Título original: Earth's holocaust
Año de publicación: 1835-1850
Valoración: muy recomendable
Para aquellos que, como este reseñista, desconocían la figura de Nathaniel Hawthorne, puede que se sorprendan al saber que Herman Melville no únicamente lo consideraba su padre artístico, sino que, además, por su amistad e influencia, le dedicó su gran obra maestra «Moby Dick». Casi nada. Y es que Hawthorne puede considerarse uno de los grandes escritores estadounidenses en el género de relatos, alguno de los cuales fue incluso reseñado por Edgar Allan Poe e incluso Jorge Luis Borges se deshizo en elogios sobre «Wakefield», uno de los cuentos incluido en este libro y puede que el mejor de ellos. Pero mejor empecemos con la reseña de los cuentos incluidos en esta recopilación, a los que añado también el año de su publicación:
Wakefield (1835): cuenta la vida de un hombre que decide, de golpe, dejar su esposa y su hogar y vivir en la calle de al lado. Desde allí sigue con su vida, mirando su antiguo hogar con ojos de quien lo ha abandonado, estando incluso tentado de entrar en él pues la rutina lo invita a hacerlo. Con este relato, el autor nos plantea qué sucede con las decisiones tomadas y el efecto que causa, no únicamente en los que las toman sino también los afectados. Y en cómo el tiempo transcurre a diferente velocidad a la hora de cerrar heridas y superar los hechos.
La hija de Rappacini (1844)
Este relato, con marcados tintes fantásticos, nos narra una fábula en torno al deseo, la avaricia, el poder, la solitud, la frustración y la desesperación. Como en una obra de Shakespeare, la maldad y el deseo se interponen en la relación entre dos personas y el relato es una lucha entre ambiciones, sentimientos y sufrimiento. Historia de gran interés, cuyo resultado demuestra la habilidad del autor en tejer una historia de amores imposibles.
La catástrofe de Mr. Higginbotham (1837)
Esta narración gira en torno a la veracidad de las historias, la rumorología y las ganas de saberse conocedor de los secretos. La habilidad mostrada por el autor en este cuento radica en mantener el suspense a lo largo de toda la trama, aumentando la expectación del lector quien necesita, él también, conocer cuánto hay de verdad en la historia contada.
El velo negro del ministro (1836)
Este cuento narra la parábola de un monje que decide ocultar su rostro bajo un velo negro durante toda la vida, sin querer desvelar el motivo. Lectura interesante que pone en cuestión la propia actitud, aquello que escondemos y lo que los demás ocultan tras la opacidad de su fachada, ya sea un secreto o un pecado.
El holocausto de la tierra (1844)
En uno de los mejores relatos de la colección, el autor nos narra la historia de los habitantes de un pueblo, que se reúnen para hacer una hoguera en el bosque. En ella depositarán aquellos objetos inútiles o en desuso. Pero el ímpetu del momento les hace ir más allá, y empiezan a quemar también no solo aquello inservible sino aquello que ya no tiene valor para ellos, y en una vorágine de limpieza o purificación, van tomando consciencia de aquello que envuelve nuestras vidas y a lo que damos importancia.
El gran rostro de piedra (1850)
En este relato el autor nos transmite la facilidad que tenemos en divinizar e idolatrar a personas ajenas antes de reconocer los valores de aquellos que tenemos cerca y, asimismo, nos muestra la facilidad para contagiar este espíritu de admiración a aquellos que tenemos en nuestro entorno, buscando a menudo virtudes en los demás sin reparar en las propias.
El interés que despierta la recopilación de cuentos recopilados en este volumen es amplio, pues en cada uno de ellos es fácil constatar la belleza de los relatos y la intencionalidad de lo expuesto. Así, la habilidad de Hawthorne destaca por saber calibrar a la perfección las palabras utilizadas, de manera que la corta duración del texto no obligue ni coarte la exposición de la historia que el autor pretende exponer. Con un estilo sobrio y elegante, como buen narrador de cuentos describe lo justo para sostener el relato y evitar excesos que alarguen la historia o la desvíen de su propósito, dominando los tiempos a la perfección. Además, la riqueza narrativa del autor destaca por su amplitud pues cada uno de los relatos tiene un registro diferente, una "voz" distinta, y la prosa del autor nos permite disfrutar de esta variedad de recursos.
