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domingo, 28 de febrero de 2010

Libros sobre libros: Por qué no he escrito ninguno de mis libros de Marcel Bénabou

Idioma original: francés
Título original: Pourquoi je n'ai écrit aucun de mes livres
Fecha de publicación: 1986
Valoración: recomendable

Hace algún tiempo reseñé aquí un ensayo de Bayard que prometía facultar al lector para hablar de los libros que no se han leído. Confesé entonces los oscuros móviles que me llevaron a comprarlo. Éste de hoy viene a ser el reverso de aquél, y mi intención al empezar a leerlo, me temo, no ha sido más honrada que entonces. Bénabou parece ofrecer en el título un muestrario de excusas para la indolencia o la incapacidad de escribir; la absolución a esa culpa secreta de todo lector que alberga pretensiones literarias, por mínimas que sean. Este ensayo, como aquél, incumple sus expectativas, pero el interés de ambos está precisamente en el modo sinuoso y brillante en que las incumplen.

Siendo estrictos, esta reseña no cabría en la serie con que estamos preparando el 1 de marzo: Bénabou aclara desde el principio que el lector tiene entre sus manos un “no libro”. Se trata por tanto de un “no libro sobre libros”. El lector pronto entiende por qué, desde el momento en que tropieza una y otra vez con obstáculos, giros y abandonos que impiden cualquier progresión esperable: ya fuera de argumentación o de trama. En cada página se muestra a un escritor en plena deserción, que espera y anticipa –que casi desea– la sentencia condenatoria de quien le está leyendo.

Las dificultades en el plan general de la obra y el terror de la primera frase; el alto concepto de las propias facultades y el miedo paralizante a desmentirlo; la vacilación en los procedimientos como prórroga constante de la verdadera tarea: Bénabou pasa revista a la “no escritura” en todos sus modos y destrezas. Y lo hace en primera persona, no tanto elaborando una disertación sobre el tema, sino haciendo una demostración práctica ante los ojos consternados del lector.

Según avanza la lectura, el enfado deja paso a la curiosidad. Empieza a entreverse la trampa, el juego callado que no podía faltar en la obra de un miembro de OuLiPo: negando su propia condición, casi a escondidas, el libro se va formando. La minuciosa descripción de la ausencia de un libro también es un libro, y uno, por cierto, que desafía a todos los demás desde una posición nueva e inatacable. Bénabou se quita la máscara, y el fantasma de Descartes, sonriente, esboza una gentil reverencia antes de hacer mutis por el foro.

sábado, 27 de febrero de 2010

Libros sobre libros: Fahrenheit 451 de Ray Bradbury

Título original: Fahrenheit 451
Idioma original: inglés
Año de publicación: 1953
Valoración: imprescindible

Entrevista a las cenizas de un ejemplar quemado de Fahrenheit 451.

Reportera Paula: Discúlpeme, pero... no tiene usted muy buena pinta. ¿Ha dolido mucho?

Libro Quemado: Sí, chata, sí que duele, sí. La explosión en sí, no; sólo es triste. Lo malo es el llegar hasta el 451, "la temperatura a la que se inflama y arde el papel": los grados 448, 449 y 450 te chamuscan los bordes y te arrancan los números de las páginas, y...

RP: ...y ¡menos mal que eso sólo ocurre en la ficción, en la novela distópica Fahrenheit 451 del escritor estadounidense Ray Bradbury!

LQ: Sí, ya, ¡que te crees tú eso, querida! ¿Acaso te crees que Ray se sacó la novela de la manga? ¿Te suena de algo el senador McCarthy?

RP: Sí, pero ahora mismo no sé de qué... Espere, ¿tiene algo que ver con una "caza de brujas"?

LQ: Sí, aunque en realidad fue de comunistas. Da igual. Lo que importa es que el mundo de ficción en el que yo muero no está muy lejos de la realidad en la que vivía mi creador.

RP: Entiendo. Lo que no entiendo es que a usted lo quemara un bombero. ¡Pero si ellos apagan fuegos!

LQ: Ay, maja, eso será en tu mundo, porque en el mío ellos los provocan. Menos mal que todavía queda alguno decente. Cómo se llamaba éste... Mmm... Montas... Montan...

RP (consulta sus notas): ¿Montag? ¿Guy Montag?

LQ: ¡Ése! Menos mal que todavía quedan hombres como él, que arriesgan sus vidas por salvar las nuestras... (las cenizas se oscurecen momentáneamente, húmedas de lágrimas).

RP: ¡Qué valiente! Pero... ¿acaso no tenía él libros en casa?

LQ: Pero vamos a ver, bonita, ¿tú te has leído el libro o no te lo has leído?

RP (sonrojándose): Pues... la verdad es que no. A mí sólo me han encargado que escriba esta reseña.

LQ: Pues nada, en resumen: el bombero siente que hay algo que marcha mal en su mundo; su mujer -como el resto de la población- es adicta a la televisión (un mega circuito totalmente politizado que está día y noche en marcha) y él, un día, conoce a una niña "diferente" que habla con naturalidad de cosas que los demás ni recuerdan ni se atreverían a mentar si lo hicieran. Cuando salve su primer libro ya no habrá vuelta atrás: perseguido por el Sabueso, tendrá que huir de la ciudad justo cuando empieza a ser bombardeada (¿te recuerda a algo? ¿Hiroshima, Nagasaki...?).

RP: Mmm... ¿Japón?

LQ: Olvídalo. Allí se une a un grupo de vagabundos que en realidad son... Pero espera, hasta aquí puedo leer. ¡Casi destripo el final! Viejo papanatas...

RP: Pero ¿acaba bien o no acaba bien?

LQ: Bueno... bien bien, tampoco. Pero digamos que el final simboliza e invita a la lucha por un futuro mejor.

RP: ¡Vale! Entonces igual me lo leo.

LQ: Deberías.

RP: Para terminar, ¿podría animar a nuestros lectores a que lean la novela? ¿Qué es lo que la convierte en imprescincible?

LQ: Pues Fahrenheit 451 es una novela valiente que jamás pasará de moda porque jamás estará la sociedad exenta del peligro de "quemar" la sabiduría en favor de los dioses de la apariencia y la frivolidad. Ray es claro y conciso -la novela no tiene más de 200 páginas, aunque todo depende de la edición- y es ciertamente accesible para todo tipo de público. De hecho, es la novela favorita del hijo de la sobrina de mi vecina del cuarto, y el muchacho apenas ha leído tres libros en su vida. El ritmo es trepidante y la ambientación está magistralmente conseguida. En dos palabras, im-prescindible.

Otros libros de Ray Bradbury: Crónicas marcianas.

viernes, 26 de febrero de 2010

Libros sobre libros: Teoría de la novela

Título completo: Teoría de la novela. Antología de textos del siglo XX
Editor: Enric Sullà
Fecha de publicación: 1996
Valoración: Recomendable

Enric Sullà nos ofrece una muy completa antología de textos sobre crítica literaria y, en concreto, sobre la teoría de la novela a lo largo del siglo XX. En las páginas de este libro, se recogen fragmentos de algunos de los textos más importantes que se han escrito sobre la materia. Sullà escoge textos de diversas corrientes entre las que destacan el formalismo, el estructuralismo, la semiótica, etc., a las que suma las aportaciones de escritores como Umberto Eco, Proust, Ayala o Goytisolo.

La selección de textos cubre, en buena medida, tanto las distintas corrientes críticas como los "textos, conceptos, métodos y problemas" que "resultan significativos" para alcanzar una mejor comprensión del objeto de estudio, en este caso, la novela. Además, tal y como manifiesta el propio editor, "he procurado incorporar un número razonable de autores y escritores del ámbito hispánico; si las (tan útiles) antologías norteamericanas privilegian sin ambages a los autores de lengua inglesa, no veo yo por qué no podía incluir a T. Albadalejo, C. Bobes, J. Mª Pozuelo y D. Villanueva." Otro punto interesante de esta antología es que Enric Sullà trata de construir una especie de diálogo entre los textos seleccionados y otros que quedan fuera de la selección, con el objetivo de lograr una mayor riqueza y variedad.

Seguramente faltan algunas referencias importantes para el tema de la novela. En cualquier caso, esta antología es interesante porque permite a cualquier profano en la materia acercarse a la teoría de la novela y comprender mejor algunos de los conceptos y teorías que en ella se manejan. Sin lugar a dudas, será un acercamiento superficial pero muy interesante como primer contacto.

jueves, 25 de febrero de 2010

Libros sobre libros: El nombre de la rosa de Umberto Eco

Título original: Il nome della rosa
Idioma original: italiano
Fecha de publicación: 1980
Valoración: muy recomendable

“Los libros siempre hablan de otros libros y cada historia cuenta una historia que ya se ha contado”, afirma Eco en las Apostillas a “El nombre de la rosa”. Y para ejemplo, su propia obra, pues, ¿qué es este libro sino un libro que trata sobre libros?

