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miércoles, 18 de junio de 2025

Colaboración: La resistencia, de Ernesto Sabato

Idioma original: Español 

Año de publicación: 2000

Valoración: Muy recomendable


Cuando Sabato publicó La resistencia en 2000, con ochenta y nueve años, ya sentía el aroma de la muerte. Tardaría once años aún en culminar su existencia, y buena parte de ese aguante se puede explicar a raíz del contenido de esta suerte de ensayo/manifiesto, que trasluce un optimismo sólido (esto es, paradójicamente, lleno de dudas) ante la vida.

En este blog las tres novelas de Sabato han sido calificadas de imprescindibles y por tres personas distintas, lo que da testimonio de su maestría literaria y de su profundidad intelectual y humana, pues es uno de los pocos escritores con una visión del mundo que puede considerarse personalísima. Él definía a su producción narrativa, desgraciadamente escasa, como una oportunidad en donde mostrar las alegrías y las tristezas de su persona, sus pruebas de carácter y sus valles de sombras, que se reflejan en los personajes, trasuntos conscientes del autor.

Pero en los ensayos sostenía una postura coherente y sin resquicios, apelando al orden de los razonamientos. En La resistencia él mismo admite que años atrás no hubiese escrito este libro, entregado a una resignación aplastante (acababa de perder a su compañera de toda la vida y a uno de sus hijos), pero en su edad final resurgió una esperanza “demencial”, producto de la convicción de luchar por lo más sagrado en nuestro interior.

Es así que La resistencia se divide en cinco cartas, y cada una de ellas trata un tema en particular (los valores antiguos, los valores en comunidad, entre otros). La tesis que impregna a las cartas es que el hombre, mecanizado en una era de industrialización y sacralización científica, debe recuperar aquello que lo hace humano, la necesidad de cuidar el planeta y el respeto hacia la vida de uno y de los demás apostando al bien común, que no es “la sumatoria de los bienes egoístas individuales”, con sus afectos y ritos que proporcionan un orden ante la ansiedad de lo Absoluto y que ninguna máquina ni teoría puede reemplazar a la hora de brindar respuesta o consuelo. Realiza una crítica despiadada a casi todos los aspectos del capitalismo salvaje, no desde una postura económica o partidaria, sino centrándose en lo espiritual y humano, en el desgajo continuo, y perpetuo a este ritmo, que causa la estructura y visión actual del mundo.

Sabato no escribe de manera mística, entronizando únicamente las cosas del pasado y desechando lo nuevo. Pondera la necesidad de la juventud de volver a las raíces espirituales frente a un mundo que exige información y productividad constante. Admite fallas en su razonamiento, resultado de sus dudas permanentes (y él fue un hombre jalonado por ellas), pero desarrolla sus argumentos y esperanzas con una sencillez abrumadora, la que la sabiduría de los años le han dado, que es complicado no emocionarse, no encontrar una grieta en nosotros que nos haga detener un momento para redimensionar la vorágine en la que estamos sumergidos. Es probable que al leer este libro uno ya sepa o haya intuido todo lo que se expresa, pero una cosa es saberlo y otra ponerlo en acción de la mejor forma que cada uno pueda, una cosa es creer en ello sin que nadie más parezca compartirlo y otra cosa es verse respaldado por un autor de la talla de Sabato.

No le he puesto un Imprescindible porque no deja de ser un compendio de reflexiones muy bien conocidas de anteriores ensayos (recomiendo Heterodoxia, El escritor y sus fantasmas, en fin, toda su trayectoria) y porque sus novelas tienen más alcance emocional, ahondan no solo en la luz de la humanidad, sino también en la oscuridad, pero es una inmejorable entrada a uno de los pocos escritores que son también artistas de su tiempo, y en donde se puede encontrar, en vez de la moda del estoicismo barato y los manuales de autoayuda, verdadera compañía. Cierro con una cita de Emmanuel Lévinas, incluida en el libro y que resume excelentemente la obra de este monumental autor:

Lo humano del hombre es desvivirse por el otro hombre

Firmado: Félix

Otras obras de Ernesto Sabato reseñadas en ULADSobre héroes y tumbasAbaddón el exterminadorEl túnel

martes, 17 de junio de 2025

Tom Sharpe: La gran pesquisa

Idioma original: inglés

Título original: The Great Pursuit

Año de publicación: 1977

Traducción: Mónica Martín Berdagué

Valoración: recomendable 

Por lo general, trato de huir de las novelas protagonizadas por escritores (propósito harto difícil de cumplir, pues muchos autores/as parecen pensar que no existe otro oficio digno de reflejarse en la ficción); ahora bien, otra cosa son los libros que hablan del mundillo literario -editores, agentes, e incluso la crítica-, que suelen resultar de lo más divertido, al tratarse de un tema bastante proclive al humor y la ironía... por no decir la sátira, como es el caso (1).

Este libro del gran Tom Sharpe, de hecho, trata del periplo de otra novela titulada, de forma digamos que un tanto grandilocuente, Deteneos, oh hombres, ante la virgen, que un buen día llega a la londinense agencia literaria Frensic & Futtle, remitida por un abogado de Oxford, ya que su autor o autora desea  permanecer en el más estricto anonimato, presumiblemente por el carácter escandaloso del libro, que narra el romance y, con particular detenimiento, las relaciones sexuales entre un adolescente y una señora octogenaria... Es decir, que se trata de una novela con unas extraordinarias posibilidades comerciales (en los años 70, cuando se publicó La gran pesquisa, la literatura con sexo en grandes cantidades y, a ser posible, algo escabroso, era la que más vendía... quiero pensar que es algo que ya no sucede), así que el agente literario Frederick Frensic monta toda una estrategia para conseguir sacar un pastizal por ella a la editorial americana Hutchmeyer. Con el pequeño inconveniente, claro está, que debe presentar a un autor que la firme y ponga la cara, por lo que Frensic echa mano de Peter Piper, un pobre letraherido al que lleva años representando -o, mejor dicho, no representando, puesto que no hay forma de colocar su novela autoficcional-, llegando a embarcarlo hacia EE.UU. junto a su socia, Sonia Futtle, para hacer la obligada promoción. Y aquí es cuando las cosas se comienzan a torcer de manera incontrolable y, más aún, imprevista, sobre todo cuando entra en escena la recauchutada, a la par que desquiciada, Baby, la esposa de Hutchmeyer. 

No voy a contar nada más, primero, porque no quiero hacer espoilers, pero, sobre todo, porque la trama de la novela se vuelve tan enrevesada y delirante que me resulta imposible resumirla. De todos modos, para quien le parezca todo un argumento inverosímil, recordemos recientes casos de escritores/as que han utilizado con éxito seudónimos para permanecer en la sombra, como Elena Ferrante o incluso quienes han sido representados en público por sosías, como ocurrió en la igualmente increíble, pero cierta, historia de J.T. LeRoy. Por lo que se refiere a la trama de esta novela, su premisa podría ser perfectamente plausible, aunque Sharpe, fiel a su estilo, la lleve hacia el más desaforado delirio humorístico, si bien es cierto, creo yo, que tampoco se trata del libro más desopilante de este autor. No obstante, posee la suficiente carga de humor y mala leche como para provocar no ya la sonrisa, sino más de una carcajada -en especial, al menos según mi opinión, los capítulos que se desarrollan en Bibliopolis, Alabama, villorrio de irónicamente apropiado nombre-; cierto es que se trata de un humor hoy en día un pelín incorrecto (o, en cambio,  correctísimo, tal y como pintan las cosas en el mundo, últimamente) y. así, encontramos ciertas dosis de lo que habrá quien considere homo y transfobia, rechufla hacia los pueblos oprimidos, bodyshaming -en especial, gordofobia, o como se diga-, recurrente edadismo y hasta burla a los sentimientos religiosos (2). No lo voy a negar, pero hay que tener en cuenta que se trata de una novela humorística de hace casi medio siglo y, sobre todo, de Tom Sharpe. Y a los libros de Tom Sharpe, ya se sabe, hay que venir llorado, meado y cagado. No queda otra.

