Año de publicación: 1998
Valoración: Está bien
Un periodo
apasionante el de la Reforma. Al menos para documentarse sobre él, porque vivir
en un ambiente tan represivo no debía resultar muy agradable. Pero, visto de
lejos, todo ese hervidero de teorías contrapuestas, conspiraciones, delaciones,
figuras históricas, torturas, ascensos y caídas en desgracia llama bastante la
atención. Y además de entretenido es útil, porque ayuda a explicar muchos
rasgos de la política actual, incluso del comportamiento humano, y sirve (o
debería hacerlo) para prevenir futuras tentaciones totalitarias.
De ahí mi
decepción, aunque relativa: reconozco que he ido aplazando su lectura a pesar
de mi entusiasmo por Delibes. Digamos que lo barruntaba. Habrá más que piensen como
yo, o no, pero su dimensión literaria es de tal magnitud que no puede verse
afectada por un título algo –incluso bastante– más flojo que el resto.
Recordemos
que se trata de su última novela, que pertenece a una etapa de su producción
más que tardía y que, al menos durante gran parte de ella, la salud del
escritor se había resentido bastante. Aún así, el oficio se impone por encima
de todo para lograr un producto –porque se trata de un producto, aunque
elaborado con mano diestra– no exento de interés, ameno, de prosa impecable, bien
documentado en lo esencial, con elementos cuya elección y colocación
estratégica mantiene la atención de principio a fin, y cuyo personaje
principal se muestra tan coherente y a la vez tan contradictorio que resulta de lo más convincente. Pero también abunda en
concesiones, que entretienen sin añadir nada relevante, en digresiones y, lo
que es peor, existe cierta tendencia al anacronismo.
Cipriano
Salcedo no existió, que sepamos, pero gran parte de los personajes que aparecen
en la novela son históricos y sus rasgos podrían ser los de cualquier comerciante
castellano acomodado de la época, seducido por los ideales de Lutero. Su historia se remonta
tan atrás que, en primer lugar, conocemos a sus padres, y durante muchas páginas
seguimos las andanzas del primer Cipriano, aunque estas no tengan nada que ver
con el núcleo central de El hereje.
La novela es
un alegato a favor de la tolerancia y la libertad de conciencia, pero dada su tendencia
a la dispersión, y aunque al principio nos ofrezca un pequeño avance, no lo
descubrimos hasta los últimos capítulos, con la deriva ideológica de Cipriano,
su asistencia a los conventículos reformistas y la aparición en escena del
aparato inquisitorial. Esa dispersión, la táctica de pasar de un centro de
interés a otro sin una línea narrativa clara, me ha sorprendido –para mal–, pues
un rasgo característico de Delibes es, precisamente, la concentración del
relato, el hecho de que cada elemento se encuentre al servicio del plan
general. Y da la impresión de que aquí, en contra de su costumbre y si excluimos el
desenlace, no existe tal proyecto.
Recorremos la
Valladolid del siglo XVI, sus calles y establecimientos, instituciones, oficios
y fisonomía general. Pero el punto fuerte, donde de verdad el autor se
encuentra en su elemento, es cuando traslada a los personajes al campo, porque
allí puede mostrar con todo lujo de detalles vegetación, orografía y, sobre
todo, la fauna característica del terreno que describe.
En resumen,
pienso que a la novela le sobran bastantes páginas, que se pierde en detalles
irrelevantes olvidando lo esencial, a saber, todo lo relativo a la
confrontación religiosa y a hechos históricos comprobados; por último, en
muchos diálogos o escenas en las que se muestra la mentalidad de los personajes
se diría que nos encontramos en la época actual y no en el siglo XVI, algo que
puede pasar desapercibido al lector poco atento y que hace más cómoda la
lectura, pero que visto con perspectiva histórica resulta, cuanto menos,
chocante.
