Título original: The Handmaid's Tale
Año de publicación: 1985
Traducción: Elsa Mateo Blanco
Valoración: muy recomendable
Si consultan ustedes cualquier otra reseña de este libro (¡pero no lo hagan! ¡Sólo ULAD ofrece garantía y satisfacción máximas!), se encontrarán, seguramente, con que esta novela se alinea junto a otras dos famosas y espeluznantes distopías, y sin desmerecer nada de ellas: 1984, de Orwell y Un mundo feliz, de Aldous Huxley. Sí, lo sé, parecen las dos novelas más obvias a la hora de comparar otra de este tipo "distópico-pesadillesco", pero, por esta vez, nuestra "competencia" tiene toda la razón: El cuento de la criada no sólo se encuadra a la perfección junto a las otras dos sino que además, insisto, no les va a la zaga ni en su carácter ominoso ni, por supuesto, en calidad literaria. Con la peculiaridad de que en ésta, la indignidad inherente a la sociedad alternativa creada por Margaret Atwood la sufren, casi en exclusiva, las mujeres, y dentro de este género, sobre todo un grupo de ellas: las llamadas "criadas".
Me explico: en la novela, tras un golpe de Estado una facción de fanáticos y misóginos -más "bíblicos", seguidores del Antiguo Testamento, que propiamente cristianos, aclaro- han tomado el poder en Estados Unidos o al menos una parte de éstos (¡cómo si fuera posible que los fanáticos religiosos y los misóginos llegaran al poder en EEUU, ¿verdad?!), estableciendo una sociedad rígidamente estratificada y jerarquizada, en la que los hombres ostentan el poder -al menos en apariencia- y las mujeres quedan divididas en varios sub-grupos, según su posición y "función social": las Esposas -de los mandamases, pues los ciudadanos corrientes y molientes disponen de una variante conocida como Econoesposas (sic)-, las Marthas, que son las criadas propiamente dichas, y estas llamadas Criadas quienes, a pesar de tal apelativo y de que cumplen alguna tareas doméstica -ir a la compra-, se encargan en realidad de otra bien distinta: concebir y gestar a los hijos de los mandatarios. Porque resulta que en ese mundo "pasado-futuro", la contaminación, la radiación nuclear o lo que sea -o todo junto- han provocado que la esterilidad sea la norma casi general entre el género humano (sí, lo sé, esto recuerda a otra distopía, Hijos de hombres... sólo que la de Atwood es anterior a la novela de P. D. James...), por lo que la clase dirigente de esa sociedad, conocida como república de Gilead, recurre a las mujeres aún fértiles, que deben copular con los hombres a los que son asignadas hasta quedar embarazadas. Estas "gestadoras" no son propiamente amanes ni concubinas; en realidad, todo este arreglo es casi asexual (excepto el momento del acto en sí, claro), y son consideradas poco menos que cosas, meros vientres alojadores de óvulos. Viven en una casi reclusión muy reglamentada y vigilada, son obligadas a llevar ropajes amplios de color rojo con unas tocas que les impiden la visión general (imagen, por cierto, que se ha convertido en un icono feminista, creo, al menos en Norteamérica)y por no tener, no tienen derecho ni a conservar su nombre anterior, sino que se les llama por el del hombre al que han sido asignadas (vamos, como si existiese algún lugar en el mundo donde las mujeres careciesen de derechos y tuviesen que ir completamente tapadas... ¡qué imaginación la de la autora!). Y todo, bajo el miedo de acabar convertidas en No Mujeres, aquéllas que no casan en ninguna de las categorías anteriores y que al parecer son enviadas a un lugar desolado... o algo peor aún (en realidad, también hay otra clase de mujeres, pero no he de adelantar acontecimientos...).
Claro, que lo mismo que el musgo se agarra a la más estrecha grieta de un muro de hormigón o un rastrojo puede crecer en medio de un campo de soja transgénica, la disidencia y la resiliencia (como se dice ahora) de las personas es capaz de encontrar un hueco donde anidar y prosperar. El "factor humano", que diría Graham Greene (por no hablar de la corrupción y la disipación, algo también de lo más humano y que incluso podría considerase como una forma de disidencia...). En este caso, encarnado en la protagonista, Defred -es decir "de Fred", que nos ofrece una lección no sólo de como aguantar en las peores circunstancias, las más humillantes y desesperanzadoras, sino además, una reivindicación de la ficción y la palabra -es decir, a la literatura-, como elemento de resistencia. Palabra escrita que, huelga decirlo, le está vedada a las Criadas y, de hecho, a todas las mujeres.
