Título original: The Bachelors
Año de publicación: 1960
Traducción: Juan Sebastián Cárdenas
Valoración: recomendable
Descubrí a esta escritora gracias a una reseña de este mismo blog -para que se vea que cumplimos una labor social... ejem-, tan elogiosa que decidí probar con ella, a ver qué tal... La novela que elegí, sin embargo, no fue la de la reseña, Memento Mori, sino esta Los solteros (en parte debido a la preciosa edición de Impedimenta); en ella, Spark nos cuenta las andanzas de una serie de personajes, todos solteros, en efecto, en el Londres de los años 50 (la "ciudad de los solteros", según la escritora, que incluso aporta datos de cuántos había en esos años).
En realidad, en algún caso deberíamos hablar más de "solterones" o al menos de tipos que ya están rayando en esa situación, con sus manías y excentriciades -tan típicamente british, por otra parte- ya bastante asentadas. Alrededor de estos solteros -masculinos- también nos encontramos a unas cuantas mujeres con las que se relacionan, también ellas solteras o viudas: jóvenes un tanto pánfilas y desorientadas o mujeres maduras, más seguras y dominantes... en apariencia, pues en realidad, resultan ser ellas quienes se dejan dominar por los hombres (lo cierto es que Spark no deja en muy buen lugar a sus congéneres).
La trama en sí se articula en torno a una estafa que parece haber perpetrado uno de los personajes, el supuesto médium Patrick Seton; un turbio asunto con el que todos acaban relacionados, de una forma u otra. A este médium, de una calculada y bastante siniestra ambigüedad, se le contrapone la figura de Ronald Bridges, experto grafólogo que sufre de epilepsia (por lo que él cree que sus amigos le toman también por una suerte de oráculo). A su lado encontramos a otros personajes peculiares: por ejemplo, un irlandés que trata de resistirse a sus impulsos sexuales, un falso sacerdote, un maestro de escuela espiritista... Porque el espiritismo está muy presente en la novela, así como el catolicismo; en cierto modo, estas dos creencias se contraponen, de la misma forma que los personajes de Seton y Ronald Bridges (que es católico practicante). Es más, creo que hay un trasfondo religioso que atraviesa toda la historia: encontramos, de forma más o menos velada, alusiones a la culpa, el pecado original, la expiación... (por lo visto, en esos años fue cuando Muriel Spark, que era hija de un judío y una presbiteriana, se convirtió al catolicismo. Además, era amiga de Graham Greene, otro gran escritor británico y católico).
Que nadie piense, sin embargo, que en esta narración va a encontrar un tono proselitista o evangelizante: la inquietud religiosa parece expresar aquí más las dudas que las certezas. Además, Spark no deja de aplicar en todo momento una mirada irónica y hasta escéptica... De hecho, me ha recordado bastante -quizás con una malevolencia más sutil o menos inclemente con su prójimo- a otra escritora imprescindible: la oscura Patricia Highsmith.
En suma, un feliz descubrimiento gracias a una compañera de este blog, a la que me alegro de haber hecho caso. Yo, desde luego, pienso repetir con Muriel Spark.
Más libros de Muriel Spark reseñados en Un Libro al Día: Memento Mori, El asiento del conductor, La abadesa de Crewe, La plenitud de la señorita Brodie
De Muriel Spark tenemos pendiente The Driver's Seat, a ver qué nos parece.
ResponderEliminarHola:
ResponderEliminarYo ya he digo que sólo he leído éste, pero tengo buenas referencias de el que mencionas, así que caerá algún día, ahora seguro... ; )
Un saludo.