Conocemos la historia central a través de un manuscrito de Adso de Melk, anciano monje benedictino que escribe una historia que le ocurrió cuando era muy joven y estaba bajo la tutela de Guillermo de Baskerville. Adso lo escribió en el siglo XIV; el abate Vallet encontró el manuscrito y lo copió. El autor encontró, a su vez, el libro de Vallet en 1968, y también se decide a copiarlo. Y esta es la copia que llega a nuestras manos.

Adso cuenta cómo Guillermo de Baskerville es invitado a una abadía benedictina como mediador en una disputa entre franciscanos y una delegación papal. Pero se encuentran con una serie de muertes que se están atribuyendo a la llegada del Apocalipsis, y deciden investigar por su cuenta.

Bueno, el argumento es bastante conocido por la película. Pero el libro contiene mucho más. El autor explica en las Apostillas- que se publicaron en 1985 como guía que facilitase la lectura del libro, pues contiene numerosísimas citas y frases en latín que aparecen sin traducir-, que El nombre de la rosa tiene tres o cuatro niveles de lectura. Encontramos pistas en casi todas las palabras, desde los nombres de los personajes-no podemos evitar nombrar a Jorge de Burgos como homenaje a Borges-, la forma de las muertes, la descripción de la biblioteca... Con un estilo impecable Umberto Eco nos lleva a descubrir la forma de vida monástica y los entresijos religiosos de un siglo cargado de disputas entre las diferentes órdenes y el papado. No en vano, el autor ha realizado numerosos ensayos sobre el tema.

De nuevo nos encontramos con una obra pionera en su género, de calidad, absorbente y muy, muy recomendable. Si has visto la película, léelo; si no la has visto, aún mejor, léelo antes.

Para terminar, anotar que a mí, algo que me llamó la atención, fue el que el libro protagonista, el segundo de la Poética de Aristóteles, a pesar de estar prohibido y centrar todas las iras de los villanos de la obra, aún se conserve. Es decir, se trata de una obra que no debería existir, como de hecho se cree, y está ahí: no se ha quemado, ni tirado, ni dejado para el olvido. Quizá porque siempre ha habido y habrá libros prohibidos, se haga lo que se haga con ellos; quizá como homenaje a la palabra escrita que, aún hoy, “es un arma cargada de futuro”.

Todo lo de Umberto Eco en ULAD: Aquí

miércoles, 24 de febrero de 2010

Libros sobre libros: La psicología de los cuentos de hadas, de Bruno Bettelheim

Idioma original: inglés
Título original: The Uses of Echantment: The meaning and Importance of Fairy Tales
Año de publicación: 1976
Valoración: Muy recomendable

¿Quién no ha crecido rodeado de cuentos de hadas? ¿Quién no conoce las historias de la Cenicienta, Pulgarcito, Aladino o Blancanieves? ¿Quién sería incapaz de resumir en un par de líneas la sinopsis de una de estas fábulas, cualquiera de ellas?

Creo yo que pocos (por no decir nadie) de los que estén leyendo esta reseña podrán contestar con un rotundo "pues yo no" a estas preguntas. Los cuentos de hadas, ya sean relatados por los propios familiares, ya sea en libros y películas animadas o en carne y hueso (véase la inolvidable serie creada por Shelley Duvall), son uno de los pilares sobre los que se levanta la educación de cualquier crío de este mundo que posea una familia y una infancia, digamos, "normales". En cambio, no todos (tanto padres como críos) saben que estos cuentos poseen una versión original mucho más cruel y menos edulcorada que el resultado final que nos ha llegado.

Bruno Bettelheim fue un psicólogo de origen austriaco que se dedicó a indagar en el significado de los cuentos populares que avispados hombres como los hermanos Grimm o Ferrault se dedicaron a recopilar y a pasar a papel y tinta. Los resultados de su trabajo han puesto una admirable pica en la historia de la psicología infantil ya que el hombre no sólo nos descubrió qué pasa "en realidad" en esos mundos de fantasía, sino que ahondó en los valores que dichas fábulas tratan de inculcar a los cachorros humanos.

Los cuentos de hadas muestran personajes estereotipados, extremistas, o muy buenos (y normalmente muy guapos) o muy malos (y casi siempre feos y viejunos). Y aunque los malos se las hagan pasar canutas a los buenos, los buenos (y macizos) al final se salen con la suya y los malos acaban...pues eso, muy malamente por ser tan rematadamente malos, hala.

Pero antaño las cosas no eran tan sencillas, y se mostraban a los niños, mediante la meritoria tradición oral, sin luz eléctrica ni comodidades post-revolución industrial, algunos "detallitos" luego omitidos, a saber: las hermanastras de Cenicienta se rebanaban los talones para que les cupiera el zapatito de cristal, el lobo de Caperucita tenía más de pérfido violador que de depredador forestal, los cuarenta ladrones de Alí-Babá no hacían ascos a descuartizar a sus víctimas, la Sirenita acababa transformada en fantasma por negarse a cometer un asesinato..., y un sinfín de barbaridades que el tío Disney no muestra en sus escenarios almibarados, plagados de princesitas de ojos almendrados, ciervos parlantes y príncipes metrosexuales.

Bettleheim (otro suicida, tengo que decirlo) estaba interesado mucho en la psicología de los críos, y decía que los padres modernos quieren educar a sus pequeños sin mostrarles el lado "cruel" de la vida como una forma de evitarles el sufrimiento que origina saberse mortal y carne de enfermedades y calamidades, lo que no es más que un grave error: el posterior shock de estos niños criados entre algodones al ver la cruda realidad no hará sino incrementar su frustración y sus padecimientos.

En resumen: el psicólogo del libro que hoy nos ocupa dejó bien claro que la función de los cuentos de hadas originales, además de transmitir a los niños valores éticos y morales para vivir decentemente en sociedad y en paz con uno mismo, era mostrar el lado menos agradable de la existencia.

Creo yo que en el presunto Estado de Bienestar en el que vivimos, alelados y bien alejados de las calamidades de ese Tercer Mundo del que nos quieren hacer ajenos, no estaría mal hacer unas ranuras de lucidez como las que estos cuentos VO contienen: porque no hay mayor embuste que el del que se autoengaña para creerse a salvo del Mal que el mundo lleva en sus entrañas.

Aceptar que el Mal existe es la forma más sensanta, valiente y humana para combatirlo y anularlo en la medida de lo posible.

martes, 23 de febrero de 2010

Libros sobre libros: Una soledad demasiado ruidosa, de Bohumil Hrabal

Idioma original: checo
Título original: Příliš hlučná samota
Año de publicación: 1977
Valoración:
Imprescindible

Hanta es un hombre solitario que lleva treinta y cinco años trabajando en un sótano a cargo de una trituradora de papel, prensando libros y reproducciones de cuadros. Es un asesino de libros, el último eslabón de la cadena de un régimen totalitario que evita que ciertos títulos sean leídos por el pueblo.

Pero Hanta, "sabio a su pesar", como él mismo dice, no cumple siempre con su cometido, y muchos son los libros que ha salvado de la prensa y que ahora se almacenan, casi desbordándose, en su casa. Influido por todos los libros que ha leído –tanto los salvados como los destruídos–, el protagonista nos hace partícipes de sus recuerdos y vivencias mientras nos muestra una Praga angustiosa, opresora y asfixiante, en la que sería imposible sobrevivir, si no fuera por sus libros.

Utilizando impresionantes y poderosas metáforas, Hrabal nos ofrece una maravillosa novela narrada con impecable prosa poética, que reflexiona acerca de la creación artística, de la soledad (elegida y asumida, en este caso), del horror del totalitarismo y de la capacidad que tiene la literatura (o el arte, en general) para hacer que nos olvidemos, aunque sólo sea durante un instante, de todos esos sótanos desde los que a diario todos prensamos nuestro propio papel.

También de Bohumil Hrabal: Yo que he servido al rey de InglaterraClases de baile para mayoresAnuncio de una casa donde ya no quiero vivirLas desventuras del viejo WertherBodas en casaLa pequeña ciudad donde se detuvo el tiempo

lunes, 22 de febrero de 2010

Libros sobre libros: Diez grandes novelas y sus autores de William Somerset Maugham

Idioma original: inglés
Título original: Ten novels and their authors
Año de publicación: 1954
Valoración: Imprescindible

Este libro se puso en mi camino hará unos tres años, justo cuando acababa de reeditarse. En su día disfruté mucho leyéndolo, por eso lo recomiendo tanto a amantes de los clásicos como a curiosos en general pues, si llegar a él después de haber disfrutado de Moby Dick, Cumbres Borrascosas, Madame Bovary o Los hermanos Karamazov es una auténtica delicia, se convierte en el aperitivo ideal cuando esas lecturas no son aún más que un proyecto.

