Fecha de publicación: 1867
Valoración: Muy recomendable
Volvamos a los clásicos, que cumplen hacendosos las reglas del juego: de su juego clásico.
Volvamos a los clásicos, con sus antihéroes atormentados, sus bellezas esquivas e irritantes, y sus villanos ejemplares, todos ellos moviéndose, amándose y odiándose en exquisitos entornos con aroma a sepia.
Volvamos a los clásicos, después de tanta fast food literaria, atrevimientos de todo tipo, y pretensiones estratosféricas.
Volvamos a los clásicos, que ellos no se engendraron para dejar con la boca abierta a ningún lector ávido de juegos y aniquilamientos literarios varios made in el confuso, acelerado, mediatizado y amante del pastiche siglo XXI.
Volvamos a los clásicos, a Dostoievski en este caso, que retornar a él es como entrar de nuevo, y por la puerta grande, a una enorme sala de baile de estilo decimonónico repleta de criaturas apasionadas dispuestas a abrirnos sus más íntimos anhelos mientras la nieve cae gloriosa más allá de sus majestuosos ventanales.
Volvamos a los clásicos, al Padre de todos los atormentados en esta ocasión, que con El Jugador nos ofrece una novela corta y de tintes autobiográficos que escribió apresuradamente y con la ayuda de una taquígrafa, para librarse de una dura deuda que podía haberle costado la vida. Pero gracias a Dios salió airoso del reto y posteriormente convirtió a la bella escribiente en su segunda esposa...
Volvamos a los clásicos, dediquemos nuestras horas de lectura a obras como la que hoy reseño, y conozcamos al intenso y romántico tutor de la imaginaria ciudad de Roulettenbourg, empleado por una familia rusa que vive en la suit de un hotel a la espera de que se les muera una rica tía. Conozcamos al joven tutor, sí, y cómo su pasión por la insoportable y cambiante Polina le llevará a iniciar una mareante relación con las malas artes del Casino en busca de riqueza y gloria.
Volvamos a los clásicos, con sus personajes de carne, sangre y vida, con sus tramas perfectamente estructuradas y conducidas, y con sus sorpresas argumentales estudiadas y bien medidas. Obras perfectas, redondas, salpimentadas de cuestiones y desvelos que aún ahora siguen inquietando hasta al hombre más sereno.
Otras obras de Fiódor Dostoievski en ULAD: El idiota, Crimen y castigo, Noches blancas, El eterno marido, Los hermanos Karamazov, Memorias del subsuelo, Stepanchikovo y sus moradores, La sumisa, El doble
Hace unos años que leí este libro, ¿que decir? fascinante, como todo lo que escribía Dostoievski.
ResponderEliminarLo leí hace ya dos o tres años y apenas recuerdo algo de la historia, creo que eso no es muy buena señal.
ResponderEliminarHace poco leí ’24 horas en la vida de una mujer’ y me recordó a este, por lo de los casinos supongo…
Novela corta y entretenida, sin más. A mí es que me suele costar mucho meterme en los clásicos, en sus ambientes, sus motivaciones, con su lenguaje ... (probablemente sea una deficiencia mía, falta de imaginación o ambientación, viendo que la mayoría los alaba). Salud.
ResponderEliminarLo acabo de terminar, y me parecio una obra perfecta!!la vida de los personajes , lo entretenida que es la trama es toda una obra de arte.
ResponderEliminarEs corta y de fácil lectura, creo que la segunda vez que lo leí lo disfruté más. La forma en la que describe a los personajes me parece muy buena, desde las costumbres y lo vacío de su vida, siempre pendientes de la apariencia y las formas. Pero tampoco se centra en eso la novela, sino en su historia desde el momento en el que conoce la ruleta. La forma en la que narra en primera persona el sentimiento del jugador y sus contradicciones, a la hora de apostar y cuando no también es lo más destacable.
ResponderEliminarAprovecho para recordar que en mayo de 2021 se publicará una traducción nueva a cargo de Marta Rebón (Vasily Grossman,Bulgákov,Pasternak, Chukovskaia, Aksionov)
ResponderEliminarNo soy de la editorial sino que me estoy volviendo russofila con los años y seguro que habrá nuevos matices
En Navona colección: Inudibles
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