En cualquier caso, lo más interesante de La gran pesquisa es que, además de ser una ácida sátira sobre el mundillo literario -repito: escritores, editores, agentes y hasta la crítica (3)- en ella encontramos también todo un juego metaliterario sobre la propia naturaleza de la literatura y su creación, hacia dónde debe encaminarse y por qué, etc. Que estemos ante una novela de humor de hace tanto tiempo no cambia las cosas, porque, de hecho, las cosas apenas han cambiado en todo este tiempo.

(1) Más aún ahora que estamos en plena temporada de Ferias del libro y eventos por el estilo, en las que al interés mercantil y político se une la egolatría de los juntaletras escritores /as, como bien se comenta en este vídeo que podéis ver en nuestro estupendérrimo canal de YouTube (sí, también tenemos uno, ¿qué os creíais?) 

(2) De racismo, en cambio, no hay trazas, quizás porque, como es bien sabido, Sharpe fue educado, durante su niñez y adolescencia, en las ideas nazis, que luego rechazó en su edad adulta, sobre todo tras emigrar por un tiempo a Sudáfrica... Lástima que no ocurra lo mismo con todos los personajes públicos provenientes de ese país, y no estoy pensando en nadie (o sí).

(3) Hoy en día habría añadido, supongo, a booktubers e influencers, con un especial hincapié en la obsesión por los likes y el número de seguidores en las redes, que determina muchas veces a quién se publica y a quién no.

Otras novelas del gran Tom Sharpe reseñadas en Un Libro Al Día: WiltLos GropeBecas flacasLo peor de cada casa

lunes, 16 de junio de 2025

Mieko Kawakami: Pechos y huevos

Idioma original: Japonés

Título original: Natsu monogatari (夏物語)

Traducción: Lourdes Porta Fuentes

Año de publicación: 2019

Valoración: Se deja leer

De acuerdo con datos de la World Population Review¹, los países con mayor tasa de cirugías estéticas son, en orden descendente, Corea, Argentina, Brasil, Colombia y Grecia. Al igual que los estándares de belleza varían según la geografía y la cultura, el tipo de cirugía predominante en cada país también es diverso y emblemático de cada región: en Corea, la cirugía de párpados; en Brasil, el Brazilian Butt Lift, y en Colombia, el aumento de pecho, reflejado incluso en títulos de célebres producciones como Sin tetas no hay paraíso. Comienzo la reseña con estos datos para subrayar que esta novela jamás podría haber sido escrita en, por ejemplo, Brasil o Colombia.

Natsuko, la protagonista, aloja temporalmente en su pequeño (y muy pobre) departamento de Tokio a su hermana mayor, Makiko, y a su sobrina. Aunque las hermanas crecieron juntas y compartieron muchas experiencias, poseen caracteres completamente distintos y formas muy diferentes de entender la vida. Estas diferencias quedan en evidencia ante la situación central de la trama: Makiko viaja a Tokio para realizarse una cirugía de aumento de mamas, un procedimiento relativamente poco frecuente en Japón, en comparación con las operaciones de párpados o los liftings faciales. 

Makiko se nos presenta como una mujer superficial, inculta, y obsesionada con el paso del tiempo y los efectos del envejecimiento. En contraste, Natsuko, aunque ingenua, es propensa a la reflexión (por no decir rumiación) de todo lo que ocurre en su entorno. Como cereza del pastel de este drama de la condición humana, tenemos a la sobrina, Midoriko, una adolescente en plena pubertad cuyo cuerpo en florecimiento contrasta visiblemente con la marchita figura de Makiko. Como no podía ser de otra forma, Midoriko es sumamente introvertida, al grado del mutismo, por lo que tiene que hacer uso de una libreta para comunicarse con su madre y tía. Sus reflexiones se nos presentan intercaladas en la novela a manera de entradas de diario, permitiéndonos asomarnos al caos existencial que atraviesa.

El libro tiene sus momentos interesantes, pero lamentablemente, si tuviera que definirlo con una sola palabra, sería esta: aburrido. La novela cuenta con alrededor de 500 páginas que, con una buena edición, podrían haberse reducido fácilmente a unas 200 (culpo completamente al editor; aunque no estoy del todo seguro, parece que se trata de una reedición motivada por la falta de impacto inicial). A riesgo de molestar a los defensores del slow pace, esta obra se extiende demasiado en descripciones superfluas que, en mi opinión, no aportan verdadera profundidad ni relevancia narrativa.

Asimismo, la sobrina con mutismo selectivo parece más un pretexto para introducir otro punto de vista narrativo que una verdadera oportunidad para generar contrastes o diálogos internos convincentes. Finalmente, el eje central de la novela, la cirugía de aumento de mamas, termina siendo un arma de doble filo: puede ser una invitación a reconsiderar desde una perspectiva distinta un acto aparentemente banal, o bien, ser un tema trivial si se lee desde países donde dicha intervención es algo cotidiano. Sin embargo, en un mundo donde podemos enterarnos fácilmente de lo que ocurre en otras culturas desde nuestras pantallas, siento que el intento quedó en mera intención.

A pesar de estos aspectos negativos, es justo reconocer que Pechos y huevos tiene el mérito de abordar temas sensibles sobre el cuerpo femenino, la presión social y el paso del tiempo. Eso sí, desde una perspectiva claramente japonesa. Su estilo intimista, aunque en ocasiones excesivamente pausado, logra transmitir las inseguridades cotidianas de sus personajes. Aunque la obra no alcanza plenamente su potencial, creo que consigue momentos que invitan a la reflexión sobre lo que implica ser mujer en sociedades obsesionadas con la belleza y la juventud.

1. https://worldpopulationreview.com/country-rankings/plastic-surgery-by-country

domingo, 15 de junio de 2025

Sonya Walger: León

Título original: Lion 
Idioma original: Inglés 
Año de publicación: 2025
Traducción: Esther Cruz Santaella
Valoración: Recomendable 

León
podría ser el bonus track de la semana temática "Padres de libro" que montamos hace un par de meses porque es una novela autobiográfica en la que la autora explora en la relación con un padre "no del todo perfecto", en la que nos habla de escisiones silenciosas y solitarias, de silencios y palabras que esconden la verdad, de amor (why not?), de abandonos, reencuentros, amputaciones, vida, muerte, etc.

Siendo más conciso, diría que esta novela es un mapa de los afectos construido con las piezas de un rompecabezas. ¿Mejor así? Porque esta no es la historia de la vida de Sonya Walger o de su padre sino que son historias de sus vidas, de su relación y de la relación de ambos con otros miembros del universo familiar. 

La idea de rompecabezas es clave en el aspecto formal del libro (saltos temporales, episodios aislados) y transmite la fragmentariedad y las disociaciones de la vida familiar, si bien juega un poco en contra del libro en la parte inicial. 

Uno tiene la sensación, en esss primeras páginas, es de leer una serie de episodios inconexos, de no ver demasiado bien a dónde quiere llegar la autora. Esto, unido a alguna escena que bordea el "telefilm", deja un regusto agridulce.

Afortunadamente, el libro crece (y mucho) en su segunda mitad. Las piezas van ensamblando, la imagen del padre se hace más  nítida, la soledad y la desubicación que atenaza a los personajes y los efectos del paso del tiempo en cómo observamos a los demás y cómo estos nos observan se reflejan en toda su crudeza. Especialmente brillantes, por la conjunción de fondo y forma, me parecen dos capítulos: Adrenalina e Intermedio.

Me pregunto cuántos años de mi vida me he pasado añorando a las mi padre, y ahora está aquí y quiero que se vaya.

