Idioma original: francés
Título original: Histoire de l'oeil
Año de publicación: 1928
Traducción: Margo Glantz
Valoración: qué quieres que te diga
Pues sí, señores: después de mi severo trompazo con la Jelinek me atrevo con otro de esos clásicos de la historia de la literatura erótica o pornográfica o como los señores lectores quieran llamarle a la literatura con descripción profusa de actos sexuales.
Que, francamente, tampoco es exactamente lo que hace Bataille: pesadito con los huevos (los de animal) y los ojos, el tío. Entonces ahí siempre acuden los sesudos analistas de dobles sentidos a explicar que si el huevo es la metáfora del origen y te largan el rollo padre. Miren: uno se acerca a la literatura de esta clase con sanas intenciones. Encontrarse con algo que tenga cierto valor como para haber sido publicado y, de paso, experimentar la punzadita de la excitación. Que no somos de piedra, vamos. Y Bataille no ha conseguido ni una cosa ni la otra. Más bien algo de asquito con tanta obsesión por ciertos fluídos. Lo siento, no es que vaya a escandalizarme yo a estas alturas. Que no esperaba soft-core como las películas de Adrian Lyne. Que ya he leído a Apollinaire y al Marqués de Sade, y a estos a brutos Bataille no les gana.
Así que va, lo suelto ya: Historia del ojo es una cosita bastante mediocre. Con sus detalles escabrosos, crueles, truculentos, provocativos, su amoral (pero impostado, me da la sensación) desprecio de la vida humana, su falta de respeto a figuras claves en la moral occidental (la inocente parejita me recuerda a los dos pájaros de Natural Born Killers), y su, imagino, célebre escena con el sacerdote y el cáliz que, supongo, en su día suscitaría enorme escándalo. O la del ojo, que naturalmente es rememorada en clave Buñuel / Le chien andalou. O la de la asistencia a la corrida de toros. Todas inverosímiles y con una carga onírica que bla-bla-bla, pero que hoy en día me parecen pataleos pueriles estilo caca-culo-pis-pedo.
A mí, que se me echen al cuello en orden si es posible, esta breve novela, sacada del contexto de su época, que son los años 20, me parece una absoluta banalidad cuyo único objeto es la provocación y que hoy ni eso consigue. No pretendía sutileza ni lírica: hubiera preferido hasta que fuera más escabroso pues, hasta en la cuestión sexual, el libro es repetitivo, anodino, falto del mínimo sentido de la variedad que, hoy en día, cualquier estudio de cine X ya tiene más que sobre-explotado. Sería un mero cuento picante donde dos adolescentes desvergonzados se entregan al sexo enfermo sin ningún sentido de la contención. Sería cuatro o cinco escenas con sus consecuencias, y ya está. No: no he leído las sombras de las narices, pero no creo que sea tan diferente: una escena literaria aburrida en una sociedad conservadora, vamos a sacar cualquier tontería con perversiones para despertar a la gente, y, de paso, a vender. Igual el planteamiento de Bataille no fue tan mezquino, pero los resultados no creo que anden muy lejos. En el fondo, un libro enternecedor.
También de Georges Bataille en ULAD: Madame Edwarda
¡Qué sabrás tú!
ResponderEliminarSensaciones al leer. Simple como eso. Gracias por el comentario, aunque hubiera agradecido algo más de extensión. Me conformo, por eso.
ResponderEliminarNo creo que Bataille pretendiera escribir un libro erótico ni escandaloso y mucho menos que continuara siendo erótico y escandaloso casi un siglo después de escribirlo. Yo creo que es simplemente una narración de tipo onírico, la traslación literaria de un sueño o de varios sueños recurrentes del autor,: de ahí su obsesió y repetición por ciertos elementos, como el ojo, el huevo y tal, al igual que el erotismo un tanto enfermizo (o morboso, sería más exacto) y según recuerdo de cuando lo lei, básicamente masturbatorio. En suma, no sé si se puede juzgar a este libro como una obra literaria más,. sino más bien como otra cosa, el resultado de un "experimento" artístico entre freudiano y surrealista. Por decirlo de forma algo pedante, con perdón...
ResponderEliminarBueno... la colección que lo publica es bastante inequívoca, aunque Bataille no tenga la culpa. Onírica o no, la historia resulta bastante justita y empacha lo suyo. Experimento o no, es un libro y transmite al lector una sensación determinada. Que no ha envejecido bien, supongo que estamos de acuerdo. Que en lo literario no aporta gran cosa, es mi opinión.
ResponderEliminarEs EL OJO, es la visión, el desentramiento, la ruptura de la visualidad hegemónica... No el erotismo. No entiendes nada, niño.
ResponderEliminarKasandra
Sí: realmente no entiendo nada.
ResponderEliminarGracias por el comentario.
Qué dificil hacer comprender a alguien el surrealismo cuando todo lo que lee lo entiende literalmente. El libro no es pornografía (aunque bien depende de la mente que lo lea) como se le consideró tantos años después de su publicación, el libro es erotismo y su objetivo no es "ponerte caliente", no son lo mismo, infórmate.
ResponderEliminarGracias por el comentario. Y esto, el sentido del erotismo? Poner caliente suena un poco feo... provocar cierta excitación... incómoda o no.