S. Maugham nos explica la génesis de esas diez gigantescas novelas al revelarnos de dónde surgió la idea o qué circunstancias vitales llevaron a su autor a escribirla. También examina la carrera de cada escritor, sus dificultades y éxitos, su posición en el panorama literario de la época y su forma particular de vivirlo.

Pero además nos introduce en la vida privada de cada uno de ellos. Aquí el detalle culto y el frívolo cotilleo se entremezclan constantemente, ambos tamizados por la óptica personal del autor. Se repasan los amoríos de tal novelista, las penurias económicas de tal otro o bien se nos muestra el aspecto provinciano y poco elegante de cierta escritora. Todo esto les humaniza,
les acerca al lector actual al proporcionarles una inmediatez que el tiempo había llegado a diluir.

Su estilo claro, directo y ágil dará amenidad e interés a la lectura. Por otra parte, a las tan lúcidas como peculiares opiniones literarias de S. Maugham, – expuestas sin tecnicismos en el prólogo – se añaden sus indisimulados juicios sobre actitudes y conductas. La transparencia con que deja entrever su opinión nos hará sonreír más de una vez. Aclararé que fue escrito para prologar a las novelas correspondientes cuando su autor tenía ya 74 años, y que lo revisó y amplió adjuntando prólogo y epílogo al poco de cumplir los 80, lo que le añade un sabor añejo no exento de encanto. Pero, estemos o no de acuerdo con su visión del mundo, Maugham nos ayuda a cuestionar muchas cosas. Nuestra perspectiva es inmejorable para poner en paralelo tres épocas: aquella en la que se escribió cada una de las novelas escogidas, la nuestra y la del propio S. Maugham, todas con sus tópicos y prejuicios particulares muy diferentes entre sí.

Y, por si esto fuera poco, acaba con un regalo. El epílogo, además de una divertida y disparatada disección de los diez autores, ahora convertidos en personajes – en el que hace gala, una vez más, de su inagotable capacidad de fabulación –, contiene un nuevo ejercicio de valiosa e inteligente crítica literaria.

También de Somerset Maugham: El velo pintado

domingo, 21 de febrero de 2010

Libros sobre libros: Mímesis de Erich Auerbach

Idioma original: Alemán
Título original: Mimesis: Dargestellte Wirklichkeit in der abendländischen Literatur
Año de publicación: 1946
Valoración: Imprescindible

Mímesis: la representación de la realidad en la literatura occidental es uno de esos libros de crítica literaria que todo amante de la literatura, filólogo profesional o no, debería leer, no por obligación, sino por el puro placer de su lectura. En él, Erich Auerbach repasa las distintas maneras en las que la literatura occidental (desde los autores griegos y la Biblia, hasta los novelistas del siglo XX) ha representado la realidad. Si en la tradición poética y retórica clásica esta representación se llevaba a cabo mediante el "estilo elevado" -el de la tragedia- y "estilo bajo" -el de la comedia-, Auerbach identifica y rastrea a lo largo de la historia un estilo mixto intermedio, que identifica con el estilo bíblico y evangélico, y que terminarán por horadar el sistema clásico de estilos e imponerse en la novela realista contemporánea.

Aun cuando la visión historicista (casi teleológica) general de Auerbach pueda ser discutible, sus análisis de los textos elegidos -Homero, el Satiricon, el Cantar de Roldán, Rabelais, el Quijote, Stendhal, Virginia Woolf...- son siempre iluminadores, capaces de transmitir a un tiempo erudición y belleza poética. El más famoso de los capítulos es el primero, dedicado a analizar el momento en que Ulises es reconocido como tal al final de la Odisea, aunque, por razones profesionales y por cercanía, mi capítulo favorito es el que analiza una divertidísima escena del Quijote (esa en la que, invirtiendo los papeles, Sancho intenta convencer a don Quijote de que tres aldeanas de lo más groseras son en realidad Dulcinea y sus doncellas).

Hay aún un motivo más para admirar Mímesis y a su autor: Auerbach, un intelectual de origen judío obligado a exiliarse de la Alemania nazi, lo escribió en Estambul durante la Segunda Guerra Mundial, sin acceso por lo tanto a una biblioteca bien provista de bibliografía sobre literatura europea. En circunstancias individuales y colectivas tan terribles, se comprende que al escribir esta obra Auerbach no estaba solo haciendo un ejercicio de análisis retórico solipsista: mediante el análisis de la mejor tradición literaria europea, estaba intentando rescatar para la posteridad a la civilización occidental de la barbarie en la que estaba sumida.

sábado, 20 de febrero de 2010

Saki: Reginald

Idioma original: inglés
Título original: Reginald
Fecha de publicación: 1904
Valoración: recomendable

Saki es el pseudónimo del escritor de origen birmano Hector Hugh Munro quien, tras quedar huérfano de madre, fue enviado por su padre junto con sus hermanos a casa de unas tías en Inglaterra. Trabajó principalmente como reportero en diversos países y, antes de su muerte durante la Primera Guerra Mundial, tuvo tiempo de escribir y publicar varias colecciones de relatos, dos novelas largas y una corta y una obra de teatro.

Casi todos sus escritos tienen un tinte cómico y son una sátira de la sociedad eduardiana que llegó a conocer tan bien. Reginald, el protagonista de cada uno de estos breves relatos es la personificación de ese monstruito social que todos tratamos de tener bien sujeto: dice y hace todo aquello que los encorsetados británicos de la época no podían pero se morían por decir y hacer.

Y no voy a decir mucho más: en esta ocasión, voy a dejar que las mordaces palabras de Reginald hablen por sí solas:

¿Por qué les gusta tanto a las mujeres desenterrar el pasado? Son peores que los sastres, que se empeñan en recordarte lo que les debes por un traje aunque hayas dejado de usarlo hace mucho tiempo (Reginald en "Reginald").

Debería haber clases técnicas sobre la ciencia de hacer regalos. (...) Tenemos, por ejemplo, a esa pariente del campo que sabe que "una corbata siempre es útil", y te manda un horror moteado [que] podría haber tenido alguna utilidad si se la hubiera quedado para atar los arbustos de grosellas con ella, de tal modo que habría servido al doble propósito de sujetar las ramas y espantar a los pájaros (Reginald en "Reginald y los regalos de Navidad").

-Y, por supuesto, será usted poco religioso.
-De ningún modo. La moda ahora mismo es combinar un estado de ánimo católico-romano con una conciencia agnóstica: así, se obtiene lo pintoresco de lo uno y las comodidades modernas de lo otro.
La Duquesa reprimió un suspiro. Era una de aquellas personas que profesan un condescendiente afecto a la Iglesia de Inglaterra, como si fuera algo que hubiera crecido en el jardín de su cocina (Reginald y la Duquesa en "Reginald en el teatro").

También de Saki en ULAD: Reginald

viernes, 19 de febrero de 2010

Henning Mankell: Asesinos sin rostro

Idioma original: sueco
Título original: Mördare utan ansikte
Año de publicación: 1991
Valoración: recomendable

Un hombre despierta en medio de la noche. Ha oído un ruido o quizás sólo lo ha soñado, pero es incapaz de recuperar el sueño. Despierta a su mujer. Está intranquilo. He oído un ruido -le dice a su mujer- en la casa de los vecinos. Voy a ver qué ocurre. Y se levanta de la cama. Se dirige a la cocina. Desde la ventana observa la casa de los vecinos. Todo parece estar en calma. Sin embargo, está seguro de haber escuchado un ruido y tiene un mal presentimiento. Además, la ventana de la casa está abierta. Qué extraño -piensa- nunca se olvidarían de cerrarla. Y ese ruido... parece un grito, una queja... será un pájaro... Pero es incapaz de volver a la cama. La ventana de nuestros vecinos está abierta -le dice a su mujer. Ella, extrañada, se asoma. No está abierta, está rota -le contesta. Así que él se arma de valor y se dirige con una linterna a la casa. Nada más entrar, sus peores suposiciones se hacen realidad. Johannes -su vecino- yace muerto en el suelo. María -su esposa- está atada a una silla, ensangrentada y malherida.

Con estas premisas comienza Asesinos sin rostro, la primera novela de la serie del detective Kurt Wallander. Sin lugar a dudas, una novela policiaca muy entretenida, atractiva para el lector y de notable calidad literaria. Quizás lo más flojo de la novela sea el personaje principal porque recuerda demasiado a otros detectives: separado, solitario, amigo del alcohol... Demasiado tópico, aunque también es cierto que a lo largo de la novela se convierte en un personaje entrañable para el lector.

A día de hoy, sólo he leído esta primera novela de la serie, por lo que no puedo juzgar la evolución de la trama ni del personaje principal. En cualquier caso, Mankell construye una buena trama de misterio, con un ritmo adecuado, combinando picos de tensión con fragmentos en los que el crimen parece que nunca llegará a resolverse, logrando en definitiva un mayor realismo.

