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lunes, 15 de mayo de 2023

RESEÑA + ENTREVISTA: Una canción para deshacer el mundo, de Brian Evenson

Idioma original:
Inglés
Título original: Song for the Unraveling of the World
Traducción: José Ángel De Dios
Año de publicación: 2019
Valoración: Recomendable

Una canción para deshacer el mundo, antología de Brian Evenson, compila historias de distinta extensión; historias con premisas o planteamientos creativos e interesantes; historias que comparten atmósferas, temas e intenciones, pero que al mismo tiempo son gratamente diversas.

Es verdad que algunas evocan a otros escritores; incluso las hay que homenajean de forma explícita a, por ejemplo, H. P. Lovecraft. Sin embargo, Evenson tiene por lo general una voz y un estilo marcadamente personales. 

La mayoría de sus textos me han gustado, pues suelen ser originales y eficaces. Mis favoritos son, empero, esos en los que lo cotidiano se tiñe de extrañeza e inquietud: un padre que busca infructuosamente a su hija en el cuento que da nombre al conjunto; el perfeccionismo malsano de un director de cine en "Sonido ambiente"; la experiencia de estar en una relación que no te llena en "Camisas y pieles"; la búsqueda de respuestas en "La espuma de las moscas"...

Evenson despunta en la creación de protagonistas no fiables. No es sólo muy bueno a la hora de retarar a esa clase de personajes, su caótica psicología y sus atormentadoras obsesiones; también sobresale al emplear diversos recursos expositivos o dar pequeñas pistas argumentales para que el lector les cuestione.

Asimismo, sorprende la facilidad de Evenson para la imaginería terrorífica. El autor es capaz de diseñar a seres espeluznantes (el terapeuta nocturno de "Nacido Mortinato"; el hombre del traje dorado de "Un mundo resplandeciente"; la entidad parasitaria de "El agujero"...). Con idéntica maestría es capaz de urdir escenas cuyas implicaciones le ponen a uno la piel de gallina. 

Quizá el texto menos convencional del conjunto es "Advertencia de contenido sensible", una hilarante gamberrada que se mofa de los trigger warnings. No le van a la zaga en lo que a rareza respecta otras piezas, que a pesar de catalogarse con holgura dentro de lo que conocemos como narrativa, siguen partiendo de ideas muy locas, como "La segunda puerta".

En resumen: Una canción para deshacer el mundo es una colección de género tan ecléctica como satisfactoria. Aunque debo advertir que su aproximación al terror suele ser más sutil de lo habitual, en la línea de Thomas Ligotti. Además, aviso que muchas de sus ficciones son bastante abiertas, de modo que pueden decepcionar a los lectores que prefieren que se les dé todo masticado. Sea como fuere, Evenson es, a mi juicio, un gran escritor, a quien me alegro de haber conocido.



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A continuación adjuntamos un pequeño cuestionario que Brian Evenson ha respondido con suma amabilidad:

ULAD: ¿Cuál es tu relación, en tanto que autor, con H. P. Lovecraft? Me ha parecido que lo referencias varias veces.

B.E.: Ciertamente, he escrito unas cuantas historias que dialogan con su obra (normalmente para revistas y antologías relacionadas con él). No leí nada suyo hasta que cumplí los 30. Sabía de su existencia, por supuesto, y muchísima gente me lo recomendaba, pero entonces me consideraba un escritor más literario que de género (pese a que mi obra tenía un fuerte componente horrorífico). Me impactaron especialmente El que susurra en la oscuridad y En las montañas de la locura

ULAD: Además de Lovecraft, ¿qué otros escritores te inspiran? ¿Edgar Allan Poe, Richard Matheson, Shirley Jackson, Stephen King, Clive Barker o Thomas Ligotti, quizá?

B.E.: Sin duda, Poe. Mi madre me leía sus historias cuando era pequeño, antes de irme a dormir, así que me han quedado grabadas. También Jackson y Ligotti han sido bastante importantes para mi carrera.

Al igual que Lovecraft, no leí a Matheson, King o Barker hasta ser mayor. Aunque los admiro, no considero que me hayan influenciado. Peter Straub, en cambio, sí. Y Robert Aickman; de él es de quien he aprendido más cosas. 

Otros autores que me gustan son Guy de Maupassant, M. R. James, Algernon Blackwood, Arthur Machen, Lucius Shepard, Paul Bowles, Franz Kafka y Samuel Beckett

ULAD: ¿Crees que los escritores de terror moderno han introducido novedades en el género? 

B.E.: Sí, pienso que los escritores contemporáneos de terror están logrando expandir el género. Sobre todo los jóvenes, pues arriesgan más. Además, cuando el horror se globaliza,  tiene a representantes cada vez más diversos: autores como Victor LaValle o N. K. Jemisin se adueñan de lo lovecraftiano y lo desplazan en direcciones inéditas, la filipina Kristine Ong Muslim narra desde la perspectiva de vivir en un sitio amenazado por un cambio climático que Occidente decide ignorar, Stephen Graham Jones entrega una perspectiva indígena y Attila Veres mezcla su experiencia en Hungría con sus lecturas americanas.

ULAD: Me encanta cómo presentas personajes totalmente enajenados al lector. A la hora de crearlos, ¿te basas en enfermedades mentales existentes?

B.E.: He investigado mucho en los campos de la psiquiatría y el psicoanálisis, y he sido cercano a gente con enfermedades mentales. También me he documentado sobre la psicopatía (incluso he conocido, lamentablemente, a un par de psicópatas). Además, imparto una clase sobre las representaciones de la locura en la literatura, así que le he dado muchas vueltas al asunto.

Personalmente, creo que las enfermedades mentales, en general, no son tan inequívocas y definidas como la teoría dice, y que muchas de ellas se ignoran completamente. Es por esto que, en mi ficción, intento representarlas con toda su complejidad y confusión.

ULAD: ¿Qué opinas de la implementación de trigger warnings en la ficción? Tu relato titulado "Advertencia de contenido sensible" parece una crítica gamberra y políticamente incorrecta a la gente que los demanda.

B.E.: En realidad no me opongo a los trigger warnings, pero pienso que deberían situarse al final del texto, en vez de al inicio. De este modo, la gente que los quiera conocer puede localizarlos fácilmente, y los que no, no se topan con ellos involuntariamente.

El motivo por el que los rechazo al inicio del texto es porque modifican la manera en que el lector aborda una historia: éste se prepara. Aunque entiendo que mi nivel de tolerancia es altísimo, pues jamás he leído nada y pensado luego: ¡ojalá un trigger warning me hubiera advertido de esto!

Cuando enseñaba en la Brown University teníamos una política: en las clases de escritura creativa se leerían cosas incómodas, pero, en si era necesario, uno podía parar en cualquier momento. Un colega del trabajo opinaba que si te resulta problemático leer sobre algo, probablemente estés reprimiendo un trauma que debes tratar con un profesional y que, por tanto, ignorar en la ficción temas de ese tipo es contraproducente. Más o menos concurdo con él: la ficción tiene que provocar.  

"Advertencia de contenido sensible" es una especie de crítica juguetona con la idea de los trigger warnings. Se me ocurrió porque uno de mis estudiantes insistía en usarlos hasta límites absurdos; ¡los suyos eran innecesariamente específicos! 

ULAD: Has ganado varios premios a lo largo de tu carrera. ¿Hay alguno del que te sientas particularmente orgulloso?

B.E.: Me hizo muy feliz el Premio Shirley Jackson por "Una canción para deshacer el mundo", ya que había sido nominado hasta en seis o siete ocasiones en ese certamen pero nunca lo había ganado.

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