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lunes, 30 de mayo de 2016

Ramiro Pinilla: Seno

Idioma: Español
Año de publicación: 1972 (Finalista Premio Planeta 1971)
Valoración: Imprescindible

La sociedad vasca es, esencialmente, una sociedad matriarcalista. Ojo, no confundir con matriarcal. Es decir, no es una sociedad dominada por la Mujer o la Madre (con mayúsculas), sino una sociedad con una serie de estructuras psicosociales centradas en la figura de la Madre – Mujer, figura fundamentalmente simbólica. Ejemplos de estas estructuras serían la estructura psicomítica (sociedad y mitología que giran en torno a la Gran Madre, representadas en la etxekoandre y en la Diosa Madre Mari), la estructura social, la anímica, la simbólico-lingüística, etc.

Pero tampoco vamos a aburrir al personal. Sobre este tema hay un interesantísimo trabajo de Andrés Ortiz-Osés y Franz Karl Mayr, titulado “Matriarcalismo vasco”, que fue publicado allá por los años 70-80.

Todo esto viene al caso porque “Seno”  es una novela vasca y es una novela en la que están presentes la mayoría de los elementos que configuran ese matriarcalismo. Una novela en la que, pese a que la mayoría de los personajes son hombres, la Mujer ocupa el centro de todo. La Mujer o representaciones simbólicas de la Mujer, en sus diferentes versiones: Madre, esposa, amante, hermana, compañera.

Su argumento, a grandes rasgos, es el siguiente:

Isidro Zanurruza, patriarca de la familia, dispone en su testamento que dejará el caserío de Arrigunaga a la Mujer de la familia que le haga nacer un tataranieto el día de San Isidro en dicho caserío. La noticia la hace llegar un año antes a todos los rincones del País donde hay algún Zanurruza.

Entre los Zanurruza, está la familia de Sergio (nieto de Isidro, viudo desde el nacimiento de los gemelos Tad y Agus, apostador y perdedor, para más señas), compuesta por el propio Sergio y sus hijos Damián, Yosan, María, Fabiana, los ya citados gemelos Tad y Agus y el sobrino José.

Cada uno de los hijos simboliza valores o virtudes diferentes: el instinto maternal en María, la pureza en José, la inocencia en Damián, la sexualidad en Fabiana, la virilidad en Yosan, el desamparo más absoluto en Tad y Agus.

Pero todos ellos son personajes desmadrados, abandonados, huérfanos (en sentido literal y en sentido figurado). Todos en busca de una sustituta para la Madre muerta. Una sustituta que encuentran fundamentalmente en una vaca, símbolo total de la maternidad, ya que no solo alimenta con su leche a sus crías, sino a toda la humanidad. Pero también la encuentran en una talla de la Virgen o en una niña retrasada o en cualquier Mujer.

Con la noticia del testamento, el delirio se apodera de Sergio, que comienza su campaña de apareamientos por la que hará que Paula (esposa de Yosan), Fabiana y la vaca-Madre queden embarazadas para poder dar a luz el día de San Isidro.

A medida que se acerca el 15 de mayo, la familia comienza su viaje del interior a la mar, donde se juntarán los 532 Zanurruzas con sus 95 embarazadas en un final también de delirio.

La novela es un cruce entre “Mientras agonizo” y “Cien años de soledad”, Faulkner y García Márquez. Y que cada uno lo interprete como quiera. Se mueve en esa delgada línea en la que un paso en falso puede hacerla descarrilar, pero, pese a la dificultad debida al continuo uso de símbolos, Pinilla consigue llevarla a buen puerto convirtiéndola en una novela imprescindible por varios motivos.

En primer lugar, el libro por sí solo lo merece. Las descripciones de los personajes con toda su simbología a cuestas, el clima de delirio en que se mueven, el abandono y el desamparo en que se encuentran y el retrato, en el fondo, que hace del pueblo vasco forman un conjunto de lo más recomendable.

En segundo lugar, contiene elementos que hallaremos en toda la obra posterior de Ramiro Pinilla. Un autor que logró construir un universo muy personal, que aparece prefigurado en “Seno”. Vaya, que si os gustaron obras como “La higuera” o la monumental “Verdes valles, colinas rojas”, debéis leer “Seno”. Pero teniendo en cuenta que es mucho más simbólica, más fantástica que las ya citadas.

Por último, toda valoración es subjetiva. Y esta lo es en mayor medida que otras. Por un lado, es una autor al que tengo un especial cariño, casi vecino y que habla en gran parte de sus obras de un mundo que, por suerte o  por desgracia, creo conocer bien. Por otra parte, el libro físico que he leído es la primera edición, publicada allá por 1972 por Planeta, y…¡¡FIRMADA POR EL AUTOR!!. Y, ante eso, poco más puedo decir.

Bueno, sí. Puedo decir, tal como cantaba Lesley Gore: “It´s my party and I´ll cry if I want to…”

15 comentarios:

  1. Yo creo que Pinilla es un autor muy atípico, quizá por haber desarrollado su obra a una edad más o menos tardía, o por haber estado siempre fuera de los focos, pero que aporta cosas muy interesantes.

    Excelente reseña, Koldo.

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  2. Yo también tengo debilidad por Ramiro Pinilla, y me parece que todavía no tiene el reconocimiento que merece su obra en el contexto de la narrativa española del siglo XX y XXI. Después de Verdes valles, colinas rojas se ha hecho más conocido fuera del País Vasco (en Getxo siempre fue una celebrity), pero todavía queda camino por recorrer. Claro, puede que influyera el hecho de que se "exiliase" a la periferia de la periferia del sistema literario y editorial, o que decidiera autopublicarse durante décadas, o que tuviera opiniones políticas poco próximas al Régimen... Pero su obra está ahí, y es un mundo narrativo todavía por explorar.