Un libro interesante y un buen inicio para una serie policiaca.

También de Henning Mankell en ULADAntes de que hieleHuesos en el jardínEl chino

jueves, 18 de febrero de 2010

Hiromi Kawakami: El cielo es azul, la tierra blanca

Idioma original: japonés
Título original: センセイの鞄 Sensei no Kaban
Fecha de publicación: 2001
Valoración: Recomendable

Los sentimientos profundos no se meditan. Ni se anuncian. Surgen espontáneamente como los primeros atisbos de césped después de una noche de lluvia. Muchas veces ni nosotros sospechamos que los tenemos hasta que sus efectos son más que evidentes.

Nadie como los escritores japoneses para hacernos sentir que es verdad el tópico de que “la vida está compuesta de pequeños momentos”. Porque mientras comemos, caminamos o dormimos, se van tejiendo modestos cataclismos personales como es saltarnos los prejuicios, como es amar a alguien. Y a veces una cosa es consecuencia de la otra.

Un libro melancólico y sereno en el que se va dando cuenta del paso de los días. La soledad no es mala compañera – sobre todo si las alternativas son bastante peores – cuando uno tiene un carácter apacible y conoce bien sus ventajas: el hecho de que nunca obliga a nada y que eso significa libertad. Pero no deja de tener un sabor agridulce, más aún si se es mujer y la treintena está ya consumiéndose. Se quiera o no, la costumbre induce a pensar en los hijos que no se han tenido, en el tiempo irrecuperable, al menos en las sociedades más conservadoras. Pero este personaje es muy diferente al de la inolvidable “Calle Mayor” del Bardem director en los 50. Ella saca partido a su serena monotonía, sabe disfrutar de sus ventajas y, cuando llega lo inesperado, apenas lo reconoce y sigue haciendo lo de siempre: limitarse a sentir.

La combinación química con el otro personaje no hará saltar chispas pero llegará a formar un combinado suave, sabroso y dulce que se adensará cuando él deje a un lado, por fin, su comprensible abulia. ¿Quién iba a pensar? Pues sí, a veces sucede algo hermoso incluso cuando uno ya se había olvidado de ello.

En realidad no importa lo que sucede, ni siquiera cómo sucede sino cómo se cuenta. Por eso resulta incomprensible que no se haya traducido hasta ahora al español la obra de Kawakami, que, ni el hecho de que empezase a publicar hace más de quince años, ni su gran popularidad en Japón, ni la película del mismo título que se estrenó en 2003 en ese país, hayan servido para darla a conocer aquí hasta ahora. Espero que, después de la acogida que ha tenido esta novela en España, podamos conocerla mucho mejor.

También de Hiromi Kawakami en ULAD: Vidas frágiles, noches oscuras

miércoles, 17 de febrero de 2010

Reinaldo Arenas: Antes que anochezca

Idioma original: español
Año de publicación: 1996
Valoración: Recomendable

Reinaldo Arenas se suicidó en Nueva York el 7 de diciembre de 1990, dejando para la posteridad varias novelas publicadas, una carta de despedida para sus amigos y esta autobiografía, que acabó de escribir pocos días antes de poner fin a su vida. Arenas, enfermo de SIDA, decidió acabar con todo no sin antes denunciar los horrores vividos en Cuba bajo el aparentemente idílico régimen castrista.

Gracias a Antes que anochezca, conocemos a la familia de Reinaldo, sus orígenes pobres pero felices en el campo, su época de estudiante, su madurez, su paso por la cárcel, sus intentos de salir de Cuba, su exilio en Estados Unidos... pero, sobre todo, somos testigos de su vida amorosa y de la continua persecución de la que fue objeto por parte del régimen. Cierto es que Arenas tenía todas las papeletas para ser considerado peligroso por el gobierno cubano: era escritor, homosexual y disidente y, para colmo, había publicado sus novelas (que no dejaban al gobierno de la isla en buen lugar) en el extranjero. De ahí sus intentos de huir y sus ansias de libertad, su lucha por vivir sin miedo y por hacer saber al mundo la mentira que impunemente exportaba –y sigue exportando– Castro a quien lo quiera escuchar.

No creo que éste sea el mejor libro de Reinaldo Arenas, pero sí creo que debe leerse. Primero, para conocer al hombre escondido tras el escritor (un hombre sencillo y sensible cuyo único pecado fue nacer en la época y lugar equivocados) y, segundo, para conocer de primera mano la realidad de un país que no conocemos tan bien como deberíamos.


También de Reinaldo Arenas en ULAD: El mundo alucinante

martes, 16 de febrero de 2010

Colaboración: El ruido de los huesos que crujen, de Suzanne Lebeau

Título original: Le bruit des os qui craquent francés

Idioma original:

Año de publicación: 2009
Valoración: muy recomendable

El teatro es, desde los griegos, una herramienta eficaz para exponer los conflictos del ser humano con la realidad social de su tiempo. Esos mismos griegos fueron capaces de dar el salto desde el monólogo hasta el diálogo y, ante el asombro de sus contemporáneos, por vez primera sobre un escenario, cuando uno de los personajes “hablaba” el otro “escuchaba”; de manera que el público, en la grada, emitía su juicio definitivo valorando dos puntos de vista diferentes sobre un mismo hecho. Eso fue hace 2.500 años, y desde entonces, pasando por los Shakespeare, Molière, Grotowski, Brecht, Lorca, etc., el “gran teatro” apenas ha cambiado. Los dramaturgos más importantes de nuestro tiempo siempre encuentran su réplica en las piezas fundamentales del teatro griego, lo que demuestra que el ser humano sigue atascado en las mismas tensiones, en los mismos dramas, que hace más de dos milenios.

Suzane Lebeau, actriz y dramaturga nacida en Québec, ofrece en esta breve obra una panorámica terrible y poética sobre la guerra: sus violencias, sus injusticias, sus miserias. Y lo que es aún más doloroso, pone sobre las tablas uno de los ejemplos más sobrecogedores de la lenta agonía de la sociedad contemporánea: la vida de los niños soldado. Elikia y Joseph, los protagonistas, son esa infancia destrozada, arrancada de raíz, en la que ha germinado el horror hasta el punto de no retorno. Y todo esto, además, en una pieza teatral dirigida a un público juvenil, en la que recorreremos con ellos el proceso de deshumanización que viven, cada día, ahora, miles de niños en gran parte del mundo, ante el silencio y la desidia de las grandes potencias.

De todo esto se habla en El ruido de los huesos que crujen, una obra que obliga, como en su día sucedió con Las troyanas de Eurípides, a tomar conciencia del mundo atroz que los seres humanos hemos construido desde nuestra pobre cultura del enfrentamiento. Obras como esta, pese a su poética oscura y su fino pasillo a la esperanza, clarifican un mensaje de compromiso democrático, de responsabilidad planetaria, que todos deberíamos asumir para despojarnos de tanta impotencia histórica y ser, necesariamente, sujetos activos de una cultura de Paz.

Firma invitada: Iván

lunes, 15 de febrero de 2010

John Millington Synge: El playboy del mundo occidental

Idioma original: inglés
Título original: The Playboy of the Western World
A­ño de estreno: 1907
Valoración: Muy recomendable

La primera vez que El playboy del mundo occidental se representó en el Abbey Theater de Dublín, causó tanta indignación entre el público (por inmoral, por apolítica, y por representar a los irlandeses como brutos, borrachos y tontos y a las irlandesas como "un montón de hembras paseándose en bragas") que tuvo que venir la policía a mantener el orden. Solo esta anécdota ya da una idea del equívoco lugar que ocupa Synge en el canon literario irlandés de la época: impulsor, junto con Yeats y Lady Gregory, del Abbey Theatre y de la renovación estilística del teatro de comienzos de siglo, pero denostado por los nacionalistas por su actitud irónica, desmitificadora y anticlerical.

En The playboy, considerada su obra maestra, Synge nos sitúa, como en casi todas sus obras, en el ambiente rural del oeste de Irlanda; pero no lo hace para idealizarlo ni llenarlo de pastores bucólicos o valientes guerreros por la libertad, sino para hablarnos de Christy Mahon, un pobre hombre que dice haber matado a su padre y que, precisamente por eso, se convierte en el ideal amoroso de todas las muchachas del pueblo, incluida Pegeen, la feroz tabernera, que iba a casarse -al parecer sin mucha vocación- con el sinsagre Shawn Keogh.

