Título original: Every Time We Meet at the Dairy Queen, Your Whole Fucking Face Explodes
Traducción: Hugo Camacho
Año de publicación: 2016
Valoración: Entre recomendable (especialmente para raritos) y está bien
Ethan se ha enamorado de la chica rara, y ella le corresponde. Aunque los dos son muy tímidos, empiezan una relación. Pero su noviazgo resulta algo difícil, pues a la joven Telaraña le explota la cabeza cuando se emociona, tiene sangre anestesiante y desprende un olor corporal que atrae a las arañas.
Esta es la premisa de Cada vez que quedamos en la heladería, te explota la puta cara, novela corta de Carlton Mellick III (prolífico escritor cuya obra figura entre la más destacada del movimiento bizarro). Novela que funciona a la perfección como pasatiempo fácil de leer, extravagante, divertido y a ratos sangriento, y que incluso soportaría una lectura alegórica sobre la intensidad del primer amor de adolescencia. Novela que alberga ideas magníficas, un par de escenas francamente potentes y un final loquísimo.
Sin embargo, le pondría una pega. Y es que Cada vez... sobreexplica sus ideas, cosa totalmente innecesaria (al menos a mi juicio) en una obra adscrita al bizarro. O sea, ¿hace falta saber, por ejemplo, que las rarezas de Telaraña se deben a los cambios evolutivos de su linaje? ¿Necesitamos conocer el origen de los injertos de piel que usa su familia? Toda esta sobreexplicación, aunque competente y hasta creativa en su ejecución, resta potencial absurdo y grotesco al conjunto.
Asimismo, dicha sobreexplicación impone una lógica interna que Mellick III no es capaz de mantener consistente. E insisto, una obra adscrita al bizarro no tiene por qué tener una lógica interna consistente. Pero en este caso, como el autor trata de justificar ciertas cosas, muchas otras empiezan a chirriar. Y es que no resulta plausible que la peculiaridad de Telaraña deba mantenerse en secreto, pero que aún así su padre permita a ésta que vaya al instituto o a la heladería con su novio, y menos todavía cuando ya le ha estallado la cara frente a testigos. Tampoco me convence que Ethan no pueda volver a ver a sus padres cuando huye con Telaraña y su familia, por miedo a que la policía les siga la pista, pero aún así asistan tanto él como su pareja a un nuevo colegio (como si un nombre falso pudiera ocultar sus caras remendadas).
Sea como fuere, Cada vez... es una novela original y divertida, que recomiendo tanto a amantes del bizarro como, por qué no, a lectores eclécticos abiertos a nuevas experiencias. Que no acabe de abrazar todo su potencial absurdo y grotesco no quita que sea una obra por momentos delirante, sumamente entretenida y que goza de cierto subtexto. ¿Qué más se puede pedir?
También de Carlton Mellick III en ULAD: Aquí
Uno de los mejores títulos de la historia, aunque por detrás de "El amor edípico contra la lujuria sadomasona", claro...
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