En resumen, un libro que, pese a ciertos titubeos iniciales, crece con el paso de las páginas, que evita caer en la idolatría, en la autocomplacencia o en el "ajuste de cuentas" y que deja a este lector pensando si estará haciéndolo más o menos bien (signifique lo que signifique) en eso de la paternidad.


sábado, 14 de junio de 2025

Shintaro Kago: La formidable invasión mongola

Idioma original: Japonés
Título original: Choudouryoku Mouko Daishuurai JP
Traducción: Olinda Cordukes Salleras
Año de publicación: 2014
Valoración: Delirante

La formidable invasión mongola es una locura que sólo Shintaro Kago podría concebir: una ucronía con toques bizarros, surrealistas, "ero-guro" y cómicos que exprime su premisa al máximo. Describe un mundo en el que los humanos domestican a los caballos mongoles, extrañas criaturas en forma de mano que se amputan a unos seres gigantescos.

El manga muestra cómo la implementación de los caballos mongoles afecta al curso de la Historia. Para ello revisita, en capítulos bien diferenciados, varios países en distintas épocas (la conquista de Temujin, la creación de las primeras rutas comerciales que permiten llevar el descubrimiento a occidente, la revolución industrial, la primera guerra mundial, los inicios de la fabricación en cadena de montaje, etc...) y recontextualiza a figuras como Temujin (más tarde conocido como Gengis Khan), Vasco da Gama, James Watt o Henry Ford.

Esta ida de olla no explora solamente el delirante concepto de caballos mongoles (con su origen, su recorrido histórico, su uso, etc...), sino que también entrega otras ideas igual de extravagantes, como la comunicación con vómitos, las tiendas de sogas para suicidas, las trincheras laberínticas con un "maid café" o un aula de órgano electrónico, las cintas transportadoras con mujeres desnudas, etc...

Aunque La formidable invasión mongola no se toma en serio a sí mismo, critica a la humanidad, dispuesta a todo en pos del progreso, incluso si para ello debe explotar los recursos naturales del planeta o someter a diversas especies animales.

La narrativa visual de este manga no hace gala de la originalidad de que es capaz Kago. Sin embargo, su apartado gráfico es tan bueno como siempre. Y es que, en estas páginas, el mangaka despliega su habitual nivel de detalle, sus elaborados entramados y sus imaginativas arquitecturas o anatomías.

En definitiva, La formidable invasión mongola es una obra tan creativa como divertida. Gustará sobre todo a los amantes de las gamberradas desacomplejadas que supuran humor negro, y aunque no figure entre lo mejor de Kago (¡el listón está injustamente alto!), satisfará holgadamente a los completistas de este irrepetible autor.
 


También de Shintaro Kago en ULAD: Aquí

viernes, 13 de junio de 2025

Bernd Brunner: Vivir en horizontal

Idioma original: alemán

Título original: Die Kunst des Liegens. Handbuch der horizontalen Lebensform

Traducción: José Aníbal Campos González

Año de publicación: 2012

Valoración: Curioso


No sé si existe alguna estadística fiable sobre cuántos libros se han publicado a lo largo de la historia. Son sin duda miles, quizá cientos de miles, desde las culturas más remotas hasta la misma actualidad, en todas las lenguas habidas y por haber, en todas las épocas y formatos, pergaminos, opúsculos, cartas, catecismos, tocando todos los géneros conocidos y sus derivaciones. Y en todo ese diluvio de libros se han tocado todos los temas, ya sea desde la ficción o desde la voluntad de transmitir conocimientos sobre cualquier asunto. Así que seguro que ha habido precedentes, el mismo Bernd Brunner cita algunos, pero no serán muchos los textos que se refieran a algo tan humano como una postura, la posición del cuerpo en la que todos los humanos que fueron, son y serán hemos pasado una buena parte de nuestra vida. Unos más que otros, es verdad, y por razones muy diversas. Pero en definitiva algo que nos une sin remedio y sin excepciones: todos estamos cada cierto tiempo en posición horizontal.

Desde luego, se puede construir un libro entero sobre esto tan obvio y tan conocido, pero tampoco es tan fácil. ¿De qué hablamos? ¿Empezamos con nuestros antepasados acurrucados en cuevas, o avanzamos hacia camastros rudimentarios construidos con algo de paja o ramas? ¿Hablamos de la costumbre romana, no sé si también griega, de comer recostados? ¿Quizá algo parecido a una historia de la cama, con sus modificaciones estructurales o la importancia de su colocación según el feng shui? ¿Tocamos la segmentación social o política para ver al poderoso repantingado mientras los súbditos permanecían de pie? Pues sí, todos estos asuntos los toca el libro, juntos con muchos otros relacionados con el sueño, sus horarios y aspectos médicos, las posturas idóneas para bebés y las preferidas en el lecho compartido, la influencia de Oriente en las rudas costumbres europeas, aparatos absurdos asociados  (al menos teóricamente) al descanso y la relajación.

Como se ve, es una fuente inagotable de cuestiones que podríamos obtener de una sencilla brainstorming, porque a todos se nos pueden ocurrir mil ideas relacionadas con la posición horizontal del ser humano. 

Muchas de ellas las desgrana el autor a los largo de unos treinta capítulos, de tres o cuatro páginas cada uno, en los que va revisando con una pizca de humor, más bien poquito, tantos puntos de vista posibles. La lectura es agradable, ligera, quizá demasiado ligera, porque, siendo sinceros, el tema sí que es original pero también bastante intrascendente. La consecuencia es que leemos digamos con agrado pero sin mucho interés, invitando el texto a detenerse en algún detalle curioso y poco más. 

Me temo que el asunto no da para mucho más, aparte de comentarios de algún cariz humorístico, porque si de esto alguien pretende hacer un análisis antropológico o cultural de más enjundia tal vez podría estar provocando que el lector quede traspuesto, ya sea en esa posición horizontal o en alguna alternativa, con variantes llámese butaca, sofá, hamaca, tumbona o a ras de tierra, bajo un árbol sobre la hierba, o en la arena de la playa.


jueves, 12 de junio de 2025

Colaboración: El diablo en la cruz, de Ngugi wa Thiong’o

Idioma original: Kikuyu o gikuyu

Título original: Caitaani mũtharaba-Inĩ

Traducción (del inglés): Alfonso Ormaetxea

Año de publicación: 1980

Valoración: Tendría que ser kikuyu originario para poder hacer una valoración justa.


El diablo en la cruz es un libro muy especial, algo totalmente inesperado en Europa y en el resto de lo conocido como mundo occidental. Fue el primer libro que Ngugi wa Thiong’o escribió en su lengua materna, en kikuyu o gikuyu. Lo escribió para los pueblos de su cultura natal, sin importarle que pudiera tener otros posibles lectores. Eso hace que toda su primera parte nos desconcierte a quienes no somos nativos de la cultura kikuyu. Además lo escribió pensando en los que no saben o no quieren leer en inglés y para aquellos a quienes recomienda que lean y escriban en su idioma materno. Tal vez eran muy pocos los que 1980, año de su primera edición, sabían leer kikuyu ¿Cuántos libros escritos en ese idioma existirían por entonces? Según nos cuenta el mismo Thiong’o, en la escuelas de Kenia, cuando él estudió en ellas, se prohibía hablar kikuyu; educar era enseñar a hablar, leer y escribir en inglés.

En algunas de sus obras escritas en el idioma de los colonizadores, libros que le dieron una muy merecida fama, Ngugi propone Descolonizar la mente y escribe una tesis para impulsar la escritura en las lenguas de los habitantes originarios de Kenia. Aquí, en El diablo en la cruz, Thiong’o no propone, lo hace y elige atinadamente personajes y costumbres sumamente populares para demostrar a su pueblo lo que considera de primordial importancia: con los colonizadores llegó a Kenia un sistema hecho para robar y depredar, que logró instalarse manejado por quienes quedaron al frente del país, al servicio de los antiguos colonizadores, después de la independencia política.

