Año de publicación: 1953-1964-1985-1986
Valoración: Está muy bien
Con motivo del centenario del nacimiento de Álvaro Mutis se recopilan, en coeedición (lo que aquí sería una reseña a cuatro manos) de la española Libros del Kultrum y la mexicana Zalipoli, 14 nocturnos del, ganador, entre otros, del Cervantes o del Iberoamericano de Poesía Reina Sofía.
Pese a este último galardón, creo que la faceta novelista es infinitamente más conocida que la faceta poeta de Mutis. No diré que sea injusto, porque la saga de Maqroll el Gaviero me parece que tiene muchísima calidad, pero sí que creo que la obra poética de Mutis merece mayor difusión.
Independientemente de lo anterior, queda claro que no se trata de compartimentos estancos en la obra de Mutis, sino que podemos encontrar puntos en común entre la poética y la novelística del autor. Sirven como ejemplo ciertos temas (la desesperanza - la desesperanza como forma más alta de la lucidez y la belleza - , el desamparo, la historia y el pasado) y ciertas atmósferas y elementos (la lluvia, la naturaleza, los ríos) que nos recuerdan a las aventuras y tribulaciones de Maqroll.
Así, hallamos en los poemas de Mutis noches que revelan tiempos remotos pero son incapaces de rescatar sucesos del olvido, noches que son vigilias para almas sin sosiego, noches plagadas de presencias inmutables, de poderes ocultos, noches que son puro recuerdo y alivio, noches que son prefiguraciones de muerte, etc.
Pese a estas recurrencias, sí que se observan importantes diferencias entre los poemas "de juventud" y los poemas "de madurez" del autor. En aquellos, la mirada se dirige más al exterior, mientras que en los últimos esa mirada al exterior se vuelve hacia el interior, se carga de melancolía y resignación ante esos poderes ocultos que citaba y ante un final cada vez más próximo (pese a tentadoras encrucijadas)
Porque tiene radas la noche, dársenas tenuemente iluminadas, móviles vegetaciones de algas ansiosas que nos acogen meciendo pausadamente sus telones cambiantes, sus velos funerales
Por último, quisiera destacar la musicalidad de la obra. La preponderancia y repetición de ciertos fonemas, sonidos y/o sílabas en algunos párrafos concede a los poemas de Mutis de un ritmo singular, una cadencia de lluvia sobre los tejados que pueblan estos nocturnos (si jugamos a ser críticos, jugamos a ser críticos y nos flipamos todos).
Dedos que acarician con distraída ansiedad las joyas de una empuñadura, un pañuelo entregado con febril disimulo, la mano que lo oculta con incrédulo fervor,...
Estamos, en resumen, ante una poesía accesible, nada elitista ni en cuanto a estilo ni en cuanto a forma, con temas absolutamente humanos y universales. Altamente recomendable, desde luego.
También de Álvaro Mutis en ULAD: Amirbar, La última escala del Tramp Steamer, La nieve del almirante
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