La novela, por supuesto, puede (y debe, quizás) ser leída en clave feminista; de hecho, Atwood se cuidó mucho de que todas las vicisitudes , por no decir perrerías, que se les hace pasar a las Criadas, las hubiesen sufrido en algún momento y lugar reales, otras mujeres. Pero también es una crítica descarnada de cualquier régimen totalitario, ya sea teocrático (no olvidemos cuando se publicó, a los pocos años de la revolución islámica en Irán), socialista, paramilitar o todo junto... No obstante (y aquí me meto en terrenos movedizos, por desconocidos para mí), también se puede deducir de algún momento concreto, y del tono general de la novela, una crítica hacia algunas corrientes feministas que sacralizan en extremo el rol maternal de las mujeres. En fin, doctores o doctoras tiene la Iglesia para decidir si tengo razón; lo que importa, en todo caso, es que nos hayamos ante una grandísima novela, una narración magníficamente escrita, de dentro afuera y de fuera hacia dentro, y dosificada con sabiduría; capaz de angustiarnos como pocas -sobre todo durante el primer tercio del libro- a poca empatía que sintamos hacia su protagonista, una historia que nos es posible que deje indiferente a nadie y cuyo recuerdo, sin duda, será imborrable para cualquier amante de la literatura, sea mujer u hombre. Porque aquí nos encontramos con literatura de alto octaneje; con una obra que, si no resulta imprescindible, bordea ese calificativo. Y muy de cerca...
Claro, que lo mismo que el musgo se agarra a la más estrecha grieta de un muro de hormigón o un rastrojo puede crecer en medio de un campo de soja transgénica, la disidencia y la resiliencia (como se dice ahora) de las personas es capaz de encontrar un hueco donde anidar y prosperar. El "factor humano", que diría Graham Greene (por no hablar de la corrupción y la disipación, algo también de lo más humano y que incluso podría considerase como una forma de disidencia...). En este caso, encarnado en la protagonista, Defred -es decir "de Fred", que nos ofrece una lección no sólo de como aguantar en las peores circunstancias, las más humillantes y desesperanzadoras, sino además, una reivindicación de la ficción y la palabra -es decir, a la literatura-, como elemento de resistencia. Palabra escrita que, huelga decirlo, le está vedada a las Criadas y, de hecho, a todas las mujeres.
La novela, por supuesto, puede (y debe, quizás) ser leída en clave feminista; de hecho, Atwood se cuidó mucho de que todas las vicisitudes , por no decir perrerías, que se les hace pasar a las Criadas, las hubiesen sufrido en algún momento y lugar reales, otras mujeres. Pero también es una crítica descarnada de cualquier régimen totalitario, ya sea teocrático (no olvidemos cuando se publicó, a los pocos años de la revolución islámica en Irán), socialista, paramilitar o todo junto... No obstante (y aquí me meto en terrenos movedizos, por desconocidos para mí), también se puede deducir de algún momento concreto, y del tono general de la novela, una crítica hacia algunas corrientes feministas que sacralizan en extremo el rol maternal de las mujeres. En fin, doctores o doctoras tiene la Iglesia para decidir si tengo razón; lo que importa, en todo caso, es que nos hayamos ante una grandísima novela, una narración magníficamente escrita, de dentro afuera y de fuera hacia dentro, y dosificada con sabiduría; capaz de angustiarnos como pocas -sobre todo durante el primer tercio del libro- a poca empatía que sintamos hacia su protagonista, una historia que nos es posible que deje indiferente a nadie y cuyo recuerdo, sin duda, será imborrable para cualquier amante de la literatura, sea mujer u hombre. Porque aquí nos encontramos con literatura de alto octaneje; con una obra que, si no resulta imprescindible, bordea ese calificativo. Y muy de cerca...
Otros libros de Margaret Atwood reseñados en Un Libro Al Día: Oryx y Crake, Érase una vez, El asesino ciego, Doña Oráculo, Por último, el corazón, Nada se acaba, La semilla de la bruja, Alias Grace, Un día es un día, Los testamentos, Posturas políticas
Estupendísima reseña, Juan. Te hubiera dicho que todo eso de categorías sociales según el marido, mujeres cubiertas, embarazos por encargo etc., me suena más a mezcla de novela histórica y crónica de actualidad que a distopía. Pero ya lo dices tú y muy bien.