A nosotros, los “occidentales”, la primera parte de la novela nos parece no solo una ironía, más bien la vemos como una burla grotesca del sistema económico en que vivimos. Desde nuestro rincón cultural, preferimos leer, para criticar al sistema, a sesudos pensadores: Marx, Arendt, Althusser, Habermas, Zizek. Y los comentaristas damos maromas para defender a un gran literato que escribió, para hablar del sistema económico imperante, lo que dicen los choferes ilegales del transporte público más usado en nuestros barrios marginales. Definitivamente Thiong’o no escribió El diablo en la cruz para nosotros ¿Cómo juzgar desde nuestra cultura egocéntrica a quien escribe para una cultura que podría salvarnos de devorar nosotros mismos nuestra biósfera?

Intrigado, todavía sin entender y molesto por lo grotesco de las burlas, seguí leyendo la novela hasta el final y apareció, no podía ser de otra forma, la magia de Ngugi, con la que, a una de las protagonistas, una mujer del pueblo, la convierte, sin alardes, con una enorme sencillez, en símbolo del pueblo kikuyu: hermosa, que luce con orgullo su atuendo tradicional que la embellece aún más, segura de sí misma, que asume su pasado donde fue mancillada sin negarlo, amando a la hija de ese pasado y firme en la defensa de un futuro de cuya construcción se hará responsable, superando cualquier dificultad: Wariinga, la mujer kikuyu que representa a todo su pueblo natal, por arte mágico de Nugi wa Thiong’o.

Firmado: David Batista

Más reseñas de Ngugi wa Thiong’o en ULADaquí

miércoles, 11 de junio de 2025

Kate Brown: Manual de supervivencia


Idioma original: 
inglés

Título original : Manual for Survival

Año de publicación: 2019

Traducción: David Muñoz Mateos

Valoración: necesario 

De acuerdo con que la atención prestada al asunto de Chernóbil puede que ya nos parezca suficiente: aquí o también aquí o incluso aquí , tanto en este blog como en algún adormecido proyecto paralelo, ya se le ha dispensado alguna cobertura a sus hechos y a sus repercusiones inmediatas. Afortunadamente estamos en una época dorada y pujante de la posibilidad de acceso a mucha clase de información, soslayemos los debates sobre sus límites, su saturación, la necesidad de filtros y advertencias constantes que nos aconsejan justo eso: relativizar ese aluvión avasallador de datos que se complementan o se contradicen según sean los intereses. Que Chernobil sucedió es innegable, que fue la espoleta del final de los dos bloques (eso decíamos en los 90: hoy diremos que de los dos bloques en su formato post II WW), que puso al mundo en alerta sobre el uso de la energía nuclear y sus protocolos de seguridad...

Kate Brown, investigadora de campo, da un paso más en este Manual de supervivencia. Ahí es donde se justifican esas algo extenuantes quinientas páginas. Recupera, por si algún astronauta la necesita, la puesta en contexto, los datos básicos. Las fechas, los hechos, los protagonistas activos y pasivos, desfilan uno a uno. Pero esa superficie es conocida, gracias al tesón de quien investigó en su momento para que, al menos, los posibles daños inmediatos fueran conocidos. Lo que Kate Brown hace va más allá de estadísticas, de hechos constatados o incluso de toda aquella máxima que pueda ser distorsionada en clave política (el gobierno de la URSS actuó como un colectivo monolítico obstinado en preservar el poder antes que proteger a la población) o incluso filosófica (la energía nuclear es el producto del ansia de la comunidad científica por descodificar el universo y jugar a ser dioses). Brown acude a los lugares y se encuentra las clásicas sorpresas, tres décadas más tarde. Portazos, restricciones de acceso, escasa colaboración de los estamentos oficiales, oportunas desapariciones de información comprometedora, oportunas lagunas de memoria de los implicados supervivientes.

Por eso es un mérito,  porque haya llegado a ese volumen de información, por todos los cauces que ha tenido que nadar a contracorriente para obtenerlos, y que (convengamos que esa fecha, 26 de abril de 1986, podría perfectamente haber significado el inicio del fin de la vida en Europa) porque esos datos sean tan irrefutables como espeluznantes. Desde la incidencia de enfermedades relacionadas con la radiación, el comportamiento de los órganos con respecto al variado abanico de elementos radiactivos, su perdurabilidad, sus dosis, la comparación con los estudios efectuados tras Hiroshima y Nagasaki, la denuncia de todas las mentiras usadas como argumento para sosegar a la población (no solo en la URSS, también en los entornos de los ensayos nucleares de Francia, USA, u otros paises), el perverso argumento de las cuotas de producción para, con la tosca técnica de la mezcla y la disolución, reintroducir alimentos, agua, materiales irradiados ya no solo en ciclos productivos sino incluso en el consumo humano. No es fácil recorrer ese camino, llegar a esos datos, ni lo es es, al leerlos, reconocer lo cerca que estuvimos de que las grandes capitales centroeuropeas fueran hoy un catálogo de ciudades fantasma en la oferta de agencias de viajes de riesgo. Es, más bien, escalofriante, igual que suponer que sólo esa situación hizo extremar las precauciones, los controles, los niveles de seguridad, y que a saber qué necesitamos que ocurra en el futuro para volver a darnos cuenta de que tampoco eso era suficiente.

martes, 10 de junio de 2025

Ander Izagirre: Cansasuelos. Seis días a pie por los Apeninos

Idioma: español

Año de publicación: 2015

Valoración: entre recomendable y está bien

Pequeño y simpático libro de viajes, en este caso sobre un trayecto a pie que realizó su autor entre la plaza mayor de Bolonia y la catedral de Florencia; seis días para atravesar los Apeninos por el llamado "Vía de los Dioses" -a cuenta de los topónimos relacionados con el panteón clásico-, transitado ya por los antiguos etruscos y, por supuesto, por los romanos, escenario de cruentas batallas tanto en la antigüedad como en la II Guerra Mundial; última morada de miles de soldados alemanes, tierra de leyendas y de castillos y, sobre todo, de la suculenta gastronomía emiliana y toscana (de la que dan buena cuenta el autor y su acompañante). Todo ello para llegar al fin a Florencia, ciudad turistizada hasta el extremo, ciertamente, pero también tan repleta de belleza que ni la desdeñosa ironía contemporánea puede sentirse indiferente a ella. Una recompensa inefable para seis días de esfuerzo (hasta cierto punto) y aventura (ídem).

El librito, ya digo, resulta entretenido y simpático, aunque, por ponerle alguna pega, quizás hace demasiado caso a detalles triviales, lo que le costó subir la cuesta de este monte y luego arriba se comió un bocadillo o si se cruzaron con un señor que paseaba con su perro. cosas así... Cierto que estos detallitos son el aglutinante que une la sustancia de las crónicas de viajes, no todo van a ser descripciones sublimes, referencias históricas y encuentros transcendentales, pero en un libro tan breve como éste; tampoco es que importe mucho, porque el tono general es tan grato y su lectura tan fácil, además de rápida, que para cuando la reiteración de estas menudencias resulte cargante.

Así las cosas, vuelvo a insistir en que el libro se lee con facilidad y resulta suficientemente satisfactorio; un tentempié ligero antes de acometer caminatas más largas, libros que pueden exigir de nosotros/as mayor concentración y, en ocasiones, también una mayor capacidad de sacrificio lector...

Más libros (y una entrevista) de Ander Izagirre en este insuperable blog: Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de bueyPotosí, ALTAÏR magazine. Contar(nos) el mundo (VV.AA.)

lunes, 9 de junio de 2025

Mikel Santiago: El mentiroso

Idioma original: español

Año de publicación: 2020

Valoración: Está bien, supongo

Siempre que leo este tipo de thrillers, recuerdo inevitablemente aquellos trucos de magia que tanto me maravillaban cuando era niño. El asombro era genuino al ver cómo el mago adivinaba la carta que habías elegido o cómo hacía desaparecer una pelota debajo de un vaso para luego multiplicarla y hacerla aparecer en lugares totalmente inesperados. Esos trucos de magia aun me impresionan, pero por motivos diferentes. La habilidad manual de estas personas, resultado de muchas horas de práctica, es increíble, pero ya no me emocionan. Nunca mejor dicho, esos trucos han perdido la magia.