Pero no únicamente el estilo brilla en la prosa de Hawthorne. La habilidad del autor va más allá de su técnica narrativa, pues además de mantener el interés del lector en todo momento a lo largo de la narración, consigue que los temas planteados en su obra sigan vigentes a día de hoy. La actualidad de los cuentos, más de siglo y medio después de ser escritos, es indiscutible; el autor sabe utilizar los relatos como un vehículo, a modo de parábolas, consiguiendo explicar mucho más de lo que éstos narran en apariencia, describiendo a la perfección aquello que conforma la naturaleza propia de los seres humanos.
Nota del reseñista: Cabe indicar que he destacado de forma individual cada uno de los cuentos, pues se pueden encontrar editados en diferentes volúmenes recopilatorios de cuentos del autor. La elección realizada en este caso es la de su publicación en catalán a manos de Quaderns Crema, pero los cuentos reseñados se pueden encontrar en diferentes libros traducidos al castellano. Ya sea gracias a esta edición u otra, no se pierdan la oportunidad de leer a este gran autor. Yo, al menos, no pienso hacerlo porque ésta no será la última reseña que haga de Hawthorne. Sería imperdonable.
Otras obras relacionadas con el autor, en ULAD: La mujer de Wakefield, La letra escarlata
La hija de Rappacini (1844)
Este relato, con marcados tintes fantásticos, nos narra una fábula en torno al deseo, la avaricia, el poder, la solitud, la frustración y la desesperación. Como en una obra de Shakespeare, la maldad y el deseo se interponen en la relación entre dos personas y el relato es una lucha entre ambiciones, sentimientos y sufrimiento. Historia de gran interés, cuyo resultado demuestra la habilidad del autor en tejer una historia de amores imposibles.
La catástrofe de Mr. Higginbotham (1837)
Esta narración gira en torno a la veracidad de las historias, la rumorología y las ganas de saberse conocedor de los secretos. La habilidad mostrada por el autor en este cuento radica en mantener el suspense a lo largo de toda la trama, aumentando la expectación del lector quien necesita, él también, conocer cuánto hay de verdad en la historia contada.
El velo negro del ministro (1836)
Este cuento narra la parábola de un monje que decide ocultar su rostro bajo un velo negro durante toda la vida, sin querer desvelar el motivo. Lectura interesante que pone en cuestión la propia actitud, aquello que escondemos y lo que los demás ocultan tras la opacidad de su fachada, ya sea un secreto o un pecado.
El holocausto de la tierra (1844)
En uno de los mejores relatos de la colección, el autor nos narra la historia de los habitantes de un pueblo, que se reúnen para hacer una hoguera en el bosque. En ella depositarán aquellos objetos inútiles o en desuso. Pero el ímpetu del momento les hace ir más allá, y empiezan a quemar también no solo aquello inservible sino aquello que ya no tiene valor para ellos, y en una vorágine de limpieza o purificación, van tomando consciencia de aquello que envuelve nuestras vidas y a lo que damos importancia.
El gran rostro de piedra (1850)
En este relato el autor nos transmite la facilidad que tenemos en divinizar e idolatrar a personas ajenas antes de reconocer los valores de aquellos que tenemos cerca y, asimismo, nos muestra la facilidad para contagiar este espíritu de admiración a aquellos que tenemos en nuestro entorno, buscando a menudo virtudes en los demás sin reparar en las propias.
El interés que despierta la recopilación de cuentos recopilados en este volumen es amplio, pues en cada uno de ellos es fácil constatar la belleza de los relatos y la intencionalidad de lo expuesto. Así, la habilidad de Hawthorne destaca por saber calibrar a la perfección las palabras utilizadas, de manera que la corta duración del texto no obligue ni coarte la exposición de la historia que el autor pretende exponer. Con un estilo sobrio y elegante, como buen narrador de cuentos describe lo justo para sostener el relato y evitar excesos que alarguen la historia o la desvíen de su propósito, dominando los tiempos a la perfección. Además, la riqueza narrativa del autor destaca por su amplitud pues cada uno de los relatos tiene un registro diferente, una "voz" distinta, y la prosa del autor nos permite disfrutar de esta variedad de recursos.
