Título original: Io sono Gesù
Traducción: Miguel Ros González
Año de publicación: 2021
Valoración: Se deja leer
Interesante, atractivo. No me refiero a ningún actor famoso, sino a un libro que promete contar la historia de Jesús de Nazaret en sus años jóvenes, esa etapa de la que aquello que se llamaba Historia sagrada no dice casi nada, al menos que yo sepa. El Mesías de los cristianos, profeta para los musulmanes, era un hombre de carne y hueso al margen de otras consideraciones, y debió tener una infancia, una adolescencia y una primera juventud. Ante este vacío, Calaciura ofrece una versión posible, fantaseando sobre cómo pudo ser, creando algo que con un criterio laxo podríamos clasificar como novela histórica. Y sí, me parecía interesante, aunque no del todo novedoso, porque otros ya lo hicieron antes, como el conocido El evangelio según Jesucristo de Saramago, que no he leído y creo que se adentra en el mismo tema.
Las expectativas son importantes cuando leemos un libro, lo que uno espera de él antes de empezar o consumidas unas pocas páginas va a determinar en buena parte la opinión que finalmente nos formemos. En este caso yo esperaba una recreación en la que el necesario grado de imaginación entroncase con lo que sabemos (en mi caso, muy poquito) por los pasajes bíblicos, pero también con el contexto histórico, una visión diferente, laica si se quiere, de una etapa que resulta desconocida, quién sabe si por desinterés de los evangelistas o por la voluntad deliberada de ocultarla.
Jesús escribe en primera persona, una especie de memorias de juventud que se inician a una edad indeterminada que podríamos situar en la adolescencia. Y el relato que se monta Calaciura lo describe mejor que nadie uno de los inevitables elogios que adornan la solapa: ¡El Evangelio de Calaciura es una novela de aventuras! (lo dice Tutti Libri). Al margen de la rima, supongo que involuntaria, y del muy discutible carácter elogioso de la cita, es exactamente así. En vez del niño seriecito que se perdió y fue encontrado en el templo discutiendo con los sacerdotes (episodio por cierto ausente del libro), lo que sí tenemos es un circo ambulante, un par de novias, bandidos no identificados que arrasan la aldea, ataques de perros asilvestrados y una sequía que calcina los campos. En algún momento se puede pensar que el autor está dándole una vuelta a las siete plagas de Egipto, pero lo dudo mucho, creo que simplemente se ha lanzado a un relato de acción, en general además bastante deficiente.
Deficiente porque tiene el tono algo recargado de cierta literatura juvenil y, al margen de algunas incongruencias y anacronismos, sobre todo porque casi todas estas aventuras resultan simples, reiterativas y gratuitas, sin un origen justificado ni desarrollo o conexión a una idea coherente. Una especie de pasatiempo que podría haberse prolongado doscientas páginas más si Calaciura hubiera seguido tirando de esa inventiva un poco pueril, o su editor se lo hubiese aconsejado.
Pero, claro, le he puesto una valoración en la que algo se puede salvar. Quizá el aderezo de algunas escenas y personajes bíblicos muy conocidos (aunque creo entender que colocados de forma bastante caprichosa), insinuaciones bastante bien traídas en torno a la ya clásica disquisición sobre la virginidad de María, o ligeros apuntes (insuficientes) relacionados con la suspicacia de Roma ante cualquier atisbo de rebelión en sus posesiones. Tal vez lo más logrado es la muy diferente relación que José y María tienen con su hijo. El padre parece intentar marcarle el camino hacia una vida normal de carpintero honrado, ella aparenta ocultar tras un velo de silencio el secreto decisivo que solo ha de revelarse cuando llegue el momento. Esa lucha interior de María se transmite de alguna manera a su hijo, que a veces es consciente de que hay algo importante que no conoce y que quizá no le permitirá vivir la vida normal que ahora le seduce. En este sentido, siendo generosos podríamos ponerle la etiqueta de novela de formación.
Esto, más alguna que otra escena bastante lograda, y un par de giros hábiles sirven para suavizar el fiasco. Pero, como decía antes, todo dependerá de las expectativas del lector cuando empieza el libro: he intentado advertir de lo que hay, pero si alguien gusta de una narración simple, entretenida y sin pretensiones, con el toque de color que le pueden dar personajes muy conocidos, adelante con el asunto.
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