Algo similar ocurre con ciertas novelas de misterio y thrillers contemporáneos. Antes, estos relatos me cautivaban de inmediato, sumergiéndome en sus misteriosas tramas. Sin embargo, estas novelas no solo exigen el clásico pacto de credulidad que firmamos al leer ficción, sino que también requieren un segundo pacto particular: el de permitirnos ser sorprendidos. Es necesario convencernos de que los eventos narrados suceden en tiempo real y no han sido meticulosamente planeados con anterioridad por el autor, quien intenta esconder cuidadosamente los hilos que mueven la trama. Pero una vez que esos hilos son visibles, el encanto se desvanece. Y me atrevería a decir que ni siquiera es necesario ver esos hilos, sabemos de antemano que existen.

En El mentiroso, de Mikel Santiago, el protagonista despierta junto a un cadáver, con la mente en blanco y sin recuerdo alguno de las últimas 48 horas. Al tiempo que la policía investiga lo ocurrido, él comienza lentamente a recuperar fragmentos de su memoria en forma de flashbacks. Conforme avanza la historia, se da cuenta de que su implicación en la muerte es mucho más profunda y perturbadora de lo que inicialmente sospechaba, y que las circunstancias alrededor de aquel homicidio involucran a todo el pueblo. Realmente no podría decir más sobre la trama, y aquí vuelvo a mi idea inicial, una vez visto el truco, ya no hay nada más qué hacer. Por cierto, este gimmick donde el protagonista padece amnesia, le permite al escritor sacarse todos los libretazos que quiera con el pretexto de que nuestro héroe no recordaba lo ocurrido.

No me malentiendan, como esos magos, los escritores de thrillers Netflixables poseen un talento notable. Santiago es un autor que claramente sabe lo que hace: crear tramas ágiles, entretenidas y con giros capaces de mantener al lector interesado hasta la última página (una habilidad que admiro profundamente). Sin embargo, más allá del entretenimiento superficial, no encuentro una profundidad significativa ni una invitación a una segunda lectura más profunda o analítica. La novela se sostiene únicamente por aquello que desconocemos; una vez descubierto, pierde casi todo su atractivo (ayer hubo una venta de saldos de libros cerca de mi universidad, aquellas pilas de libros llenas de thrillers que nadie pretende releer me parecieron un desperdicio de papel). 

El mentiroso es precisamente lo que promete ser: una novela entretenida y bien escrita, perfectamente adaptada para convertirse en una exitosa serie para hacer el Netflix and chill. Seguramente generó y seguirá generando ganancias considerables para su autor y cumplirá con creces el objetivo de distraer y divertir. Escribir un libro así está bien. Leer un libro así está bien. Somos testigos de un buen espectáculo, pero no hay magia.

(Lo más interesante de todo, quizás, es que esta reseña es completamente intercambiable para cualquier otra novela del estilo).

domingo, 8 de junio de 2025

VV.AA.: Insolitus

Título original: Insolitus
Idioma original: Danés
Año de publicación: 2025
Traducción: ¿?
Valoración: Sorpresa agradable

¡Qué grata sorpresa ha supuesto Insolitus! De este cómic danés me han gustado tanto el guion de Henrik Rehr como el dibujo de Jan Solheim, ambos autores hasta ahora desconocidos para mí.

Empecemos hablando del guion. El cómic sigue los pasos de una mujer de la que sabemos bien poco: que es estadounidense (por un comentario que hace al inicio de la historia), que está en un país extranjero y que tiene una extraña fijación con su padre. A dicha mujer la vemos, entre otras cosas, actuar paranoica en un restaurante, buscar angustiada el billete de vuelta en su habitación de hotel, mantener relaciones sexuales con un artista turbio y describir los sueños perturbadores que la asolan. Y debemos cuestionarla, pues ella es una narradora no fiable que mezcla situaciones reales con otras fantasiosas u oníricas, y tiene la percepción alterada por alguna enfermedad mental o las drogas. La cosa promete, ¿verdad? Recapitulemos: tenemos una narradora no fiable y un argumento que desdibuja los límites de lo real y lo onírico. 

Para redondear tan apetitosa premisa hay el solvente apartado gráfico del cómic. Éste destaca por la personalidad de su dibujo (presente en la estilización de los personajes, en la distorsión de la anatomía, los objetos, los escenarios y las perspectivas, en la paleta limitada de tonos cálidos contrastados con el blanco, etc...) y por la fluidez de su narrativa visual (una sola viñeta por página). Y quien busque pruebas del buen hacer de Jan Solheim, que consulte la brillantemente ejecutada escena en la que la protagonista del cómic sufre una paliza.

Poco más que añadir. Sólo insistir en que Insolitus ha supuesto una grata sorpresa. A fin de cuentas, este thriller danés con toques psicológicos, criminales y surrealistas goza de un guion y un apartado gráfico sumamente efectivos. ¿Qué más puede pedir alguien que se adentra por primera vez en el cómic de dos autores que desconocía?


sábado, 7 de junio de 2025

Sara Gallardo: La rosa en el viento

Idioma original: Español 

Año de publicación: 1979

Valoración: Recomendable

Quizá, y solo quizá, esta no sea la gran novela de Sara Gallardo. Quizá La rosa en el viento no tenga la absorbente potencia de Enero (aunque algo de Enero haya, por ejemplo, en personajes como Teresa o Eleonora), la alucinada y alucinante atmósfera de Eisejuaz (aunque algo de Eisejuaz haya, por ejemplo, en personajes como Olaf o el emperador Don Antonio) o el nivel de desarrollo de personajes y la profundidad de penetración psicológica de Los galgos, los galgos (aunque el Doctor Borg o Andrei no anden lejos), pero es una (muy) buena novela. ¡Pero es que el listón estaba tan alto!

En cualquier caso, Sara Gallardo no se baja de mi particular podium en la categoría "escritoras argentinas de los últimos 100 años", en el que se sitúan Silvina Ocampo, Mariana Enriquez y Sara Gallardo. Porque La rosa en el viento, insisto, es una (muy) buena novela, exigente y arriesgada en lo formal, fragmentaria y evanescente. Novela, sí, pero que podría hasta ser leída como una colección de relatos conectados por hilos, asociaciones o casualidades. 

Seis capítulos (o, mejor dicho, cinco capítulos y un breve epílogo) conforman La rosa en el viento. Voces, personajes y lugares diferentes ocupan el centro de cada uno de ellos. Gallardo salta sin ningún problema de la tercera a la primera persona o al género epistolar, de la novela "romántica" a lo más o menos histórico / alucinatorio o a lo "metaliterario", pero todo encaja, nada chirría. 

Así, pasamos del amor de Andrei por Eleonora, del de Lina por Andrei y por Olaf, del de Olaf por Teresa, ... o de Buenos Aires a la Patagonía (y su eterno viento), de la Patagonia a Roma... Siempre promesas de felicidad, siempre mujeres que rompen o tratan de romper con la vida que llevan porque si no... ¿qué haríamos sin los estandartes, sin las Patagonias, sin los naufragios? y siempre la imagen de los pétalospersonajes que se van volando, sin hacer ruido.

No puedo ni debo terminar la reseña sin hablar del estilo de Sara Gallardo en La rosa en el viento. Combina como pocos la frase breve, seca y árida como el paisaje patagónico que protagoniza parte del texto, con lo poético. Su capacidad para generar bellas y poderosas imagen permanece intacta. Lo mejor es que deje un par de ejemplos (de entre los muchos que tengo subrayados): 

Olaf cortó la mitad de la ristra de pájaros asados y la metió en su alforja. Después ensilló el caballo con la abstracción tranquila de un planeta que retoma sus revoluciones después de un leve tropiezo sideral.