ResponderEliminarHola Juan,
ResponderEliminarPuedo preguntarte a que te referís con: "una narración magníficamente escrita, de dentro afuera y de fuera hacia dentro"?
Gracias!
Hola , Gabriel.
ResponderEliminarPerdón, es que la frase la he puesto a última hora, porque me parecía que debía de contar algo sobre la estructura de la historia y tal vez me ha quedado algo críptica. me refiero a que en la novela se alternan momentos narrativos sobre lo que le ocurre a la protagonista en su entorno , su devenir diario, etc... con otros en los que se cuentan sus pensamientos, recuerdos, su mundo interior, por decirlo así, que en esta novela es muy importante porque sirve de escape a la opresiva realidad en la que vive, en la que un simple movimiento de cabeza o una mirada donde no debe pueden meter en problemas a la Criada. Y ambas narraciones, la externa y la interna, por decirlo así, están muy bien imbricadas, sin que resulte el cambio forzado en absoluto.
Espero haberme explicado mejor ahora. Como siempre, gracias por tu comentario, Gabriel.
Y gracias a ti también, Montuenga. Tienes razón en que la novela resulta de lo más actual y de hecho, lo preocupante es que ahora parece más contemporánea que en el momento en que se publicó, hace treinta años (por lo que yo recuerdo, claro). Es más, recomiendo a todo el mundo que busque en internet y lea alguna entrevista a Margaret Atwoood, que me parece una escritora y pensadora de lo más lúcida sobre el mundo en que vivimos y hacia dónde lo dirigimos.
Un saludo a los dos.
Wow! Juan. Éstos temas siempre dan revuelo, aunque desafortunadamente siempre existió existe y seguirà existiendo problemas tan complejos como ser MUJER.......!
ResponderEliminarHemos querido erradicar, ayudar,aconsejar,impulsar y defender nuestros derechos e igualdad, consiguiendo en algunos lugares y tradiciones, cierto avance. Con angustia, vemos que en muchas sociedades, sigue siendo muy difícil hacer cambiar el papel del hombre, de la familia y de nuestro género.
En fin,;¡ la esperanza nunca muere!!!
Y hablando del libro, que es vuestro propósito,,,,, con tan "Excelente reseña", lo leiré ésta semana ! Gracias 😊
Hola, Marcela.
ResponderEliminarAnte todo, gracias por el comentario. Y si esta reseña consigue que tú u otras personas se animen a leer esta novela, me causaría una gran satisfacción.
Por otro lado, es fácil que en los próximos días oigas hablar más de este libro, porque el próximo día 26 una prestigiosa productora de series de televisión va a estrenar en todo el mundo una basada en este libro. Esta es la razón por la que he adelantado la reseña (ya que el mes pasado publiqué otra de Atwood y en principio no pretendía que hubiese otra tan seguida), por si hay televidentes que sienten curiosidad por la novela y buscan en blogs de libros como éste.
Un saludo y gracias de nuevo.
Wow.
ResponderEliminarNo puedo más que felicitarte por esta reseña tan, tan completa y clara. Los ánimos que infundas para leer la novela son muchos, así que yo, por mi parte, me la apunto pero ya. No tenía ni idea tampoco de la serie que comentas arriba, pero de cualquier forma leeré primero la historia original.
Saludos.
Hola, Luis:
ResponderEliminarMuchas gracias por los elogios a la reseña, pero lo que realmente los merece es la novela, que en mi opinión es de lo más recomendable, ya digo (además de que resulta una veta inagotable de elementos de reflexión). La serie tiene también buena pinta, a priori. Lo que no te recomiendo es una adaptación al cine que se estrenó en el año 90 y que pude ver, hace años, en televisión; pese a su elenco de buenos actores, no recuerdo que fuera una película de mayor interés.
Un saludo y gracias de nuevo por el comentario.
Hola, Juan
ResponderEliminar¿Podrias decirme si hay alguna editorial que haya publicado el libro o lo vaya a publicar? Creo que está descatalogado
Saludos
Hola, Paula:
ResponderEliminarYo lo he leído en una edición de bolsillo de hace ya varios años, pero sé que hay una nueva de Salamandra (por lo menos la tiene en su página web):
http://salamandra.info/libro/cuento-criada
Es la misma traducción, en todo caso.
