Idioma original: inglés
Título original: The Situation and the Story: The Art of Personal Narrative
Año de publicación: 2001
Traducción: Víctor Pozanco
Valoración: recomendable
Las casualidades arbitrarias por las que uno se siente atraído o repelido por determinadas lecturas (interprétese la palabra repelido de forma benévola por oposición a atraído, no caldeemos aún más los ánimos) quieren que se produzca esta ligeramente perversa conjunción: leer a Gornick en un estudio literario justificando y aportando ejemplos de ese tan polémico (por estos lares) subgénero de la literatura del yo, a la par que ligeramente chamuscado por efecto de los partidarios de cierto icono local, circunstancia que me hace sentir demasiado oportunista, tanto como para medir mucho las palabras.
Empiezo por aclarar que este libro se publica, hace años, en España en una colección que se llama Manuales de escritura. Todo correcto: la definición cuadra y de esto se trata. Gornick, una relativa desconocida a la que la publicación de Apegos feroces ha dotado de cierta relativa relevancia se lanza a una interesante disquisición sobre los mecanismos de la narrativa personal y cómo los enfoques posibles a la hora de abordarla son los que, en definitiva, la universalizan y la hacen atractiva de una forma objetiva para el lector. Es decir, explica cómo el yo del narrador se interioriza por el lector a base de exteriorizarse. Nada sencillo, desde luego, y mi valoración tiene ese matiz implícito. El libro es sumamente interesante como sucesión de ejemplos, aunque me temo que no todos sean cotejables ya que más de uno no estará traducido. Gornick teoriza, que esto, repito, es un estudio, sobre cuestiones no siempre asimilables a la primera. El establecimiento de la distancia entre el narrador y el yo narrador, la necesidad de la definición de éste, la abstracción de que éste se desnude y se materialice en un elemento que genere interés.
Lo que resulta curioso es cómo incluso en un territorio tan dado a los conceptos recargados Gornick es "incapaz" de dejar atrás su pericia narrativa, y el texto es generoso no solo en su prosa natural y entusiasta, sino en la cita de extensos párrafos a modo de ejemplo, cuestión que es un valor añadido en forma de profundo placer. Muy variados los ejemplos, muy ilustrativos y muy proclives a la búsqueda y a la indagación, pura metadona para paliar el síndrome de abstinencia, sí, ese justamente que provocan tantos (pero dije que no quería caldear los ánimos) nuevos narradores y escritorazos que piensan que acudiendo a la pornografía emocional más binaria (te quiero/te odio, hoy te echo mucho de menos/mañana más aún, hoy estoy triste/mañana eufórico) uno consigue algo más que seducir a las masas aborregadas. Por favor, más Gornick, ya.
También de Vivian Gornick en ULAD: Apegos feroces, La mujer singular y la ciudad, Mirarse de frente, Cuentas pendientes
También de Vivian Gornick en ULAD: Apegos feroces, La mujer singular y la ciudad, Mirarse de frente, Cuentas pendientes
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