Pero no únicamente el estilo brilla en la prosa de Hawthorne. La habilidad del autor va más allá de su técnica narrativa, pues además de mantener el interés del lector en todo momento a lo largo de la narración, consigue que los temas planteados en su obra sigan vigentes a día de hoy. La actualidad de los cuentos, más de siglo y medio después de ser escritos, es indiscutible; el autor sabe utilizar los relatos como un vehículo, a modo de parábolas, consiguiendo explicar mucho más de lo que éstos narran en apariencia, describiendo a la perfección aquello que conforma la naturaleza propia de los seres humanos.
Nota del reseñista: Cabe indicar que he destacado de forma individual cada uno de los cuentos, pues se pueden encontrar editados en diferentes volúmenes recopilatorios de cuentos del autor. La elección realizada en este caso es la de su publicación en catalán a manos de Quaderns Crema, pero los cuentos reseñados se pueden encontrar en diferentes libros traducidos al castellano. Ya sea gracias a esta edición u otra, no se pierdan la oportunidad de leer a este gran autor. Yo, al menos, no pienso hacerlo porque ésta no será la última reseña que haga de Hawthorne. Sería imperdonable.
Otras obras relacionadas con el autor, en ULAD: La mujer de Wakefield, La letra escarlata
Pues realmente parece apetecible, Marc. Gracias por descubrirnos a esta autor.
ResponderEliminarMuchas gracias, Carlos. Realmente también fue un hallazgo para mí, de resultado fascinante, y más teniendo en cuenta que no acostumbro a leer relatos.
ResponderEliminarSaludos, y gracias por comentar.
Marc
Lo que me pregunto es: ¿cómo habló Poe del relato que reseñó? Porque según tengo entendido, era un hueso duro de roer. Al ocaso de su vida, según tengo entendido, reconoció que se le iba la olla muchas veces, que su severidad era completamente injusta a veces. Yo sólo espero que no escarmentara mucho al pobre Hawthorne, jajaja.
ResponderEliminarPor cierto, felicidades por la reseña, Marc; maravillosa, como siempre.
Saludo.
Muchas gracias, Oriol :-)
ResponderEliminarPues investigaré que dijo de él, pero una primera (y rápida) búsqueda googleiana me ha llevado a un relato que parece que escribió Poe sobre Hawthorne. ¡Seguiré investigando y os cuento!
Saludos
Marc
Hola, Oriol, por si te interesa, he encontrado este artículo que podría dar respuesta a tus inquietudes ;-)
ResponderEliminarhttps://www.revistadelibros.com/articulos/cuentos-contados-dos-veces-de-nathaniel-hawthorne
Saludos
Marc
Gracias, Marc. El artículo es de lo más interesante. Y si Poe y Peig alaban a un escritor, hay que leerlo, ¡carajo!, que diría el Ojeda. Ya está decidido, me apunto también a este autor... ¡esto es un no parar!
ResponderEliminarPor cierto, releo mi anterior comentario y no sé qué me pasó para redactarlo tan mal xD
.
ResponderEliminarGracias por la confianza, Oriol. Espero no defraudarte ;-)
ResponderEliminarSaludos
Marc
Me animaré a leerlo, gracias por la reseña
ResponderEliminarGracias a ti. ¡Espero que te guste!
ResponderEliminarSaludos
Marc
Marc, cómo estás?
ResponderEliminarEs Jorge Luis Borges.
Buena reseña.
Saludos
Hola, Gabriel.
ResponderEliminar¡Madre mía, menudo error! :-(
¡Gracias por el aviso!
Saludos
Marc
Hola.
ResponderEliminarTodos estos relatos, excepto "La Hija de Rappacini", aparecen en la recopilación de la Biblioteca de Babel de J.L. Borges.
Son todos disfrutables, de notable para arriba.
Buena reseña.
Saludos.
Hola, Pablo.
ResponderEliminar¡Interesantísimo apunte, muchas gracias!
Saludos
Marc
Hawthorne es un autor que me gusta mucho. De su producción he leído, sobre todo, los relatos que se encuadran en el género fantástico. Y "La letra escarlata", por supuesto: pocos escritores han sabido tratar con tanta profundidad el tema de la culpa.
ResponderEliminarLa, enlalistanegra. Coincido contigo, es un autor que sabe explorar el interior del ser humano y, al menos en este conjunto de relatos, fábular en torno a él. El libro que mencionas es uno de los que tengo pendiente en mi lista, pues desconocía al autor hasta hace bien poco, pero la verdad es que apetece profundizar en su obra.
ResponderEliminarGracias por el comentario, y por la recomendación.
Saludos
Marc