Idioma original: español
Año de publicación: 1986
Valoración: recomendable
Pues por fin he hecho caso a los que me hablaban tan bien de La ciudad de los prodigios cuando criticaba a Mendoza por astracanadas como El caso de la bolsa o la vida o, sobre todo, ese desastre titulado El asombroso viaje de Pomponio Flato, y me he leído La ciudad de los prodigios, que pasa por ser su mejor novela junto con La verdad sobre el caso Savolta. Y reconozco que sí, que esta es una señora novela, aunque también tengo que decir que personalmente no me ha maravillado hasta el punto de considerarla una obra maestra.
La ciudad de los prodigios es la historia de una ascensión social estratosférica (Onofre Bouvila pasa de no tener ni para pagar la pensión, a ser uno de los hombres más ricos del mundo) en el contexto de la Barcelona de finales de siglo, entre 1888 y 1929, fechas de dos Exposiciones Universales que contribuyeron a modernizar la ciudad y a colocarla en el mapa (además de endeudar al ayuntamiento durante décadas). Entre esas fechas, Onofre venderá crecepelo, se integrará en una banda de matones, fundará una productora cinematográfica y conocerá el éxito económico, pero no la felicidad ni la aceptación social.
Lo más atractivo del texto es precisamente la contextualización
histórica, y las descripciones amplia y expresamente documentadas de la
vida de la ciudad, desde los bajos fondos a los elegantes salones, desde los arrabales portuarios hasta el teatro del Liceo. Porque, para mi gusto, a partir del momento en el que Onofre empieza a conseguir ascender socialmente con todo tipo de malas artes, tengo la impresión de que la novela pierde originalidad y por momentos se convierte en un folletín de aventuras al estilo de Alejandro Dumas, con un personaje principal tan inteligente, astuto y desalmado que no resulta creíble ni atractivo. En realidad, toda la novela destila un aire decimonónico, lo que en sí mismo no es malo en absoluto, aunque tampoco es necesariamente algo positivo.
Lo que llama la atención, desde luego, para alguien que ha leído las novelas más disparatadas del autor, es la contención que demuestra en este caso, manteniendo su imaginación limitada a lo (aproximadamente) verosímil y a un mundo muy cercano al real. Aun así, como reconstrucción de una época y de un espacio esta obra queda lejos (también, porque es mucho menos ambiciosa) de la magnitud de Verdes valles, colinas rojas, de Ramiro Pinilla, quien documenta la evolución del País Vasco en un periodo y en unas circunstancias hasta cierto punto semejantes. De hecho, no son pocas las similitudes entre Onofre Bouvila y el Efraín Bascardo de Verdes valles...
Otros libros de Eduardo Mendoza en Un Libro Al Día: Tres vidas de santos, El enredo de la bolsa y la vida, El misterio de la cripta embrujada, Sin noticias de Gurb, El laberinto de las aceitunas, El año del diluvio, Una comedia ligera, Los soldados de Cataluña
A mí es el que menos me ha gustado de Mendoza, creo que está sobrevalorado. Donde esté Sin noticias de Gurb...
ResponderEliminarEntro a comentar y confesar un pecado y resulta que me encuentro con alguien (Mike Libros) que está en una línea cercana a la mía. El pecado que iba a confesar es este: "La ciudad de los prodigios" es un libro que me dejé más o menos a la mitad, porque me parecía un poco aburrido y previsible. Reconocido su gran mérito de la ambientación de época, llega un momento en que parece no ofrecer nada más. Diré que soy un gran admirador de Eduardo Mendoza, a quien considero un excelente escritor y de quien he leído muchos de sus libros. Los humorísticos son los humorísticos y cada cual tiene su punto, pero, de los de más ambición, el mejor es sin duda "La verdad sobre el caso Savolta", muy superior a "La ciudad de los prodigios" y, sin embargo, menos favorecido por el éxito, ¿por qué?: por la naturaleza del mundo literario español. El segundo de estos libros era ya la obra de un autor conocido y se publicó respaldado por todas las armas y bagajes de la promoción editorial. Como dicen los gallegos acerca del Miño y el Sil, "La ciudad de los prodigios" lleva la fama y "La verdad sobre el caso Savolta" (una de las novelas más notables de la literatura española del siglo XX) la calidad literaria.
ResponderEliminarA mí La ciudad de los prodigios me decepcionó porque los que me la habían recomendado me hablaban de una novela tan estratosférica que no podía pasarme otra cosa.
ResponderEliminarMadre mía, qué gente que hay por el mundo.... "La ciudad de los prodigios" es una de las 3 ó 4 novelas españolas IMPRESCINDIBLES del Siglo XX (e incluso de lo que llevamos del XXI, por más que ahora lo chachiguay sea decir que no es para tanto, que os decepcionado, etc... Luego a leéis cualquier modernete de provincias que trata de imitar a Cormnac McCarthy o a DFW y se os cae la baba.Menudo país de chiste.
ResponderEliminarOye, Jonan, yo me figuro que debes de estar encantado de haberte conocido, pero tendrías que ir a algún centro de enseñanza básica donde te enseñasen cosas tan elementales como estas:
ResponderEliminar1.-Los gustos son diversos, libres y respetables.
2.- Si los de los demás no coinciden con los tuyos, eso no representa que tengas que tratarlos con desprecio.
Por lo demás, yo he dado razones para sostener por qué "La ciudad de los prodigios" no me parece una novela excepcional: ¿tú qué aportas para defenderla? ¡Ah!, ya lo veo: que los demás somos idiotas y que este es un país de chiste. ¡Suerte que tenemos a un tipo tan listo como tú, así nos salvamos!
Señor Guachimán, permítame replicarle:
ResponderEliminar1- Si los gustos propios no merecen ser defendidos como si fueran los únicos (al menos en literatura), entonces quizás no merezca la pena tenerlos... o quizás es que no se tega ninguno, en realidad.
2- En alguna cosa estoy de acuerdo contigo. Escribí que "La ciudad de los prodigios" era una de las 3 ó novelas españolas del siglo pasado. Pues bien, las otras son: "·La verdad sobre el caso Savolta" y "Una comedia ligera". Y, ya de remate, "Sin noticias de Gurb". Te las recomiendo todas.
3- Yo no le he llamado idiota a nadie, si no me equivoco. En cuanto a lo de "pais de chiste", me refiero a España, por si escribes desde otro sitio. ¿Y no estás de acuerdo? No lees las noticias, acaso? Pues eso.
Lo leí al final de la adolescencia, cerca de la veintena. Y lo recuerdo como un gran libro, igual que la verdad sobre el caso Savolta.
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