Lo que sigue a este planteamiento tiene algo de vodevil: muchachas que se lanzan a los brazos del "héroe", el padre muerto que reaparece, la viuda Quinn que intenta pescar a río revuelto... Y sobre todo, la historia de amor entre Christy y Pegeen, transmitida a través de un lenguaje poético y humorístico al mismo tiempo (de manera que no sabemos si emocionarnos con los personajes o reírnos de su estupidez). No me extraña que a los nacionalistas irlandeses no les gustase la obra, porque no deja en buen lugar a sus compatriotas, y porque elude cualquier referencia a la situación política o histórica de la época; pero para el resto del mundo, El playboy... es una obra divertida, cruel y desinhibida, sin ninguna relación con identidades ni proyectos nacionales.

domingo, 14 de febrero de 2010

Jean Marie Gustave Le Clézio: La música del hambre

Idioma original: francés
Título original: Ritournelle de la faim
Fecha de publicación: 2008
Valoración: Se deja leer

No voy a mentir: cogí este libro porque su escritor acababa de ser galardonado con el Nobel, por mucho que me dedique a menudo a echar pestes sobre tan prestigioso/discutible premio...Y bueno, también diré que me había informado un poco previamente sobre qué clase de trayectoria existencial y profesional había tenido su autor, y resultó que Jean Marie Gustave Le Clézio me pareció un ser atractivo y bien pulido a base de viajes y largas temporadas en lugares alejados de la mano de Dios, matrimonio estable con una mujer del Sáhara, discurso antibélico, carácter tímido y aparentemente humilde, etcétera...

También leí un poco por encima los títulos que había publicado monsieur Le Clézio antes de ser nobelizado, y me decidí por el que hoy nos ocupa por dos motivos: estaba en la biblioteca (muy a mano, además), y su título aludía a un poema de Arthur Rimbaud llamado "Fiestas del hambre". Así que..., pues me lo leí.

Fue rápido y nada desagradable leer esta novela, pero después de leerla, deseé que el autor tuviera cosas más, digamos, sólidas y ambiciosas como para ser galardonado con el Nobel (vale, que sí, que soy contradictorio: que unas veces hablo del Nobel como una tomadura de pelo y otras como un reconocimiento estelar a los grandes literatos del mundo, pero es que dependiendo del caso, es una cosa o la otra...).

Y en ese deseo de darle al hombre otra oportunidad me he quedado, porque no he vuelto a tocar nada de Le Clézio. Lo cierto es que me da pereza, porque a lo mejor me equivoco, pero creo que, más o menos, sé con lo que me voy a encontrar.

Este hombre ha viajado mucho y es una eminencia en muchos temas de tintes humanísticos, culturales y éticos, pero no sé...Como escritor, en esta novela (por supuesto), no me parece ninguna maravilla.

El libro narra una historia inspirada en la figura de la propia madre del autor, "una heroína de veinte años", según su buen hijo.

En La música del hambre, madame Le Clézio se llama Ethel, es una niña que vive en París con sus aburguesados padres (atentos al papá: proviene de la isla Mauricio y se dedica a negocios de naturaleza más quimérica que prometedora), y disfruta ante todo de los paseos que se da por la bella ciudad de la mano de su excéntrico tío abuelo, Samuel Soliman, otro huído de Mauricio y un adorable cascarrabias que trata a la niña como si fuera su propia hija: sin ir más lejos, la convertirá en su heredera; lástima que el padre de la pequeña se haga pronto con el suculento botín...Y bueno, el paraíso infantil de Ethel no sólo termina con la muerte del señor Soliman: el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la ocupación alemana de la ciudad romperán para siempre su idílica visión de la vida.

No es mi deseo descuartizar la novela, así que diré que hay una huída a Niza, un amor, una apasionada amistad con una niña rusa víctima de la revolución de su patria, y un puñado de cosas más para construir con dignidad y agilidad una novela que bien podría haber sido escrita por alguien mucho más corriente que un tipo tan ilustrado y aventurero como Le Clézio.

En resumen: no está mal, pero no es nada del otro mundo.

sábado, 13 de febrero de 2010

Susan Glaspell: Nimiedades

Idioma original: inglés
Título original: Trifles
Año de publicación: 1916
Valoración: muy recomendable

Aunque la ganadora del Pulitzer Susan Glaspell no es tan conocida como debería -ni siquiera hay un artículo sobre ella en la Wikipedia española, ¡oh, tragedia!-, tal vez nuestros lectores sepan mejor dónde ubicarla si explico que fue una de las fundadoras de los Provincetown Players, grupo en cuyo seno empezó a producir sus obras el laureado dramaturgo estadounidense Eugene O'Neill.

Esta micro obra de teatro en un acto es una delicia por la sutileza y sensibilidad con la que está escrita. Considerada como una de las primeras obras feministas, Nimiedades narra cómo dos mujeres, relegadas a esperar en la cocina mientras los hombres se afanan en buscar pistas, resuelven un crimen gracias a su astucia, empatía y curiosidad, a su interés en las "nimiedades" del día a día, y deciden no delatar a la autora del mismo por comprender íntimamente sus motivaciones.

Recomiendo la lectura de Nimiedades fervientemente porque raras veces encuentra una tanta verdad muda condensada en tan sólo ocho páginas. No os robará más de diez minutos de vuestro tiempo, y su ironía, tan cuidadosamente hilada, os dejará con una sonrisa cómplice en los labios.

viernes, 12 de febrero de 2010

Arnaldur Indridason: La mujer de verde

Idioma original: islandés
Título original: Grafarpögn
Año de publicación: 2009
Valoración: Recomendable

Como ya comenté en la reseña dedicada a Jens Lapidus y su Dinero fácil, asistimos a un auge de la novela negra escandinava. Y ya que hemos leído a autores oriundos de Suecia (el propio Lapidus, los dos Larsson, Mankell...) y Noruega (Holt, Nesbo, Fossum...), le tocaba el turno a Islandia (algún día retomaremos el género y nos centraremos en Finlandia. Poco a poco) y su autor más reconocido en este momento: Arnaldur Indridason.

Se han traducido al español cuatro de sus novelas: Operación Napoleón, Las marismas, La voz y La mujer de verde. Esta obra, que fue galardonada con el Gold Dagger Award y el Glasnyckeln (el premio anglosajón más importante de novela negra y el premio a la mejor novela negra nórdica, respectivamente), arranca con el hallazgo de huesos humanos en el solar de un edificio en construcción. El encargado de descubrir cómo llegaron allí esos huesos y a quién pertenecen es el inspector de policía Erlendur Sveinsson, que intentará compaginar una investigación que bucea en hechos acaecidos 70 años atrás y una vida personal desastrosa, marcada por una ex-mujer que lo odia, un hijo que no le hace caso, una hija drogadicta y embarazada que le trata casi tan mal como la que fue su esposa y una pesada carga que arrastra consigo desde la infancia.

Llegados a este punto en el que el argumento parece "uno más" dentro del género negro, La mujer de verde me parece un libro recomendable porque está muy bien escrito. A pesar de las múltiples referencias a la historia islandesa, el autor cuenta lo justo, no se pierde en teorías o descripciones innecesarias que llenen páginas y más páginas. Además, enlaza a la perfección la historia pasada con la presente, cambiando el ritmo (más lento cuando habla del pasado, más rápido cuando se centra en la actualidad) para ofrecernos una dramática historia que refleja uno de los mayores problemas de nuestra sociedad y que, desgraciadamente, aun está muy lejos de solucionarse.

Pero no os cuento más. Os dejo con La mujer de verde. Si os gusta la novela negra, estoy segura de que no os decepcionará.

jueves, 11 de febrero de 2010

Francisco Umbral: Mortal y rosa

Idioma original: español
Fecha de publicación: 1975
Valoración: Muy recomendable

Érase una vez un escritor tan prolífico como polifacético (al que, sin embargo, el gran público no conoce más que por una frase que dijo una vez con más razón que un santo pero que, para su desgracia, dijo en la caja tonta). Nació en circunstancias más que modestas, tuvo una infancia poco fotogénica y sin embargo, y siguiendo la estela de su maestro Valle Inclán, – de cuya obra habló largo y tendido y del que llegó a decir: “La obra de su vida es él mismo” –cultivó su imagen con mimo, se inventó a sí mismo, creando un personaje con un aura intelectual incuestionable y algo siniestra que, tal como se había propuesto, le otorgó un aspecto inconfundible y fácil de caricaturizar. Pero, sobre todo, su estilo literario voló por rutas propias después de haber bebido en las mejores fuentes, por eso, si la posteridad es justa (y suele serlo) pasará a ella por encima de muchos.

Para llamarle de alguna manera, vamos a ponerle Paco, que es un nombre corriente. Paco vivió en Madrid, se ganó la vida hablando con la gente, frecuentando los cafés, observando mucho y escribiendo sin cesar sobre todo lo que veía y escuchaba. Hizo crónica periodística, novela, ensayo, incluso verso, además de la poesía que salpica su prosa constantemente.

Paco se casó, tuvo un hijo, lo perdió y siguió siendo el hombre serio, imperturbable, riguroso y fiel a sí mismo que no comulgaba con la cháchara al uso porque su tiempo era oro, pero no oro monetario sino del otro, del que se emplea para escribir despaciosamente, calibrar palabras y expresiones, bruñir las ideas hasta sacarles toda la esencia poética. Por eso es admirado y respetado por todos los que conocen su obra.