 Emparentadas con mapas escolares subían las venas por las patas del caballo, orinocos y amazonas absorbidos en un ijar, que reaparecían como gruesas ramificaciones por la barriga de respirar pacífico.

¡Aunque solo sea por estas dos imágenes, la lectura ya merece (y mucho) la pena! Pero no debemos quedarnos solo en esto. En La rosa en el viento y en sus ecos e influencias (Antonio di Benedetto, Saer, ¿Carpentier, tal vez?) encontramos pinceladas de sus obras "mayores" y una buena muestra de la que, para mi, es una de las escritoras clave de la literatura hispanoamericana de la segunda mitad del siglo XX. 

También de Sara Gallardo en ULAD: Los galgos, los galgosEnero y Eisejuaz

viernes, 6 de junio de 2025

Zoom: Almuerzo en el café Gotham

Idioma original: inglés

Título original: Lunch at the Gotham Café

Año de publicación: 1995 (dentro de la antología Dark Love)

Traducción: Íñigo Jáuregui

Valoración: está bien (muy bien con las ilustraciones)

En Almuerzo en el café Gotham no sale Batman (recordemos que Gotham es uno de los sobrenombres de la ciudad de Nueva York) pero sí un personaje tan chiflado como el Joker. Que tampoco sale, claro: el Rey no necesita apropiarse de personajes ajenos para sus creaciones, que bastante abundan ya en tipos peculiares, atormentados y conflictivos, por no mencionar a las criaturas terroríficas que pueblan sus narraciones.

Resumen resumido: Steve Davis es un exitoso profesional de la Gran Manzana al que no le va tan bien en su vida privada; de hecho, un día llega a casa y se encuentra con que su esposa Diane le ha abandonado y quiere el divorcio. pronto se pone en contacto con él el abogado de, con quien concierta una cita para almorzar, con el objetivo, por parte de Steve, de ver de nuevo a su mujer y tratar de convencerla para vuelva con él. La cosa, no es difícil de adivinar, descarrila un poquito para acabar convirtiéndose en una auténtica pesadilla para los presentes.

Cuento no demasiado largo, publicado en primer lugar, junto a los de otros autores, en la antología Dark Love y un año más tarde, en 2002, en la recopilación Todo es eventual: 14 relatos oscuros y que se aleja un tanto de lo que solemos esperar de las obras de King: aquí no encontramos presencias preternatural ni personajes con poderes paranormales. Por el contrario, y no quiero hacer spoilers, este relato casi lo podemos incluir más bien dentro del subgénero splatter, dada la profusión de sangre y violencia, o, cuando menos, dentro del subgénero gamberrada por parte del Rey, que sospecho se lo pasó cual gorrino en lodazal escribiéndolo... 

En todo caso, si ha merecido una reseña en Un Libro Al Día no es sólo por lo divertido que puede ser o la bien conocida excelencia de la pluma (es un decir) de su autor, sino porque fue publicado hace pocos años de forma independiente por la editorial Nørdica, con unas no menos divertidas y, en cualquier caso, estupendas ilustraciones de Javier Olivares, que convierten a éste en un libro único y muy, muy disfrutable. Para muestra, un botón:

Nota: Al parecer, este relato fue adaptado a un cortometraje en 2005, con cameo del propio King incluido.

Muchas más obras de y sobre Stephen King reseñadas: aquí

jueves, 5 de junio de 2025

VV.AA.: Bolsilibros Yeray 02

Idioma original: Español
Año de publicación: 2023
Valoración: Está bien

Adoro a esas editoriales actuales que, con mayor o menor acierto, distribuyen "pulp". Me vienen unas cuantas a la cabeza: Pulpture, Proyecto Estefanía, Matraca, Isla de Nabumbu, Barsoom, Costas de Carcosa, etc... 

Recientemente he descubierto otra. Se llama Yeray, y una de sus colecciones recupera el formato de los bolsilibros, esa literatura popular, antaño conocida como de a duro, en sus distintas facetas (policíaco, terror, ciencia ficción, "western", aventuras...).

El segundo volumen de tan prometedora colección se centra en el género del terror, e incluye dos novelas cortas. La primera, del español Alejandro Riera Guignet, se titula Dame tu muerte. La segunda, de la argentina Eneele Horst, Compulsión.

Ambas me han gustado. En general, cumplen holgadamente sus modestos objetivos: homenajear a la tradición hispana de bolsilibros y entretener al lector. Incluso me atrevería a decir que sorprenden gratamente en un par de apartados, en los que superan a la literatura popular más estandarizada.

Y es que los desarrollos de Dame tu muerte y Compulsión, sin ser un dechado de originalidad, demuestran cierta creatividad argumental y ambición temática. Asimismo, sus personajes, si bien son algo planos y estereotipados, no se sienten tan acartonados, ni sus roles tan previsibles, como los de otras ficciones "pulp". Y, por último, su prosa elude el estilo preñado de diálogos tan característico de la literatura escapista.

Con esto no quiero decir que estemos ante obras maestras. Hay que acudir a Dame tu muerte y Compulsión con las expectativas adecuadas y previendo una prosa algo taquigráfica, una trama más bien efectista y un elenco sencillito. Sin embargo, insisto en que, dentro de los estándares "pulp", podrían considerarse aportaciones muy dignas, e incluso particularmente inspiradas en ciertos detalles (resulta un puntazo que ignoren clichés como el de los romances forzados). 

Dame tu muerte, quizá la más terrorífica de las dos novelas cortas, trata sobre un guardaespaldas que, guiado por una voz misteriosa que anula su voluntad por completo, presencia al cadáver de una mujer víctima de un accidente de coche y se empieza a obsesionar con la muerte.

Destacaría, por encima de todo, su imaginería grotesca y "gore". Sin ser particularmente creativa o explícita, logra causar cierta repugnancia cuando es descrita, y alcanza cotas de perversidad y morbo muy elevadas en la escena del salón de baile. También resaltaría su potente primera mitad (exceptuando ciertos capítulos, de los que hablaré a continuación), pues concatena escenas con pasmosa agilidad, erige convincentemente una atmósfera sórdida y siembra un sugerente misterio.

Entre los aspectos negativos, citaría que algunos de sus capítulos introductorios no aportan nada relevante al conjunto, e incluso le restan solemnidad a causa de su (extremadamente ocasional, todo sea dicho) tono cómico. Asimismo, la revelación del misterio que permea la historia (¿qué es esa voz que guía al protagonista y a otros personajes?), aunque satisfactoriamente alocada, no me ha acabado de convencer, pero esto probablemente se debe a que yo hubiera preferido que las cosas discurrieran por otros derroteros.

Compulsión, por su parte, narra el reencuentro de dos hermanos, propiciado por la aparición de una extraña criatura que cada uno debe estudiar desde sus respectivos campos (el folklore y lo paranormal).

De ella me han gustado el diseño de la criatura y las habilidades de ésta (prolijamente detalladas y, aun así, capaces de desconcertar al lector). También los paralelismos que establece entre Asgeir y Pigmalión, o el escenario donde transcurre la intensa segunda mitad de la historia.

En cambio, no he acabado de conectar con su tono, que es demasiado peliculero para mi gusto (sobre todo durante el último tercio de la obra, en el que una carrera contrarreloj culminará con una serie de inevitables explosiones). Además, los personajes, que se empapan de dicho tono peliculero, obedecen a una lógica a ratos inverosímil (amistades que se forjan en tiempo récord, arcos de redención predecibles, reconciliaciones conmovedoras, etc...). 