Un saludo.
Estimadísimo Juan, ahora no tendré más excusas para no leer a Margaret Atwood, de quien he escuchado siempre solo elogios, pero cuya obra desconozco por completo.
ResponderEliminarHabiendo leído las tres novelas que mencionas en tu magnífica reseña, no podré omitir esta.
Y ya mismo me pongo a buscarla!
Un abrazo desde el Cono Sur!
Hola, Puma:
ResponderEliminarEstoy convencido de que no te decepcionará. Por cierto, he cambiado la portada que sale en la reseña por la de la nueva edición que acaba de sacar la editorial Salamandra, para que quien este interesado la encuentre fácilmente... aunque, claro, no sé si se distribuirá en Argentina.
Una saludo y gracias por seguirnos y comentar, como siempre.
¡Hola Juan!:
ResponderEliminarHace mucho tiempo que tengo este libro en mi haber, me llama mucho la atención pero no he encontrado el momento para leerlo... Sin embargo tu reseña me ha dado ganas de adelantar su puesto en la lista de "pendientes".
Has escrito una reseña muy completa (y divertida), creo que este libro puede resultante muy interesante.
De lo que no tenía ni idea era de la serie :O, pero haré caso a tú consejo y me decantaré por el libro.
Un saludo
Hola Chari:
ResponderEliminarAnte todo, gracias por tus cumplidos a la reseña. Si ésta sirve para que te animes a leer este libro, me doy por más que satisfecho.
Un saludo.
"La novela, por supuesto, puede (y debe, quizás) ser leída en clave feminista.." ¡Hombre, pues claro que debe serlo! Ese "quizá" sobra por completo.
ResponderEliminarNovelón, que espero que ahora con la serie basada en ella sea más conocida. Lo que asusta en la historia realmente no es tanto los sucesos que narra (que también, pero no dejan de ser ficción) como la pasividad de la sociedad mientras se van superando los continuos límites... eso sí que da miedo, porque es hoy muy real.
Hola, lectora:
ResponderEliminarEse "quizás" tiene su explicación. por un lado, yo soy adicto (demasiado) a los "Quizás", los "Tal vez", los "Puede ser" y los puntos suspensivos. Supongo que puede que sea indicativo -tal vez- de alguna carencia de mi personalidad... En todo caso lo estoy intentado dejar... (quizás lo consiga, no lo sé).
Por otra parte y, sobre todo, lo que pretendía decir es que si el libro tiene una clave evidentemente feminista, también tiene otra más amplia que se refiere a la opresión no sólo de las mujeres sino de cualquier persona en cualquier régimen totalitario... Aunque,tal vez, pensándolo bien, quizá una cosa sea, no ya incluyente sino sinónima de la otra... Puede ser...
Un saludo y gracias por el comentario.
Cuando hay opresión las mujeres la sufren por partida doble.
ResponderEliminarAcabo de leer este artículo y me ha parecido interesante al hilo de lo que comentábamos. Entresaco este párrafo:
ResponderEliminar'EL CUENTO DE LA CRIADA' ES FEMINISTA, SUPÉRALO
Hace unas semanas el club de lectura Ciervo blanco celebró en la Residencia de Estudiantes de Madrid una estupenda tertulia de libre acceso sobre la novela, a la que acudió un elevado porcentaje de hombres. En cuanto comenzó el intercambio de opiniones, quedó clara la postura masculina mayoritaria acerca de El cuento de la criada, que podría resumirse en un “Eh, que los hombres tampoco lo pasan bien en este universo diseñado para explotar a las mujeres”. Incluso Margaret Atwood ha comentado en alguna ocasión que en El cuento de la criada entre los hombres, también hay clases, lo cual entronca directamente con el feminismo interseccional que ella defiende. Es verdad, sí, que en ese mundo donde las mujeres son sistemáticamente vejadas, maltratadas y violadas, los hombres no lo pasan bien. Duele, al mismo tiempo que no sorprende, que sea lo que llama la atención a según qué tipo de espectador o lector por lo que supone de agravio comparativo y de reinterpretación de este universo narrativo –“Estáis jodidas, ¿pero qué hay de lo mío?”
http://www.revistavanityfair.es/actualidad/television/articulos/the-handmaids-tale-hbo-el-cuento-de-la-criada-elizabeth-moss-margaret-atwood/24131
Saludos!
