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miércoles, 8 de mayo de 2024

Shirley Jackson: El reloj de sol

Idioma original: Inglés
Título original: The Sundial
Traducción: Maia Figueroa Evans
Año de publicación: 1958
Valoración: Recomendable (aunquen no para todo el mundo)

Cuando uno acude a las obras de Shirley Jackson ya sabe, a grandes rasgos, con qué va a toparse. A fin de cuentas, la pluma de la autora rezuma personalidad, y sus historias giran siempre en torno a los mismos temas, personajes y escenarios. 

Pese a esto, Jackson todavía depara sorpresas a sus lectores. A mí me maravilló, por ejemplo, con la apabullante originalidad de Siempre hemos vivido en el castillo, e hizo lo propio con la extraña unicidad de Hangsaman. Ahora vuelve a asombrarme con El reloj de sol, sátira cáustica donde las haya cuya premisa resulta de lo más curiosa.

¿De qué trata esta novela, preguntáis? Pues de un grupo de personas, parientes y conocidos, que conviven en una gran mansión. Una serie de circunstancias las llevarán a creer que el fin del mundo se avecina y que ellas se convertirán en los últimos seres humanos sobre la faz de la tierra. Mientras se preparan para semejantes acontecimiento, friccionarán en un ambiente asfixiante y disfuncional.

De las virtudes de El reloj de sol destacaría:

  • Su negrísimo sentido del humor.
  • Las interacciones entre personajes. Me gustan especialmente, por su oblicuidad, aquéllas que involucran a la señora Halloran, Essex, Julia o Fancy.
  • Ciertas escenas magistralmente narradas. Pienso, por su enfoque onírico y su factura expresiva, en la de la ¿visión? de la tía Fanny. Asimismo adoro, por el cinismo que desprende, aquella en la que los habitantes de la mansión se relacionan con algunos miembros de «los verdaderos creyentes» en el capítulo 5, o la perversa trampa que la señora Halloran tiende a Julia en el 9.
  • Su capacidad para crear microcosmos que se encajan los unos dentro de los otros cual matrioshkas (la casa donde transcurre gran parte de la historia, pero también la de las muñecas de Fancy, o el apartamento dentro de la mansión que ocupaba la madre de la tía Fanny).
  • Su clímax, cruelmente ambiguo.

Por otro lado, estos son los defectos que le encuentro a El reloj de sol:

  • Es una propuesta algo irregular. Aunque su idea global es harto interesante y ostenta pasajes brillantes, la novela llega a hacerse pesada o atascarse.
  • Tiene demasiados personajes. Al lector le cuesta ubicarlos a todos, y la autora no exprime a varios de ellos.
  • Su ritmo. Entiendo que es deliberadamente lento, pero por momentos lo es en exceso.

Resumiendo: El reloj de sol es una novela muy particular. Aunque a mí me ha encantado, no la recomendaría para iniciarse con Jackson. Sea como fuere, tampoco la descartaría, en caso de que la autora os guste y la premisa os llame la atención. A fin de cuentas, está perfectamente escrita, ostenta sinergias interesantes, tiene pasajes extraordinarios (de corte onírico o directamente extraño) y hace gala de un sentido del humor magnífico.


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