Poco más que añadir sobre la segunda entrega de la colección Bolsilibros Yeray. Sólo insistir en que, de acudir a estas novelas cortas con las expectativas adecuadas, pasaremos un rato estupendo, e incluso seremos recompensados con algún que otro destello inesperado. Suficiente para alguien como yo, que sin haber vivido el auge de la Selección Terror de Bruguera y otras propuestas similares, las echa de menos ahora que apenas son un recuerdo de una época en la que la literatura popular vendía como churros.

miércoles, 4 de junio de 2025

Louis-Ferdinand Céline: De un castillo a otro (Trilogía del Norte I)

Idioma original: Francés 
Título original: D'un château l'autre
Año de publicación: 1957
Traducción: Carlos Manzano
Valoración: Muy recomendable (con varios matices)

Complicado separar obra y autor en el caso de un tipo como Louis-Ferdinand Céline. Furibundo antisemita y colaborador del gobierno de Vichy, es innegable su importancia en la literatura francesa y mundial del siglo XX y su influencia en futuras generaciones de escritores (toda la generación beat, el propio Michel Houellebecq, etc). Vamos, otra muestra más (y no me hagais dar nombres pero los hay de toda raza, género, edad, ideología, etc) de que ser un verdadero hijo de puta no está reñido con ser un puto genio en lo artístico.

Y aunque resulte complicado, más aún después de leer las 100-150 páginas del libro, trataré de que mi valoración de la obra no se vea demasiado afectada por otro tipo de consideraciones ajenas a lo puramente literario. ¡Al lío!

De un castillo a otro, primera parte de la trilogía del Norte, es, como sucede con buena parte de la obra de Céline, una narración autobiográfica. En esta ocasión, el autor rememora, principalmente, los meses pasados en Sigmaringen, lugar al que huyeron en el año 1944 jerifaltes (y no tan jerifaltes) del gobierno colaboracionista de Vichy. 

Digo principalmente porque las ya citadas 100-150 primeras páginas se sitúan en el momento en que Céline escribe De un castillo a otro y porque estas son una constante diatriba contra todo y contra todos (editores, intelectuales, escritores, políticos, etc) y una casi permanente queja por su situación política y económica. Así, Céline se autodenomina cabeza de turco de los racistas de enfrente material para la propaganda, se queja amargamente del precio de las zanahorias (???), protesta porque con lo poco que he escrito, ¡ya habéis visto los odios!...¡el resentimiento que me he granjeado!... (por qué será, LuisFer?) Resultaría hasta cómico, si no conociéramos los antecedentes del personaje.

En resumen, Céline narrador y Céline protagonista casi absoluto de un primer tercio del texto en el que, afortunadamente, Céline se muestra, por momentos, autoparódico, aforístico, irónico o ácido. Si no fuera por esos momentos, dan ganas de dejar el libro, la verdad.

La cosa mejora, y mucho, cuando se centra en los meses de Sigmaringen. Sin dejar de ser una narración desordenada, sin continuidad y solo aparentemente desaliñada, el foco pasa del propio Céline a muchos de los personajes que pululan por Sigmaringen. Su condición de médico le permite codearse con personajes como Petain o Laval, con soldados, prostitutas, etc y ofrece un cuadro terrible del caos reinante en aquellos días. 

El texto se convierte en el retrato de la ruina física y moral. No hay heroicidad ninguna, sino seres humanos y sus más bajas pasiones (traiciones, delaciones, odios cruzados, hipocresía) en medio del hambre, la enfermedad y la tensión de los bombardeos aliados y la presencia próxima del ejército de Lecrerc. Pero entre la ruina se cuelan el humor negro o escatológico, esperpénticos y absurdos intentos de normalidad, locas esperanzas o recuerdos de infancia del propio Céline y, de esta forma, De un castillo a otro resulta un testimonio con una fuerza brutal.

No puedo terminar la reseña sin hablar de estilo de Céline y de la traducción. En cuanto al estilo, y como ya sucede en Viaje al fin de la noche (creo que lo he leído un par de veces, pero de la última igual hace 20 años), este se basa en la oralidad y en una aparente impulsividad, así como en la ruptura de los estándares habituales en cuanto a continuidad narrativa, sintaxis, etc. Por ponerlo en imágenes, De un castillo a otro parece un rompecabezas que hubiera sido transcrito por Lili, pareja de Céline, mientras este despotrica y recuerda sentado a un mesa, tomándose unos tintorros y pegando puñetazos de vez en cuando.  

Ligado a lo anterior, se hace obligado hablar de la traducción porque... ¿cómo traducir un texto tan oral / coloquial escrito en 1957? ¿han de adaptarse estos textos a coloquialismos más "actuales" para que no suene "a viejo"? No tengo la respuesta, solo un párrafo de la traducción de Carmen Kurtz (1972) y de la de Carlos Manzano (2024). ¡Ojo a las diferencias!

Me gustaría ver a Luis XIV con un “asegurado social”... ¡vería si el Estado es él!... ¡date cuenta de los millares que representa el menor cotizante! ¡ay, Luis, desvalijador de vía estrecha!... date cuenta, Luis Sol, ¡temblaba cuando tenía que cambiar de cirujano! ¡ya no vivía!... ¡la etiqueta!... tu “asegurado” ¡no se anda con chiquitas para enviarte a la mierda! ¡tratarte de podrido chuleta!. (C.K. 1972)

Me gustaría ver a Luis XIV con un “asegurado social”... ¡vería si el Estado es él!... ¡pensad en los miles de millones que representa el menor cotizante! ¡ay, Luis, mindundi!... imaginaos, Luis Sol, ¡el canguelo tan solo por cambiar de cirujano! ¡ya es que no podía vivir!... ¡la etiqueta!... ¡lo que trae sin cuidado a tu “asegurado”! ¡mandarte a tomar viento! ¡tratarte de macarra canalla!. (C.M. 2024)

También de Céline en ULAD: Guerra y Viaje al fin de la noche

martes, 3 de junio de 2025

Miguel Delibes: Las guerras de nuestros antepasados

Idioma original: castellano

Año de publicación: 1975

Valoración: Muy recomendable


Miguel Delibes tiene unas cuantas reseñas en este blog, con algunas valoraciones muy positivas y otras no tanto, un poco de todo. En el comentario a una de esas entradas dije algo así como que no era uno de mis autores favoritos, y es cierto, quizá porque en la pequeña parte de su obra que conozco pesaba, en mi opinión en exceso, el elemento rural. Que es cierto que Delibes describe como pocos el paisaje castellano, y tiene una capacidad inigualable para entender a personajes muy pegados a la tierra, gentes sencillas del campo cuyo lenguaje, y diríamos cuya alma, traslada a las páginas de sus libros, siempre desde la ternura y una pizca de humor. Pero, aun admitiendo sus virtudes, personalmente el apego a ese mundo me resultaba más bien poco atractivo.

Pues he aquí que Las guerras de nuestros antepasados nos sitúa de nuevo, en plan inmersión total, en ese entorno, con sus peleas entre aldeas vecinas, y los trabajos en frutales y colmenas. Pero no solo estamos en el mundo rural sino también en una atmósfera fuertemente arcaica en la que el protagonismo lo tienen los varones que personifican las tres generaciones de una misma familia. El bisabuelo, el abuelo y el padre, todos cortados por el mismo patrón, cuya referencia fundamental son las guerras que tocó vivir a cada uno: la Carlista, la de África y la Guerra civil. Se supone que todo hombre, antes o después, tiene (o debe tener) su guerra, en la que debe mostrar su valor a base clavar la bayoneta o, en su defecto, derribando enemigos a tiros. El problema es que la saga continúa por el lado masculino en un joven muy metafóricamente llamado Pacífico. Este chico no solo ha absorbido las enseñanzas de su tío Paco (observar la naturaleza, detectar el diferente lenguaje de los ríos, desentenderse de las pugnas aldeanas), sino que desde pequeño muestra una sensibilidad fuera de lo común: siente dolor en los dedos cuando se poda un árbol, o en la garganta cuando se pesca una trucha.

