Idioma original: francés
Título original: L’Écume des jours
Fecha de publicación: 1947
Valoración: Muy recomendable
He de confesar que llegué hasta Boris Vian y su “espuma de los días” gracias a una entrevista con una escritora española de éxito que vi en la televisión. En un momento dado, dicha escritora (que no es, precisamente, santa de mi devoción) comenzó a hablar animadamente con su entrevistador sobre este libro, y al escucharles, no pude por menos de sentir cierta curiosidad y algo de celos ante el entusiasmo, el desparpajo y el suave tono burlón que ambos derrochaban, haciendo gala de una complicidad que parecía ignorar el hecho de que estaban siendo contemplados por miles y miles de personas. Recordaban, joviales y desenfadados, pasajes y ocurrencias del hasta entonces para mí desconocido Vian y su novela de intrigante título. Así que, en cuanto pude, me hice con ella.
Cuando tuve La espuma de los días en mis manos, me sorprendió su escasa longitud, ya que me imaginaba, no sé por qué, una obra muy extensa; y cuando comencé a leerla, tampoco me dejó precisamente indiferente la atmósfera surrealista en la que se obliga al lector a introducirse desde el primer momento y de forma un tanto violenta; es decir: me encontré con algo que no me esperaba y que al principio no me convencía nada. Nada. Porque pese a su agilidad y originalidad, me resultaba una bochornosa broma poco loable.
Pero seguí leyendo, y una vez firmado el pacto de confianza que se debe firmar con todo autor, digamos, peculiar para tratar de conocerle, pude llegar a disfrutar de aquel extraño artificio. Peculiar, sí, si no, cómo explicar que en casa de Colin, el joven y hedonista protagonista, viva un ratón gris de bigotes negros preocupado por la estabilidad de su compañero de piso, o que Chloé, la amada de Colin, enferme cuando le crezca un nenúfar en el pulmón, incurable enfermedad que llevará a su amado a sacrificarlo todo por ella. Mientras, la casa de Colin se hará cada vez más pequeña, y la humedad, creciente e imparable, la terminará por transformar en una suerte de ciénaga pastosa (de ahí la “espuma” del título).
Se puede mencionar a los otros peculiares personajes de la historia, como Chick, el mejor amigo de Colin, y su novia Alise, o Nicolás, el cocinero de Colin, que sale con la alta-burguesa Isis. Pero el gran nombre de esta novela, sin duda alguna, es el de un filósofo adorado por las masas, cual Elvis de las letras: Jean Sol Partre, ¿a alguien le suena? Vian parodia con este personaje inspirado con descaro en el partenaire de Simone de Beauvoir, el star-system literario, aún más grotesco si cabe que el hollywoodiense. Y aunque parezca mentira, diré que en la vida real Vian y Sartre, con “s”, fueron amigos, siendo éste último defensor acérrimo de su obra, pero con poca suerte, eso sí: sólo una vez muerto, la crítica reconoció sus méritos al padre de La espuma de los días.
Por lo tanto, es difícil que la presente obra agrade a los amantes de las historias clásicas; y con “clásicas” no me refiero sólo a las que obedecen al triunvirato de la coherencia literaria, a saber, introducción-nudo-desenlace, sino a las que pueden presumir de presentar personajes y situaciones perfectamente reproducibles en el mundo real. Pero no nos equivoquemos; Vian no cultiva el realismo mágico, su estilo es, más bien, la mezcla entre la obra subyugante/desquiciante de Salvador Dalí y los vericuetos febriles de Kafka.
Ah, se me olvidaba: hicieron una película a raíz de este libro. Ver para creer.
También de Boris Vian en ULAD: El arrancacorazones, La hierba roja, El lobo-hombre, Escupiré sobre vuestra tumba, Otoño en Pekín, Que se mueran los feos
Curiosamente, he llegado a tu blog por el comentario sobre este libro que he reencontrado años despúes. Disfrute como con pocos, no soy un gran lector. Pocas veces me gustó tanto un texto y,hasta me cambio la vida, en algún sentido que no he logrado aún descubrir.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario, Anónimo. La verdad es que este libro a mí también me dejó un extraño poso que hace que lo recuerde en muchas ocasiones, por muy diferentes motivos. Vamos, que con los años estoy viendo que no es tan surrealista como parece. La vida real lo supera con creces...
ResponderEliminarHola Ian
ResponderEliminarMe la forma en que abordas cada una de las recomendaciones de los libros que has leído; me parece que es una forma de compartir gustos y debatir entre lectores que es lo que hace falta últimamente.
Recurro a ti por el motivo de pedirte el favor de pasarme los legales que se encuentran en el libro, el motivo es que soy estudiante de Diseño Editorial y realizaré una nueva edición de esta maravillosa obra de Vian pero lamentablemente en mi país México se encuentra agotado y es por ello que recurro a ti como admirador de esta obra que nos ha dejado como legado Vian.
Sin más que decir te felicito por tu blog y espero seguir observando más recomendaciones en el.
Hola, Claudia. Muchas gracias por tu comentario.
ResponderEliminarLo primero,decirte que somos varios los individuos que escribimos en este blog, pero aprovecho esta aclaración para recoger mi cuota de tu amable felicitación, ¡gracias!
Y en cuanto al libro y sus derechos legales... Lamentablemente, yo lo leí hace ya bastantes años, cuando vivía en Madrid, pidiéndolo prestado en una biblioteca de allí, así que no tengo en mis manos ningún ejemplar. De todos modos, te paso este enlace en el que lo vende una casa española y aparece el nombre de su editorial, a ver si te sirve de algo: http://www.casadellibro.com/libro-la-espuma-de-los-dias/9788420634548/656802
¡Un fuerte abrazo!