ResponderEliminarEs un libro filosófico no erótico. Los símbolos, el ojo, el testículo, el huevo, remiten a conceptos filosóficos que crean un discurso metafórico. No es un libro erótico ni una novela al uso. Es un libro que desgrana sistemas de pensamiento.
ResponderEliminarBuh! Sistemas de pensamiento: creo que me gustaría una explicación más detallada de eso. Gracias por el comentario.
ResponderEliminar¿Como seria de una película de esta historia? ¿Seria acaso imposible filmarlo con todas esas escenas de sexo pervertido?
ResponderEliminar¿Que opinan?
Pues qué quieres que te diga. No me apetecería mucho verla, y menos después de comer. Sería idónea para Buñuel o Lynch, o quizás para Lars Von Trier. Gracias por el comentario.
ResponderEliminarhola, justo estaba buscando sobre este texto al que me remitió un cuento de Cortazar,"ciclismo en Grignan" y parece que hubo dos versiones cinematográficas, una es esta de 1974, Simona , película francesa dirigida por Patrick Longchamps, saludos
ResponderEliminarFranceses en los 70 inspirados en Bataille. Urgh. Eso puede ser de muy difícil digestión.
ResponderEliminarGracias por la info.
Dice usted que hubiera preferido que fuera mas escabroso en la cuestión sexual, que es repetitivo, anodino y falto del mínimo sentido de variedad que, hoy en día, cualquier estudio de cine X ya tien mas que sobre-explotado...Pero este es un libro con una historia erotica y filosófica, no un manual para hacer una pelicula porno...¿O es que ested es un pervertido con costumbres aún mas extremas que estas?
ResponderEliminarDice usted que hubiera preferido que fuera mas escabroso en la cuestión sexual, que es repetitivo, anodino y falto del mínimo sentido de variedad que, hoy en día, cualquier estudio de cine X ya tiene mas que sobre-explotado...Pero este es un libro con una historia erotica y filosófica, no un manual para hacer una pelicula porno...¿O es que ested es un pervertido con costumbres aún mas extremas que estas?
ResponderEliminarMe disculpo por lo del doble comentario...
ResponderEliminar¿Disculpas? Al próximo que insinúe que soy un pervertido lo ato y lo azoto con cualquiera de los cuarenta y nueve látigos de mi colección.
ResponderEliminarCalmese, por favor, calmese, Señor Christian Grey...
ResponderEliminarme enamore de tu honestida tienes algo que me atrapo
ResponderEliminarSe debe tener bastante valor para hacer una crónica tan mediocre y equívoca de un libro tan inclasificable y sublime. Se puede leer un libro semanalmete y hasta diario y no entender nada... gracias por comprobar este asunto.
ResponderEliminarJulio: expresamos nuestras opiniones sobre los libros que leemos. Inclasificable y sublime, opinión respetable. Pero algo vamos entendiendo, y quizás haya opiniones (en todos los sentidos) de las que uno acaba retractándose. Creo que seguir avanzando, seguir leyendo, diferentes autores, otros países, diferentes épocas, puede que aporten algún matiz, obviamente una relectura, quizás las circunstancias en que esta se produjera... aunque, con sinceridad, muchas ganas no me quedaron.
ResponderEliminar¿Habrá que explicar que la experiencia lectora es individual y es todo, menos absoluta? ¿Habrá que volver a sentar en los pupitres a todos los educandos y repasarles la bendita mala fama que tiene la intolerancia? Seamos menos densos... y sobre todo opinemos con respeto, aunque no concordemos. (Esa va por ti, Francesc, con cariño).
ResponderEliminarSaludos tolerantes a todos.
Mel
Mel: la cosa en los blogs de internet (incluso en aquellos que a base de ser amateurs durante tanto tiempo acabamos pareciendo profesionales) es así: lees, ves que te ha transmitido el libro, lo explicas como buenamente puedes, la gente discrepa, uno se justifica, puede que la polémica vaya a más, etc.
ResponderEliminarSin hacer daño a nadie.
Bueno, quizás a algún ego desmesurado. Pero esos se lo merecen.
Gracias por leernos y por comentar.
La verdad es que has resumido bastante bien esa sensación que se me quedó al leerme los primeros capítulos del libro (no me lo he podido terminar). Tenía el presentimiento de que algo no cuadraba con el libro, leí reseñas en el que le lamían el culo con tanto ímpetu a esta obra que hasta me forcé a creer que el que Simona se meara en todas partes tendría algún tipo de significado.
ResponderEliminarEs lo que suele pasar con esas obras simples y absurdas pero sin ser inteligentes, que las personas se empeñan en buscarle un transfondo.
Pues ya ves, Malena, que hay quien sí ve por encima de esa superficie que a ti o a mí tan poco nos ha convencido. Gracias por el comentario.
ResponderEliminarhttp://libreriaelextranjero.com/el-placer-glacial-acerca-de-historia-del-ojo-de-georges-bataille-de-mario-vargas-llosa/
ResponderEliminarGracias, Elvira, por el link. Lamentablemente puede que muy pocos dispongan de ese bagaje que permita disfrutar de ese modo tan profundo la novela.
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