Idioma original:
español
Año de publicación:
1953
Valoración: Imprescindible
Al terminar de leer este libro me he puesto muy triste porque ya no
hay más. Después de gozar con Pedro
Páramo y con El Llano en llamas,
ya no hay más Rulfo. ¿Qué hizo que el mexicano dejara de lado la literatura? Con
sólo dos libros consiguió convertirse en un referente. ¿Pero por qué no publicó
más? ¿Demasiada presión? ¿Demasiada exigencia? Rulfo ha reconocido en alguna
entrevista haber terminado otra novela; pero la destruyó. Decidió eliminarla.
Supongo que después de Pedro Páramo,
ninguna novela es una buena novela.
El Llano en llamas es una colección de diecisiete relatos
situados en México durante la Revolución de 1910 y en la época inmediatamente posterior
a la misma. El texto vio la luz en 1953, dos años antes a de la publicación de Pedro Páramo, y ambos libros comparten
estilo, una visión mágica del campo y algunos grandes temas, como la revolución,
la violencia y la muerte.
En este libro la violencia de la Revolución es una violencia
contenida. Incorpórea. Gaseosa. Se filtra por la piel de los personajes
paralizándolos y frustrándolos. Los protagonistas son gentes sin salida, que
aceptan con resignación la fatalidad de su destino. Ni la esperanza, ni los
milagros ni los esfuerzos por salir adelante funcionan. Están condenados a
sufrir.
En las historias de Rulfo no hay mucha acción, todo es en apariencia
estático; pero es gracias a esta quietud que el lector es capaz de penetrar en
la psique de los personajes, en sus emociones contenidas y en sus roces
acumulados cocidos en el calor del desierto.
Fragmento del relato Luvina:
Y es que allá el tiempo es muy
largo. Nadie lleva la cuenta de las horas ni a nadie le preocupa cómo van
amontonándose los años. Los días comienzan y se acaban. Luego viene la noche.
Solamente el día y la noche hasta el día de la muerte, que para ellos es una
esperanza.
Obra maestra de la literatura mexicana de todos los tiempos, sin dudarlo a nadie dejara indiferente esta gran obra :-)
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Es más, yo lo prefiero mil veces a "Pedro Páramo"...
ResponderEliminarA ver, hay muchas compilaciones de cuentos fascinantes y autores dignos de admiración. Supongo que los otros dos que nos vienen a la mente así a bote pronto son el pseudointelectual Cortázar y el entrañable Benedetti. El problema de Rulfo es que es un mito (al que dieron pie su estilo escueto, su escasa obra, el no prodigarse en medios ni festejos literarios ni de otro tipo y su humildad, como ser humano y como literato) y contra ello no se puede competir. Me gusta esta obra porque me gusta el relato corto pero detesto Pedro Páramo porque su tema me importa un rábano, a pesar de su indudable calidad literaria.
ResponderEliminarAl hablar de Llano en llamas el primer cuento que viene a mi mente es Luvina,aunque es dificil elegir uno, podría decir que es mi preferido.
ResponderEliminar–Es que se me murió el tío Celerino, que era el que me contaba las historias.
ResponderEliminarSu tío Celerino no era ningún invento. Existió realmente. Era un borracho que se ganaba la vida confirmando niños. Rulfo le acompañaba muchas veces y escuchaba las fabulosas historias que éste le contaba sobre su vida, la mayoría inventadas. Los cuentos de El Llano en llamas estuvieron a punto de titularse Los cuentos del tío Celerino. Rulfo dejó de escribir poco después de que éste muriera. La excusa del tío Celerino es de las más originales de entre todas las que han creado los escritores para justificar su abandono de la literatura.
–¿Qué por qué no escribo? -se le oyó decir a Juan Rulfo en Caracas, en 1974-. Pues porque se me murió el tío Celerino, que era el que me contaba las historias. Siempre andaba platicando conmigo. Pero era muy mentiroso. Todo lo que me contaba eran puras mentiras, y entonces, naturalmente, lo que escribí eran puras mentiras.
La reseña es definitiva. Quiero pensar que no borrara mi excelente opinión de Rulfo. Nunca lo intenté porque me parecía que sería una obra menor comparada con Pedro Páramo.
ResponderEliminarEl gran Juan Rulfo que cultivo el bajo perfil... Otra novela suya aparecio en sus obras completas, llamada El gallo de oro de 1958... Tambien muy recomendable.
ResponderEliminarPues si hay... hay más de Juan Rulfo..."El gallo de oro" 1958.
ResponderEliminarMe gusto tu reseña... Saludos
Excepcional. Si Pedro Páramo es una obra maestra el Llano en Llamas no se queda atrás.
ResponderEliminarTal vez le haya penalizado la vieja consideración del cuento o del relato breve como un género menor. Afortunadamente parece que este injusto prejuicio va desapareciendo.
Grandísima obra.¡Cuantos escritores hubieran vendido su alma al diablo por escribir uno solo de estos relatos!
Hola. La reseña es correcta aunque peca de demasiado sobria a mi parecer. Pero quirúrgica y sin concesiones: Imprescindible.
ResponderEliminarMe da algo de pudor pero me atrevo a matizar , doce años después, una parte de lo reseñado.
Los 17 relatos no se publicaron en 1953 con motivo de la primera edición del libro. Sólo lo fueron 15.
Los dos que completan los 17 se publicaron originalmente dos años más tarde, en el 55, por separado en varias revistas. Son los titulados “El día del derrumbe” y “La herencia de Matilde Arcángel”. Sólo se incorporaron al texto definitivo del libro en su edición de 1970.
Y los 15 iniciales no vieron la luz por vez primera con la publicación de 1953. Al menos siete fueron editados con anterioridad, por separado en varias revistas y publicaciones de modesta difusión. Fueron publicándose desde 1945, sin mayores ambiciones o posibilidades editoriales, no sabemos.Los ocho restantes fueron escritos siendo Rulfo becario del Centro Mexicano de Escritores en los meses anteriores a la primera edición de Llano en otoño de 1953.
Muchas gracias por las puntualicaciones! No conocía tan en detalle la historia editorial del libro, agradezco la información.
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