Título original: Breath from the Sky
Idioma original: inglés
Año de publicación: 1971 (en castellano): 2007
Valoración: Recomendable
Este relato narra una de esas historias pequeñas que se desarrollan en un espacio reducido donde no sucede nada de importancia. En el jardín de una casa se muestra a una niña inmóvil que observa a la gente que pasa por allí. A primera vista, no pasa de ser una estampa intrascendente con sólo una decena de páginas, pero puede que esa acción mínima esté señalando a otro sitio, fuera del alcance de la vista.
Lo que de verdad importa es lo que McCullers no cuenta. A pesar de la poca experiencia que tenía cuando lo escribió, su gran talento acierta a crear dos campos de batalla ocultos dentro de la niña. En uno, quienes pelean a muerte son los bacilos de Koch con los pulmones de la maltrecha Clarence. Ésta languidece en su hamaca sin más actividad que unas toses que la dejan exhausta; en ese estado, hasta le intensidad de la luz resulta dolorosa y cualquier forma, color, movimiento que entre en su campo de visión recibe un interés fugaz. El otro ring es su propia mente, no tanto por la comprensible envidia que le produce la normalidad de los suyos como por la angustia que supone saber que en un futuro próximo vivirá alejada de todo y de todos, quién sabe durante cuánto tiempo. Y, por si esto fuera poco, tiene que enfrentarse a la indiferencia con que la van a dejar sola allá arriba, a esa resolución sin alma que parece guiar a todos, al desaliento que produce ser la única que ve el lado terrible del proyecto.
La intensidad que alcanzan estos sentimientos, por debajo de la aparente banalidad de la escena, se debe a su carácter autobiográfico. Carson McCullers aún no había olvidado los atroces momentos que le tocó vivir cuando, siendo adolescente, fue enviada a un sanatorio por culpa de unas fiebres reumáticas que al principio confundieron con tuberculosis y que le perseguirían durante toda su vida. Más tarde, su hermano quitaría importancia a esta anécdota afirmando que, en realidad, Carson era la preferida de su madre y que, sólo a causa de su sensibilidad de artista, interpretaba de esa forma los hechos. No creo que los artistas sean más sensibles que los que no lo son, sólo que algunos de los que tienen sensibilidad son, además, capaces de reflejar sus impresiones artísticamente. De cualquier modo, la escritora debió guardar un poso de traición mucho tiempo y quiso liberarlo poniéndolo por escrito. Debajo de la minuciosa descripción de lo que ve Clarence, atisbamos el desamparo del personaje, su temor, y también una entereza admirable.
La intensidad que alcanzan estos sentimientos, por debajo de la aparente banalidad de la escena, se debe a su carácter autobiográfico. Carson McCullers aún no había olvidado los atroces momentos que le tocó vivir cuando, siendo adolescente, fue enviada a un sanatorio por culpa de unas fiebres reumáticas que al principio confundieron con tuberculosis y que le perseguirían durante toda su vida. Más tarde, su hermano quitaría importancia a esta anécdota afirmando que, en realidad, Carson era la preferida de su madre y que, sólo a causa de su sensibilidad de artista, interpretaba de esa forma los hechos. No creo que los artistas sean más sensibles que los que no lo son, sólo que algunos de los que tienen sensibilidad son, además, capaces de reflejar sus impresiones artísticamente. De cualquier modo, la escritora debió guardar un poso de traición mucho tiempo y quiso liberarlo poniéndolo por escrito. Debajo de la minuciosa descripción de lo que ve Clarence, atisbamos el desamparo del personaje, su temor, y también una entereza admirable.
El aliento del cielo es un cuento primerizo, sorprendentemente bien construido, que se recogió póstumamente en The Mortgaged Heart y que, desde 2007, podemos leer en español al formar parte del volumen al que da título, junto con otros dieciocho y tres novelas cortas.
También de Carson McCullers en ULAD: Reflejos en un ojo dorado, El corazón es un cazador solitario, El mudo y otros textos
También de Carson McCullers en ULAD: Reflejos en un ojo dorado, El corazón es un cazador solitario, El mudo y otros textos
Yo de Carson McCullers solo he leído "La balada del café triste", pero esa novela corta sí que te recomiendo encarecidamente. Tiene la disertación sobre el AMOR —«existen el amante y el amado»— más grande que ha dado la Literatura...
ResponderEliminarDe quitarse el sombrero.
De este libro leí algunos cuentos, buenos, pero lo mejor me pareció que son las novelas cortas que incluye: La balada... y Reflejos sobre un ojo dorado. Especiales para los que disfrutamos personajes e historias raras.
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