Hola otra vez:
ResponderEliminarVamos a ser sinceros: los hombres no lo pasan todos bien en el libro, pero el tal Fred (es decir el "dueño" de Defred) tampoco lo pasa mal del todo...lo único que le molesta es que su mujer le corta un poco el rollo en la "ceremonia reproductiva", pero vaya, que ya se busca él su forma de resarcirse (no cuento más para no spoilear a nadie).
De todos modos, el artículo que mencionas viene al pelo; gracias por compartirlo con nosotros.
Perdón: el anónimo anterior soy yo, Juan G. B. ; )
ResponderEliminarHola! Yo terminé de leerlo hace unos días y me ha parecido un libro tremendamente bueno. No había leído nada de la autora, pero ahora que la novela se ha repopularizado por la serie y la editorial Salamandra ha sacado una nueva edición, no dudé en comprármela.
ResponderEliminarUna reseña muy completa, gracias por compartirla.
Un saludo,
Sofía
Hola, Mrs. Sofia:
ResponderEliminarAnte todo, gracias a ti por leernos. Estoy encantado de que te haya gustado la novela y muy contento de que, gracias a la serie, mucha gente parece que está acercándose a ella. Espero que la reseña haya contribuido un poquito, aunque sea, a eso.
Un saludo :-)
Como te decía en mi blog, me ha gustado mucho tu reseña. Creo que tiene mérito dado que, en mi opinión, se trata de un libro tan bien escrito y tan claro en su "mensaje", que es muy difícil de aportar algo en una reseña. Al mismo tiempo, da la impresión de que hablar de él puede ser un tanto arriesgado, como he observado aquí y allá.
ResponderEliminarUn saludo.
Buenas Juan, yo también me he animado a hincarle el "ojo" a esta novela, animado no sólo por tu excelente reseña (menos mal que has aclarado lo de interior/exterior, y además aciertas y mucho al decir que no es nada forzado ese cambio de punto de vista) sino por las numerosas y buenas críticas que está cosechando, ahora más en boga debido a la serie de TV que están emitiendo por estos lares.
ResponderEliminarDe momento llevo una cuarta parte y me está encantando, no voy más deprisa porque también hay que dormir, pero muy buena, yo la definiría con dos palabras feminista y distopía. Y actual más que histórica, a pesar del escenario/indumentaria con que se desarrolla. Ya os diré algo la semana próxima.
Hola, Sir Robin:
ResponderEliminarGracuas por lo que dices de la reseña, pero la que es excelente, sin duda, es la novela. Espero que te siga gustando lo que te queda de ella (y estoy seguro de que así será).
Un saludo y grqcias por vistarnos.
Acabo de terminar la novela y creo que voy a ser la opinión discordante. Creo que es una novela demasiado extensa para la historia que cuenta y con un cierre que no me convence en absoluto. Me gustaría saber porque Atwood apeló a esa forma para cerrar la historia y creo que es, en parte, porque la novela adolece de algunas (varias?) explicaciones.
ResponderEliminarSaludos
Hola, Gabriel:
ResponderEliminarComo ya he explicado al hilo de otro comentario en la reseña http://unlibroaldia.blogspot.com/2017/09/colaboracion-margaret-atwood-nada-se.html
me parece que si analizamos El cuento de la criada desde el punto de vista estrictamente narrativo, es cierto que es una novela que va de más a menos, y que parece acabar de forma forzada, sin que, en efecto, se nos acabe de explicar quien, cómo y por qué. De hecho, casi podríamos decir que hay dos novelas en una: la primera parte, más explicativa y también más estática, que es horripilantemente magnífica, en mi opinión, una narración muy potente. y luego la segunda mitad, más o menos, que es a partir del momento en que se abren grietas en esa pétrea distopía que nos cuenta Atwoood y comienzan a suceder cambios, lo cual, inevitablemente, aboca a que ocurra algo más que nos lleve a un final. Aquí es donde quizás la narración falle. Pero, también en mi modesta opinión, eso no tienen mucha importancia, porque la fuerza y la potencia de la primera parte de la novela, la más expositiva,son suficientes para hacer de esta una obra literaria más que notable.
(Espero haberme explicado con suficiente claridad, porque ahora mismo mnecesito café y con urgencia).
Un saludo y gracias por el comentario, aunque sea discordante (o , más aún, por eso) ; )