género como algo serio, y sin embargo su novela la edita Alfaguara en su colección estrella. Es contradictorio.
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