Páginas

viernes, 11 de junio de 2021

Andreu Navarra: Prohibido aprender

Idioma original: español
Año de publicación: 2021
Valoración: No me convence




La educación en el foco; una cuestión de máxima prioridad no solo aquí si no en cualquier país democrático, igualitario y con aspiraciones reales a medio largo plazo. La única herramienta sobre la que fundamentar la igualdad de derechos y el único modo de garantizar la integración, la diversidad y la libertad de pensamiento.

No seré yo la que os descubra que en nuestro país lo llevamos bastante regular y que esta lectura resulta justificadamente pesimista.

Resumen resumido: cómo las sucesivas leyes de educación que se han ido formulando en nuestro país, como buque insignia del gobierno de turno, se caracterizan por un léxico y un relato prometedores sin la menor intención de mejorar la calidad educativa, y contribuyendo al ocultamiento de unos datos cada vez menos esperanzadores.

Empecemos por el final. Esta reseña me ha resultado muy compleja en su realización porque me he encontrado con demasiados parámetros de valoración apuntando cada uno en un sentido diferente. Cuestiones a favor:
  • Como ya he avanzado: el tema. Poco se habla y se escribe sobre la educación en nuestro país, las reflexiones que se vienen haciendo desde hace mucho en el mundo académico no tienen la menor repercusión mediática. El relato plano y superficial que nos han vendido nos mantiene paralizados mientras los recortes se suceden frente a nuestras narices con pasmosa desfachatez y, sin embargo, en ese dudoso caldo mantenemos ocho horas diarias a nuestras niñas y niños, jugándose su futuro.
  • Algunas afirmaciones de gran interés que aportan al lector visiones muy claras sobre el tema:
«… Ese modelo joven podría haber evolucionado en un sentido inclusivo, pero prefirieron instaurar la misma escuela economicista para la ignorancia que venía de países del entorno. Para integrarnos en la OCDE, teníamos que adoptar sus recetas de educación, sus propuestas de ingeniería social clasista»
  • Una línea de opinión definida, basada en el hecho de que sin inversión, ni esfuerzo por crear contenidos pedagógicos de calidad, ni confianza en el buen hacer de los docentes, estamos abocados a no salir de esta espiral de fracaso. También se apunta bien la problemática de fondo, los posibles intereses privados que subyacen y el desolador (pero verosímil) escenario al que tales intereses aspiran.
  • El esfuerzo condensador. Todo y que el formato puede haber acabado jugando en contra del discurso, como explicaré después.
Pero las cuestiones menos favorables me han decantado a concluir que este micro-ensayo no ha estado, al menos en mi caso, a la altura de las expectativas. También reconozco que estas eran muy altas por el tema, por el título, por la colección y por el sello editorial. Respecto al autor no tenía referencias pero a la vista está que Andreu Navarra no es nuevo en el mundo editorial y que su formación de historiador y su experiencia como profesor son avales suficientes.

Antes de entrar en detalle necesito hacer una reflexión generalizada sobre la colección de nuevos cuadernos anagrama; para mí es un reclamo el disponer de una serie de conceptos, datos objetivos y bibliografía especializada compactados en tan poca extensión y de ahí que en otra reseña me refiriera a esta colección de nuevos cuadernos anagrama como a «píldoras para la reflexión» porque ponen a disposición de los lectores el germen para iniciar un desarrollo más amplio y detallado sobre el tema que se trata. Esta colección ha sido objeto de varias reseñas en este blog: Ironía On de Santiago Geschunoff, Ofendiditos de Lucía Lijtmaer, Ahorita de Martín Caparrós y Pandemia. La covid-19 estremece al mundo; todas ellas con un resultado diverso y variado. En cualquier caso, aquí cabe reflexionar sobre si los condicionantes de formato juegan siempre a favor (o no) de cualquier temática o enfoque. Ese espacio poco ortodoxo entre el artículo largo y el ensayo corto no es fácil de colonizar sin una estrategia clara; eso no significa que no haya lugar para cierto caos aparente o bombardeo de datos pero, tal como podemos ver en el resto de obras ya reseñadas (y con diferente grado de acierto) a menudo siempre encontramos un elemento narrativo, más formal o técnico, que fluye en paralelo a la exposición del tema y que facilita y espolea a la lectura: puede ser el humor, puede ser una voz fresca y carismática, puede ser una forma interesante de ordenar los hechos, puede ser un hilo conductor claro y bien definido…

Prohibido aprender, en mi opinión, carece de ese elemento, de ese motor capaz de activar el engranaje de datos, citas y referencias que convierta la suma de información en un texto aglutinado, en un todo. No se le puede negar lo interesante de la información pero resulta difícil asimilarla con una narrativa tan poco atractiva. Repito que es una opinión subjetiva muy influenciada por unas grandes expectativas y tal vez una idea equivocada sobre lo que me iba a encontrar. Sobre esto último, el léxico y las referencias (algunas se remontan al siglo XIX) resultan tan eruditas en su trasfondo histórico, pedagógico y filosófico para un perfil no especializado en la materia, que algunos párrafos simplemente resultan inabarcables. Por otra parte, cuesta mucho discernir un hilo conductor (más allá de la cronología legislativa) que contribuyera en este caso a situar al lector dentro del hilo discursivo y no revoloteando incansable a su alrededor como una mosca que no hace más que darse contra el cristal. Por otra parte, he echado de menos un marco que situara la tesis o que aclarase en algún momento en qué fase educativa se centra el ensayo (en el contenido ya se deduce que es el bachillerato) y si se tocaba el peliagudo aspecto de lo público, lo concertado y lo privado (que no).

De esta lectura me llevo, sobretodo la referencia a la filósofa Marina Garcés a cuya obra acudiré más pronto que tarde.

2 comentarios:

  1. Vaya lio el tema de la educación.. Gracias por tu reseña Beatriz
    Kempes 19

    ResponderEliminar
  2. Hola, Beatriz:

    Yo he leído alguno de esos libritos y creo que están bien para desarrollar un tema y exponerlo, pero con algo tan enorme como la educación, sin centrarse en un sólo aspecto, parece que no fuese el mejor formato.

    Lo que no he entendido en tu reseña es lo de que la educación no es inclusiva. Esto me ha sorprendido, ya que actualmente uno de los mayores problemas es que la escuela intenta ser lo más inclusiva posible, atendiendo a distintos trastornos conductuales o del aprendizaje, a alumnos inmigrantes con niveles muy dispares de la lengua autóctona y a las distintas capacidades de aprendizaje, con muy pocos recursos para ello.


    Además, yo veo una infinidad de libros sobre educación, que periódicamente se van reemplazando según la moda del momento. Ahora parece que triunfan los de la nueva disciplina positiva, algo a medias entre la disciplina antigua y los métodos más cercanos a la filosofía Montessori.

    Saludos

    ResponderEliminar

Deja a continuación tu comentario. Los comentarios serán moderados y solo serán visibles si los aprueba un miembro del equipo.