Otras obras de Miguel Delibes: Cinco horas con Mario, Diario de un jubilado, La hoja roja, La mortaja, La sombra del ciprés es alargada, El disputado voto del señor Cayo, El príncipe destronado
Y un homenaje: Miguel Delibes in memoriam
Hola:
ResponderEliminarYo leí la novela hace ya tiempo, pero la sensación que recuerdo es más o menos la misma que comentas en la reseña, aunque quizás mi decepción no fuera tan grande como la tuya (aun relativa).... Creo que esta decepción puede deberse también al hecho de que es una novela que se sale del registro al que Delibes había dedicado su carrera literaria , más aún al haberlo hecho con su última novela, que resultó ser un libro bastante ambicioso, no un divertimento más o menos anómalo pero de poca entidad.
Eso sí, también me parece que mejora al final, sobre todo en el último capítulo, que me acuerdo como de gran intensidad.
Aunque esta no sea su mejor obra, creo que siempre es oportuno recordar y reivindicar a ese gran escritor que fue Delibes. Grande por sí mismo y grande también porque en su momento sus libros fueron el puente para mucha gente,al menos en España, hacia la literatura "de calidad" (sea esto lo que sea).
Un saludo ; )
Para mí, por ejemplo. Después de los cuentos infantiles y los juveniles de Los Cinco y compañía, mi madre me dejó los libros de Deliberación como entrada a la literatura adulta. Por otra parte El hereje lo leí hace tiempo y no me acuerdo muy bien. Sólo recuerdo la sensación de que gustó, sobre todo en la construcción del personaje
EliminarPerdón "Delibes" y no "deliberación "
EliminarEn una feria del libro hablé con Delibes y le pedí que escribiera "Milana bonita" en un ejemplar de Los Santos Inocentes, a lo que se prestó. Me comentó entonces brevemente en privado que la adaptación al cine de su novela no le había gustado. Pero creo que esto en público no lo dijo nunca, sin duda para no perjudicar a los partícipes en la película. Es una anécdota que dice mucho (al menos a mí) de su bonhomía.
ResponderEliminarPues sería de los pocos a los que no le gustó la adaptación porque es magnífica
EliminarMe refería a la película de Los Santos Inocentes. El Hereje la verdad es que no sé si se ha llevado al cine. Creo que esto pasó antes de publicar El Hereje. Recuerdo que Delibes aún tenía muy buen aspecto.
ResponderEliminarEn cuanto a esa película, todos sabemos que fue muy premiada y celebrada, pero claro, la novela siempre es mejor (también para el autor, aunque se muerda la lengua).
Saludos a todos.
Pues sí, el libro está bien. A mí me gustó, aunque probablemente porque se aparta de su estilo habitual lo pondría al final de todos los que he leído. Los santos inocentes tiene un valor innegable y la adaptación cinematográfica creo que era bastante fiel. En mi caso, vi la película antes de leer el libro (error), y los personajes ya tenían cara ...
ResponderEliminarHola a todos. Don Miguel Delibes, qué hombre adorable..
ResponderEliminarMe gustó El hereje, me gustó muchísimo, lo disfruté en cada digresión, en cada detalle, simplemente por el placer de leer, sin analizar más. Hace años di varias charlas em institutos sobre él y su obra, con una beca.
He leído todo lo que ha escrito, me gustaba su actitud, su mirada hacia el paisaje y sus gentes, hacia los más desfavorecidos.
No sé con cuál de sus libros quedarme, quizás con "El camino" o "Las ratas", pero todosme han gustado.
Sí, soy bastante benevolente.
Saludos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarCUENTOS Y ENCUENTROS
ResponderEliminarEl ultimo libro de juan Echanove Echanove
Cuentos y Encuentros es una portentosa colección de relatos muy breves, habitantes todos ellos de ese espacio mínimo que separa lo imaginario (Cuentos) de lo real (Encuentros).
https://www.amazon.es/CUENTOS-Y-ENCUENTROS-JUAN-ECH%C3%81NOVE/dp/8415128746 …
Hola a todos. Lo primero, quiero destacar el cariño y el respeto que suscita Miguel Delibes, al que no se ha olvidado tras ocho años de ausencia. Ese mismo cariño y respeto (tanto por su obra como por su persona) es lo que ha inspirado esta reseña. Es decir, mis puntualizaciones no están dirigidas a sus novelas sino a ESTA novela, que reconozco es entretenida y fácil de leer, pero que contiene alguno de los vicios del género. Y eso, en mi opinión que no tenéis por qué compartir, hace desmerecer a El hereje en comparación con todas las demás. Si en algo ha destacado Delibes es en no complacer al lector, en ser riguroso, y en eso esta novela contrasta con las anteriores.