Al título que comento se le considera novela por encuadrarlo en algún sitio, pero habría que situarlo en una frontera difusa, común a varios géneros. Es la forma más idónea que encontró su autor para contarnos algo poco frecuente y tremendo, que él vivió con todo el dolor que es de suponer y que tuvo el dudoso mérito de convertirle en otro.

Empieza como al descuido, a modo de notas que reflejan lo cotidiano sin ningún propósito especial. Quizá su verdadero origen fue ése: como escritor compulsivo que era, no es difícil imaginarle garabateando reflexiones de vez en cuando, puede que encontrase aquellos papeles justo cuando la vida acababa de abofetearle duramente y aprovechase para volcar, recomponiéndolos, restos de corazón y de entrañas que andaban hechos trizas en alguna parte de sí mismo. Pero como escribía de maravilla y tenía la sana costumbre de volver una y otra vez sobre lo escrito, lo que nos ha llegado es prosa de la buena, divagaciones inteligentes y, en principio, una escasísima relación de hechos. En realidad, apenas pasa nada. Ni falta que hace. Lo que el lector encuentra es un pedazo amargo de su historia personal y lo va arrancando despacio del celofán de poesía que lo envuelve, aunque ya desde un principio haya intuido lo que hay dentro: la presencia descarnada de alguien que sufre y cuyo sufrimiento es sublimado por la magia de la palabra.

Y un día alguien me hizo el favor de prestarme el libro y rogarme que no se lo devolviese sin leerlo.

miércoles, 10 de febrero de 2010

René Girard: El chivo expiatorio

Idioma original: francés
Título original: Le bouc émissaire
Fecha de publicación: 1982
Valoración: muy recomendable

Girard empieza recordando una ignota obra de un poeta francés del siglo XIV, Guillaume de Machaut, la cual describe una serie de portentosas calamidades. Hoy las conocemos como "peste negra" y las atribuimos a cierta bacteria, pero para el buen Guillaume sólo podían tener una causa: el envenenamiento. En su poema cuenta cómo Dios señaló a los culpables de emponzoñar ríos y pozos y, una vez masacrada la población judía (¿quién si no?), la mortandad remitió.

Nadie duda hoy sobre cómo interpretar este texto, dice Girard. Sabemos que la atribución de culpa no se debía a ninguna razón objetiva, sino a la busca de un chivo expiatorio, y que las matanzas no pararon la epidemia, sino que se limitaron a restaurar el orden social, por la vía rápida, sobre la sangre de unos inocentes. Todos leemos el texto de Machaut y entendemos: 1. que la acusación es falsa, y 2. que las matanzas son verdaderas. Pues bien, sigue Girard, ¿por qué nos negamos a aplicar esta misma lectura a los textos que llamamos mitológicos? Un gran número de mitos narra justo este tipo de episodios de violencia colectiva y restauradora del orden, sin embargo tendemos a creer que todo lo que se cuenta en ellos es históricamente falso, y nos empeñamos en buscar el "verdadero" sentido, simbólico, que oculta el texto. Toda la teoría de Girard se construye sobre la impugnación de este modo de lectura.

Su tesis central, muy resumida, es que los mitos tienen un origen histórico en el asesinato colectivo de una víctima inocente (o de varias) a manos de una turba colérica que le atribuye la causa de todos sus problemas. Tras el linchamiento llega la calma social, por lo que el anterior culpable pasa a adorarse como un dios benéfico o como un héroe. La víctima no se elige al azar, sino en función de ciertos rasgos que la distinguen del grupo: su condición de extranjero, cierto defecto congénito o, también, ciertas virtudes extraordinarias.

A primera vista, la idea de Girard es desconcertante. Tan hechos estamos a la interpretaciones humanista o psicoanalítica de los mitos (ambas alegorizantes), que nos negamos a creer que pueda haber verdad histórica en los sucesos míticos. Sin embargo, las pruebas son abundantes. Girard acumula antes los ojos del lector relatos de las mitologías más variadas que presentan siempre el mismo patrón, más o menos camuflado. El caso más conocido quizá sea el de Edipo: un extranjero al que se le culpa de traer la desgracia a la comunidad debido a sus pecados. La paz y la salud sólo pueden volver tras su castigo, maquillado aquí como auto-castigo.

El proceso del chivo expiatorio es, para Girard, la base de todos los mitos y, por tanto, de toda cultura. Sólo hay algo nos salva de construir permanentemente la cultura humana sobre la sangre de los inocentes, y eso es el cristianismo. La Pasión, según Girard, no es sino la consciente denuncia, por parte de un chivo expiatorio, del mecanismo creador de mitos. Esto hace al cristianismo moralmente superior y más verdadero que toda otra religión. Una conclusión que, como supondréis, no hace sino aumentar la polémica en torno a Girard. Si os ha picado la curiosidad o estáis indignados, leedle: os aseguro que es una sorpresa constante.

martes, 9 de febrero de 2010

Elisa Castel: Diccionario de mitología egipcia

Idioma original: castellano
Fecha de publicación: 1995
Valoración: imprescindible

Imprescindible para cualquier amante de la historia del Antiguo Egipto o de la mitología en general. Hace veinticinco años, las publicaciones en castellano sobre Egipto eran escasísimas, y carecíamos de la tradición egiptológica de países como Francia o Inglaterra. Pero, poco a poco, han ido apareciendo publicaciones de gran calidad y de ayuda inestimable para los egiptomaníacos. Elisa Castel escribió una de las primeras compilaciones en castellano sobre el tema y, sin duda, la mejor. Ha ampliado la edición con su nuevo Gran diccionario de mitología egipcia, pero ahora prefiero hablar de este otro como tributo a una labor pionera y que me resultó tan fascinante hace años.

Casi a punto de comenzar la carrera, y ya obsesionada con la civilización del Creciente Fértil, me puse a buscar información sobre su mitología. Claro, todo en inglés, francés, alemán...y aunque ahora no me importe leer en inglés, hace once años me parecía algo bastante penoso, lento y aburrido. Y, equilicuá, había un libro que llevaba dos años publicado, sólo dos años, y que reunía todas las características que buscaba, vamos, que vi la luz. Por fin.

Se presenta, como su nombre indica, en formato de diccionario, con lista de entradas que aquí está formada por los nombres de las divinidades de uso común, es decir, en la forma que los conocemos habitualmente, que es la griega. Así, buscaremos Amon, que en egipcio es Imen. Nos dirigimos a su página, y encontramos una ficha completa de la deidad: nombre en griego, en jeroglíficos y en egipcio; su iconografía; las relaciones que presenta con otros dioses; la sinopsis de sus leyendas; sus principales lugares de culto; y una imagen de la divinidad en cuestión. Es decir, una guía completísima para saber quién era quién y cómo se le representaba.

Además, vienen artículos especiales y desarrollados sobre conjuntos de dioses que formaban enéadas, ogdóadas, etc. Equivalencias con los dioses grecorromanos, y tablas con sus nombres árabes. Sumamente recomendable, y útil. Si quieres acercarte al tema, este es el libro.

lunes, 8 de febrero de 2010

Emilia Pardo Bazán: Los pazos de Ulloa y La madre naturaleza

Idioma original: español
Año de publicación: 1886-7
Valoración: Muy recomendable / Imprescindible

Siguiendo con mi serie de reseñas de "novelones decimonónicos españoles", ahora le toca el turno a esta novela en dos partes, o díptico de novelas (los críticos no se ponen de acuerdo) de doña Emilia Pardo Bazán, una escritora que, quizás injustamente, no tiene el mismo reconocimiento que sus contemporáneos masculinos (Galdós, Clarín, Valera, Pereda). Y sin embargo, después de leerme estas dos novelas y otro par de ellas que había en la biblioteca -que me han gustado menos, por cierto-, creo que merece estar en ese primer escalón.

En Los Pazos de Ulloa se nos presenta el ambiente decadente, enmohecido y brutal de la Galicia rural de finales del siglo pasado, personificada en el marqués de Ulloa, una especie de Príncipe Fabrizio hedonista y autoritario -aunque sin nada de la astucia política y humana del personaje de Lampedusa-, y en un coro de personajes secundarios, encabezados por Primitivo (significativo nombre), padre de Sabel y abuelo de Perucho. A este contexto llega el delicado y "hamletiano" sacerdote don Julián, quien por un lado se siente horrorizado por lo que ve, pero por otro es incapaz (por ignorancia o cobardía) de hacer nada para cambiarlo. La madre naturaleza se centra en la siguiente generación de la misma familia, para mostrar cómo los pecados de los padres condenan a los hijos o, por usar la terminología naturalista, cómo el medio y la herencia genética condicionan la existencia de las personas.