    En otras palabras, ¡gracias por la reseña!

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  3. Hola "Compañeros Reseñistas"!

    Poco más que añadir. Autor, para mi, imprescindible. Si hubiera justicia en este mundo, la obra de este hombre debería estudiarse en el futuro en los institutos y demás. Pero no sé yo si llegaremos a verlo.

    Getxo = Yoknapatawpha FOREVER!

    Un abrazo

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  4. Leí “Las ciegas hormigas” y me encantó. Había oído que estaba inspirada en “Mientras agonizo”, de William Faulkner (que no había leído). Luego leí la novela de Faulkner y me pareció que “Las ciegas hormigas” supera amplísimamente a su supuesto modelo. Más tarde me pasó algo curioso, y es que, imbuido por mi admiración hacia la citada novela de Pinilla, me compré una recopilación de cuentos suyos… y me decepcionaron. Estaban basados en el mundo nacionalista vasco y en la política del franquismo hacia el movimiento nacionalista. Había un cuento absurdo sobre una final de copa jugada por el Atlétic de Bilbao en que la televisión manipulaba y contaba otro partido distinto… para que el Atlétic no ganase… Y digo yo que la censura de la época era tremenda pero no llegaba a esos dislates. En fin, un verdadero bodrio. Y el caso es que la inicial admiración que sentí hacia Pinilla se vino abajo tras leer aquellos cuentos tan mediocres. De eso hace varios años, y creo que, a la vista de vuestra reseña, me internaré en la lectura de “Seno”.

    Un cordial saludo y gracias por vuestras críticas, que para mí son verdaderas sugerencias bibliográficas.

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  5. Me gusta mucho Pinilla. Me gustó la trilogía "Verdes valles colinas rojas" y "La higuera", pero también "Las ciegas hormigas", "Aquella edad inolvidable", "Antonio B el rojo", y la trilogía de Samuel Esparza. "Seno" lo tengo en casa y no lo he leído porque alguien de cuyo criterio me fío, y también amante de la literatura de Pinilla, me dijo que no le había gustado nada.
    Gracias a tu reseña le daré una oportunidad. La sinopsis que relatas me ha parecido muy atractiva. Muchas gracias y un saludo.

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  6. Lo buscaré suena interesante, saludos

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  7. Me acaba de llegar el libro. Sobra decir que me convenciste.Te iré diciendo. ¡Gracias¡

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  8. Hola Javier:

    Espero que te guste casi tanto como a mi, aunque ya os digo en la reseña que no puedo ser objetivo con este libro.

    Ya nos contarás!

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  9. Lo estoy leyendo ahora mismo y me parece una genialidad, sensacional, todo un descubrimiento! Coincido en que merece estudiarse en los institutos... gracias por vuestros comentarios y saludos lectonautas!!

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  10. Lo estoy leyendo ahora mismo y me parece una genialidad, sensacional, todo un descubrimiento! Coincido en que merece estudiarse en los institutos... gracias por vuestros comentarios y saludos lectonautas!!

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    Respuestas
    1. Muchas gracis por el comentario.
      Me alegro mucho de que te haya encantado! Como siga con los problemas que hay para su re-edición, acabará siendo un libro de culto.
      Un abrazo

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  11. Me ha gustado mucho la reseña.

    Acabo de leer el libro, y lo he disfrutado un montón. Empecé en su momento con la trilogía, y a cuenta de eso, me he ido leyendo todos los libros de Ramiro Pinilla.

    Tuve el placer de conocerlo unos meses antes de morir en una charla que dió en el centro Santa Clara, de Barakaldo; y me firmó dos de mis libros.

    Al leerlo, me ha parecido que la trilogía es una mezcla muy equilibrada entre sus dos primeras novelas, "Las ciegas hormigas" y "Seno"; pero de hecho, "Las ciegas hormigas" es la novela que, a mi gusto, más se parece a Faulkner.

    Decir que en la charla en la que estuve, el Señor Pinilla, al ser preguntado sobre la influencia de Faulkner en él, comentó que se había leído varios libros suyos justo antes de empezar a escribir, y que de ahí venía posiblemente su influencia.

    Al describírle hace poco "Seno" a un amigo, le dije que transcurría en una especie de Macondo a lo vasco, con toques de la película "Amanece que no es poco"; pero faltaba añadir el toque a Faulkner para acabar de completarla.

    "Seno", para mí, también es un libro imprescindible. Aprovecho para recomendar también "Las ciegas hormigas", que también lo es.

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  12. Jo, pues me alegro que hayas leído Seno y que te haya encantado. La verdad es que es la gran desconocida de Pinilla, pero es muy muy representativa del resto de su obra. En cuanto a lo de Faulkner y Las ciegas hormigas, la influencia es más que notable (algunos hablarán de plagio, seguro), pero si no supera al original, poco le falta.

    Y nada, reivindiquemos desde aquí a Pinilla!!!

    Gracias por visitarnos y comentar!!

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  13. No es un autor fácil Ramiro Pinilla. Su visión vasca no es la del entrañable aire txirene. Como se ha dicho, Pinilla entronca su Getxo narrativo en el Macondo de Gabo con resultados inesperados. Difícil, pero estimulante.
    Menos mal que Pinilla no cedió a las modas ni a lo comercial. Hay que leerlo al menos una vez en la vida para descubrir una literatura muy personal que huyó de caminos trillados.

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