Idioma original: español
Año de publicación: 1990
Valoración: recomendable
Tengo la impresión de que, si se hiciera una encuesta, la mayoría de los lectores calificarían a Rosa Montero como una escritora de novelas realistas, del estilo de Amado Amo, Te trataré como una reina o Crónica del desamor. Pero en realidad, poco a poco acumula ya una producción importante en géneros diferentes, como la novela histórico-fantástica Historia del Rey Transparente o de ciencia-ficción pura y dura, en Lágrimas bajo la lluvia. Temblor (una novela, creo, poco conocido de su autora) se sitúa también en esta línea, a medio camino entre la literatura fantástica y la ciencia-ficción post-apocalíptica.
En Temblor se cuenta la historia de Agua Fría, una niña de doce años que ha sido educada en el respeto a la Ley (con mayúscula) en un mundo opresivo y decadente; sin embargo, cuando está a punto de entrar en el Talapot (una especie de gigantesco seminario para los sacerdotes del Cristal), comenzará a dudar de todo lo aprendido, a cuestionarse por qué el mundo está sumergiéndose en las nieblas del olvido y si la Ley y el poder de los sacerdotes (y sobre todo, de las sacerdotisas) es tan justo y tan ejemplar como le enseñaron. Decepcionada y confusa, decide huir del Talapot y adentrase en lo desonocido en busca de respuestas y de una oportunidad para salvar el mundo.
Aunque a veces esta novela aparece calificada, sin más, como ciencia ficción (y tiene, de hecho, ciertas similitudes con los mundos creados por Ursula K. LeGuin), su estructura y su localización tienen más que ver, durante el 90% del texto, con la novela fantástica y de aventuras: la niña protagonista está dotada del poder de la hipnosis, y más tarde aprenderá el poder de la telequinesis, y su historia consiste en la superación de obstáculos y enemigos hasta lograr su heroico objetivo. Solo al final (un final un poco precipitado y prosaico, todo hay que decirlo) se reconstruirá el proceso apocalíptico que llevó desde nuestro tecnológico mundo actual, al casi-primitivo mundo en que se sitúa la novela.
Otra forma todavía de calificar esta novela sería la de "parábola": aunque la trama evidentemente se sostiene por sí misma, es evidente que se han volcado en el texto algunos temas que Rosa Montero quería tratar en esta novela: el fanatismo o integrismo, los límites del poder o el difícil equilibrio entre olvido y memoria. Algunas de las invenciones que despliega la autora en el texto suenan conocidas: las nieblas del olvido que se comen el mundo recuerdan inevitablemente a la "nada" de La historia interminable, mientras que los métodos de "enseñanza" del Talapot parece a veces sacados directamente de 1984... Una de las creaciones más originales de Temblor son las hermanas gemelas Oxígeno y Océano, que se pelean por el mundo como dos niñas malcriadas y que subvierten el tópico de la anciana sabia y benévola que uno espera encontrar en estos casos.
Si pusiéramos en la balanza esta novela y Lágrimas en la lluvia (que como decía al principio, se integra decididamente en el género de la ciencia-ficción), sale ganando sin duda la segunda, una novela más entera y más madura. Pero tampoco a Temblor le faltan méritos o atractivos, sobre todo si consideramos que es la primera escapada de su autora a mundos fantásticos que después ha vuelto a transitar en distintas formas.
También de Rosa Montero en ULAD: La ridícula idea de no volver a verte, Lágrimas en la lluvia, Te trataré como a una reina, La hija del caníbal, Amado Amo, Crónica del desamor
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja a continuación tu comentario. Los comentarios serán moderados y solo serán visibles si los aprueba un miembro del equipo.