Delibes ya nos ha presentado el cuadro básico del relato, el contraste entre la barbarie primitiva y algo que, más que con la modernidad, tiene que ver con la humanidad, una forma diferente de ver el mundo y moverse por él. Otros personajes intervendrán en esa dicotomía, aunque no todo va a ser tan lineal como podría pensarse, y con la misma habilidad con que se ha presentado el conflicto Delibes conduce la narración por caminos no exentos de  contradicciones, porque en el mismo personaje en que brota esa sensibilidad exacerbada surge de improviso una frialdad insospechada en momentos clave. Quizá porque en el fondo la sangre familiar termina imponiendo su sello.

El formato utilizado es también un elemento fundamental: al exponerse la historia a través de una especie de entrevista a la que un psiquiatra penitenciario somete a Pacífico, el autor consigue varios objetivos. El primero, liberar al personaje principal para que pueda expresarse sin cortapisas en su lenguaje coloquial, de pueblo, con todos los registros que Delibes domina a la perfección, un efecto que difícilmente se conseguiría con un narrador omniscente, y que resultaría poco creíble en una confesión o en unas memorias, donde seguro perdería la frescura y la espontaneidad. Pero además permite otros logros interesantes, como jugar con el contraste con el lenguaje más culto y urbano del médico entrevistador, o abrir hueco a pequeños cortocircuitos en la comunicación y brotes de humor que dan a la relato vivacidad y subrayan la distancia entre los dos mundos que representan los interlocutores.

Episodios sorprendentes como el manzano que da frutos en invierno, el suicidio de un jabalí, la lluvia de ostias (sagradas) alrededor de la abuela mística, o el fusilamiento ritual de un perro bordean en ocasiones el realismo mágico, como la disparatada fuga de un penal parece parodiar, sin perder dramatismo, cierta literatura carcelaria. Muchos elementos, reunidos y mezclados con suma destreza, que dan lugar a un libro realmente sobresaliente que, al menos a mí, me ha llevado a valorar a Delibes unos cuantos escalones por encima de mis posiciones iniciales.

Otras obras de Miguel Delibes reseñadas en ULADaquí



lunes, 2 de junio de 2025

Aldous Huxley: Si mi biblioteca ardiera esta noche


Idioma original: inglés

Título original: Complete Essays of Aldous Huxley

Traducción: Matías Serra

Año de publicación: 2009

Valoración: casi imprescincible

 

Uno casi palidece cuando se enfrenta a libros como éste, que ya muestra, desde su título, una voraz intención evocadora a la vez de espíritu de confrontamiento con lo establecido y de precaución ante el vasto rango de disfraces de que es capaz la maldad humana, una de cuyas manifestaciones suele ser la quema de libros. Solamente una cuestión como ésta daría para disertaciones que se eternizarían. Huxley, mayoritariamente conocido por una de esas distopías que son, espero que aún sean, pasto de las preferencias de los profesores de secundaria a la hora de aconsejar a alumnos para que desarrollen cierta capacidad de análisis o conciencia crítica. Y me ha resultado tan tentador no mencionar su título que no lo he hecho.

Pero al margen de ese tótem literario, Huxley fue un ensayista de amplio espectro, supongo que a veces por una necesidad alimenticia, como en los comentarios sobre música y conciertos que integran una de las partes de este libro, donde se muestra algo más comedido, aunque cuando tiene que mostrarse más entusiasta o crítico, sabe hacerlo con  firmeza y argumentos. 

Y ese es el caso. Cualquiera que opine sobre cultura debería tomar nota de la contundencia de Huxley para plasmar sus opiniones, contundencia que no debería ser confundida con dogmatismo o con arrogancia. Leyendo a Huxley virtiendo no solamente los resultados de sus experimentos con las drogas sino también sus opìniones sobre el exceso de oferta literaria (qué diría hoy) uno se da cuenta de que no hace falta alinearse con la opinión de aquellos a quien leas para apreciar su valor intrínseco, Huxley se expresaba de manera firme, sincera y vehemente, plasmaba sus planteamientos con claridad, coherencia, pero por encima de todo con una inapelable intención de hacer prevalecer calidad sobre cantidad, de evitar a sí mismo y a los demás, pérdidas de tiempo en cuestiones banales, superficiales, sin atisbo alguno de perdurabilidad. Por encima, insisto, de aceptar sus opiniones, leer a Huxley implica, y no sé si hay muchos escritores así hoy en día, sintetizar y aislar los grandes males no solo del reducido y atrincherado mundo cultural, sino de la sociedad en que vivimos. Y lo hizo hace más de sesenta años.

Otras obras de Huxley reseñanadas en ULAD: aquí

domingo, 1 de junio de 2025

Andrea Camilleri: La masacre olvidada

Idioma original: italiano

Título original: La strage dimendicata

Año de publicación: 1984

Traducción: Juan Carlos Gentile Vitale

Valoración: bastante recomendable

Ensayo histórico con el que el recordado Andrea Camilleri se puso en "modo Sciascia", por así decirlo, en uno de los primeros libros que publicó (unos cuantos años antes de que obtuviera su gran éxito internacional con las novelas policiacas, por lo que podemos colegir por dónde podría haber ido su carrera literaria, si hubieran sido otras las circunstancias). Este breve libro estaría, pues, en la línea de El teatro de la memoria y, sobre todo, Los apuñaladores, pues, al igual que éste, trata sobre un hecho luctuoso y más o menos ya olvidado, incluso por los historiadores, ocurrido en el siglo XIX. Sólo que en vez de un ataque en Palermo, nos encontramos ante una masacre producida a comienzos de 1848 en el pueblo natal (hoy ciudad) de Camilleri, Porto Empedocle, que por aquel entonces era un puerto que pertenecía a Agrigento y que se llamaba Borgata Molo (por cierto que muy divertida, por llena de ironía y aun de retranca, resulta la crónica que hace el autor de los diferentes nombres que va teniendo a lo largo de los siglos su localidad. Más divertida aún si pensamos que cuando escribió este libro, aún no sabía que a Porto Empedocle se le daría oficialmente durante unos años también el nombre de Vigàta, como en sus novelas). 

Entre el 25 y el 26 de enero de aquel 1848 se produjo en la localidad una revuelta, encuadrada dentro de la Revolución siciliana antiborbónica (y que podemos relacionar, a su vez, con la oleada revolucionaria que recorrió ese año toda Europa), durante la cual, el mayor Emanuel Sarzana, al mando de la prisión situada en la Torre de Carlos V que se encuentra en la entonces Borgata Molo, provocó la muerte de 114 presos a los que había encerrado en un foso, al cortarles el suministro de aire. Decisión tomada, por contextualizarla un poco, durante el asedio que muchos habitantes del lugar y familiares de los presos habían puesto a la Torre, pero que no deja de ser una salvajada de aciago resultado. 

Camilleri nos ofrece un recorrido no sólo por los sucesos de aquel momento, sino los antecedentes -con especial interés sobre cómo era la vida de los presos y como la burguesía local se aprovechaba del trabajo cautivo... menos mal que esas cosas ya no pasan, ¿verdad?- y, sobre todo, de lo que ocurrió después, cuando las consecuencias se difuminan en una neblina de imprecisiones, rumores y silencios que él trata de concretar con una finura, ya digo (perdón por repetirme), de lo más "sciasciana". Al final, queda un pequeño ensayo que se lee en una tarde, de lo más interesante y que ilustra perfectamente la famosa máxima de Lampedusa (o del príncipe de Salina, mejor dicho) de que "todo cambie para que todo siga igual"... 

Nota: se me escapa la razón por la que se decidió poner en la cubierta de un libro sobre una matanza de presos en la Sicilia de mediados del XIX el retrato de una joven belga del siglo XVII (aunque es cierto que Ediciones Destino a veces ha utilizado otras obras pictóricas del pasado para envolver libros de Camilleri); en todo caso, eso me ha servido para conocer a Michael Sweerts, pintor flamenco que hacía unos retratos de excelente factura, como se ve. 

Muchos más libros del gran Andrea Camilleri (pero muchos menos de los que escribió) reseñados aquí.