No es arbitrario hablar de naturalismo al referirnos a esta novela: la Pardo Bazán fue la introductora de las teorías de Zola en España (a través de sus novelas pero también en el ensayo La cuestión palpitante), aunque tomando de ellas más bien la parte formal que la parte filosófica (materialismo, positivismo, darwinismo) asociada al naturalismo francés. Y es precisamente en estas dos novelas donde más claramente se plasma esta influencia.

Por cierto que, aunque Los Pazos de Ulloa es la más conocida de las dos, a mí me ha gustado más La madre naturaleza, con una trama más clara y más sencilla, sin demasiado suspense pero sí bastante tensión psicológica.

También de Emilia Pardo Bazán en ULAD: Siete cuentos de misterio, El saludo de las brujas, Cuentos fantásticosLa gota de sangre, Insolación

domingo, 7 de febrero de 2010

Colaboración: Wicked. Memorias de una Bruja Mala, de Gregory Maguire

Idioma original: inglés
Título original: Wicked, the Life and Times of the Wicked Witch of the West
Fecha de publicación: 1995
Valoración: si te gusta la novela fantástica, no te lo pierdas

Si te hablan de la tierra de Oz, probablemente pienses en baldosas amarillas y hombres de hojalata sin corazón, en zapatos rojos y en brujas malvadas. Bueno… pensarás en ello si no has leído Wicked, porque al hacerlo te das cuenta de que la historia cambia (y cómo) dependiendo de quien la cuente.

En Wicked visitamos una historia que a todos nos suena, un universo que nos es familiar, pero que ha cambiado considerablemente. Wicked es la historia de Elphaba, una niña que nace con la piel verde y dientes de tiburón, una niña que forjará su personalidad gracias a sus diferencias y luchará por lo que cree por encima de todo, aunque eso haga que con el tiempo sea conocida como la “Malvada Bruja del Oeste”.

A pesar de ser una obra novel, hablamos de un libro complejo y trabajado, que aprovecha el entorno fantástico de Oz para convertirse en toda una declaración de intenciones. Nos encontramos con un universo donde los Animales, con capacidad de hablar, luchan por ser respetados y reconocidos como ciudadanos pensantes y con alma, como parte latente e importante de Oz. Una lucha que crece y adquiere dimensiones que obligarán a nuestra verde protagonista a tomar partido y a poner en tela de juicio los principios que tratan de inculcarle, a cuestionarse qué es bueno y qué malo en una sociedad que mueven unos pocos.

Pero, como dice Gregory Maguire, “no es cosa fácil ser la mala del cuento”.

“Y la piel, sí, en efecto, la piel era verde como el pecado.
No era un color feo, pensó Nana; solo que no era un color humano.”


Esta precuela de la historia de Dorita, ha vendido más de un millón de ejemplares y ha generado uno de los musicales que más éxito ha cosechado en los últimos años, tanto en Londres como en Broadway, si bien en escena se toman la licencia de cambiar el final, previa autorización del autor, que debe estar bastante contento, puesto que ha dedicado su segunda parte (“Hijo de Bruja”) al casting original del mismo.

Personalmente, habiendo leído el libro y visto el musical, recomiendo fervientemente el primero, y unos oídos abiertos a la calidad sonora del segundo, pero recordando que en este último la fábula política y reivindicativa creada por Maguire se queda solo en fábula, estupenda igualmente, pero sin la mordiente que la distingue de otras historias fantásticas sin más.

Firma invitada: Patricia Sánchez

sábado, 6 de febrero de 2010

Jonathan Safran Foer: Tan fuerte, tan cerca

Idioma original: inglés
Título original: Extremely Loud & Incredibly Close
Fecha de publicación: 2005
Valoración: Recomendable

Oskar Schell es un niño de 9 años que vive en Nueva York. Pero no es un niño normal; es inventor, escritor de cartas, diseñador de joyas... y, últimamente, también ejerce de detective, pues ha encontrado una llave que perteneció a su padre (muerto hace un par de años en el atentado contra las Torres Gemelas) y se ha propuesto encontrar la cerradura a la que pertenece. Aunque es algo prácticamente imposible (especialmente, si tenemos en cuenta que sólo en Nueva York hay más de 162 millones de ellas), Oskar tiene un dato que puede serle de ayuda: el sobre que contenía la llave, en el que está escrita la palabra Black.

Así comienza la historia principal de Tan fuerte, tan cerca, que sirve de hilo conductor para otras historias no menos importantes, como la de sus abuelos, alemanes, que llegaron a EE.UU. huyendo de la Segunda Guerra Mundial y cuya vida en común ha estado tan marcada por el silencio y los recuerdos que no les ha dejado ser felices nunca.

Un dato destacable (para bien o para mal) de esta novela es que es muy, muy experimental. En ella nos encontramos fotografías, páginas en blanco, páginas que sólo contienen una frase o una palabra, textos tachados, emborronados, hileras de números... así como varios narradores diferentes que continuamente nos llevan adelante y atrás en el tiempo. Hay quien ha acusado al autor de ser un artista de los fuegos artificiales y de haber escrito una novela normalita al amparo de unos innecesarios pero resultones juegos de estilo, pero no comparto esa opinión. Puede que no estemos ante un libro que vaya a cambiarnos la vida, pero creo que el trabajo de Foer es sobresaliente y muy original, y considero que todos los juegos narrativos que nos ofrece enriquecen y completan la(s) historia(s) que narra.

No os voy a engañar: con este libro no habrá término medio. Os gustará mucho o lo considerareis una porquería, pero, en cualquier caso, merece la pena leerlo. Y eso no es algo que se pueda decir de cualquier libro.

viernes, 5 de febrero de 2010

James Joyce: Dublineses

Idioma original: inglés
Título original: Dubliners
Fecha de publicación: 1914
Valoración: imprescindible

Para 1905 Joyce ya tenía planeado escribir una serie de historias cortas independientes que se unirían en Dublineses para formar una obra redonda y compacta. Esta peculiar y memorable novela no se publicó hasta 1914, tras algunas pequeñas concesiones editoriales. Sin embargo, James Joyce siempre se negó en redondo a omitir historias o a cambiar el orden de las mismas.

Y es que nada en Dublineses es aleatorio. Cada una de las quince historias que la conforman aporta su particular pincelada al retrato colectivo implícito en el título: las tres primeras nos hablan de la infancia; las cuatro siguientes, de la adolescencia; las siguientes, de la madurez; las últimas, de la vida pública. Así, asistimos al desarrollo -¿o tal vez degeneración?- de este protagonista múltiple que se nutre de cada protagonista particular y que crece no sólo en cuanto a temática sino en cuanto a forma. Ejemplo: las historias protagonizadas por niños están narradas en primera persona, pero en cuanto pasamos a la adolescencia encontramos diferentes juegos de focalización narrativa en tercera persona.

A pesar de no ser una novela al uso, Dublineses tiene definitivamente la consistencia y complejidad suficientes para no ser considerada como una mera recopilación de relatos: es lo que algunos críticos han convenido en llamar "composite novel" (algo así como "novela compuesta" en español).

Las historias, aunque son totalmente autónomas, adquieren un sentido más profundo al ser leídas en su conjunto, y están perfectamente interrelacionadas mediante la combinación de ciertos factores recurrentes: la ciudad de Dublín y el efecto opresor que ésta tiene en sus habitantes, el peso de la religión, el nacionalismo irlandés, el omnipresente alcohol...

Y también algunos menos obvios, como la anteriormente mencionada especial organización de las historias (no sólo nos movemos desde la infancia hasta la adultez, sino desde el verano hasta el invierno), el uso recurrente de la violencia y, más sutilmente, la atmósfera gris, irrespirable y "paralizante" de todas las historias. La ciudad retratada es un símbolo de la gloria ansiada e inalcanzada, e imposible de alcanzar si sus habitantes no cambian. El problema es que todos los protagonistas se encuentran, precisamente, "paralizados".

Dublineses es una obra rica, original, completa y, sobre todo, compleja. En definitiva, imprescindible. Por eso, quien se anime a abordarla deberá armarse de una buena edición anotada: cada frase adquiere significados inusitados dependiendo del ángulo desde el que se lea.


Otros libros de James Joyce  reseñados en Un Libro Al Día: ExiliadosUlisesFinnegans Wake

jueves, 4 de febrero de 2010

Helene Hanff: 84, Charing Cross Road

Idioma original: inglés
Título original: 84, Charing Cross Road
Fecha de publicación: 1970
Valoración: muy recomendable

JAIME: Ya he terminado el libro que me dejaste, Santi, ¡y está muy bien! Me esperaba algo peor, la verdad, porque te noté un poco escéptico...

SANTI: Sí, bueno, a mí me pareció una curiosidad, sin más. Una rareza sin mucha chicha, vamos. Por cierto, ¿hemos confirmado ya que está "basada en hechos reales" y que no es una fabulación de la autora?