ResponderEliminarConcretando aún más, el respeto que mencionaba antes me impide rastrear punto por punto esos párrafos y palabras anacrónicos, esas escenas complacientes. Si alguien quiere releerla, quizá los encuentre a la luz de lo que estoy sugiriendo. Pero lo que recomiendo es que conozcáis la obra del novelista en su conjunto porque os aseguro que merece la pena.
Hola Juan G.B, Creo que he expresado en la reseña mi admiración absoluta por la obra de Delibes, pero si no ha sido así la reitero. Esta novela, repito una vez más, me parece que no está a la altura del resto. Pero eso no es nada raro ni resta lo más mínimo la grandeza de su figura personal y literaria. Delibes se estuvo documentando dos años, pero cuando la publicó tenía 78 y una grave enfermedad. Sabía que no le quedaba mucho tiempo, por eso abundan los diálogos en estilo indirecto, para que no se le escapasen anacronismos léxicos. Aún así yo he encontrado algunos y algún articulista ha encontrado otros. En cuanto a los últimos capítulos, es cuando deja de dispersarse y se concentra, por eso son lo mejor de todo (aunque esa Minervina apareciendo en ese rígido proceso inquisitorial no hay quien se lo trague). Por otra parte, es difícil caer en la cuenta de que cierta forma de ver las cosas no era propia de principios del s. XVI, y es difícil porque son opiniones y formas de ver la vida muy arraigadas en nuestra mente del s. XXI. A veces pasa que leímos algo hace mucho tiempo y nos ha quedado una sensación que ahora, con más lecturas y bagaje a cuestas, no suscribiríamos, quizá lo compruebes si alguna vez te animas a releerla.
Hola Sandra. Me encanta esa anécdota porque dice mucho del enorme ser humano que era don Miguel. Fíjate, he leído gran parte de la obra de Delibes pero no Los santos inocentes. Seguramente porque la vi en el cine, me gustó la película, y me quise quedar con esa sensación. Aunque sé que es injusto y que la historia alcanza otra dimensión en la novela, pero nunca es tarde para subsanarlo. Otra cosa: existe El hereje-película, pero no creo que vuelva a animarme a ver ninguna otra inspirada en Delibes. A Delibes hay que leerlo, al menos yo.
ResponderEliminarAnónimos, leer a Delibes en la adolescencia está muy bien porque educa el gusto, pero si no lo releemos después nos quedará una idea muy desenfocada. En cuanto al acierto de la adaptación cinematográfica, nos puede parecer lo que sea, pero nadie más autorizado que su autor para opinar sobre si se ha traicionado o no el espíritu de la novela porque solo él tiene en la cabeza lo que quiso decir.
Toni L.V. Estoy de acuerdo contigo en lo que apuntas de El hereje, y con Los santos inocentes me pasó igual que a ti, aunque yo la novela aún la tengo pendiente.
Hola Lupita. Desde luego, como también digo en la reseña, el talento y el largo oficio de Delibes está presente en esta novela como en todas, y sus mejores pasajes son los que tienen lugar en el campo castellano que tanto amó. Eso, a pesar de que la acabó estando muy enfermo y tuvieron que operarle poco después. Cuando salió de esa operación intentó escribir una nueva novela y, como él mismo confesó, tuvo que dejarla porque se sentía incapaz. Según sus palabras, "el escritor ha muerto antes que el hombre". Aunque en esa entrevista también sostiene que El hereje es su mejor novela, pero creo que le confundió la gran acogida que recibió. Y es que una trayectoria como la suya pesa mucho en el ánimo de lectores y comentaristas.
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