JAIME: Vaya, pues yo ni me lo había planteado. Todo el libro se presenta como una colección de cartas entre Helene Hanff y una librería de viejo a lo largo de 20 años. Cada carta tiene su encabezado con la dirección (Nueva York y Londres, respectivamente), la fecha, los saludos y también termina como Dios manda. Es curioso, pero si la autora hubiera escrito una narración más ortodoxa contando su relación con esa librería hubiera dudado inmediatamente de su veracidad, pero al elegir este formato la creí desde el principio a pie juntillas. Está claro que soy un lector mucho más crédulo que tú...

SANTI: Ah, compañero, es que yo me leí Memorias de una geisha pensando que eran unas memorias reales, y no descubrí que era una novela hasta el final. ¡No te imaginas qué decepción! Desde entonces no me fío de nadie ni de nada. En todo caso, sea una novela o una colección real de cartas, la oposición entre el estilo espontáneo y extrovertido de la americana, y la corrección elegante de los británicos está muy bien, ¿verdad?

JAIME: Sí, eso es genial, ¡es lo que le da toda la gracia al libro! De hecho, ella maltrata bastante a los pobres libreros, llamándoles de todo, y ellos siempre contestan del modo más polite, pidiéndole mil perdones y contándole lo contentos que están con la coronación de la reina. Eso me ha resultado muy curioso: cómo va cambiando el trasfondo histórico, casi sin que el lector se dé cuenta... Yo le pondría un "muy recomendable". ¿Qué te parece?

SANTI: Bueeeeeno, vaaaaale. A mí me gustó menos que a ti, me parece, pero acepto "Muy recomendable" como animal de compañía.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Philippe Claudel: El informe Brodeck

Idioma original: francés
Título original: Le Rapport de Brodeck
Año de publicación: 2007
Valoración: Está bien

La vida de un pequeño pueblo de provincias se ve agitada con la llegada del Anderer, el otro, el extranjero. Un personaje peculiar, histriónico, teatrero y silencioso. Nadie lo conoce, nadie sabe nada de él. Se aloja en la pensión del pueblo, sale a diario, pasea, se relaciona con los vecinos y pregunta, rastrea. Los habitantes del pueblo, tras la sorpresa y la curiosidad, muy pronto comienzan a desarrollar una especie de miedo que deriva lentamente en odio, un odio irracional, profundo, nacido de las heridas aún sin cicatrizar que dejó la guerra.

En medio de esta situación está Brodeck, un hombre discreto, que arrastra su pasado en la mirada. Vive con su madre adoptiva, su mujer y su hija, en ese pueblo que muy pronto muestra su más absoluto rechazo hacia el extranjero hasta el punto de que, un buen día, los hombres del pueblo se reúnen y lo asesinan. Brodeck no ha participado en el asesinato pero, casualidades de la vida, lo descubre y es además el único hombre del pueblo con estudios. Entonces, el pueblo le transmite un peso que poco a poco lo irá desmoronando e irá mostrándonos las heridas de su propio pasado. Brodeck tiene que escribir un informe en el que relate por qué el pueblo llega al punto de asesinar a ese extranjero, un informe en el que los posibles lectores deberán llegar a comprender e incluso justificar tan terrible crimen.

Esa crónica es este libro, informe sobre un asesinato y relato de la escritura del propio informe a un tiempo. Philippe Claudel consigue elaborar una novela a la que en ocasiones le falta ritmo, pero en la que logra describir los entresijos más oscuros del alma humana. Y ante todo el miedo más irracional, ese miedo que lleva a cometer las injusticias más horripilantes. Al fin y al cabo, Claudel hace de su novela una especie de espejo en el que el lector puede ver reflejados los recovecos más putrefactos de la condición humana.

También de Philippe Claudel en ULAD: Almas grisesLa nieta del señor Linh

martes, 2 de febrero de 2010

Yann Martel: Vida de Pi

Idioma original: inglés
Título original: Life of Pi
Año de publicación: 2001
Valoración: Muy recomendable

Al acabar este libro (premio Booker 2002) tuve la sensación de haber leído varias novelas en una. He dicho varias, cuántas, no lo sé ya que todo depende del enfoque. Si nos fijamos en que tiene tres partes muy distintas en forma y contenido, tanto que la primera y la segunda pueden leerse como sendas novelas cortas, ya tenemos dos.

Y, sin embargo, la tercera parte es la que mantiene una diferencia radical con las otras. No puede leerse de forma independiente pero si no la tuviésemos en cuenta, si considerásemos que la historia acaba al final de la segunda, estaríamos ante una entretenidísima novela de aventuras con un desenlace cuya incertidumbre nos mantiene en vilo hasta el final. Por tanto, para que no se nos prive de la diversión sólo hay que evitar esa tercera parte que, además, es bastante corta. Si, por el contrario, permitimos que se nos coloque ante un espejo que, al modo de los del famoso callejón del Gato madrileño y, por tanto, de los Esperpentos de Valle Inclán, nos devuelve una imagen tan desagradable como absolutamente nítida y, sobre todo, fiel en su deformidad al original de las acciones humanas, entonces, nos guste o no, hemos de seguir leyendo. En ese caso, todos los trapos sucios de la humanidad se van a mecer ante nuestros ojos impúdicamente, nos quedará un regusto nauseabundo que no se borrará en mucho tiempo pero habremos aprendido algo, no de la novela en sí misma sino de las reflexiones que ésta, lo queramos o no, va a desencadenar en nosotros. Y no creáis que exagero: al final, quizá ese suelo que antes pisábamos sin dudar de su firmeza empiece a tambalearse un poco.

Esto ocurre y pilla desprevenido al lector porque durante muchas páginas nos parece que estamos leyendo un relato convencional, ligero, entretenido, un poco frívolo incluso. Gran error. "Vida de Pi" habla de la vida, de la relación entre las personas, del arrojo y la cobardía, de la traición, de las múltiples caras de la verdad, de la relatividad de las cosas, de quienes somos en el fondo unos y otros. Y lo hace sin que apenas nos demos cuenta, porque no nos engañemos, estamos leyendo un apasionante libro de acción, cualquier cosa consigue emocionarnos porque el autor sabe como mantenernos en vilo: el movimiento mínimo de una mano, la más
pequeña nube que asoma por el cielo, una sola gota que salpica nos hace temblar y la sacudida es más profunda que todos los terremotos, disparos y desastres naturales que invaden muchas obras intentando conmover a un lector con la piel demasiado curtida para dejarse impresionar por casi nada.

Si, con lo que acabo de explicar, da la impresión que esta novela tiene una estructura complicada, nada más lejos de la realidad. Los hechos se narran por riguroso orden cronológico y con una técnica tan visual y realista que podríamos calificar de cinematográfica ya que sus escenas, más que escritas, parecen enfocadas por una lente.

Después de varios intentos frustrados de adaptación cinematográfica y de encargar el proyecto a tres directores distintos, la película estará dirigida por Ang Lee y se rodará a finales de este año. Su estreno está previsto para la primavera de 2011.

lunes, 1 de febrero de 2010

Shaun Tan: Emigrantes

Idioma original: inglés
Título original: The Arrival
Fecha de publicación: 2006
Valoración: Imprescindible

Me gusta pensar en Emigrantes como una película muda, pues es una novela gráfica atípica, silenciosa, carente completamente de palabras (de hecho, he decidido anotar “inglés” como idioma original única y exclusivamente por el título de la misma). Sin embargo, eso no es un impedimento para que Tan nos cuente la historia de un hombre que abandona su país y a su familia en busca de un futuro mejor.

Este hombre será nuestro guía en un viaje que ninguno de nosotros querría realizar jamás. Le acompañamos así en su tristeza, sus añoranzas, sus dificultades y, sobre todo, la fuerza que una y otra vez le hace levantarse y seguir adelante. Y nos hacemos eco de otras historias parecidas, de otros emigrantes o desplazados que se han visto obligados a abandonar su hogar e intentar labrarse un futuro en un mundo que no es el suyo.

Considero un gran acierto la ausencia total de referencias, pues abre la historia a todo un abanico de posibles interpretaciones. No sabemos de dónde huye en protagonista, ni adónde va. De hecho, el autor construye un mundo onírico lleno de seres extraños y estructuras indefinibles que, rebosantes de carga metafórica, podrían describir cualquier cosa en cualquier lugar. Lo cual nos ayuda a ponernos en la piel de los personajes: ellos no entienden el entorno que habitan, y los lectores tampoco; las letras y los símbolos que encuentran son desconocidos para ellos, así como para nosotros; y el futuro, aquello que encontraremos al volver la página, es igual de incierto para todos.

Muy bien dibujado y con gran maestría narrativa, Tan nos regala una historia universal, tremenda, tan real que nos atrae y asusta al mismo tiempo, de la que mucho se ha dicho y sin embargo queda tanto por decir. Aunque sea sin palabras.

También de Shaun Tan en ULADEl árbol rojoLa cosa perdidaCuentos de la periferia